EL COMIENZO DE LA RECESIÓN
Por Santos Negrón Díaz
Columna para El Nuevo Día
Martes 6 de junio de 2006
A juzgar por el Índice
de Actividad Económica (IAE), un indicador compuesto coincidente que prepara la Junta de Planificación, la recesión en Puerto
Rico comenzó en agosto de 2005. En ese mes, luego de alcanzar un máximo histórico de 141.6 en julio, el IAE declinó a 141.3,
una baja de 0.2%, y luego registró contracciones en tres de los cuatro meses subsiguientes, cerrando al nivel de 140.1 en
diciembre.
En enero de 2006 el
IAE tuvo un minúsculo rebote que lo llevó a140.3, un alza de 0.1%. El promedio para los primeros siete meses del año fiscal
en curso fue de 141.0.
En la medida en que
IAE es un excelente predictor del producto nacional bruto real (PNBR), se puede realizar un ejercicio de simulación en el cual se parte de valores alternativos
del primero para el año fiscal 2006 como un todo con miras a examinar cuál sería
el valor pronosticado del segundo.
Los resultados son los
siguientes: el IAE tiene que alcanzar un promedio de 142.9 en el año fiscal en curso para que la economía emule el nivel del
PNBR del año anterior, que fue de $7,029.6 millones. Valores del índice inferiores generarían bajas en el PNBR desde 3.7%
en el caso de 137 hasta 1.2% en el caso de 141.0, el nivel promedio que, como ya se indicó, se ha observó hasta enero de este
año.
La actuación de algunos
indicadores para los cuales hay datos disponibles para los primeros 7 a 10 meses del año fiscal 2006 no induce a pensar que
el IAE va camino al aumento:
- En comparación con el año anterior,
de julio a marzo del año fiscal 2006, el empleo asalariado no agrícola (Encuesta de Establecimientos) disminuyó en 0.3%, una
tendencia agravada por una baja de 4.4% en el empleo en la manufactura. Esto estuvo acompañado por bajas significativas en
todas las variables relacionadas con la actividad promocional y en los recaudos por concepto de arbitrios, la más coincidente
con el ciclo económico de todas las partidas que componen el Fondo General, que se redujeron en 5.4%.
- De julio a abril, las ventas de
cemento disminuyeron en 1.7%, mientras que las compras se redujeron en 0.7%. Durante igual periodo, los recaudos del Fondo
General se redujeron en $151 millones, mayormente debido a mermas de $92 millones en los arbitrios y de $50 millones en las
contribuciones sobre ingresos de las corporaciones locales.
- De julio a enero, las exportaciones,
a precios corrientes, sólo crecieron en 1.4%, una señal de debilidad en la producción manufacturera.
El rigor científico
nos obliga a esperar los datos más recientes para corroborar la hipótesis de
que la economía se halla en recesión, pero me temo que todo apunta a que nos hallamos al comienzo de un largo y penoso proceso
de contracción económica, que será agravado no sólo por el aumento en los precios de petróleo y la gasolina, sino también por un conjunto de problemas de factura local: la degradación del crédito de Puerto
Rico, la paralización por falta de fondos de buena parte de la obra gubernamental , la polémica sobre la naturaleza y alcance
de la Reforma Contributiva y de la correlativa Reforma Fiscal, la indecisión sobre el presupuesto para el año fiscal venidero
y, ante todo, la sustancial erosión de la confianza de las personas de negocios y de los consumidores.
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