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Santos Negrón Díaz: Apuntes económicos en tiempos de zozobra (Libro)

Dedico este libro, una compilación de ensayos que redacté en esta larga, penosa y profunda etapa de dificultad y contracción de la economía de Puerto Rico a los colegas de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, a la Senadora Sonia Pacheco y a  la Cámara de Representantes de Puerto Rico por los honores y distinciones que me ofrecieron durante la Semana del Economista.

 

Santos Negrón Díaz

 

 

 

 

 

APUNTES ECONÓMICOS EN TIEMPOS DE ZOZOBRA

 

Diciembre de 2009

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

©Portal de Santos Negrón Díaz

 

 

 

 

CONTENIDOS

 

 

APUNTES SOBRE EL MERCADO DE GASOLINA EN PUERTO RICO: 1992 A 2004

 

TELECOMUNICACIONES EN PUERTO RICO: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS

 

 

PERFIL DE LA POLÍTICA ECONÓMICA DE PUERTO RICO BAJO LA SOBERANÍA

 

BOYANCIA DE LOS RECAUDOS DE FUENTES CONTRIBUTIVAS ESTATALES EN PUERTO RICO: 1996 A 2006:

OBSERVACIONES PUNTALES

 

LA NOCHE TRISTE DE LUIS FORTUÑO

 

EL ORIGEN DE LA BURBUJA

 

ESPERANZA TENTATIVA

 

LA ECONOMÍA DE PUERTO RICO: ¿RECESIÓN O DEPRESIÓN?

 

LA ENCRUCIJADA DE LUIS FORTUÑO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

         

 

 

apuntes sobre el mercado de gasolina de Puerto Rico: 1992 a 2004

 

La gasolina, uno de los principales productos refinados a partir de petróleo crudo, da cuenta de cerca del 16 por ciento de la energía consumida en Estados Unidos. El uso primario de la gasolina es en automóviles y camiones livianos, pero es importante recordar que la gasolina se usa en botes, vehículos recreacionales, plantas domésticas e industriales de generación de energía eléctrica y diversos equipos orientados a la producción agrícola, entre otros.  El consumo de gasolina tiene un alto componente estacional, especialmente en los climas templados donde se producen y consumen grandes cantidades del combustible, lo que provoca cambios en la demanda de acuerdo a la temporada del año.

En Estados Unidos, la gasolina se distribuye desde las refinerías de petróleo, que producen más del 90 por ciento de la gasolina consumida en el país, mayormente  por medio de gasoductos y camiones,  a un mercado gigantesco que consiste en cerca de 168,000 estaciones de gasolina al detalle. Hay tres (3) tipos o grados de gasolina: regular, grado medio y premium. Cada grado o tipo tiene un nivel diferente de octano y los precios varían de acuerdo al grado, si bien la diferencia de precios entre grados suele ser constante. En Puerto Rico se venden dos (2) tipos de gasolina: sin plomo regular y sin plomo premium.

Por lo regular, la demanda de gasolina es relativamente inelástica (el coeficiente de elasticidad de la demanda con respecto al precio es menor que uno (1) pero mayor que cero).  Además, los precios de la gasolina suelen ser rígidos en dirección descendente, es decir, crecen rápidamente, en general, en respuesta a los cambios en los precios del petróleo, pero bajan lentamente.  Aún después de que los precios del petróleo han bajado, los precios de la gasolina tardan un poco en ajustarse a la nueva estructura de los costos de producción.

Tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico, en el sector de los mayoristas de gasolina se observa una estructura de competencia oligopolística, mientras que entre los distribuidores al por menor predomina el modelo que se conoce como competencia monopolística.

El costo de producir y hacer llegar la gasolina a los consumidores incluye el costo del petróleo crudo a los consumidores, los costos de procesamiento de las refinerías, los costos de mercadeo y distribución y, finalmente, los costos de la estación de gasolina y los impuestos.  Los precios que paga el consumidor al nivel de la bomba reflejan estos costos, así como las ganancias (o pérdidas) de las refinerías, los distribuidores, los profesionales de mercadeo y los dueños de estaciones de gasolina. De acuerdo con la EIA (Energy Information Agency) de Estados Unidos, en agosto de 2005, lo que se pagaba por la gasolina se distribuía de la siguiente manera, por orden de importancia: petróleo crudo, 56 por ciento; refinerías, 24 por ciento; impuestos, 18 por ciento; y distribución y mercadeo, 2 por ciento.

 

Desde mediados de la década de los 70, los precios del petróleo crudo han fluctuado drásticamente, pero aun cuando éstos pasan por periodos de relativa estabilidad, los precios de la gasolina tienen variaciones debido a factores tales como la estacionalidad y la competencia entre los mayoristas y las estaciones de gasolina locales.  De igual modo, los precios de la gasolina pueden experimentar variaciones abruptas debido a sacudidas en la oferta y los precios del petróleo a nivel mundial, o por causa de problemas domésticos que interrumpen la producción de las refinerías o el flujo del producto en los gasoductos.

Tendencias y Pronósticos Económicos a Nivel Mundial

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la producción mundial creció 3.9 por ciento en el año natural 2003, se estima que creció 5.0 por ciento en el año 2004 y se espera que avance 4.3 por ciento en 2005. El crecimiento económico muestra más dinamismo en los países en desarrollo que en las economías avanzadas. Este fenómeno se explica, esencialmente, por la enorme pujanza de las economías emergentes asiáticas, especialmente China y la India, que están creciendo a tasas dos (2) veces mayores que las de los países avanzados.

 

En correspondencia, el volumen de comercio internacional en bienes y servicios se aceleró después del parpadeo que provocaron los eventos de 11 de septiembre de 2001, al punto que el crecimiento del mismo fue 3.1 por ciento en el año 2002, 4.5 por ciento en el 2003, 6.8 por ciento en el 2004 y se espera que avance 6.6 por ciento en el 2005.

A la luz de eventos históricos más recientes, entre ellos, las alzas observadas y proyectadas en los precios del petróleo y el inusitado incremento en el déficit de comercio exterior de Estados Unidos, la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo señaló, a fines del año pasado, que el crecimiento para las 12 naciones que usan el euro para el año 2005 será de sólo 1.9 por ciento, en comparación con un pronóstico de 2.5 por ciento que se había hecho en mayo de este año.

El significativo avance de la producción y la demanda agregada global, en conjunción con los impactos de la acción bélica en Irak,  la inestabilidad política en el Oriente Medio en general y grandes olas especulativas en las transacciones en los mercados de futuros de petróleo, produjeron un alza de 17.0 por ciento en los precios del petróleo (a precios corrientes) en el año 2003, la cual se aceleró a 32.1 por ciento en el 2004, y se espera una desaceleración de 3.4 por ciento en el 2005.[1]

La expansión de la actividad económica global va acompañada por una aceleración significativa de la demanda de gasolina y una presión hacia el incremento de precio, tanto en los mercados globales como en Estados Unidos y Puerto Rico.  El cuadro de oferta y demanda de Estados Unidos, según el escenario base de proyección de EIA, apunta a un aumento sostenido en la demanda de petróleo que, al no estar pareado por un alza similar en la oferta de petróleo, particularmente la que proviene del mercado mundial, contribuirá a un crecimiento de los precios del crudo.  Ya para el año 2006, se espera se proyecte una disminución en la demanda de energía por dólar de producción.  Aún así, el crecimiento de la demanda de petróleo seguirá siendo acentuado, lo cual unido a la pujanza de la actividad económica, el poco progreso en el desarrollo de fuentes renovables de energía y el escaso crecimiento de la oferta doméstica del crudo, hará que Estados Unidos siga siendo el principal incitador de precios altos del petróleo a nivel mundial.

Según datos recientes citados en el periódico The New York Times[2] (segundo trimestre del 2004), Estados Unidos es el tercer productor de petróleo en el mundo, con 8.8 millones de barriles diarios, pero es el primer consumidor del crudo, con 20.3 millones de barriles diarios.  En una proyección hasta el año 2025, se estima que ya para ese año el consumo de Estados Unidos se encuentre al nivel de 28 millones de barriles diarios, pero la producción doméstica será algo menor a la actual, lo cual constituiría un descuadre aún mayor de las necesidades de consumo del País y su capacidad de producción doméstica.

 

 

Tendencias y Pronósticos Económicos en Estados Unidos

 

De acuerdo con los pronósticos de consenso del Survey of Professional Forecasters, que prepara el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, la economía de Estados Unidos se encuentra en expansión.  Durante el tercer trimestre del año pasado creció 3.9 por ciento.  Se estima que avance 4.0 por ciento en el cuarto trimestre y que  se sostenga en el recorrido de 3.3 por ciento a 3.8 por ciento en los primeros tres (3) trimestres del año 2006. Esta evolución se está dando dentro de un ambiente de inflación controlada, pero ya la Reserva Federal comenzó a tomar partida contra la posible reactivación del proceso inflacionario, como lo indican las recientes alzas en la tasa de fondos federales. Más específicamente, desde el 4 de mayo de 2004 hasta el 20 de septiembre de 2005, la Reserva Federal aumentó la tasa de fondos federales[3] en 275 puntos bases de 1.00 por ciento a 3.75 por ciento, mientras que la tasa de descuento en similar periodo subió  en 275 puntos base de 2.00 por ciento a 4.75 por ciento.

Para el cuarto trimestre del año 2005, el consenso de los analistas de Business Week pronostica un alza de 3.7 por ciento en el Producto Interno Bruto real, una inflación de 2.7 por ciento, una tasa de fondos federales de 3.79 por ciento y un rendimiento de los bonos del Tesoro, a 10 años, de 4.67 por ciento.

 

La demanda de gasolina en Estados Unidos crece a una tasa anual promedio de 1.9 por ciento por año y se acelera a tasas entre 3 por ciento a 5 por ciento en periodo de rápida expansión de la economía.  De esta forma se espera que el pronóstico de crecimiento, modesto pero firme, de la economía se traducirá, al igual que en el caso de la economía global, en una creciente demanda de gasolina en Estados Unidos.

En Estados Unidos, el precio promedio de la gasolina de todos los tipos, medido a nivel nacional, aumentó de $1.99 por galón, el 10 de octubre de 2004, a $2.85 por galón, el 10 de octubre de 2005, representando un alza de $0.86 ó 30.0 por ciento.  En un periodo similar, el precio del petróleo (crecimiento en los mercados de compra y venta, WTI[4]) aumentó de $54.89 por barril a $62.61 por barril, lo que representa un alza de $7.72 ó 14.1 por ciento.

La EIA señala que los precios de la gasolina tuvieron un promedio de $2.19 por galón durante el verano, un máximo histórico. Para el periodo de abril-septiembre la demanda de gasolina de motor en Estados Unidos tuvo un promedio de 9.32 millones de barriles al día, también un máximo histórico.  Varios factores se combinaron para inducir este patrón de aumento en  los costos de oferta: los altos costos del petróleo, la fuerte demanda de gasolina, los bajos inventarios de gasolina, el hecho de que las refinerías están operando casi al óptimo de su capacidad y las especificaciones de protección ambiental que entraron en vigor este año.

En cuanto a las tendencias más recientes, el impacto de los huracanes Katrina y Rita, en agosto y septiembre de 2005, sobre la producción de petróleo y gas natural y sobre las actividades de las refinerías de petróleo agravaron las dificultades que ya afrontaba el mercado de productos de petróleo de cara a la temporada de invierno de 2005-2006.  Así, la proyección de corto plazo de la Administración de Información sobre Energía, apunta hacia un precio promedio de gasolina del orden de $2.34 en el 2005 y de $2.45 en el 2006, lo que equivale a alzas, con respecto al año precedente, de 26.6 por ciento y 4.6 por ciento, respectivamente.  A medida que se restablezca el balance entre la oferta y la demanda de gasolina, se espera que se aminore el avance vertiginoso que han tenido los precios de gasolina debido, entre otras cosas, a la interrupción de la producción que causaron los huracanes, los procesos especulativos en los mercados de distribución y la presión de la demanda que se asocia con una economía en expansión.

Los datos que permiten hacer comparaciones internacionales respecto a los precios de la gasolina suelen tener serios rezagos, pero la información más reciente disponible indica que es más barata en Estados Unidos que cualquier otro país altamente desarrollado.  Por su parte, los precios en Puerto Rico corren ligeramente por debajo de los correspondientes a Estados Unidos.

Tabla 3

 

Precio de la Gasolina Regular Sin Plomo al Detalle

en Países Seleccionados

Años Naturales, 1999-2003

 

Año

Australia

Canadá

Alemania

Japón

Estados Unidos

Puerto Rico

1999

1.72

1.51

3.42

3.27

1.17

1.09

2000

1.94

1.86

3.45

3.74

1.51

1.34

2001

1.71

1.72

3.40

3.35

1.46

1.48

2002

1.76

1.70

3.67

3.15

1.36

1.34

2003

2.20

2.02

4.58

3.47

1.59

1.46

 

Fuente: World Almanac Books, The World Almanac and Book of Facts 2005, pág. 170

 

De igual modo, una encuesta realizada en marzo de 2005 por la empresa Air,Inc, la cual se dedica a analizar el costo de vida en diversos países, indica que en los países europeos económicamente más avanzados, donde los impuestos sobre la gasolina son los más altos del mundo, el precio de gasolina regular se hallaba en el recorrido de $4.55 (España) a $6.48 (Holanda). En ese momento el precio por galón en Puerto Rico era de $1.74, en comparación con apenas $0.12 en Venezuela.

Tendencias Económicas en Puerto Rico

 

Desde mediados de la década de los 70 hasta el presente, la economía de Puerto Rico ha estado bajo la poderosa influencia de dos (2) factores que explican, en gran parte, las variaciones en los niveles de producción y empleo en la Isla. Por un lado, el crecimiento del producto bruto interno real de Estados Unidos, y por otro lado, el precio promedio de las importaciones de petróleo.

A mediados de la década de los ’70 y a principios de la década de los 80, la combinación de una recesión en Estados Unidos y de altos precios del crudo a nivel mundial indujo recesiones económicas en la Isla.  A finales de la década de los ’80, al igual que a principios de la década actual, la desaceleración de la economía de Estados Unidos y la aceleración de los precios del petróleo hicieron que Puerto Rico pasara por periodos de seria dificultad económica, aunque el estrago fue menor que en las dos (2) ocasiones anteriores.

En la actualidad, la economía de Puerto Rico se encuentra en franca recuperación, luego de un leve descenso en el año fiscal 2001, con componentes de intensa actividad en la construcción, particularmente en las fases de obra pública y de viviendas, el turismo y la producción farmacéutica dentro de la manufactura. No obstante, persisten serios problemas que requieren acciones estratégicas para sostener la competitividad de la economía y responder eficazmente al reto de la economía global.

Según un indicador que prepara Dismal Scientist, en este momento se considera muy bajo el riesgo de recesión en Estados Unidos en los próximos seis (6) meses, apenas 11.2 por ciento.  La economía se encuentra en una extraña situación en la cual se mezclan las fortalezas y las debilidades en una misma coyuntura histórica y predomina un ambiente de desasosiego e incertidumbre que, en buena medida, responde a la inestabilidad política a nivel mundial que ha causado la prolongación de las acciones bélicas en Irak, la turbulencia política en Venezuela y la constante violencia entre israelitas y palestinos. Se trata de conflictos que generan especulaciones en los mercados mundiales del petróleo e incitan alzas en los precios de entregas futuras del crudo,  lo cual se traduce en factor de riesgo económico para Estados Unidos.

Si bien la economía de Estados Unidos está en franca aceleración, impulsada por aumentos en los gastos de consumo y en la inversión fija, ya se comienza a perfilar, como ya indicamos, un aumento en las tasas de interés a corto plazo por parte de la Reserva Federal, con miras a evitar que la inflación se acelere más allá de lo prudente. No obstante, la expansión del empleo total ha sido muy modesta, lo cual refleja cierto grado de cautela de los negocios, que no empiezan a reclutar personal en gran escala hasta que no ven que la expansión económica está firmemente consolidada.

Otros factores que están ejerciendo gran influencia en la coyuntura económica actual en Estados Unidos son el debilitamiento del dólar vis-a-vis el euro y el yen[5], que encarece las importaciones.  Por otro lado, el surgimiento de China como potencia mundial, absorbe una gran cantidad de empleos que pudieron haberse creado en Estados Unidos y genera una gigantesca demanda de petróleo, productos intermedios y materiales de construcción que crean presión ascendente en los precios de éstos a escala mundial.       

Puerto Rico, al igual que todos los países que dependen grandemente de la importación de petróleo del mercado mundial, afronta una fuerte alza de los precios del crudo que amenaza con neutralizar buena parte de los avances que la economía local ha logrado en los pasados dos (2) años fiscales. De igual modo, es preocupante para Puerto Rico el pronóstico de que la economía de Estados Unidos avanza hacia una política de repunte de las tasas de interés, ya que los sectores más dinámicos de la economía local—la inversión en construcción de infraestructura, la actividad de construcción de viviendas y edificios comerciales y la demanda de bienes duraderos—son altamente sensitivos a las tasas de interés.

Ahora bien, la economía de Puerto Rico da muestras de pujanza en la actualidad, a juzgar por la actuación de los principales indicadores económicos durante el  año fiscal 2005 en comparación con el año fiscal precedente:

·         Un alza de 2.4 por ciento en el Índice de Actividad Económica que prepara la Junta de Planificación.

·         Un incremento de 2.7 por ciento en el empleo total.

·         Una avance de 4.0 por ciento en los registros en los hoteles de turismo.

·         Un acentuado avance de 28.5 por ciento en los vehículos de motor registrados por primera vez.

·         Aumento de 1.2 por ciento en el consumo de energía eléctrica.

·         Un aumento de 7.9 por ciento en las ventas al detalle.

·         Un alza de 4.5 por ciento en los Ingresos Netos del Fondo General, lo que incluyó un repunte de 5.4 por ciento en los arbitrios totales recaudados.

·         Un avance de 2.7 por ciento en las exportaciones, si bien las importaciones permanecieron estancadas.

De igual modo, la poca información disponible para los primeros tres (3) meses del año fiscal 2006 (julio a septiembre de 2005) da cuenta de la continuación del proceso de mejoramiento general de la economía en comparación con igual periodo del año fiscal anterior, con alzas en el empleo total (3.0%) y en la tasa de empleo (2.4%).

Si bien el panorama a corto plazo luce bastante prometedor, una mirada a las bases estructurales de la economía revela un cuadro que plantea serios desafíos a la competitividad presente y futura de ésta. Entre los elementos estructurales que requieren alta prioridad están los siguientes:

·         Incertidumbre generalizada a corto y mediano plazo y ausencia de planes de desarrollo económico a largo plazo, aunque hay una iniciativa en cauce orientada a planificar la evolución de la economía hasta el año 2025.

·         El desempleo sigue siendo alto en términos absolutos y relativos.

·         Aceleración de la inflación debido a los altos costos de los alimentos y al alza en los precios de los productos energéticos.  Durante el periodo de julio a agosto de 2005, la inflación tuvo un alza de 14.6 por ciento con respecto a iguales meses del año anterior, lo que aportó un incremento de 21.2 por ciento en los precios de los alimentos y las bebidas.[6]

·         Modesto crecimiento en los recaudos del gobierno y severa estrechez fiscal a la luz de los compromisos de gasto.

·         Severa contracción del empleo manufacturero, continuación del cierre de fábricas, y menguada capacidad para retener las fábricas existentes y atraer nuevas empresas manufactureras.

·         Ausencia de una política económica viable para lidiar con el desvanecimiento total de los créditos contributivos federales en el 2005.

·         Alta dependencia de los fondos federales en todas las dimensiones de la actividad económica: apoyo a las familias, desarrollo de infraestructura, financiamiento de la vivienda y de la educación superior, sostenimiento de gran parte de los programas de servicios de salud, entre otros.

De igual modo, cuando se amplían las miras respecto al futuro de la economía de Puerto Rico se destacan tareas prioritarias que deben atenderse, entre ellas:

·         Definición de nuestra estructura jurídico-política y del orden institucional que ha de regir la inserción efectiva y dinámica de Puerto Rico en la economía mundial.

·         Diseño e implantación de un plan estratégico de desarrollo económico y social de largo plazo.

·         Mejoramiento sustancial de la infraestructura, especialmente en las fases de producción de energía eléctrica, agua potable y manejo de desperdicios sólidos y tóxicos.

·         Renovación del sistema educativo en todos sus niveles, con particular atención a los programas de investigación científica y tecnológica, análisis económico y social, gerencia y el conocimiento sobre otras culturas y ambientes de negocio.

·         Fortalecimiento de los sistemas estadísticos nacionales y de la inteligencia económica sobre los mercados externos.

·         Crecimiento económico sustentable: balance entre el crecimiento económico y la protección del ambiente y de los recursos naturales.

·         Gerencia pública honesta, eficiente y consciente del papel redistributivo y promotor de la justicia social que le corresponde al Estado.

Se perfila, pues, la necesidad de que Puerto Rico adopte una política de desarrollo económico a largo plazo.  Esta política debe tomar como base los principios rectores que han llevado al éxito a los países altamente avanzados y a países como Singapur e Irlanda que una día estuvieron a la zaga de Puerto Rico en materia de desarrollo económico, a saber:

·         Crecimiento económico acelerado, en condiciones sustentables.

·         Política energética orientada a la reducción de la dependencia del petróleo y al uso de recursos energéticos renovables: biomasa, solar, mareas, entre otros.

·         Mejoramiento de la distribución del ingreso.

·         Reducción de la dependencia económica de Estados Unidos.

·         Estabilización del ciclo económico.

·         Reducción del desempleo, particularmente del desempleo estructural.

·         Fomento del desarrollo agrícola y programa de sustitución de importaciones.

·         Diversificación de las exportaciones, con peso particular en las exportaciones de servicios profesionales, educativos y tecnológicos.

·         Fomento de los pequeños y medianos negocios mediante programas de apoyo gerencial, financiero y técnico.

·         Intercambio de tecnología y conocimiento con los países europeos y programas de transferencia tecnológica hacia y desde los países de la Cuenca del Caribe.

 

Factores Determinantes del Consumo de Gasolina

 

Oferta

Del lado de la oferta existen varios determinantes fundamentales en el mercado de gasolina.  En orden de importancia, se mencionan los siguientes:

·         Las fluctuaciones en los abastos, la producción y los precios del petróleo.

·         La capacidad productiva de las refinerías.

·         La reglamentación respecto a las normas de control de la calidad del aire y las diferencias regionales en cuanto a la mezcla de componentes químicos de la gasolina.

·         Los impuestos a la gasolina en los diversos países y regiones del mundo.

·         Los costos de promoción, mercadeo y distribución.

·         Factores diversos tales como:  la distancia de los centros de abastecimiento, los costos de operación y el grado de competencia del mercado local.

Se trata, sin duda, de seis (6) determinantes que en tiempos recientes han tendido a aumentar el precio de la gasolina en todas las jurisdicciones del mundo.  Un análisis simple de regresión a base de datos semanales permite determinar que durante el periodo del 30 de junio de 2003 al 28 de junio de 2004, el precio del petróleo, medido por el precio del mercado del crudo Brent, explicó el 66.3 por ciento de la variación observada en el precio de la gasolina, medido por un promedio nacional de precios al detal de todos los grados de combustible.[7]

Gran parte de las diferencias en precio de la gasolina al nivel internacional se deben a diferentes políticas de tributación respecto al producto.  La proporción del precio de la gasolina que se atribuye a los impuestos varió en el 2002 desde 27 por ciento en Estados Unidos, hasta 77 por ciento en el Reino Unido.[8] Dentro de Estados Unidos, el impuesto a la gasolina varía desde un mínimo de 89 centavos por galón en Alaska hasta un máximo de 31.1 centavos en Wisconsin.

En artículo publicado en la revista Business Week (2004), se señala que en la medida en que la capacidad productiva de las gasolineras está por encima del 90 por ciento, éstas no pueden responder efectivamente a las aceleraciones de la demanda de gasolina, por lo cual se crean presiones sobre los inventarios existentes que llevan a aumentos en los precios de la gasolina.  A esto se suma lo difícil que es desarrollar nuevas refinerías debido a los riesgos de inversión, las crecientes exigencias de la reglamentación ambiental, los altos costos de inversión y la feroz oposición de las comunidades a aceptar tales facilidades en sus vecindarios.  Una vez observado este cuadro complejo que afecta el mercado del petróleo y sus productos, no es extraño que la importación de gasolina haya aumentado en años recientes, llegando a ser cerca del 10 por ciento del total de consumo en la actualidad.

Los impuestos a la gasolina han estado en alzada en casi todas las jurisdicciones del mundo que buscan utilizar los fondos obtenidos, no sólo para sufragar los costos de desarrollar y darle mantenimiento a las redes viales, sino también afrontar los costos de salud crecientes que se asocian con el deterioro de la calidad del aire que inducen el consumo creciente de las emisiones de los automóviles y otros vehículos de motor.

A corto plazo, cabe esperar que la demanda de gasolina en Puerto Rico siga un patrón similar al que se observa a nivel global y en Estados Unidos: un crecimiento firme y sostenido, a pesar del alza en los precios.  Esto debido al aumento en el acervo de automóviles y otros vehículos de motor, la expansión del ingreso personal, la insuficiencia de los sistemas de transportación en masa, el acentuado uso de los camiones en la transportación terrestre de mercancías y la alta concentración de personas en las zonas metropolitanas.

Durante los años fiscales 1999 a 2003, las ventas de gasolina en Puerto Rico crecieron a una tasa anual promedio de 2.1 por ciento, en comparación con un alza casi similar de 2.2 por ciento en el precio promedio de la gasolina.

No obstante, el precio de la gasolina en Puerto Rico se mantiene predominantemente por debajo del que se observa en Estados Unidos y en los principales países altamente industrializados.

 

                

Otros aspectos, del lado de la oferta, que afectan el mercado de la gasolina son:

·         Algunos programas ambientales, orientados a reducir el monóxido de carbono, la neblina fotosintética y los tóxicos en el aire, los cuales requieren gasolinas oxigenadas, reformuladas o de baja volatilidad (que se evapore más lentamente).  Otros programas le ponen restricciones a los métodos de transportación y almacenar la gasolina. Se calcula que las gasolinas reformuladas que se exigen en algunas zonas urbanas cuestan por lo menos tres (3) centavos por galón más que las gasolinas convencionales.

·         Los costos de promoción, mercadeo y distribución son mayormente afrontados por los mayoristas, que batallan en todos medios noticiosos por diferenciar sus productos, ya sea en términos reales o por medio de artificios publicitarios, con miras a reducir la elasticidad de la demanda de sus productos y tener una porción del mercado, sino en expansión al menos estable.

·         la distancia de los centros de abastecimiento

·         los costos de operación

·         el grado de competencia del mercado local

Demanda

Los determinantes del lado de la demanda de gasolina apuntan también hacia un mayor uso y presión ascendente de los precios de este producto.  Entre los factores que se identifican en los estudios sobre la demanda de gasolina, se encuentran los siguientes:

·         El tamaño de la flota vehicular, es decir, el número de vehículos de motor registrados, y el volumen y la tasa de crecimiento de los vehículos registrados por primera vez en un año dado.

·         El nivel del ingreso personal disponible de las familias.

·         La población, particularmente las personas en las edades más altamente productivas (18 a 44 años), y entre éstas, el número de personas que posee licencia de conducir.

·         El por ciento de la población que trabaja en empleos no agrícolas.

·         La frecuencia y duración promedio de los viajes, tanto por motivo de trabajo o para la realización de transacciones económicas, como por motivo de placer.

·         El por ciento de la población que vive en zonas metropolitanas.

·         La eficiencia promedio en el uso de gasolina de la flota vehicular.

·         La disponibilidad de sistemas de transportación en masa

No es necesario hacer un análisis exhaustivo para percatarse de que todos los factores anteriores se combinan para producir una demanda ascendente de gasolina en prácticamente todos los países mediana y altamente desarrollados.

Durante el periodo de octubre de 2004 al 2005, el precio al detalle de la gasolina regular en Estados Unidos tuvo un alza de 85 centavos. Por su parte, Puerto Rico, para el mismo período, la gasolina regular tuvo un incremento de 62.5 centavos.  Además, durante el periodo de enero de 2001 a agosto de 2005, los precios de la gasolina tuvieron un patrón fluctuante, pero con una clara tendencia alcista.  Durante ese lapso de tiempo los máximos en precios se observaron en agosto, 2005, con niveles de $2.42 por galón en la gasolina regular y de $2.59 en la gasolina premium o súper.

Estadísticas Descriptivas del Consumo de Gasolina en Puerto Rico Durante el Periodo de 1992 al 2004

 

En vista de que en la Isla no se dispone de un sistema de información amplio e integrado del mercado de gasolina, la discusión en esta sección se circunscribe esencialmente a un conjunto de datos básicos que se identificaron en diversas fuentes y que en conjunto dan cuenta del papel central, decisivo, que juega este producto en el sistema económico de la Isla.  El análisis sobre la estadística descriptiva del consumo de gasolina en Puerto Rico cubre el periodo de 1992 al 2004, y cuando los datos disponibles lo hacen viable se incluye el año fiscal 2004.  A continuación se presentan los datos más sobresalientes:

·         Existe una relación muy estrecha entre el crecimiento real de la economía de Puerto Rico, los precios del petróleo y el crecimiento real de la economía de Estados Unidos. Según un modelo de regresión múltiple desarrollado por la Oficina de Análisis y Estudios Económicos del Banco Gubernamental de Fomento, cuando el crecimiento real en Estados Unidos es bajo y el precio promedio de las importaciones de petróleo a Puerto Rico  es alto, se crean condiciones para un periodo de lento crecimiento o recesión en la Isla. Uno de los factores que explica esa conexión es la aceleración de los precios de la gasolina que se asocia con los altos costos del petróleo. Afortunadamente, en la coyuntura actual en que los precios del petróleo se aproximan a máximos históricos cercanos a los $65 por barril en el mercado mundial, la economía de Estados Unidos se encuentra en una etapa de crecimiento moderado pero firme, por lo cual la economía de Puerto Rico ha seguido un patrón similar de expansión gradual.

·         Un elemento adicional que ayuda a explicar el hecho de que el crecimiento reciente de los precios del petróleo no haya tenido un impacto debilitante en Puerto Rico es el mejoramiento en la eficiencia en el uso de la energía. En la actualidad, según un análisis realizado por la Oficina de Análisis y Estudios Económicos del Banco Gubernamental de Fomento, el costo en energía por dólar real del Producto Bruto se encuentra en el recorrido de 4 a 5 centavos, en comparación con los niveles de 16 a 18 centavos que se observaron a principios de las década de los ’80.  De igual modo, según la misma fuente, la intensidad de uso de la energía, medida en miles de BTU’s por dólar del 1996 era de 26 a mediados de la década de los ’70 y se redujo a 16 a principios de la década de los ’90 y a 12 a principios del 2001.[9] A esto hay que añadir la reducción de la dependencia del petróleo en la producción de energía eléctrica. La baja fue de 99 por ciento a 75 por ciento debido a la adición al sistema de generación de electricidad de la Isla de dos (2) nuevas plantas: ADS, ubicada en Guayama, que usa el carbón como materia prima, y Ecoeléctrica, localizada en Guayanilla, que usa el gas natural.

·         Los gastos de consumo personal en transportación aumentaron de $2,580.8 millones en el 1992 a $5,260.6 millones en el 2004, a una tasa anual promedio de 6.1 por ciento. Durante el periodo la participación relativa de éstos en los gastos de consumo personal se elevó de 12.0 por ciento a 12.3 por ciento.

 

·         Las exportaciones registradas de refinerías y productos de petróleo aumentaron de $362.9 millones en el 1992 a $476.2 millones en el 2004, mientras que las importaciones de refinerías y productos de petróleo incrementaron de $1,047.8 millones a $2,070.0 millones en el 2003, con tasas de crecimiento anuales promedio de 2.3 por ciento y 5.8 por ciento, respectivamente.

·         El precio promedio de la importación de petróleo a Puerto Rico aumentó de $16.9 por barril en el 1992 a $29.1 en el 2003, a una tasa anual promedio de 5.1 por ciento. De julio de 1993 a mayo de 2004, el promedio fue de $31.3 por barril, 11.4 por ciento más alto que en  igual periodo del año anterior.

 

 

 

·         Las importaciones de vehículos de motor registradas aumentaron de $1,637.8 millones en el 1995 a $2,090.2 millones en el 2004, a una tasa anual promedio de 2.8 por ciento.  La participación de éstas en el total de importaciones registradas en la Isla, durante el periodo, bajó de 8.7 por ciento a 5.4 por ciento.

·         Los arbitrios por concepto de la venta de vehículos de motor y accesorios subieron de $178.3 millones en el 1992 a $551.2 millones en el 2004.  La participación relativa de éstos en el total de arbitrios recaudados en la Isla aumentó durante ese periodo de 18.2 por ciento a 32.5 por ciento en 2004.

·         El consumo de gasolina aumentó de 856.5 millones de galones en el 1992 a 1,226.1 millones en el 2003, a una tasa anual promedio de 3.3 por ciento. En el periodo de julio de 2003 a marzo de 2004, el valor acumulado del consumo de gasolina superó en 3.58 por ciento al periodo anterior.

·         El precio promedio de la gasolina avanzó de $1.192 por galón en el año 1992 a 1.944 en el 2005, a una tasa anual promedio de 3.8 por ciento.  El promedio durante el año fiscal 2005 constituyó un alza de 18.0 por ciento respecto al año anterior. Más específicamente durante los últimos tres (3) meses para los cuales hay datos disponibles, junio a agosto de 2005, las alzas del precio promedio de la gasolina han estado en el recorrido de 8.9 por ciento a 32.2 por ciento. Hay que remontarse a los primeros meses del año natural 2000 para encontrar un alza tan significativa en los precios de la gasolina como la que se registró en agosto de 2005.

·         Durante el período de 1992 a 2003, la elasticidad a largo plazo del consumo de gasolina respecto al precio fue de 0.85, confirmando la naturaleza inelástica de la demanda de gasolina.

·         El número de estaciones de gasolina aumentó de 984 en el año 1987 a 1,037 en el 2001,  a una tasa anual promedio de 0.2 por ciento, mientras que la nómina anual de éstas aumentó de $22,910,000 en el 1987 a $52,236,000 en el 2001, a una tasa anual promedio de 17.9 por ciento.

·         Los recaudos por concepto del arbitrio de la gasolina, que son asignados a la Autoridad de Carreteras, aumentaron de $133.9 millones en el 1992 a $173.8 millones en el 2003, a una tasa anual promedio de 2.4 por ciento.

 

 

·         El valor de las importaciones ajustadas de automóviles aumentó de $583.3 millones en el año 1992 a $1,427.5 millones en el 2003, a una tasa anual promedio de 7.1 por ciento.

·         Según el Censo de 2000, de un total de 908,386 personas que informaron el medio que usan para asistir al trabajo, 626,578 (69.0%) señalaron que lo hicieron en automóvil, camión o van y viajaron solos, mientras que 163,579 (18.0%) indicaron que utilizaron los mismos medios de transportación, pero viajaron acompañados.  Por su parte, 48,322 (5.3%) usaron la transportación pública;  36,834 (4.1%) caminaron al trabajo;  17,109 (1.9%) usaron otros medios y 15,964 (1.8%) indicaron que trabajaron en el hogar.

·         Un análisis de los datos de comercio exterior, correspondientes al año fiscal 2003, nos indica que durante ese periodo se importaron a la Isla un total de 21,670,568 barriles de gasolina con un valor total de $768,561,858, a razón de $35.50 por barril ó $0.84 por galón.  De ese total de importaciones, 14,170,220 barriles, con valor de $509,163,092 provinieron de Islas Vírgenes; 1,014,769 galones, con valor de $34,942,217, de Estados Unidos; y 6,485,579, con valor de $224,456,549, de países extranjeros. Las exportaciones de Puerto Rico en este renglón ascendieron a 1,255,657 barriles, con valor de $40,875,614.

 

 

I.    Análisis de la Estructura Competitiva del Mercado de Gasolina de Puerto Rico

 

Para llevar a cabo el análisis de la estructura competitiva del mercado de gasolina en Puerto Rico, se tomaron en cuenta los siguientes elementos:  la cantidad y el volumen de ventas de los mayoristas y detallistas, el grado de concentración del mercado, las barreras a la entrada y el impacto de los nuevos competidores, el impacto de la publicidad y de las iniciativas de mercadeo y las características distintivas del mercado local de gasolina.

La Oficina de Asuntos Monopolísticos del Departamento de Justicia ha recopilado una variedad de datos y realizado un conjunto de investigaciones fundamentales sobre la estructura del mercado de gasolina que sirvieron de base en el desarrollo de esta sección del Estudio.  A grandes rasgos, los principales hallazgos de la Oficina son los siguientes:

·         En Puerto Rico, para el año 2002, existían aproximadamente 1,398 estaciones de gasolina.  Según el Censo de Estaciones de Gasolina preparado por la Administración de Fomento Comercial (AFC), para el año 2000 había 1,442 estaciones de gasolina, lo que representa una disminución de 3.0 por ciento. 

·         La mayoría de las estaciones de gasolina operan entre nueve (9) y 24 horas al día, los siete (7) días de la semana, y por lo general, emplean aproximadamente tres (3) personas a tiempo completo y  de una (1) a dos (2) a tiempo parcial. 

·         La frecuencia con que reciben el combustible las estaciones es de una a dos veces a la semana, y la capacidad de almacenamiento de la mayoría de éstas es en tanques de 4,000 y 14,000 galones. Muy pocas estaciones de gasolina tienen tanques con capacidad para almacenar más de 15,000 galones. Según el censo, existían alrededor de ocho (8) estaciones con la capacidad para almacenar más de 30,000 galones de gasolina Regular y 12 para gasolina premium. 

·         Para el año 2002[10], en Puerto Rico el sector de la gasolina estaba compuesto por cinco (5) compañías distribuidoras-mayoristas; Texaco Puerto Rico, con un 24.0 por ciento de participación del mercado,  Shell Company Puerto Rico Limited, con un 25.0 por ciento, Esso Standard Oil Puerto Rico con un 22.0 por ciento, Caribbean Petroleum Corporation con 14.0 por ciento y Citgo Internacional Puerto Rico con 15.0 por ciento.  Al 30 de junio de 2003, la participación del mercado de gasolinas ha variado en términos porcentuales. Texaco Puerto Rico disminuyó su participación en 7.0 por ciento y Esso Standard Oil a esta fecha había experimentado un incremento de 1.0 por ciento, para un 23.0 por ciento de participación. Citgo Internacional y Caribbean Petroleum experimentaron una reducción de 1.0 por ciento y 2.0 por ciento para una participación de 14.0 por ciento y 12.0 por ciento, respectivamente.  Shell Company Puerto Rico, al 30 de junio había obtenido un incremento de un 9.0 por ciento en comparación con el año 2002.

A la luz de los datos antes señalados se puede realizar un análisis a base del Índice de Herfindahl-Hirschman (HHI) para determinar el cambio en el grado de concentración de mercado en la fase mayorista del mercado de gasolina en Puerto Rico.  En apenas un año el HHI, en el caso que nos ocupa, aumentó de 2,116 a 2,314, representando un alza de 9.9 por ciento, esencialmente inducido por la expansión en la participación del mercado de Shell Company Puerto Rico Limited.

 

 

En cuanto a la relación entre participación de mercado y precio promedio, tal como se señaló en un estudio realizado por el Banco Gubernamental de Fomento en el 1995, las empresas mayoristas principales tienden a tener precios más altos que las empresas con menor participación en el mercado, aunque el ordenamiento en rango en cuanto a precio promedio no es exactamente correspondiente con el ordenamiento respecto a la participación en el mercado.

La información que genera la Encuesta Mensual de Gasolina que lleva a cabo el Departamento de Asuntos del Consumidor ofrece apoyo empírico a varias generalizaciones que serán importantes cuando se examinen las consecuencias de la política de establecimiento de zonas de precios de gasolina en Puerto Rico.  Los aspectos que a continuación se señalan cubren el período de enero a julio, 2004.

·         El precio promedio de la gasolina aumentó en 22.6 por ciento, de 40.98 centavos a 50.26 centavos por litro.

·         Durante ese periodo, el incremento en precio en las estaciones de autoservicio fue mayor que en las estaciones convencionales: 25.6 por ciento en comparación con 16.2 por ciento.

·         A juzgar por el precio de la gasolina de 87 octanos, se observaron diferencias regionales en variable, entre ellas:  para enero, 2004, tuvo un máximo de 37.34 centavos en la región de Arecibo y un mínimo de 36.00 en la región de Ponce, con un promedio de 36.44, un recorrido de 1.34 centavos, una desviación típica de 0.47 centavos y un coeficiente de variación de 1.29 por ciento. 

·         En julio, el promedio se elevó a 46.68 centavos por galón, con un máximo de 47.32 centavos en la región de Ponce, un mínimo de 45.95 centavos en la región de Arecibo, una desviación típica de 0.82 centavos y un coeficiente de variación de 1.76 por ciento.

·         Durante el periodo, en lo que respecta al precio de la gasolina de 87 octanos, la región que tuvo el mayor aumento fue la de San Juan, donde el alza fue de 31.4 por ciento, de 36.40 a 47.26 centavos por galón.

Proyecciones de la Demanda de Gasolina

 

En esta sección se presenta un ejercicio de proyección, para el periodo 2005-2009, de la producción y el consumo de gasolina en Puerto Rico, tomando en consideración las variables, tanto a nivel global como en Estados Unidos.

En un estudio realizado por Natural Resources Defense Council se traza un escenario básico en el cual se estima que la demanda anual de gasolina en Estados Unidos crecerá de 117.8 billones de galones en el año 2000 a 142.0 billones de galones en el 2010, a una tasa anual promedio de 1.9 por ciento.  Esto en un contexto en que el consumo de petróleo aumenta de 2.81 billones de barriles al año a 3.38 billones de barriles, a una tasa anual promedio también de 1.9 por ciento al año.

En la medida en que se estima que el consumo de gasolina en Estados Unidos constituye el 45 por ciento del consumo mundial, cabe esperar que, en un periodo similar, el consumo de gasolina a nivel global aumente de 261 billones de galones a 315.5 billones de galones, a una tasa anual promedio de 1.9 por ciento.

Un elemento central en las proyecciones de producción de petróleo y consumo de gasolina a nivel mundial es la expansión económica de China, donde las importaciones de petróleo crudo han aumentado aceleradamente. Aunque ese país aún está significativamente rezagado en lo que respecta al uso del automóvil privado ya las ventas de automóviles están aumentando a un paso acelerado, lo cual se traducirá en una gigantesca demanda de gasolina en los próximos años y contribuirá a aumentar la presión alcista tanto en los precios del petróleo como en los de la gasolina.

A estos efectos se realizó un ejercicio de proyección de las ventas y el consumo de gasolina en Puerto Rico, así como de los ingresos procedentes del arbitrio sobre la gasolina, tomando como base las proyecciones oficiales de crecimiento del producto bruto a precios corrientes que presenta la Junta de Planificación.

Las ventas de gasolina en Puerto Rico aumentaron de 833.2 millones de galones en el año 1991 a 1,027.0 millones de galones en el 2005, a una tasa anual promedio de 2.9 por ciento.  Durante igual periodo el precio promedio por galón ascendió de 130.5 centavos a 194.4 centavos, a una tasa anual promedio de también de 2.9 por ciento.  El valor de las ventas de gasolina se elevó de $1,087.3 millones a $2,410.1 millones, a una tasa anual promedio de 5.8 por ciento y el precio promedio de las importaciones de petróleo a Puerto Rico se creció de $21.40 por barril a $51.94 por barril, a una tasa anual promedio de 6.5 por ciento.[11]

Durante un periodo similar, los gastos de consumo en transportación, a precios corrientes, aumentaron de $2,525.6 millones a $5,681.5 millones, a una tasa anual promedio de 6.0 por ciento.  Por su parte, el producto bruto, a precios corrientes se elevó de $22,809.0 millones a $51,578.0 millones, a una tasa anual promedio de 6.0 por ciento.

De acuerdo con las proyecciones oficiales de la Junta de Planificación, el producto bruto nominal crecerá de $51,578.0 millones en el año 2005 a $56,590.6 millones en el 2009.  Los gastos de consumo en transportación, en el período 2005-2009, crecerán de $5,681.5 millones a $6,524.6 millones.

Si se sostienen durante el periodo de proyección (2005-2009) las mismas relaciones estadísticas que se observaron en el periodo del 1991 al 2005, así como las tendencias en el precio del petróleo y el precio de la gasolina, ya para el año 2009 las ventas de gasolina estarán al nivel de 1,390.7 millones de galones, con un precio promedio de 221.50 centavos por galón, un precio promedio de las importaciones de petróleo de $66.88 por barril y un valor total de las ventas de gasolina ascendente a $3,079.7 millones.

En tal contexto de proyección, los recaudos por concepto del arbitrio de gasolina podrían crecer de $243.4 millones en el año 2003 a $559.3 millones en el 2009.

 

Análisis de la Naturaleza, Alcance y Viabilidad Económica de las Zonas de Precio de Gasolina

 

En esta sección, se presenta un análisis de la naturaleza, alcance y viabilidad económica de las zonas de precio de gasolina. Se describe el concepto, se evalúa la justificación teórica y práctica del mismo, y se hace una síntesis de las investigaciones que se han hecho en Estados Unidos sobre el impacto de este método de fijación de precios. De igual modo, se evalúan los experimentos con el concepto de zonas de precio que se han realizado en Puerto Rico y los retos que el mismo implica, tanto para los esfuerzos de protección de los intereses del consumidor, como para la labor fiscalizadora de las prácticas monopolísticas. Se analizan dos (2) posibilidades de organización del mercado: como una sola zona de precio o como varias zonas de precios.

Las zonas de precio en los mercados al por mayor de gasolina son uno de los temas más controvertibles en el debate de política pública económica en Estados Unidos.  La batalla en torno al tema se desarrolla, no sólo en el plano académico, sino también, y con mayor intensidad, en las cortes y en los gobiernos y legislaturas estatales.

Las zonas de precio no son otra cosa que la práctica de los mayoristas de gasolina orientada a establecer diferentes precios al por mayor para las estaciones de venta de gasolina al detalle que operan en diferentes áreas o zonas geográficas. Más específicamente, se trata de un conjunto contiguo de estaciones de gasolina de la misma marca que, de acuerdo con estudios realizados por el mayorista en cuestión, afrontan un conjunto común de factores competitivos, incluyendo los precios y prácticas de distribución de las marcas competidoras. Estas zonas de precio son un elemento dinámico: pueden cambiar cuando hay variación en las características de las estaciones o cuando se observan transformaciones en los factores competitivos en el mercado de referencia.

En el contexto de las zonas de precio, los precios que los mayoristas les cobran a los detallistas, según los mayoristas, se basan en cálculos econométricos, realizados por lo regular por consultores externos, donde entran en consideración diversos aspectos del lado de la demanda y de la oferta del mercado.  Estos cálculos se consideran un producto informático que es propiedad de la empresa mayorista. Algunos de los factores específicos que se toman en cuenta en dichos cálculos son:  localización y características geográficas del lugar, el volumen de tránsito, la fortaleza y elasticidad de la demanda y el grado de competencia que ofrecen las demás estaciones del área.  En términos más técnicos, la firma MPSI Systems, especialista en la creación de zonas de precios, señala que “el concepto se basa en el pronóstico de las ventas de gasolina y en la elasticidad respecto al precio, que es el recorrido de precio que un consumidor específico aceptará por el tipo y grado de gasolina antes de buscar fuentes alternativas de abastecimiento.”

Por lo regular, las compañías mayoristas consideran como propia la información acerca de la configuración de la zonas, los criterios usados para establecerlas, los criterios para establecer los precios en las diferentes zonas y las diferencias en precios entre zonas.  El número de estaciones en una zona, la extensión y forma de la zona y el número de zonas en un área varía de una compañía a otra. 

Por otro lado, lo opuesto a la práctica de las zonas de precio, es un sistema de precio uniforme donde las diferencias en precios entre áreas geográficas se basen en factores objetivos que se observen, tanto en el lado de la demanda, como en el lado de la oferta del mercado y que se manifiestan por vía de la libre acción del sistema de precios. Del lado de la demanda, habría que tomar en cuenta los flujos de tránsito, la densidad de la población y el ingreso promedio de los clientes. Del lado de la oferta, habría que tomar en consideración factores diversos como el precio del terreno, la naturaleza y tamaño de la estación, los costos de operación, transportación y mantenimiento, los costos de mano de obra y la estructura contributiva que impacta, tanto el precio de la gasolina, como las ganancias y la propiedad de los mayoristas y detallistas de gasolina.

En términos de la Teoría Microeconómica, las zonas de precio son una forma de discriminación de precios. Esta se define como la practica de cargar diferentes precios a diferentes compradores o grupos de compradores por esencialmente el mismo producto, donde tales diferencias reflejan las diferencias en costo asociados con el servicio a diferentes compradores o mercados.

Deben existir tres (3) condiciones en el mercado para que sea posible y rinda ganancias la discriminación de precios. En primer lugar, los compradores o grupos de compradores (zonas de mercado) deben ser separables, para evitar ventas de arbitraje del mercado de bajo precio al mercado de alto precio. Segundo, los dos (2) ó más compradores (o zonas de mercado) deben tener diferentes elasticidades de demanda respecto al precio a cualquier nivel particular de precio, para hacer la discriminación de precios beneficiosa.  Tercero, los mercados deben caracterizarse por la falta de competencia de firmas rivales. Si bien la discriminación de precios trabaja mejor en una situación de monopolio, es también viable en mercados oligopolísticos como es el caso, como ya indicamos antes, de la distribución de gasolina al por mayor, donde las empresas coordinan sus estrategias de precios tomando en cuenta las acciones y reacciones de sus rivales.

Existen tres (3) categorías de discriminación de precios.  La primera categoría es cuando cada comprador es obligado a pagar el máximo que éste estaría deseoso de pagar por el producto.  La segunda categoría involucra discriminar entre grupos de compradores sobre la base del tiempo o en contextos de urgencia. Aquellos que tienen la mayor urgencia y el poder adquisitivo que la apoye pagarán  precios más altos que aquellos que estén dispuestos a esperar.  La tercera categoría es una situación en que la firma puede cargar diferentes precios en dos (2) ó más mercados en un mismo momento en el tiempo.

Las diferencias de precio de los servicios telefónicos y de electricidad entre hogares y negocios, la firma que cobra un precio más alto por un artículo que vende en uno de sus establecimientos en un centro comercial urbano pero ofrece más barato en una de sus sucursales en un centro comercial a las afueras de la ciudad, y las diferencias entre el costo de las llamadas telefónicas a horas pico y a horas de menor volumen de actividad, son ejemplos de la discriminación de precios del tercer tipo. En la medida en que las compañías mayoristas de la gasolina establecen las zonas de precio a base de los diferentes grados de la elasticidad de la demanda, respecto al precio al nivel de la bomba en diferentes áreas del País, practican una variante de esta categoría de discriminación de precios.

La literatura sobre el tema de las zonas de precio en el mercado de gasolina es extremadamente variada y compleja.  Para darse cuenta basta examinar algunas de las conclusiones de los principales trabajos que se identificaron en la literatura más reciente sobre el tema:

·         Los investigadores David W. Meyer y Jeffrey H. Fischer, en un trabajo que prepararon para la Comisión de Comercio Federal[12] examinaron las teorías pro competitivas y anticompetitivas asociadas con las zonas de precios.  Los autores llegaron a la conclusión de que éstas son parte de una relación complicada entre las compañías gasolineras mayoristas y las empresas detallistas que facilita una distribución eficiente del riesgo, provee incentivos óptimos para los mayoristas y los detallistas y le permite a los mayoristas reaccionar más rápidamente a cambios en las condiciones de competencia local.  Por ejemplo, si los mayoristas tienen poder de mercado sustancial, las zonas de precio pueden facilitar la coordinación o ayudar a disuadir la entrada de nuevos competidores al mercado.  El Estudio indica además, que la prohibición de las zonas de precio pueden llevar a precios promedio más altos y que los mayoristas usen otros medios, menos eficientes, para lograr sus metas, entre ellas:  el aumento en la proporción de estaciones que sean propiedad de los mayoristas en áreas en que no existan leyes de desvinculación operacional.  Ante todo, los investigadores sugieren que la política antimonopolística no debe condenar las zonas de precio de una manera categórica, sino más bien, exigir evidencia específicamente relacionada con las prácticas de mercado que demuestre que la práctica de las zonas de precio ha llevado a precios más altos al nivel del detallista.

·         En un trabajo titulado Experimental Gasoline Markets (2003), los investigadores Cary A. Deck y Bart J. Wilson, llegan a las siguientes conclusiones, respecto al efecto de las zonas de precio en comparación con el sistema de precios uniformes al nivel del mayorista: 

ü      bajo el sistema de zonas de precio, los precios en áreas relativamente aisladas son más altos que en áreas con una alta concentración de estaciones;

ü      el sistema de precios uniformes al nivel del mayorista aumenta los mismos en las áreas más competitivas y simultáneamente no altera los precios en áreas geográficamente más aisladas que son menos competitivas.

·         En un trabajo titulado Economics at the Pump, publicado en la revista Regulation (2004), Cary A. Deck y Bart J. Wilson, siguiendo la metodología de mercados experimentales que se utilizó en el estudio citado en el rubro anterior, llegan a la conclusión de que la política de establecer precios uniformes al nivel del mayorista no necesariamente se traduce en precios más bajos de la gasolina al nivel del consumidor ya que hay dos (2) tipos de factores que determinan los precios de la gasolina: la oferta y la demanda. Los precios de entrega de los mayoristas son tan solo una de las variables que influye el mercado.  Desde el lado de la demanda, los precios pueden ser más altos en algunas áreas debido a que los consumidores no están dispuestos a viajar a otros sitios para comprar su gasolina.  Al consumir la gasolina en su localidad, los consumidores no inducen la competencia entre las estaciones, y si hay poca competencia los precios se mantendrán altos, en buena medida debido al carácter inelástico de la demanda de gasolina, aunque los mayoristas vendan la gasolina a un precio bajo.

·         En un artículo titulado Will Open Supply Lower Retail Gasoline Prices, publicado en la revista Contemporary Economic Policy (2004), los investigadores John M. Barron, Beck A. Taylor y John R. Umbeck llegan a la conclusión de que, contrario a la tesis vigente, en el mercado de Los Ángeles, California, controlando las características del mercado y el nivel de las estaciones de gasolina, las estaciones con más alternativas en cuanto al abasto de gasolina tienen precios al detal significativamente más altos que las estaciones atadas a un solo proveedor al por mayor.

·         En un estudio preparado por Utility Consumers Action Network, bajo el titulo de The Financial Impact of Gasoline Price Gouging on San Diego’s Economy (2002), en el cual se analizan las prácticas de venta de gasolina al detalle en el área metropolitana de San Diego, California, se llega a la conclusión de que, debido al uso de las zonas de precio, el precio de una misma marca y grado de gasolina puede ser hasta 25 centavos más alto dependiendo de la localización de la estación. Se encontró que en regiones donde no hay estaciones independientes y predominan las estaciones afiliadas a marcas, los precios pueden ser hasta 20 centavos por galón más altos que en áreas donde predominan las estaciones independientes. A juicio de los autores, las zonas de precio permiten a las empresas mayoristas controlar artificialmente e inflar el precio de la gasolina.

·         En un testimonio que presentó, ante el Comité de lo Judiciario de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el Dr. Roy Littlefield, Vicepresidente Ejecutivo de Service Station Dealers of America, describió las zonas de precio de la gasolina como un mecanismo para imponerle precios más altos a los estaciones de gasolina y a los consumidores, para manipular los precios al detalle de la gasolina y para asegurarle ganancias oportunistas a las compañías petroleras.

·         En un testimonio presentado ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Comité de Asuntos Gubernamentales del Senado de Estados Unidos, Richard Blumenthal, Procurador General del estado de Connecticut, aboga en forma vigorosa por la prohibición de las zonas de precios y otras tácticas que, según él, evitan que los detallistas de gasolina obtengan la misma a precios competitivos.  De acuerdo con este observador, mediante la creación de zonas geográficas artificiales las compañías mayoristas cargan precios diferentes a los detallistas dentro de zonas diferentes basados en programas de computadora y cálculos secretos en cuanto a la ganancia que se puede lograr, no en cuanto a cómo puede cambiar su posición competitiva.  Se preocupan además, por cuánto pueden aguantar los consumidores y no por el efecto que el precio pueda tener en su participación en el mercado.  De acuerdo con Blumenthal el poder de las principales compañías mayoristas para imponer zonas de precio y fijar precios inflados, excesivos y arbitrarios es resultado de los acuerdos de franquicia, a los que están atados los detallistas, los cuales dictan que éstos están obligados a comprar productos a un solo suplidor.

·         En cambio, J.S. Carter, Director Regional para Estados Unidos de Exxon Mobil Fuels Marketing Company, señaló, en las mismas vistas en que habló Blumenthal, que las zonas de precio proveen el método mas confiable para evaluar y responder a la competencia local que afrontan los detallistas que operan en un ambiente competitivo, con alta transparencia y un balance apretado entre la demanda y la oferta. En la medida en que las zonas de precios reflejan las condiciones de demanda y oferta al nivel local, éstas son un reflejo en vez de una causa de la volatilidad de precios.  (Carter, 2002)

·         En un estudio publicado a fines del año 2003, bajo el título The Economics of Gasoline Retailing: Petroleum Distribution & Retailing Issues in the U.S. (2003), el Dr. Andrew N. Klett, Profesor de Economía de la Energía y el Ambiente, de Pennsylvania State University, encontró que desde el punto de vista competitivo y desde la perspectiva del consumidor, las restricciones verticales no basadas en el precio y las estrategias de mercadeo de zonas de precio son el resultado de la competencia entre varias formas de distribución en el mercadeo de la gasolina.  Se trata, según este investigador, de una competencia que promueve la eficiencia y beneficia al consumidor al traer el producto al mercado a un precio más bajo. De acuerdo con Klett, la eliminación de las zonas de precios se traducirá en precios promedios más altos para los consumidores y reducirá el número de mayoristas que participa en el mercado de gasolina.

·         En lo que atañe a la experiencia en el contexto de Estados Unidos en el campo de opciones de política pública para lidiar con la práctica de la fijación de zonas de precios, un estudio preparado por National Conference of State Legislatures, bajo el título de Findings on Hawaii Gasoline Prices and Policies, señala que varias legislaturas estatales, entre ellas las de Connecticut y Nueva York, se han propuesto establecer restricciones (monitoria y/o reglamentación) a la práctica de las zonas de precios, pero ninguna ha logrado ser aprobada por las legislaturas correspondientes, en buena medida, debido a que las investigaciones sobre el asunto han fallado en probar que se trata de una práctica ilegal.  Ahora bien, según se indica en el estudio, en Maryland se instituyó, por orden ejecutiva, un grupo de trabajo (task force) para estudiar el asunto de las zonas de precio y preparar un informe con recomendaciones.  El informe no encontró prácticas ilegales con respecto a las zonas de precios, pero recomendó que se hiciera un escrutinio o monitoreo más estricto del asunto. Por otro lado, en California la organización denominada Utility Consumer’s Action Network le pidió a la Comisión Federal de Comercio que llevara a cabo un estudio acerca de las zonas de precios de gasolina. El estudio que surgió de esta iniciativa, que examinó la experiencia de los estados de Arizona, California, Nevada, Oregon y Washington, no encontró evidencia de conductas que violaran las leyes antimonopolísticas.

·         Finalmente, en el estudio que publicó en el año 1991 la entidad Consumer Federation of America, bajo el título:  Ending the Gasoline Price Spiral (2001), se concluye, en relación a las zonas de precios de la gasolina, lo siguiente: Restrictive Marketing Practices, Such as Zonal Pricing and Franchise Restrictions on Supply Acquisition Should be Investigated and Discouraged.

Digresión Sobre el Número y Ubicación Geográfica de las Zonas de Precios de la Gasolina

 

La discusión de las bases teóricas del concepto de zonas de precios de la gasolina, el examen de la literatura empírica sobre el tema y las experiencias históricas que se han observado en el mercado de la gasolina en Puerto Rico, no permiten contestar en términos analíticos ni empíricos cuál sería el número de zonas de precios deseables para la Isla.  Esto, en parte, a que no hay forma de ensayar en la práctica con modelos alternos a la práctica dominante, que consiste en el uso de las zonas de precio como un sistema de discriminación de precios en el mercado de gasolina.  Tampoco el ministerio público dispone de la base de datos—debido a la resistencia de las empresas mayoristas a ofrecer a examen público los cálculos específicos que llevan a cabo para la determinación de los precios al por mayor de la gasolina—para realizar simulaciones y estimaciones estadísticas independientes que pueden corroborar la precisión, objetividad y grado de respuestas a las condiciones de mercado a las que supuestamente responden las compañías mayoristas.

Los esfuerzos que ha realizado el Departamento de Justicia para lograr que las empresas mayoristas de gasolina ofrezcan detalles específicos sobre los métodos y criterios para definir las zonas de precio sólo han rendido respuestas vagas e imprecisas en las cuales se identifican a grandes rasgos los criterios pero no se ofrecen las metodologías y cálculos específicos asociados con cada zona de precio de la cual dan cuenta esas empresas.  Las empresas se amparan en que se trata de programas, modelos de computadora y técnicas o sistemas de análisis de mercado que son propiedad confidencial y constituyen secretos comerciales y herramientas de mercadeo.

La realidad es que cada empresa mayorista tiene sus propias zonas.  Las características de las zonas, entre ellas:  el número de estaciones en cada zona, la forma de la zona y el número de zonas en un área en particular, varía de zona a zona y de empresa a empresa.

Aún suponiendo que las empresas sometieran, voluntariamente, al ministerio público toda la información que disponen sobre los hábitos de consumo y preferencias de sus  clientes, los patrones de respuesta a éstos a cambios en los precios (elasticidad-precio), los patrones y volúmenes de circulación de tránsito en las áreas donde están ubicadas las estaciones, los impactos de diferenciales de precio sobre los volúmenes de venta y demás elementos del lado de la demanda del mercado de gasolina, a lo cual habría que añadirle toda la información relacionada con el lado de la oferta del mercado de gasolina al nivel de las estaciones (infraestructura, servicios disponibles, espacio de ventas) y con la naturaleza y alcance de la competencia que ofrecen las estaciones aledañas, sería un problema mayúsculo de coordinación e integración analítica tratar de establecer objetivamente el número y extensión de las zonas de precio que deben regir en toda la geografía de Puerto Rico. Aún más, sería una tarea todavía más portentosa lograr que las firmas mayoristas y las estaciones de gasolina afiliadas a éstas, para no hablar de las estaciones de gasolina independientes, aceptaran como válidas las determinaciones en cuanto al precio por zona, a nivel del mayorista, que pudiera establecer una autoridad gubernamental—la cual no existe en la actualidad—que estuviera encargada de coordinar y reglamentar semejante función.

Aparte de las dificultades prácticas, virtualmente insuperables, que implicaría que fuera el sector público el que determinara, en forma objetiva e independiente y tomando en consideración información sobre ambos lados del mercado de gasolina, la naturaleza, número, extensión y variación de las zonas de precio de gasolina, las empresas mayoristas y minoristas se verían inclinadas a rechazar la validez de los renglones o niveles de precio que surjan de tales investigaciones y, con toda probabilidad, como lo hacen ahora, tenderían a confiar más en sus propias investigaciones de mercado y en el monitoreo de los cambios en la demanda de gasolina, que en los criterios externos del ministerio público.      

II.                 Conclusiones y Recomendaciones

 

En esta sección, se concentra la atención en varias observaciones y hallazgos que se desarrollaron con base en la vasta exploración que se realizó sobre el mercado de gasolina en Puerto Rico.  La misma enfatiza la importancia de las zonas de precio como instrumento de mercadeo de las empresas mayoristas y como práctica de discriminación de precios que tiene serias implicaciones desde el punto de vista de la política antimonopolista que rige en Estados Unidos y Puerto Rico.

En primer lugar,  aunque es un fenómeno esencialmente asociado con las alzas en el precio del petróleo, los precios de la gasolina han estado en alzada sistemática y significativamente desde enero de 2004.  El sistema de mercadeo, a base de zonas de precios que usan las empresas mayoristas en Puerto Rico, se ha convertido en un factor que exacerba la difícil situación que la tendencia alcista de los precios de la gasolina representa para los consumidores, particularmente para los negocios y el gobierno y aquellos que viven en áreas geográficas de altos ingresos. De igual modo, las zonas de precios pueden contribuir a que los consumidores tarden más en recibir los beneficios de precios más bajos cuando se reducen los precios del petróleo a nivel mundial.  De esta forma la práctica de las zonas de precio en Puerto Rico, a juzgar por los datos que recopila el Departamento de Asuntos del Consumidor, está más vinculada a las variaciones regionales del precio de la gasolina y a las diferencias entre los precios que le ofrecen los mayoristas a las estaciones de gasolina.

En segundo lugar, el uso del Índice de Herfindahl-Hirschman (HHI) nos indica un aumento en el grado de concentración del mercado de gasolina al por mayor en Puerto Rico.  En tercer lugar, las empresas mayoristas que ejercen la discriminación de precios han fallado en explicar claramente las bases conceptuales y metodológicas del sistema de zonas de precios que usan en Puerto Rico.  Tampoco han ofrecido al ministerio público información detallada y precisa sobre los cálculos o modelos estadísticos o econométricos específicos asociados con las zonas de precio de diversos tamaño y extensión que han establecido en Puerto Rico. Por esta razón, no disponemos de herramientas empíricas que hagan posible evaluar si las zonas existentes se justifican objetivamente a la base de los criterios que se usan para crearlas o determinar si hay margen para un número mayor o menor de zonas y para alternativas de extensión geográfica de las mismas.

En cuarto lugar, siguiendo investigaciones empíricas e interpretaciones rigurosas de la jurisprudencia vigente en Puerto Rico, la Oficina de Asuntos Monopolísticos del Departamento de Justicia ha demostrado los alcances e implicaciones de la práctica de zonas de precio de la gasolina como una variante de la discriminación de precios y como formas de restringir la competencia, inflar los precios y ejercer poder de mercado indebido.  En quinto lugar, la literatura teórica y empírica que se ha desarrollado en Estados Unidos tiende a estar polarizada entre aquellos que creen que las zonas de precios son un sistema eficiente de mercadeo de la gasolina y aquellos que piensan que se trata de un sistema de extracción de ganancias excesivas por parte de las empresas mayoristas.

En sexto lugar, todas las jurisdicciones en Estados Unidos que han intentado poner freno mediante legislación a la práctica de zonas de precio han fracasado en su intento. A lo sumo, se ha llegado al diseño e implantación de sistemas de monitoreo de los precios de la gasolina y de las prácticas de distribución de la misma. Una de las razones que se ofrece para eliminar las zonas de precio es la naturaleza rígida y arcaica de las leyes antimonopolísticas de Estados Unidos.

Finalmente, dada la gran fuerza que han ganado las zonas de precio en todas las jurisdicciones de Estados Unidos, así como en Puerto Rico, los esfuerzos de la política pública se enfrentan a la paradójica situación de tener que llevar a cabo estudios empíricos o al menos simulaciones estadísticas y estudios de impacto para demostrar que la eliminación de las zonas de precios y la introducción de un sistema de precios uniformes, no implicará, entre otras cosas, alzas en los costos al nivel del consumidor, reducción en el número de empresas mayoristas y de estaciones, o restricciones a la oferta de gasolina en determinados mercados.

A la luz de las conclusiones anteriores, ofrecemos al Departamento de Justicia las siguientes recomendaciones en cuanto cómo lidiar con el asunto de las zonas de precio de la gasolina en Puerto Rico:

·         Recomendar al Gobernador que nombre un Grupo Especial de Trabajo (Task Force) que haga una investigación a fondo sobre la naturaleza, estructura y problemas fundamentales del mercado de gasolina en Puerto Rico y produzca un informe sobre el asunto. Los temas específicos a investigarse serían los precios de la gasolina, la estructura del mercado, las zonas de precio, los impuestos a la gasolina, los sistemas de abastecimiento y distribución de gasolina, el estado de la información sobre el mercado de gasolina tanto en la fase de demanda como en la de oferta. Este grupo especial de trabajo estaría constituido por representantes de la industria petrolera, dueños de estaciones de gasolina, consumidores y ambientalistas.

·         Solicitarle a la Junta de Planificación que, por vía del Área de Planificación Económica y Social, lleve a cabo un estudio, a base de una muestra representativa de la estructura de ingreso, los costos de operación y márgenes de ganancia de las estaciones de gasolina en Puerto Rico y de las circunstancias especiales asociadas con las estaciones abanderadas y las estaciones independientes.

·         Solicitarle al Departamento de Asuntos del Consumidor que amplíe el detalle a nivel geográfico de las encuestas de precios de la gasolina, de manera que se pueda hacer una mejor monitoria de éstos al nivel más amplio de regiones y al nivel más específico de barrios en los municipios más pequeños y sectores urbanos en los municipios más grandes.

·         Procurar que se prepare legislación que haga compulsoria las peticiones de información del Departamento de Justicia sobre los criterios y fórmulas específicas que usan las empresas mayoristas para establecer las zonas de precio, sujeto, por supuesto, a estrictas medidas y garantías de confidencialidad en el uso de la información obtenida por vía de cuestionarios que se sometan a dichas empresas.

·         Solicitarle al Departamento de Recursos Naturales que evalúe el estado de situación y posibles alternativas de profundización, producción más rápida  y mejoramiento de las estadísticas de importación, exportación, consumo y distribución de gasolina en Puerto Rico.

·         Procurar que la Legislatura, luego del informe sobre el mercado de gasolina que rinda el Grupo Especial de Trabajo, y bajo el supuesto de que surja de éste una recomendación concreta al respecto, pase una ley que prohíba específicamente la práctica de zonas de precio en la jurisdicción de Puerto Rico o que exija condiciones específicas de implantación de las zonas de precio que garanticen la libre competencia, eviten la imposición de diferencias de precio injustificadas entre zonas ( es decir, que no se vinculen con los factores de costo) y le ofrezca a los dueños de estaciones de gasolina la posibilidad de diversificar sus fuentes de abastecimiento de gasolina, aún cuando sostengan contratos con mayoristas que las obliguen a que una porción dominante de sus compras sean a un suplidor específico.

III.      Epílogo

 

La aprobación de la Ley Número 74 del 25 de agosto de 2005 cambió gran parte de la perspectiva de la industria de distribución de gasolina en Puerto Rico al momento en que se llevó a cabo la investigación básica del presente Estudio.  Dicha Ley declaró que Puerto Rico constituye una sola zona de mercado con el fin de evitar las prácticas discriminatorias que afectan la gasolina y/o los combustibles especiales garantizando la estabilidad, accesibilidad y uniformidad en el precio.  De igual modo, la Ley prohíbe la interferencia por el refinador, productor de petróleo y/o distribuidor mayorista en la fijación del precio de venta al detalle de la gasolina y establece delitos y penalidades a las personas naturales o jurídicas que violen las disposiciones de la ley.

A todas luces, es demasiado temprano para trazar juicios sobre el impacto que tendrá está Ley sobre la base competitiva, los sistemas de distribución y la estructura de precios de la gasolina en Puerto Rico. Por lo pronto, las dos (2) encuestas sobre los Precios Prevalecientes de Mayoristas de Gasolina más recientes que ha realizado el Departamento de Asuntos del Consumidor, una a principios de octubre de 2005 y otra a finales del mismo mes revelan varios cambios significativos cuando se comparan sus resultados con los de la encuesta realizada en noviembre de 2004, en lo que respecta al grado de dispersión de los precios.  A continuación se presentan algunos de los cambios significativos observados:

·         En noviembre de 2004, la diferencia entre el precio máximo y el precio mínimo por litro (o recorrido) en el caso de la gasolina regular era de 6.63 centavos, la desviación típica era 2.27 centavos y el coeficiente de variación ascendía a 5.0 por ciento. Los valores respectivos en el caso de la gasolina súper eran 9.67 centavos, 3.38 centavos y 7.0 por ciento.

·         Al compararse los datos de la encuesta realizada en el caso de la gasolina regular, a principios de octubre de 2005, en comparación con noviembre de 2004, se observó un recorrido mayor (17.43 centavos), una desviación típica más alta (7.5 centavos) y un mayor coeficiente de variación (10.9%). Los valores correspondientes a la gasolina súper fueron 17.11, 7.10 y 10.1 por ciento, respectivamente.

·         No obstante, ya para fines de octubre de 2005, no sólo había bajado el precio promedio de ambas gasolinas vendidas al por mayor, sino que la dispersión de los precios se redujo en una medida apreciable, aunque sigue siendo mayor que en noviembre de 2004.

·         Así, en el caso de la gasolina regular el precio promedio a fines de octubre del 2005, fue de 58.13 centavos el litro, en comparación con 68.54 centavos a principios del mes, una baja de 17.9 por ciento, el recorrido fue de 11.97 centavos, la desviación típica de 4.53 centavos y el coeficiente de variación fue de 7.8 por ciento.  Los valores correspondientes a la gasolina súper fueron 14.69, 5.44 y 8.6 por ciento, respectivamente.

·         La alta dispersión que se observó a principios de octubre del 2005 se debió esencialmente al hecho de que después de la implantación de la Ley 74 los precios de Shell, el mayorista que tiene la mayor participación en el mercado, San Juan Oil, Best Pet y Peerless seguían sosteniendo precios al por mayor por debajo del promedio, pero Shell había regresado a precios similares a los mayoristas que captan mayor porción del mercado.

·         Una de las consecuencias de esta situación ha sido un intenso movimiento de la demanda hacia las gasolineras que ofrecen los precios más bajos, lo cual provoca en ocasiones que los abastos de éstas se reduzcan rápidamente a cero y los consumidores se vean obligados a hacer búsquedas en el mercado para lograr obtener la gasolina que necesitan aunque sea a precios más altos.

·         Varios eventos históricos, entre ellos, un paro de los camioneros a nivel local, varios amagos de retorno al paro, y dos (2) eventos naturales, los huracanes Katrina y Rita, que provocaron daños en las áreas del Golfo donde se concentra gran parte de la industria de refinación de petróleo de Estados Unidos, tuvieron acentuados impactos en el mercado de gasolina de Puerto Rico, tanto en el flujo de gasolina hacia las estaciones de distribución o en el precio de gasolina. Estos eventos demuestran la alta vulnerabilidad del mercado local ya sea a interrupciones por problemas del lado de la oferta o a procesos especulativos que se traducen en abruptos incrementos en el precio de la gasolina que se transmiten con gran velocidad al mercado local.

·         Luego de la aprobación de la Ley Núm. 74, aún cuando se observan algunos cambios, la mayoría de las recomendaciones que se presentan en la sección anterior siguen vigentes, ya que la eliminación de las zonas de precio es sólo el comienzo de una gran variedad de reformas estructurales y de mejoras en los sistemas de información que son necesarias para generar confianza y darle estabilidad, tanto al lado de la demanda como al lado de la oferta, del complejo y cambiante mercado de la gasolina en Puerto Rico.

Tabla 15

 

Precios Prevalecientes de Mayoristas de Gasolina

Octubre, 2005

Departamento de Asuntos del Consumidor

Centavos por Litro

 

Marca

87 octanos

Principios

de octubre

87 octanos

Fines

de octubre

91 octanos

Principios

de octubre

91 octanos

Fines

 de octubre

Esso

75.90

61.60

78.57

66.60

Texaco

75.08

61.84

75.91

66.86

Shell

60.78

61.70

64.69

66.70

Gulf

76.87

64.75

77.12

71.70

Caribe

69.19

57.30

70.51

60.47

Toral Oil

77.11

53.23

72.73

58.88

Total Petroleum Puerto Rico Corp.

69.60

60.86

78.81

69.10

San Juan Oil

61.29

54.13

63.12

58.36

Best Pet Corp

59.68

53.07

61.70

57.30

Peerless

59.91

52.78

61.77

57.01

 

 

 

 

 

Promedio

68.54

58.13

70.49

63.30

Máximo

77.11

64.75

78.81

71.70

Mínimo

59.68

52.78

61.70

57.01

Recorrido

17.43

11.97

17.11

14.69

Desviación Típica

7.51

4.53

7.10

5.44

Coeficiente de Variación

10.9%

7.8%

10.1%

8.6%

 

 


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TELECOMUNICACIONES EN PUERTO RICO: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS

 

 

 

Introducción

 

El propósito de este ensayo es analizar el papel que desempeñan las telecomunicaciones en el desarrollo económico de Puerto Rico, con miras a disponer de una base de información al día, objetiva y científica que  ofrezca un marco de referencia útil en la toma de decisiones privadas y de política pública, sobre la industria.

 

Este trabajo sigue el modelo de lo que en Europa y Estados Unidos se conoce como un White Paper, es decir, un documento abarcador que puede ser utilizado como manual de consulta sobre el tema y como guía sobre el desarrollo de la industria de telecomunicaciones en Puerto Rico.

 

Visión general

 

Puerto Rico tiene algunas de las tasas de teledensidad (numero de líneas telefónicas para cada 100 habitantes), penetración de telefonía móvil y uso de Internet más altas de la región latinoamericana.

 

No obstante, Puerto Rico está rezagado con respecto a Estados Unidos y a los países altamente desarrollados de Europa y del resto del mundo en términos de líneas fijas, crecimiento de telefonía móvil y avance de líneas de banda ancha.

 

En cuanto a líneas de banda ancha, se da la paradoja de que aunque Puerto Rico es superado en el número de líneas por todos los estados de la Unión, la tasa de crecimiento de la Isla en este renglón fue la más alta dentro de Estados Unidos durante el periodo de 2003 a 2006, lo cual es una señal de progreso significativo en el renglón más importante y más prometedor de la industria.

 

La telefonía móvil es el segmento más dinámico de las telecomunicaciones en la Isla, en el cual se observa crecimiento acelerado e intensa competencia, mientras que ha habido una reducción en las líneas fijas.

 

El mercado de telefonía local de líneas fijas, que  está dominado por Puerto Rico Telephone Company, se halla esencialmente estancado.

 

En los mercados de larga  se observa intensa competencia.

 

Se han hecho avances significativos en varias segmentos del mercado de telecomunicaciones: VoIP, banda ancha, Cable TV, con una tendencia hacia la convergencia de estos tres elementos en las ofertas de los proveedores.

 

Ha avanzado significativamente Cable TV, incluyendo empresas que ofrecen la triada de servicios (televisión, Internet de banda ancha y telefonía), se ha posicionado fuertemente la televisión por satélite y ya hay firmas que ofrecen los cuatro servicios fundamentales (la triada más VoIP).

 

A principios de 2007 tanto el sector móvil como el de líneas fijas recibieron el impacto de la entrada de América Móvil, por vía de la adquisición de la PRTC.

 

La entrada de América Móvil estará acompañada por significativas inversiones en la infraestructura telefónica local.

 

La literatura sobre las telecomunicaciones a escala global destaca el papel esencial que éstas desempeñan en el aumento de la productividad de la mano de obra y en la productividad de los factores de producción en general.

 

De igual modo, la literatura sobre el tema de las telecomunicaciones a nivel mundial confirma la importancia de que los países desarrollen una estrategia a largo plazo para el fortalecimiento del sector de tecnologías de información y comunicaciones y de las telecomunicaciones en genera

 

Aspectos generales del mercado local de telecomunicaciones

 

Desde el 1998, y particularmente desde la privatización de la PRTC en 1999, 219 compañías han recibido licencia de telecomunicaciones.  De éstas, solo 26 tienen licencias regulares.

 

El mercado móvil ha mostrado la mayor aceleración tanto en el número de subscriptores como en el número de compañías que han entrado a la competencia.

 

Los servicios de telefonía móvil son provistos por: Singular Wireless (ahora ATT), Verizon Wireless (ahora Claro),  Centennial de Puerto Rico, Movistar (ahora Open), SunCom Wireless y Sprint PCS.

 

De acuerdo con la publicación 2007 Business Directory, del periódico Caribbean Business, los siguientes datos describen la situación general del mercado local de telecomunicaciones en Puerto Rico:

 

  • Las catorce compañías de telecomunicaciones más grandes de Puerto Rico emplean un total de 9,737 personas a tiempo completo, encabezadas por la PRTC (4,733) y Centennial de Puerto Rico (1,500).

 

  • Las 10 compañías de interconexión telefónica más grandes de Puerto Rico emplean un total de 209 personas y tenían un total de 41,105 líneas conectadas en 2005.

 

  • Las seis compañías de telefonía móvil (celulares) empleaban en julio de 2006 un total de 8,332 personas a tiempo completo y tenían un total de 2, 267,861 subscriptores.

 

  • Las seis compañías de telefonía a larga distancia tenían en junio de 1996 un total de 6,739 empleados a tiempo completo.

 

Definiciones de telecomunicaciones

 

De acuerdo con la UIT, en sentido amplio, las telecomunicaciones comprenden los medios para transmitir, emitir o recibir signos, señales, escritos, imágenes fijas o en movimiento, sonidos o datos de cualquier naturaleza, entre dos o más puntos geográficos a cualquier distancia a través de cables, radioelectricidad, medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos.

 

La Ley de telecomunicaciones de Argentina define las telecomunicaciones como toda transmisión, emisión o recepción de signos, señales, escritos, imágenes, sonidos o informaciones de cualquier naturaleza, por hilo, radioelectricidad, medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos.

 

La definición del diccionario en Internet Allwords.com  lee como sigue: “Any process or group of processes that allows the transmission of audible or visible information over long distances by means of electrical signals, eg. telephone, radio, telegraph, fax, radar, etc.

 

Por su parte, el Dictionary of Labor Talk Law dice lo siguiente: “Telecommunication is the extension of communication over a distance. In practice it also recognizes that something may be lost in the process; hence the term 'telecommunication' covers all forms of distance and/or conversion of the original communications, including radio, telegraphy, television, telephony, data communication and computer networking.

 

En Puerto Rico, la Ley 213 del 12 de septiembre de 2006 señala que telecomunicaciones significa la transmisión de información seleccionada por el usuario, entre puntos especificados por el usuario, sin que cambie el formato o contenido de la información enviada y recibida.

 

En la vasta literatura sobre las telecomunicaciones se está usando en forma predominante el concepto de TIC (tecnologías de información y comunicaciones), que hace referencia a una gran variedad de productos y servicios, incluyendo computadoras, equipo y redes de comunicaciones, fibra óptica, video interactivo, infraestructura y servicio de satélites, tecnología de identificación de radio frecuencia, y un creciente número de de inventos complementarios para el trabajo, la educación,  el cuidado de la salud y el entretenimiento. Por supuesto la plataforma tecnológica de TIC más abarcadora, más dominante y de mayor impacto al nivel mundial es la Internet.

 

En Canadá, el sector de producción de bienes y servicios de TIC se define como la combinación de industrias de manufactura y servicios que captura electrónicamente, transmite y despliega información y datos. 

 

Importancia de las telecomunicaciones en la sociedad postindustrial

 

Existe un claro consenso al nivel mundial en lo que respecta  la importancia estratégica de las telecomunicaciones en los procesos de crecimiento y desarrollo económico en la sociedad postindustrial.

 

En la nueva economía global, en la cual dominan las industrias intensivas en el uso de la información, tales como los servicios financieros, el cuidado médico, la manufactura de alta tecnología y la educación superior, las telecomunicaciones y  la política regulatoria del sistema de telecomunicaciones son elementos centrales de la política económica y de los esfuerzos por lograr el crecimiento y desarrollo económico sobre bases sostenibles.

La creación, diseminación y análisis del conocimiento depende grandemente de una infraestructura de telecomunicaciones avanzada, capaz de transmitir rápida y eficientemente y a costos razonables enormes cantidades de información.

La política de telecomunicaciones del gobierno juega un papel vital en la promoción de mercados competitivos, procesos efectivos de innovación tecnológica, precios competitivos para los usuarios y alta calidad, amplitud y variedad de los servicios.

 

El papel integrador de las telecomunicaciones

 

Los servicios de telecomunicaciones proveen una plataforma para el crecimiento económico.

Acercan a los compradores y vendedores en todos los mercados, una función indispensable para la mejorar la velocidad, eficacia y eficiencia de las transacciones de todo tipo.

Facilitan  el flujo de información, lo cual es esencial para el funcionamiento del mercado.

Actúan como ciclo de retroalimentación entre los suplidores de mercancías y servicios y sus clientes.

El sistema de información basado en las telecomunicaciones, se torna aún más importante cuando se trata de transacciones internacionales, en las cuales los suplidores y los clientes están separados geográficamente.

 

 

 

Efectos directos de las telecomunicaciones sobre el desarrollo económico

 

          El flujo de información desempeña un papel esencial en la difusión de nueva tecnología e ideas al nivel de las empresas productoras, el sector industrial y la economía como un todo.

       

        Su pueden identificar al menos siete efectos directos de las telecomunicaciones sobre el desarrollo económico:

 

  • Ayudan a difundir nuevas ideas y conocimientos y proveen un medio costo efectivo y eficiente en el uso del tiempo para exportar el conocimiento que se genera al nivel local y para importar las innovaciones tecnológicas que se desarrollan a escala global.
  • Reducen las brechas regionales en lo que respecta a la infraestructura y el desarrollo económico, lo que se conoce mundialmente como la divisoria digital, tanto al nivel interno de los países como entre países con diversos grados de desarrollo económico y social. Ante todo, ayudan a reducir la brecha digital entre las zonas urbanas y rurales dentro de un país, entre individuos y empresas, y entre países altamente desarrollados y países en desarrollo. 
  • Son un insumo fundamental del proceso económico de producción. Sus servicios son en buena medida sustitutos de bajo costo y alta eficiencia de la mano de obra en el manejo de información.
  • Aumentan la eficiencia de los mercados nacionales, regionales e internacionales al facilitar el flujo de información y aumentar la velocidad de la comunicación entre compradores y vendedores.
  • Tienen externalidades positivas. Reducen los costos fijos y variables de la adquisición de información vital para la toma de decisiones y el desarrollo de la actividad de negocios y generan ahorros de tiempo y trabajo en todos los sectores de la economía.
  • Ayudan a coordinar la actividad económica al permitir la adquisición y transferencia rápida de información entre las unidades económicas y facilitar de desarrollo de grandes y complejas organizaciones a escala nacional, regional y global.

·         Mejoran las conexiones globales, en la medida en que la velocidad de transmisión de conocimiento técnico y otros elementos de información depende de la calidad de los canales de comunicación entre diferentes países.

 

 

Aportación de las telecomunicaciones al desarrollo económico sustentable

 

El concepto de desarrollo económico sustentable se puede pensar en términos de políticas y programas diseñados para afrontar las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras para afrontar las suyas.

Las telecomunicaciones son una forma de inversión estratégica que es clave para mantener y desarrollar ventajas competitivas al nivel de la nación, de la región y de la firma y el elemento central para lograr el desarrollo económico sustentable.

Constituyen el núcleo de, y proveen la infraestructura para, la economía de la información como un todo.

Facilitan la entrada a los mercados, mejoran el servicio a los clientes, reducen los costos de transacción y aumentan la productividad de los recursos.

 

Telecomunicaciones y productividad

          La adopción y utilización de las telecomunicaciones por parte de las empresas, el gobierno y los ciudadanos tiene  impactos positivos en la productividad y el crecimiento económico en general.

Desde un punto de vista macroeconómico, la expansión de las telecomunicaciones se asocia con crecimientos en la productividad. Se identifican tres efectos directos del avance en las telecomunicaciones sobre la productividad laboral: los trabajadores tiene más y mejor capital, lo que se conoce como la profundización del capita; la fuerza trabajadora gana más destrezas y conocimientos; y la productividad total de los factores aumenta, lo que se mide a base del producto bruto interno que se genera por cada empleados en la economía o en los sectores de ésta.

Entre los impactos macroeconómicos positivos que se ha identificado en la literatura sobre el tema se hallan los siguientes:

·         Mayor alcance comercial. Las empresas que utilizan las tecnologías avanzadas de telecomunicaciones, especialmente Internet, como canal de comunicaciones con sus clientes ofrecen mayor acceso a sus clientes, dependen menos de sedes físicas, utilizan más eficientemente sus recursos humanos y tienen mayor cobertura de mercado.

·         Transacciones comerciales más eficientes. Se logra acceso en tiempo real a información sobre precios y productos.

·         Mejoran la gestión interna de la empresa y el gobierno para ofrecer un mejor servicio a sus respectivas clientelas.

·         Inducen el desarrollo de nuevos estilos de trabajo. La conectividad permite trabajar con más flexibilidad y con independencia de horarios y espacios físicos restrictivos.

 

De acuerdo con estudios realizados en Europa el crecimiento de las ramas productoras de tecnologías de telecomunicaciones ha sido el factor principal de la aceleración del crecimiento del producto interno bruto de la economía mundial, particularmente a partir de 2003.

 

 

Gráfica 1

Crecimiento del PIB vs crecimiento de telecomunicaciones a nivel mundial, en por ciento

          Fuente: Observatorio Europeo de Información Tecnológica

 

 

          Durante el periodo de 1997 a 2006, la productividad en Puerto Rico, definida como el producto bruto interno real dividido por el empleo total, mostró una tendencia esencialmente ascendente hasta 2002, pero de 2003 a 2006 mostró un patrón errático, en cual dominio la tendencia a la baja. El hecho de que la manufactura—el sector de más alta productividad de la economía después de las finanzas, seguros y bienes raíces-- haya estado en una fase de lento crecimiento durante el periodo explica buena parte de la contracción de la productividad general de la economía. El otro componente de la explicación es el relativo estancamiento de la productividad en los sectores de construcción, comercio y gobierno.

 

 

 

Tabla 1

Productividad en Puerto Rico

 

Año fiscal

Producto bruto interno real

(Millones de $)

Empleo total

(Miles)

Productividad

($ por empleo)

Tasa de cambio

1997

8,658.9

1,127

$7,783

 

1998

9,137.8

1,139

8,022.7

4.4

1999

9,630.3

1,143

8,425

5.0

2000

9,945.4

1,150

8,648

2.6

2001

10,573.3

1,144

9,242

6.9

2002

10,670.2

1,152

9,262

0.21

2003

10,675.9

1,188

8,986

-2.9

2004

10,998.8

1,205

9,127

1.6

2005

11,068.7

1,238

8,940

-2.0

2006

11,137.2

1,253

8,888

-0.6

TCAP

2.8%

1.2%

1.6%

 

 

 

        En el año fiscal 2006, la productividad general de la economía alcanzó un valor de $8,888 a precios constantes ($69,005 a precios corrientes), pero en el caso del sector de finanzas, seguros y bienes raíces la productividad fue de $90,906 a precios constantes ($313,470 a precios corrientes), mientras que en la manufactura la productividad en ese año ascendió a $77,949 a precios constantes ($268,792 a precios corrientes). Se trata de dos sectores altamente dinámicos que utilizan intensivamente las telecomunicaciones y cuyas tasas de crecimiento de la productividad fuero superiores al promedio general de la economía durante el periodo de 1997 a 2006.

Tabla 2

Productividad por sector económico

 

Sector

1997

2006

TCAP

TCAP a precios constantes

Agricultura

$15,032

$15,136

0.07

0.0

Manufactura

$119,149

$268,793

9.4

2.7

Construcción

$19,645

$20,929

0.7

0.2

Transportación

$138,922

$203,996

4.3

1.3

Comercio

$29,492

$39,544

3.3

1.0

Servicios

$18,644

$23,061

2.4

0.7

Finanzas

$186,954

$313,470

5.8

1.7

Gobierno

$20,000

$30,303

4.7

1.4

General

42,756

69,005

5.4

1.6

 

 

 

 

Gráfica 2

 

Productividad total en Puerto Rico

         

Aportación de la telecomunicaciones a la economía de Puerto Rico

 

          La estadística más abarcadora sobre el papel de la telecomunicaciones en Puerto Rico es producida por Comisión Federal de Comunicaciones y presentada en el informe anual denominado Trends in Telephone Service. La serie va de 1995 a 2004. Durante ese periodo los ingresos totales del sector de telecomunicaciones en la Isla aumentaron de $1,244 millones a $2,354 millones, a una tasa anual promedio de 7.3%, en comparación con un alza promedio de 4.8% para Estados Unidos como un todo.

 

 

Gráfica 3

Ingresos de las telecomunicaciones en Puerto Rico:

Nivel y tasa de cambio, Años Naturales

 

Fuente: FCC, Trends in Telephone Services, Febrero de 2007

 

        Esa misma fuente identifica los ingresos de telecomunicaciones por tipo de servicio. Se hace patente el hecho de que ya para 2004 el ingreso total de las compañías de telefonía inalámbrica en Puerto Rico superaba la suma de los ingresos las compañías de líneas fijas y constituía el 42.5% de los ingresos totales de las empresas de telecomunicaciones.

 

 

Tabla 3

Ingresos de telecomunicaciones por tipo de servicio, 2004

 

 

 

 

 

 

Ingresos

(Millones de $)

 

Por ciento

ILECs (PRTC)

609

25.9

CLECs (Centenal)

25

1.1

Telefonía inalámbrica

1000

42.5

SLCs

97

4.1

Acceso

184

7.8

Toll

439

18.6

TOTAL

2354

100.0

 

ILEC: Incumbent Local Exchanger Carrier

CLEC: Competitive Local Exchange Carrier

SLC: Subscriber Line Charge

 

 

Fuente: FCC, Trends in Telephone Services, Febrero de 2007

 

        Otro enfoque abarcador que se puede hacer sobre la aportación económica de la industria de telecomunicaciones es por vía del Censo de Negocios, el último de los cuales se realizó en 2002.

 

De acuerdo con dicho Censo en Puerto Rico había en ese entonces 103 establecimientos dedicados a la industria de telecomunicaciones, con ingresos totales de $2,546.4 millones y nómina total de $367.6 millones.

 

Los gastos operacionales de estos establecimientos ascendían a $105.6 millones, de los cuales $47 millones o el 44.5% se destinaban a servicios de comunicaciones.

 

En lo que atañe a los proveedores de servicios de Internet, los ingresos de los 40 establecimientos registrados totalizaron $194.2 millones, el gasto en nómina fue de $40.9 millones y los gastos operacionales ascendieron a $19.4 millones.

 

 

Tabla 4

Establecimientos de telecomunicaciones en Puerto Rico

 

 

Establecimientos

Ventas

Miles $

Nómina Anual

Miles $

Empleados

Total

103

2,546,413

367,576

10,535

WTC

26

1,501,406

219,848

6,327

WTC, excepto satélite

27

687,229

98,413

2,365

TR

10

67,344

4,077

114

SC

3

7,777

2,423

95

Cable y otros

8

221,985

27,502

1,061

Otros

29

60,672

16,313

573

 

Fuente: Censo de Negocios de 2002

 

       

        Del total de 103 establecimientos dedicados al negocio de las telecomunicaciones, 26 tenían niveles de ventas por encima del umbral de los $500,000 y generaban el 96.9 por ciento de las ventas de la industria.

 

 

Tabla 5

Establecimientos de telecomunicaciones por nivel de ventas

 

 

Establecimientos

Ventas, miles

Empleados

Menos de $99,999

12

D

D

$100,000 a $499,999

22

5,554

299

$500 a $999,999

19

13,589

707

$1,000,000 a $4,999,999

24

77,446

2,804

Más de $5,000,000

26

2,468,797

9,845

Total

103

2,546,413

10,535

 

 

          En lo que respecta a los proveedores de Internet, el total de empresas ascendía a 40, de las cuales 8 tenían volúmenes de venta superiores al umbral de los $5,000,000 y generaban el 88.8 por ciento del total de ventas de este  tipo de servicio.

 

 

 

Tabla 6

Proveedores de Internet por nivel de ventas

 

 

Establecimientos

Ventas, miles

Empleados

Menos de $99,999

7

D

D

$100,000 a $499,999

14

D

D

$500 a $999,999

4

D

D

$1,000,000 a $4,999,999

8

D

D

Más de $5,000,000

8

172,527

866

Total

40

194,244

1,152

 

        A todas luces, el mercado de telecomunicaciones de Puerto Rico sigue el patrón de lo que en Microeconomía se conoce como un mercado de competencia de monopolística, en el cual una gran variedad de empresas compiten entre sí en aspectos tales como la calidad de los productos y servicios, el precio y las técnicas de mercadeo.

Según el Censo Económico de 2002, de un total de 2,313 negocios dedicados a las ventas al por mayor, 55 utilizaban el comercio electrónico, con ventas ascendentes a $71.0 millones o 0.4% de total de ventas del sector.

De un total de 25,410 negocios de ventas al detal, 706 tuvieron actividades de ventas por vía del comercio electrónico, con ventas ascendentes a $43.7 millones.

Los negocios que usaron el comercio electrónico fueron e. 2.8% del total de negocios y por este medio se logró el 1.3% del total de las ventas.

En términos relativos el mayor uso del comercio electrónico se observó en el cuidado de salud y asistencia social (3.6% de las ventas) y en los negocios de información (2.8% de las ventas).

       

Tabla 7

Comercio electrónico por tipo de negocio

 

Tipo de negocio

Establecimientos

(Número)

Ventas/Ingresos

($1,000)

Transportación y almacenaje

19

17,542

Información

30

105,049

Finanzas y seguros

22

38,851

Bienes raíces, renta y arrendamiento

33

17,231

Servicios profesionales, científicos y técnicos

64

14,429

Servicios de manejo de desperdicios

65

22,890

Servicios educativos

6

3,892

Cuidado de salud y asistencia social

287

180,859

Arte, entretenimiento y recreación

9

1,698

Alojamiento y servicios de comida

86

23,525

Otros servicios (excepto Administración Pública)

85

11,540

 

 

Análisis de las tendencias históricas de los indicadores de telecomunicaciones en Puerto Rico: 2000 a 2006

 

          El relativo rezago de los datos sectoriales y censales se puede compensar con el análisis de una gran variedad de indicadores de telecomunicaciones para los cuales hay información más reciente.

 

l      Líneas fijas en servicio de la PRTC: residenciales y corporativas

 

·         De 2001 a 2006, las líneas fijas en servicio residenciales de la PRTC declinaron de 966,357 a 772,387, a una tasa anual promedio de 4.4%

·         En el sector de negocios, se redujeron de 366,369 a 358,781, a una tasa de 0.4%

·         De igual modo, el número de teléfonos públicos se redujo de 24,825 a 8,795, una baja de 64.6 por ciento.

·         El total de líneas fijas declinó de 1,357,551 a 1, 139,963, a una tasa de 3.4%.

·         En consecuencia el número de líneas fijas per capita declinó de 35.4 a 31.1.

 

 

 

Tabla 8

Líneas telefónicas en Puerto Rico

 

Tipo de línea

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Residencial

966,357

957,805

942,676

898,066

846,536

772,387

Negocios

366,369

371,017

326,209

329,751

359,871

358,781

Públicos

24,825

24,272

17,963

16,361

11,295

8,795

Total

1,357,551

1,353,094

1,286,848

1,244,178

1,217,702

1,139,963

% de cambio

-

-0.3

-4.9

-3.3

-2.1

-6.4

Per capita

35.4

35.1

33.2

31.9

31.1

 

 

Fuente: Junta Reglamentadora de Telecomunicaciones

 

 

 

l      Líneas fijas, residenciales y corporativas, en servicio, de la Puerto Rico Telephone Company

 

Durante el periodo de 1998 a 2006 (septiembre) las líneas de la PRTC alcanzaron un máximo de 957,000 en 2002, pero luego iniciaron una fase de contracción que se extiende hasta el presente. La baja ha sido más acentuada en las líneas residenciales que en las líneas corporativas.

 

Gráfica 4

Líneas de la PRTC

 

l      Subscriptores de Servicio Inalámbrico

 

Durante el periodo de 2001 a 2006, contrario a la tendencia descendente de las líneas fijas, las subscripciones al servicio inalámbrico aumentaron de 1,628,664 a 2,193,570, a una tasa anual promedio de 7.7%.

 

Tabla 9

Subscriptores de Servicio Inalámbrico

 

 

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Contrato

1,024,491

1,146,184

1,354,573

1,584,144

1,757,005

1,921,088

Pre-pagado

604,153

500,235

353,504

263,553

236,145

272,482

Total

1,628,644

1,646,419

1,708,077

1,847,697

1,993,150

2,193,570

% de cambio

-

1.1

3.7

8.2

7.9

10.1

 Fuente: Junta Reglamentadora de Telecomunicaciones

 

De acuerdo con la firma Paul Budde Inc. el número de subscritores a telefonía aumentó de 367,000 en 1997 a 2,102,000 en 2006 (tercer trimestre), a una tasa anual promedio de 21.2 por ciento.  Durante ese periodo la tasa de penetración de aumentó de 9.8% a 53.5%.

 

Gráfica 5

Suscriptores de telefonía móvil y tasa de cambio

 

 

l      Abonados de Cable TV y Satélite

 

La televisión por satélite ha ido ganando terrenos en los últimos años. De 2004 a 2006, los abonados a servicios de televisión por satélite aumentaron de 211,000 a 239,000, mientras que los abonados a servicios de Cable TV disminuyeron de 325,007 a 316, 818.

 

 

Tabla 10

 

Abonados de cable TV y Satélite

 

 

2004

2005

2006

Cable TV

325,007

324,366

316,818

% de cambio

 

 

 

Satélite

211,000

223,000

239,000

% de cambio

 

 

 

Total

536,007

547,366

555,818

 

 

l      Líneas alámbrica e inalámbricas

 

De diciembre de 2000 a junio de 2006, la proporción de líneas alámbrica a líneas inalámbricas declino de cerca de la unidad (0.99) a 0.58, una clara demostración de la tendencia dominante de la telefonía móvil en la nueva fase de la industria de telecomunicaciones. Se trata de una tendencia mundial que a la larga ha reflejado acentuadamente en el mercado de Puerto Rico.

 

Tabla 11

Líneas alámbrica e inalámbricas

 

 

Diciembre 2000

Diciembre 2001

Diciembre 2002

Diciembre 2003

Diciembre 2004

Diciembre 2005

Junio 2006

Alámbricas

1,367,965

1,379,464

1,378,697

1,305,316

1,261,399

1,232,954

1,198,923

Inalámbricas

1,379,041

1,628,616

1,646,397

1,708,077

1,847,697

1,993,150

2,062,010

Total

2,747,006

3,008,080

3,025,094

3,013,393

3,109,096

3,226,104

3,260,933

Proporción alambricas-inalámbricas

0.99

0.84

0.83

0.76

0.68

0.61

0.58

 

Fuente: Junta Reglamentadota de Telecomunicaciones

 

l      Líneas fijas en servicio en Puerto Rico: cambio anual y teledensidad

 

Tanto el número de líneas fijas en servicio como la teledensidad alcanzaron máximos históricos en 2000,  de 1.3 millones y 34.1, respectivamente. De ahí en adelante ambas variables iniciaron  una tendencia descendente que las llevó a niveles de 1.07 y 27.0, respectivamente, en 2006.

 

Gráfica 6

 

Fuente: BuddeComm

 

l      Líneas DSL

 

El servicio DSL se conduce por vía de la red de alambre de cobre de la PRTC, de manera que la PRTC puede proveer el servicio a las mayorías de sus clientes. Este implica que otras compañías en la Isla no pueden ofrecer en este renglón velocidades más altas ni precios más bajos por sus servicios de DSL.  

 

De acuerdo con Paul Budde, Inc., el número de líneas DSL de la PRTC aumentó de 14,000 en 2002 a 108,000 en 2006, a una vertiginosa tasa anual de 66.6 por ciento.

 

 

 

Tablas 12

Líneas DSL de la PRTC

 

Año

Líneas DSL

Cambio anual

2002

14,000

 

2003

21,000

50%

2004

40,000

90%

2005

77,000

93%

2006 (Septiembre)

108,000

60%

 

 

A septiembre de 2006, había en Puerto Rico un total de 108,000 líneas de DSL, con un total de 118,268 subscritores.

Tabla 13

Líneas DSL en Puerto Rico

 

Mes y año

Líneas

Líneas DSL (Sep.2006)

108,000

Total de subscriptores

118,268

Penetración de banda ancha

3%

Penetración de banda ancha en los hogares

9.4%

 

 

 

l      Líneas de banda ancha

 

De acuerdo con la FCC, Las líneas de banda ancha (High speed lines) aumentaron de 32,063 en junio de 2003 a 169,917 en junio de 2006, un alza de 429.9%, a una tasa anual promedio de 64.9%.

        De hecho, dentro del marco de Estados Unidos, Puerto Rico fue la jurisdicción que más aceleración mostró durante dicho periodo en este vital renglón de las telecomunicaciones.

        Durante igual periodo el alza en todo Estados Unidos fue de 22,995,444 a 64,995,444 , un incremento de 180.9% en comparación con el avance de 429.9% que se observó en Puerto Rico.

        La tasa de participación de Puerto Rico ene. Mercado total de Estados Unidos en este renglón se elevó de 0.14% a  0.26% en esos tres años.

        Por su parte, la empresa Paul Budde Inc. estima que de 2002 a 2005 la líneas de banda ancha en Puerto Rico aumentaron de 22,700 a 118,268, a una tasa anual promedio de 64.0%.

        Ambas fuentes verifican que el avance en líneas de banda ancha es sin duda el logro más significativo en materia de telecomunicaciones que ha alcanzado Puerto Rico cuando se establecen comparaciones con otras jurisdicciones de Estados Unidos.

 

Gráfica 7

Líneas de banda ancha en Puerto Rico

·         Comparaciones con Estados Unidos

 

 

De un total de 47 jurisdicciones (46 estados y el Distrito de Colombia) para las cuales hay datos del crecimiento de subscriptores a telefonía móvil durante el periodo de junio de 2000 a junio de 2006, Puerto Rico ocupó último  lugar en cuanto a crecimiento de los subscriptores a teléfonos móviles.

El alza en Puerto Rico fue de 1,090,005 en junio de 2000 a 2,170,540 en junio de 2006, un avance de 99.13%, en comparación con un incremento de 139.6% en Estados Unidos como un todo.

Los cinco estados con mayor crecimiento en este renglón fueron; Nuevo Mexico (310.6%), Mississippi (277.0%), New Hampshire (239.4), Maine (206.8%) e Idaho (205.7).

No obstante, la participación de Puerto Rico en total de Estados Unidos aumentó durante el periodo de 1.2% a 1.3%.

 

 

 

Tabla 14

Crecimiento en subscriptores a telefonía móvil: Puerto Rico, los estados y promedio de EUA, junio 2000 a junio 2006

 

 

 

Junio 2000

Junio 2006

Tasa de cambio,%

TCAP,%

Más alto: New Mexico

305,111

1,252,943

310.2

26.5

Más bajo: Puerto Rico

1,090,005

2,170,540

99.1

12.2

EUA

90,043,058

167,313,001

139.9

15.7

Puerto Rico como % de EUA

1.2%

1.3%

70.8%

77.7%

 

 

 

·         Tendencias en el uso de Internet

 

          Un estudio realizado por la firma Estudios Técnicos, Inc. llegó a las siguientes conclusiones:

·         La incidencia de uso de Internet fluctúa entre 21% y 25% de la población, lo cual coloca a la Isla por encima de países como México y Brasil y lo iguala con España y Chile.

·         Hay un promedio de 1,016,500 usuarios mayores de 12 años.

·         La tasa de incidencia de uso de Internet en el grupo etario de 12 a 54 años es de 40%, mientras que en el grupo de 18 a 54 años es de 41%

·         La mediana de ingreso familiar de los usuarios de la red es de $26,818.

·         La incidencia por ocupación fue la siguiente: trabaja, 43.4%; estudia, 42%; ama de casa, 18%; desempleado, 13.6%; retirado o incapacitado, 11.1%; trabaja y estudia, 72.7%.

·         En cuanto al lugar donde se conectan en la red: hogares, 83%; en el lugar del trabajo, 37%; en la escuela o universidad, 8%.

·         En promedio, 7 de cada 10 o el 66.3% conexiones de Internet eran Dial-up y 32.5% conexión de alta velocidad (DSL y Cable Modem).

De acuerdo con la firma Paul Budde los usuarios de Internet en Puerto Rico aumentaron vertiginosamente de 1997 a 2006. El alza fue de 50,000 a 1,200,000, a una tasa anual promedio de 41.8 por ciento. Durante el periodo la tasa de penetración se elevó de 1% a 30%.

 

Gráfica 8

Usuarios de Internet y cambio anual: 1997 a 2005

 

Fuente: BuddeComm

 

 

 

 

 

 

Gráfica 9

 

Usuario de Internet: Tasa de penetración

 

Fuente: BuddeComm

 

 

          Tendencias Digitales liberó en agosto de 2007 el resultado de un estudio sobre las tendencias de uso de Internet en América Latina. El estudio fue realizado a más de 12,000 usuarios de Internet en Argentina, Chile. Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Puerto Rico y Venezuela, totalizando el 79% de la región latinoamericana. Puerto Rico estuvo por debajo del promedio para América Latina en todos los niveles de usuario, pero en la categoría de expertos sólo fue superado por Chile.

Tabla 15

Uso de Internet en América Latina

 

 

Básico

Medio

Avanzado

Experto

Argentina

37%

34%

25%

5%

Chile

23%

35%

33%

9%

Colombia

35%

21%

37%

7%

Costa Rica

23%

48%

25%

4%

Ecuador

25%

44%

23%

8%

México

30%

37%

27%

6%

Perú

36%

42%

18%

4%

Puerto Rico

29%

27%

36%

8%

Venezuela

22%

40%

31%

7%

América Latina

30.4%

35.3%

27.9%

6.4%

 

Básico: Envía correo electrónico, utiliza buscadores

Medio: Suscrito a sitios Web, Chatea

Avanzado: baja y sube fotos, baja y sube música

Experto: Desarrolla y crea páginas Web, sube podcasts

 

Fuente: Estadísticas Delta

 

Desarrollos recientes de la industria de telecomunicaciones

          Una gran variedad de desarrollos recientes en la industria de telecomunicaciones dan cuenta del intenso dinamismo de la industria, que se caracteriza por la innovación continua en términos de productos, servicios y desarrollos tecnológicos.

  • El desarrollo más significativo es la adquisición de la PRTC por América Móvil, la firma gigante de telecomunicaciones mexicana. Al autorizar la venta, la FCC le impuso requerimientos a América Móvil, el más importante de los cuales, desde el punto vista económico, es un programa de inversiones montante a $1,000 millones durante los próximos cinco años.
  • El ambiente competitivo de la telefonía inalámbrica es cada vez más intenso e implica el despliegue de alta tecnología, la significativa inversión en equipos, el impulso a aumentar la participación en el mercado y la forja de alianzas estratégicas.
  • Según un estudio realizado por la firma Research & Research, en colaboración con el Grupo de Mercadeo Nobox,  la industria de telecomunicaciones local está en camino de sobrepasar el nivel de 100% en penetración de mercado para el año 2015 y de lograr un total de 4 millones de líneas telefónicas para ese año, lo cual coincide con el escenario alto de la firma Paul Budde, Inc. que presentamos a continuación.
  • Algunos desarrollos técnicos recientes merecen mención especial, entre ellos la reducción de zonas de llamada de 68 a 10, el logro de precios más bajos y opciones más competitivas en las diversas fases de la industria, incluyendo una reducción en las tarifas de larga distancia de 15 centavos por minuto a tan bajo como 3 centavos por minuto y un aumento de 5 a 11 en las compañías de servicio telefónico y una duplicación de los carriers inalámbricos
  • Durante los últimos años varios empresas de telefonía móvil han hecho inversiones significativas en equipo e infraestructura: Verizon Wireless (ahora Claro), $276 millones en su red; PRTC, $160 millones; Worldnet, el más importante revendedor de PRTC, $60 millones.
  • La Junta de Planificación estima que la inversión en la infraestructura de telecomunicaciones tiene un promedio de $350 millones al año y ha aportado cerca de $1,800 millones a la economía local en los últimos cinco años. De ese total el 57% ($1,026 millones) ha sido inversión de la PRTC y el restante de las compañías de Cable TV y servicio inalámbrico. Mediante los multiplicadores de ingreso y empleo de esa agencia podemos estimar que la inversión anual en telecomunicaciones genera un volumen de producción adicional de $122 millones y un total de 1,590 empleos directos, indirectos e inducidos adicionales.
  • La planificación estratégica de los carriers de la industrian se orienta al desarrollo de redes de cuarta generación, que hagan disponibles al público aplicaciones de alto nivel tecnológico tales como Wi-FI y WiMax, y alcancen velocidades cada vez mayores en las redes inalámbricas.
  • Un número creciente de firmas en Puerto Rico están ofreciendo telefonía por Internet o lo que usualmente se conoce por la VoIP. Además de hacer las llamadas de larga distancia más baratas que los sistemas convencionales, le ofrece a las empresas que entran al mercado la posibilidad de competir más efectivamente con la PRTC.
  • En enero de 2005, la PRTC lanzó un conjunto de servicios de multimedios y servicios VoIP para los clientes residenciales y corporativos usando un sistema desarrollado por Nortel.
  • La implantación del IVU está teniendo un impacto significativo en la industria de telecomunicaciones. Se trata de un reto que exige planificación, recursos, conocimiento técnico e inversión en tecnología para cumplir con las exigencias de cobro del impuesto el nivel estatal y municipal, así como con la radicación de planillas y el envío de los recaudos al Gobierno Central y a los municipios.
  • De acuerdo con un estudio publicado en abril de 2003 por Research & Research, en colaboración con Nobox Marketing Group, había 968,000 usuarios de Internet en Puerto Rico a fines de 2002, de los cuales 794,000 eran usuarios residenciales. El estudio informó que habían 281,500 subscriptores a Internet.
  • En cambio, un estudio más reciente, bajo el título de Puerto Rico Internet Status 2005, comisionado por la Asociación Puertorriqueña de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo, estimó que cerca de 1,010,000 personas de 12 años y más tiene acceso a Internet y estimó que cerca de dos terceras partes de los usuarios accedan Internet por vía del discado telefónico y una tercera parte por vía de banda ancha.
  • En la actualidad las tres compañías de Cable TV ofrecen banda ancha por vía de cable modems.
  • Desde 2005 en adelante se ha popularizado en Puerto Rico la provisión de lo que inglés se conoce WiFi spots un oasis de acceso a Internet.
  • Aeronet Wireless anunció en mayo de 2006 que obtuvo la licencia para experimentar con el concepto de equipo certificado WiMax en Puerto Rico, lo cual le permite a dicha empresa llevar a cabo operaciones WiMax usando la banda 3.65Ghz. En una primera fase, Aeronet desplegará estaciones en el Área Metropolitana de San Juan.
  • Desde hace varios años se viene discutiendo la posibilidad de que la Autoridad de Energía Eléctrica, en alianza estratégica con alguna (s) de las empresas privadas de telecomunicaciones, ofrezca servicios de telecomunicaciones, particularmente voz y datos, a través de su red de fibra óptica. Se trataría de un esfuerzo por usar la red de suministro eléctrico para conectar a los usuarios y ofrecerles el servicio de telefonía y acceso a Internet de banda ancha. Se trataría del uso de la red más extensa que existe en Puerto Rico, que se caracteriza por su ubicuidad, en vista de que llega a casi todas las zonas geográficas, aún en áreas donde nos e cuenta con líneas telefónicas y mucho menos con acceso a Internet.

 

Pronósticos de Paul Budde, Inc.

 

La firma Paul Budde, Inc. ha desarrollado pronósticos a largo plazo respecto a la industria de telecomunicaciones en Puerto Rico, los más recientes de los cuales fueron emitidos en febrero de 2007. Esta firma visualiza dos escenarios tanto para el mercado de líneas fijas como para el de telefonía móvil.

En el caso de las líneas fijas, la realización del escenario alto depende de dos factores: la necesidad de líneas fijas para transmitir banda ancha ADSL y el crecimiento de la competencia que podría inducir precios más bajos y el mejoramiento de la calidad del servicio.

Esa firma se inclina a pensar que en la telefonía móvil es altamente probable el escenario alto. Mientras más intensa sea la competencia y más rápido sea el crecimiento económico de Puerto Rico más probabilidad habrá de que se logren los pronósticos altos.

 

Tabla 16

Pronóstico de crecimiento: Líneas fijas

 

Alto

Subscriptores

Penetración

2005

1,100,000

28.9%

2010

1,300,000

31.4%

2055

1,800,000

43.4%

TCAP/Crecimiento en puntos porcentuales

5.0%

14.5pp

Bajo

 

 

2005

1,100,000

28.9%

2010

1,000,000

24.1%

2015

1,200,000

29.3%

TCAP/Crecimiento en puntos porcentuales

0.9%

0.4 pp

 

 

Fuente: Paul Buddee, Inc.

Tabla 17

Pronósticos de crecimiento: subscriptores de telefonía móvil

Febrero de 2007

 

Alto

Subscript ores

Penetración

2007

2,320,000

52.8%

2010

3,200,000

81.4%

2015

4,000,000

100.1%

TCAP/Crecimiento en puntos porcentuales

7.1%%

47.3 pp

Bajo

 

 

2005

2,270,000

53.0%

2010

2,700,000

66.0%

2015

3,100,000

74.0%

TCAP/Crecimiento en puntos porcentuales

4.6%

21.0 pp

 

 

Fuente: Paul Budde, Inc.

 

Componentes de una política de fomento de las telecomunicaciones

 

          En el documento Plan de desarrollo económico y transformación de Gobierno para Puerto Rico, presentado se señala que una de las necesidades principales de Puerto Rico es el desarrollo de infraestructura de primera, incluyendo las telecomunicaciones, transportación internas, acceso por mar y aire, sistema de acueductos y sistema energético. De igual manera, se reconoce la importancia de insertar a Puerto Rico en la economía del conocimiento, creando un centro de excelencia en Biotecnología, Ingeniería e Informática. En ambos casos, el cumplimiento de las metas del Gobierno depende sustancialmente de la capacidad para desarrollar y utilizar a plenitud en la Isla las tecnologías de telecomunicaciones e información.

 

        Un complemento apropiado de los planes del Gobierno podría ser el diseño e implantación de la una política pública de fomento de las telecomunicaciones a lo largo de líneas como las siguientes:

·         Fomento de la adopción de tecnologías de información y comunicaciones por parte de los negocios, particularmente los pequeños y medianos negocios.

·         Fortalecer los vínculos entre la investigación y el desarrollo en el campo de TIC.

·         Acelerar la adopción de TIC en todos los niveles del Gobierno. En este sentido, el uso de la tecnología avanzada de telecomunicaciones puede ayudar a promover una mayor efectividad de los servicios del Gobierno a los negocios, las instituciones sin fines de lucro y la ciudadanía en general.

·         Mejorar la seguridad, confianza y fe de los consumidores en el ambiente en línea.

·         Lograr un acceso cada vez mayor a las redes y servicios de banda ancha por parte de las empresas, las agencias de gobierno, las familias y ante todo los estudiantes de todos los niveles del sistema educativo.

 

En el documento Market and Technology Trenes Influencing the Evolution of Landline and Wireless Infrastructure, se plantea un futuro ambiente que podría ser el paradigma que rija el desarrollo de una política de telecomunicaciones en Puerto Rico:

·         Acceso de banda ancha, tanto a base de líneas fijas como inalámbrico, de mpas de 20 MBPS disponible a un mercado de masas de consumidores.

·         Las empresas de telecomunicaciones son capaces de proveer una amplia cartera de servicios, ofreciendo servicios seguros y confiables de voz, datos de alta velocidad y video.

·         Los nuevos servicios se introducen con rapidez.

·         Los servicios interactúan y son interoperativos.

·         Crecimiento firme de los subscriptores y del uso de los servicios.

·         En este contexto, la atracción real para los consumidores será la capacidad de los servicios para inteoperar, por lo cual la convergencia será un elemento clave.

Finalmente, un elemento esencial de la política de telecomunicaciones será el reconocimiento la planificación del desarrollo urbano tiene que hacerse tomando en cuenta la complejas interacciones entre las telecomunicaciones, la evolución de la estructura urbana y los sistemas de transportación colectiva.

 

Conclusiones y recomendaciones

 

     La relación entre telecomunicaciones, inversión en infraestructura y desarrollo económico es clara e inequívoca. En conjunción con el desarrollo de capital humano por vía de la educación académica y en los centros de trabajo, así como con la inversión en maquinaria y equipo y en edificios industriales, comerciales y de oficinas, la inversión en telecomunicaciones propicia el crecimiento cuantitativo de la producción y da paso a transformaciones cualitativas que llevan al desarrollo económico integral.

Nuestro análisis nos lleva a la conclusión de que el papel de las telecomunicaciones en la economía de Puerto Rico es altamente significativo.

Hemos encontrado excelentes aportaciones al análisis de papel de la industria de telecomunicaciones al desarrollo económico de Puerto Rico, pero hemos podido comprobar la necesidad de que se analice a fondo y se documente el proceso que avanza a pasos agigantados hacia la total inmersión en la industria de telecomunicaciones a escala global.

Ante todo, se hace necesario el desarrollo de bases estadísticas más precisas, de mayor amplitud  y con mayor profundidad histórica para entender a cabalidad el acelerado crecimiento de la industria y la conducta de los diferentes mercados que componen la misma. La nueva Oficina de Estadísticas podría adoptar como unos de sus proyectos iniciales la sistematización de las bases de datos relacionados con la industria de telecomunicaciones, de manera que el análisis de los asuntos y tendencias de la industria se puedan hacer sobre bases empíricas más firmes. De igual modo, se hace imperativo que la Junta de Planificación amplíe los trabajos que ha venido realizando sobre el impacto macroeconómico y por regiones geográficas de las telecomunicaciones en Puerto Rico, particularmente para tomar en cuenta los impactos multiplicadores que la inversión en estas industrias tiene sobre la producción y el empleo agregados así como los eslabonamientos hacia el frente y hacia atrás que tiene los negocios de telecomunicaciones con el resto del sistema productivo de la Isla.

Al igual que otros países que han experimentado el proceso de modernización económica, social y cultural, Puerto Rico experimenta una verdadera explosión en la demanda de servicios de telecomunicaciones.

La disponibilidad de servicios de telecomunicaciones a la altura de los tiempos es una condición necesaria para asegurar la continuación del crecimiento económico y la competitividad de Puerto Rico.

La introducción del IVU significa un reto formidable para las empresas de telecomunicaciones, que se proyecta no sólo en el plano administrativo, sino que requiere inversión en tecnología y adiestramiento de recursos humanos.

A pesar de que la evidencia de la importancia de las telecomunicaciones en el desarrollo económico de Puerto Rico es abrumadora, no existe en la actualidad una política oficial sobre el desarrollo a largo de la industria y el papel que le corresponde al gobierno en el desenvolvimiento histórico de la misma, sin bien se reconoce la importancia de la misma para el futuro económico de Puerto Rico. El diseño e implantación de la una política pública de fomento de las telecomunicaciones es un imperativo para el logro de las metas futuras de la economía de Puerto Rico.

 

 

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PERFIL DE LA POLÍTICA ECONÓMICA DE PUERTO RICO BAJO LA SOBERANÍA

 

 

 

El concepto de desarrollo económico

 

El desarrollo económico es el pleno aprovechamiento de la riqueza económica de países o regiones para el bienestar de sus habitantes.

 

El marco legal institucional y político es un componente importante para el logro de tal objetivo. En la medida en que el país dispone de márgenes de libertad y creatividad en el diseño e implantación de la política pública, se pueden crear incentivos para la innovación y la inversión y para el desarrollo de métodos eficientes de producción y distribución de bienes y servicios.

 

El desarrollo económico se manifiesta como un crecimiento continuo y sostenible en los niveles de vida de la población, particularmente por vía de alzas en el ingreso per capita, mejoramiento del sistema educativo y de la salud de la población y un adecuado balance entre el crecimiento de los recursos productivos, la protección del ambiente y los recursos naturales y la preservación y fomento del patrimonio cultural.

 

Ante todo conviene recordar que el desarrollo económico es un concepto complejo, multidimensional que implica el mejoramiento de la calidad de vida, la ampliación de la participación de los ciudadanos y las comunidades en la toma de decisiones y el mejoramiento de dimensiones no económicas como la libertad de expresión, la justicia social y el desarrollo comunitario.

 

La importancia de la soberanía en el desarrollo económico

 

En su libro clásico La Riqueza de las Naciones, Adam Smith hizo el primer esbozo de lo que hoy se conoce como la teoría del agente principal.

 

Se trata del concepto de que en todas las instancias quien más eficientemente logra administrar los recursos es aquel que tiene mucho que ganar si se logra el uso óptimo de ellos y que por tanto se esfuerza más y está pendiente de todos los detalles del funcionamiento del proceso productivo.

 

En buena medida lo que afrontamos en Puerto Rico es una manifestación de ese problema: la esfera de acción del Estado Libre Asociado es demasiado limitada para lograr la implantación de una política económica efectiva y la esfera de acción del Gobierno Federal no es lo suficientemente específica como para proveer el marco de dirección estratégica del país.

 

Entre nosotros existe claro consenso en cuanto a que Puerto Rico necesita más poderes políticos para logra un comando efectivo no solo de su sistema económico sino de su destino como pueblo. La adquisición de poderes políticos para lidiar efectivamente con la pléyade de problemas sociales y económicos no es la soberanía sino el camino hacia ella.

 

Mi propósito en este ensayo no es trazar la ruta que nos lleve a obtener esos poderes,  sino demostrar que la obtención de los mismos, si actuamos con inteligencia y precisión, puede ayudarnos a generar un circulo virtuoso de desarrollo económico, a lograr un salto cualitativo a una orilla que está a nuestro alcance si logramos conciliar nuestras hondas diferencias políticas.


Características de la situación económica actual: las bases del descontento

 

n      Incertidumbre generalizada a corto y mediano plazo y ausencia de planes de desarrollo económico a largo plazo.

n      Transición de un periodo de crecimiento lento a una recesión franca.

n      Crecimiento del desempleo en términos absolutos y relativos.

n      Aceleración de la inflación debido a los altos costos de los alimentos y al alza en los precios de los productos energéticos.

n      Reducción en los recaudos del gobierno, a pesar de los intentos por ampliar la base contributiva por vía del IVU.

n      Severa contracción del empleo manufacturero, cierres de fábricas, y menguada capacidad para retener las fábricas existentes y para atraer nuevas empresas manufactureras.

n      Política económica inefectiva para conjurar la situación actual y para lidiar con el desvanecimiento total de los créditos contributivos federales.

n      Excesiva dependencia de los fondos federales en todas la dimensiones de la actividad económica: apoyo a las familias, desarrollo de infraestructura, financiamiento de la vivienda y de la educación superior, sostenimiento de gran parte de los programas de servicios de salud, etc.

n      Acentuada dependencia de la inversión en infraestructura para sostener el nivel de la actividad económica, lo cual implica un creciente endeudamiento del gobierno y severa presión sobre el ambiente y los recursos naturales.

 

La experiencia de desarrollo económico a nivel mundial

 

Existe clara evidencia de que la mayor parte de los negocios fracasan en los primeros cinco años de operación y que en todas las industrias sobrevive apenas un puñado de empresas que logra consolidarse a largo plazo. ¿Es eso un argumento para justificar la tesis de que el capitalismo es un fracaso?

 

De igual modo, hay muchos países que han logrado la plena soberanía pero muy pocos que pueden presentar credenciales indiscutibles de avance económico y social.

De los 173 países del mundo, sólo 30 se consideran avanzados desde el punto de vista económico.

 

No obstante el impulso económico más poderoso en la actualidad se está dando en las economías en desarrollo, con China e India a la cabeza.

 

Entre los países emergentes se encuentran varios que le ofrecen a Puerto Rico modelos de superación cualitativa ya que han logrado generar círculos virtuosos basados no tanto en la base de recursos naturales sino el aprovechamiento de oportunidades de mercado a nivel mundial y en el diseño de sistemas planificación a largo plazo, la adopción de políticas macroeconómicas acertadas y de consensos apropiados entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la sociedad civil en general.

 

A mi juicio, Estonia, uno de los países en transición que ha logrado extraordinarios avances en su proceso productivo, en la adopción de nueva tecnología y en mejoramiento de su base de recursos humanos, e Irlanda, que ha aprovechado a plenitud su base soberana para desarrollar una exitosa economía de exportación hacia los países avanzados de Europa, así como un centros de innovación tecnológica, ofrecen ejemplos que podrían servirle de inspiración a un Puerto Rico soberano.

 

 

Factores de alto riesgo para la economía de Puerto Rico


n      Desvanecimiento de los beneficios contributivos de la Sección 30A, el residuo de la Sección 936, y vacilación en lo que respecta a la nueva política de incentivos contributivos del ELA.

n      Lento crecimiento económico en Estados Unidos, y riesgo de recesión debido a la crisis del mercado de viviendas y al drenaje de recursos asociado con la Guerra en Irak.

n      Continua amenaza de aceleración de los precios del petróleo y alto costo de la energía eléctrica y la gasolina.

n      Dificultades financieras del gobierno del ELA: pérdida de boyancia e insuficiencia de recaudos en una situación de costos crecientes y exigencias de mejores servicios de la ciudadanía en general y de mejores salarios y condiciones de trabajo de los empleados públicos.

n      Severo deterioro de la capacidad de Puerto Rico para atraer nueva inversión manufacturera externa.

n      Creciente conflicto entre las necesidades de expandir la infraestructura económica de la Isla y el imperativo de proteger el ambiente y conservar los recursos naturales.

n      Persistencia de los problemas de pobreza, marginación social y dualismo económico, que se están acentuando aún más debido a la brecha digital y a la consecuente polarización de las clases sociales.

n      Ambiente partidista extremo, excesivo fanatismo y debilitamiento de los mecanismos de diálogo que son necesarios para afrontar los problemas sociales, laborales, ambientales, económicos y, ante todo, políticos.

 

Factores de carácter subjetivo, con fuerte apoyo objetivo

 

Deterioro de la imagen de Puerto Rico como centro de producción manufacturera de alta calidad.

 

Serio daño a la imagen de la gestión pública debido a la intensa batalla entre el poder ejecutivo y el poder legislativo en prácticamente todos los asuntos que tienen que ver con la política económica y las estrategias para combatir la recesión.

 

Existe consenso en cuanto a que la presente recesión fue inducida en gran parte por las acentuadas discrepancias entre los poderes ejecutivo y legislativo, la falta de previsión en cuanto al cuadro de ingresos y gastos del gobierno y la reducción de la confianza de los consumidores y las personas de negocio.

 

De igual modo, hay consenso en cuanto a que la lentitud de la actividad económica responde esencialmente a un gigantesco cuello de botella en la administración del proceso de permisos, que no necesariamente está asociado con mayor rigor en la planificación urbana o en el intento de proteger el ambiente y los recursos naturales.

 

Percepción de que la debilidad ética en el servicio público, la intensidad de la  actividad criminal y el deterioro social y moral del país han alcanzado magnitudes inmanejables.

 

Retos competitivos que la economía global le lanza a Puerto Rico: los imperativos de la sociedad postindustrial

 

Definición de nuestra estructura jurídico-política y del orden institucional que ha de regir la inserción efectiva y dinámica de Puerto Rico en la economía mundial.

 

Diseño e implantación de un plan estratégico de desarrollo económico.

 

Mejoramiento sustancial de la infraestructura, especialmente en las fases de producción de energía eléctrica, agua potable y manejo de desperdicios sólidos y tóxicos.

 

Renovación del sistema educativo en todos sus niveles, con particular atención científica y tecnológica, la gerencia pública eficiente y el conocimiento sobre otras culturales y ambientes de negocio.

 

Fortalecimiento de los sistemas estadísticos nacionales y de la inteligencia económica sobre los mercados externos.

 

Crecimiento económico sustentable: balance entre el crecimiento económico y la protección del ambiente y de los recursos naturales.

Gerencia pública honesta, eficiente y consciente del papel redistributivo y promotor de la justicia social que le corresponde al estado.

 

 

 

Algunos de los principales activos económicos de Puerto Rico: las bases de la promesa

 

n      Fuerza de trabajo diversificada, con demostrada alta productividad en la manufactura y un componente alto de recursos humanos de formación universitaria.

n      Gerencia altamente experimentada, particularmente en la manufactura, la banca y los servicios profesionales.

n      Un acervo de capital valorado, a precios de 1954, en no menos de $40,800 millones ($260 billones a precios corrientes).

n      Infraestructura de telecomunicaciones altamente avanzada.

n      Desarrollo significativo de varias instituciones de educación superior.

n      Conglomerados de empresas de alta tecnología.

n      Amplia presencia de compañías multinacionales en la manufactura, el comercio y la banca.

n      Sistema bancario altamente desarrollado, con activos en la banca comercial montantes a $70 billones e impresionante avance de la banca cooperativa.

n      Gran variedad de pequeñas y medianas empresas que pugnan por sobrevivir en un ambiente ferozmente competitivo.

n      Red vial moderna, puertos que requieren mejoras significativas, un aeropuerto de calidad mundial y varias aeropuertos regionales que podrían desarrollarse plenamente y un Tren Urbano que incorpora la más alta tecnología a nivel mundial.

n      Más de 12,000 habitaciones en hoteles de turismo.

n      Sistema eléctrico que genera cerca de 23,050 Millones de KWH.

 

 

Poderes de política pública inherentes a la soberanía

 

n      Determinación de la política macroeconómica en todas sus fases: fiscal, monetaria, financiera, laboral, reglamentaria, ambiental, migratoria y de comercio exterior.

n      Representación con voz propia y con capacidad para hacer valer nuestros intereses, en las negociaciones que Estados Unidos haga con otros países para reducir las barreras tarifarias y no tarifarias y promover acuerdos multilaterales de comercio exterior.

n      Capacidad para desarrollar acuerdos comerciales, contributivos y de intercambio técnico y científico con países extranjeros.

n      Negociación de los términos, alcance y naturaleza específica del flujo de fondos federales de carácter unilateral (transferencias otorgadas) y diseño de sistema de manejo en bloque ya sea de todos los programas federales o de una parte sustancial de los mismos.

n      Control del proceso migratorio y capacidad para desarrollar acuerdos de intercambio de los servicios de recursos humanos de diversos grados de desarrollo técnico y profesional con otros países.

n      Participación como país miembros bona fide en los organismos regionales e internacionales de desarrollo económico y financiero: ALIDE, Banco de Desarrollo del Caribe y otros.

n      Eliminación de las leyes de cabotaje y capacidad de Puerto Rico para utilizar los servicios de compañías de carga marítima que ofrezcan tarifas competitivas.

n      Control de las aduanas y capacidad para fijar tarifas y establecer restricciones cualitativas y cuantitativas al flujo de mercancías y servicios al comercio exterior.

 

 

Advertencia sobre la evolución reciente del concepto de soberanía económica

 

Los procesos de globalización en la economía, las finanzas, la política y la cultura han erosionado la antigua fortaleza de los estados.

 

La restricción al ejercicio de la soberanía suele mayor en los países en desarrollo que los países altamente desarrollados.

La cesión voluntaria de poderes soberanos en lo que respecta a ciertos aspectos de la política macroeconómica, la moneda y los flujos de mercancías y servicios lleva como recompensa una mayor eficacia en la participación en la economía y en el aglutinamiento de poder comercial en el contexto de bloques económicos y alianzas estratégicas regionales.

 

El concepto de soberanía que predomina es dinámico, flexible, en el cual el principio que domina no es la noción de poder absoluto o autarquía, sino el de ejercicio de poderes efectivos y la cesión de los mismos cuando se trata de acuerdos bilaterales o multilaterales en los cuales todas las partes se benefician sino por igual al menos en algún grado aceptable.

 

Puerto Rico necesita obtener poderes soberanos, mientras que los países independientes han comenzado a cederlos: ¿avanzamos hacia un punto de encuentro?

 

Realidad práctica del concepto de soberanía económica en Puerto Rico

 

No existe el apoyo significativo en las urnas a un salto definitivo al pleno ejercicio de la soberanía política y económica, pero hay un clamor para el gobierno de Puerto Rico ejerza una mayor influencia en la solución de los problema del país.

 

El reclamo de poderes puede soslayar ciertos elementos estructurales que la población desea que se sostengan tal como están en el presente— común ciudadanía, común moneda, común defensa y el libre flujo de bienes y servicios entre las dos jurisdicciones--para enfocarse en otros de las dimensiones enumeradas donde hay posibilidades de expandir capacidades que están latentes en la estructura actual o de negociar con Estados Unidos la ruta que de llevar hacia una transición efectiva de poderes y controles al pueblo de Puerto Rico.

 

La ruta hacia la soberanía consistirá, a mi juicio, en un largo proceso de aprendizaje, en una serie de pasos graduales en que los puertorriqueños tendremos que demostrar ante todo ante nosotros mismos y ante Estados Unidos y la comunidad internacional que somos capaces de ejercer apropiadamente esos poderes, de superar la crisis estructural que nos agobia, y de ofrecer a la comunidad de negocios local e internacional un clima favorable a actividad económica.

 

No obstante, creo firmemente que las condiciones objetivas que estamos enfrentando y el cuadro previsible de dificultades aún más graves que nos esperan en el futuro si no actuamos a tiempo, acelerarán la ruta a la soberanía por la sencilla razón que será el camino racional y conveniente, la alternativa de consenso social que las personas de todas las ideologías acepten como la más conveniente, no sólo en términos ideales, sino a base de puro cálculo de beneficio-costo.

 

Objetivos de una política económica soberana

 

n      Crecimiento económico acelerado, en condiciones sustentables.

n      Capacidad para atraer inversión directa de diferentes países del mundo, siempre y cuando se respeten los objetivos a largo plazo de nuestra economía.

n      Política energética orientada a la reducción de la dependencia del petróleo y al uso de recursos energéticos renovables: biomasa, solar, mareas, etc.

n      Mejoramiento de la distribución del ingreso.

n      Reducción de la dependencia económica de Estados Unidos.

n      Estabilización del ciclo económico.

n      Reducción del desempleo, particularmente del desempleo estructural.

n      Fomento del desarrollo agrícola y programa de sustitución de importaciones.

n      Diversificación de nuestras exportaciones, con peso particular en las exportaciones de servicios profesionales, educativos y tecnológicos.

n      Fomento de los pequeños y medianos negocios mediante programas de apoyo gerencial, financiero y técnico.

n      Intercambio de tecnología y conocimiento con los países europeos y programas de transferencia tecnológica hacia y desde los países de la Cuenca de Caribe.

n      Acuerdos energéticos con otros países que nos permitan adquirir el petróleo y los combustibles a precios más bajos al mismo tiempo que desarrollamos acuerdos con países que nos puedan transferir o nos ayuden a desarrollar tecnologías energéticas sustentables.

n      Reducción de la marginación y la pobreza y plena integración de las comunidades aisladas a los componentes más dinámicos de nuestro orden económico y social.

 

 

Observaciones finales

 

Dos principios enunciados por Carlos Marx en su Crítica de la Economía Política vienen a mi memoria:

 

El primero dice: Una formación social no desaparece nunca antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que puede contener.

 

La Humanidad sólo se plantea los problemas que puede resolver, pues si se examinan más de cerca se verá siempre que el problema no se da más que donde las condiciones para resolverlo existen ya o, al menos, están en vías de aparecer.

 

La formación social que le dio vida al Puerto Rico de hoy, con todos sus logros y limitaciones, ya desarrolló todas sus fuerzas productivas, algo que reconocen hasta sus más ardientes defensores.

Las condiciones para resolver el problema político de Puerto Rico aún no existen pero están en vías de aparecer.

 

A lo largo de nuestra historia los puertorriqueños hemos resuelto nuestros problemas por la vía pacifica aunque, en ocasiones, a un paso exasperadamente  lento. Pienso en las reformas inducidas por Alejandro O’Reilly en 1765, la Cédula de Gracias de 1815, la terminación del régimen de la libreta en 1873, la abolición de la esclavitud en 1873, el Gobierno Autonómico bajo España en 1897, y el establecimiento del Estado Libre Asociado en 1952.

 

Confío en que la ausencia de soberanía, de poderes políticos fundamentales, sea un problema que los puertorriqueños podamos resolver.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

BOYANCIA DE LOS RECAUDOS DE FUENTES CONTRIBUTIVAS ESTATALES EN PUERTO RICO: 1996 A 2006:

OBSERVACIONES PUNTALES

 

 

Introducción

 

          Desde que entre en contacto con el término boyancia en el primer curso de Hacienda Pública y Política Fiscal que tomé en mis años de bachillerato, no he dejado de maravillarme por el contenido poético del mismo, al cual hay que añadir la alta utilidad que tiene en el contexto del análisis de la estructura y la evolución histórica del sistema contributivo.

        La boyancia no es otra cosa que la elasticidad de un impuesto con respecto a su base, es, decir el cambio porcentual en el impuesto con respecto al cambio porcentual en su base. Lo ideal es que esta elasticidad sea mayor o igual a uno, lo cual es señal de que el impuesto flota adecuadamente a medida que crece su base.

        En términos generales, la boyancia del sistema tributario consiste en su capacidad para incrementar los recaudos en forma paralela al crecimiento de la economía.

        Junto con la suficiencia, la eficiencia y la neutralidad, la boyancia es uno de los principios fiscales más importantes en la evaluación del sistema contributivo.

        El propósito de este trabajo es analizar la experiencia de boyancia del sistema contributivo de Puerto Rico durante el periodo de 1996 a 2006. En vista de que la Ley de Justicia Contributiva de 2006 cambió significativamente la distribución de la carga contributiva, al eliminar el arbitrio general del 5% e introducir un impuesto sobre ventas y uso de 5.5% al nivel estatal y de 1.5% a discreción de los municipios, la evaluación de la experiencia de boyancia durante el periodo indicado viene a ser un marco de referencia histórico para entender la decisión de recurrir a ese cambio en el sistema contributivo y un elemento de comparación para entender la trayectoria futura de los recaudos bajo la nueva estructura contributiva.

Boyancia del total de recaudos contributivos y sus componentes

 

          La boyancia del total de recaudos de fuentes contributivas estatales (FCE) fue satisfactoria hasta 2003, con fluctuaciones que correspondieron a los vaivenes del orden económico, pero de 2004 a 2006 corrió por debajo de 1, indicando un claro rezago, lo cual sin duda fue uno de los factores que indujo al cambio de la estructura contributiva. (Véase la Tabla 1).

 

 

Tabla 1

 

BOYANCIA DEL TOTAL DE RECAUDOS  DE FCE RESPECTO AL PRODUCTO NACIONAL BRUTO

 

AÑO FISCAL

TOTAL DE  RECAUDOS DE FCE

(Millones $)

% DE CAMBIO

PRODUCTO NACIONAL BRUTO

(Millones de $, precios corrientes)

% DE  CAMBIO

BOYANCIA

1996

4,880.4

6.89

30,357.0

6.69

1.03

1997

5,203.0

6.61

32,347.7

6.54

1.01

1998

5,515.4

6.00

35,110.7

8.56

0.70

1999

6,215.0

12.68

38,281.2

9.03

1.40

2000

6,548.3

5.36

41,418.6

8.20

0.65

2001

6,418.7

-1.98

44,046.6

6.34

-0.31

2002

6,607.0

2.93

45,071.3

2.33

1.26

2003

7,077.5

7.12

47,479.4

5.34

1.33

2004

7,240.0

2.30

50,708.7

6.80

0.33

2005

7,560.3

4.42

53,600.9

5.70

0.77

[as2006

7,937.8

4.99

56,688.4

5.76

0.86

 

 

 

        Al examinar la trayectoria histórica de los principales componentes de los recaudos contributivos, se puede observar que la pérdida de boyancia del sistema contributivo durante el periodo de 2004 a 2006 se debió esencialmente los componentes de contribuciones de corporaciones y sociedades, el arbitrio general del 5% y los demás arbitrios ya que la contribución sobre ingresos de individuos siguió creciendo durante el periodo a una tasa promedio apenas 0.4 puntos porcentuales menor a la correspondiente al periodo 1996 a 2003. (Véase la Tabla 2).

        En este contexto, conviene recordar, que el arbitrio general del 5%  en realidad no era otra cosa que un impuesto de base de amplia, en este caso un impuesto sobre las ventas de manufactureros e importadores, como bien indica el Dr. Ramón Cao en su libro Impuestos en Puerto Rico (2004). El hecho de que tanto el volumen como la tasa de boyancia de este impuesto hayan disminuido en años recientes es un augurio de que algo similar podría ocurrir con el nuevo impuesto sobre ventas y uso, en el cual tantas esperanzas se han colocado para fortalecer la base de ingresos del Gobierno de Puerto Rico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tabla 2

 

APORTACIÓN DE LAS PRINCIPALES FUENTES DE RECAUDO

Millones de $

 

 

AÑO FISCAL

CONTRIBUCIÓN SOBRE INGRESOS DE INDIVIDUOS

CONTRIBUCIÓN DE CORPORACIONES Y SOCIEDADES

 

ARBITRIO GENERAL DEL 5%

 

OTROS ARBITRIOS

TOTAL  FUENTES PRINCIPALES

1996

1,709.1

1,367.8

396.8

960.0

4,433.7

1997

1,825.3

1,465.6

446.7

1,008.6

4,746.2

1998

2,026.6

1,555.0

468.6

893.5

4,943.7

1999

2,244.4

1,692.2

520.3

1,015.3

5472.3

2000

2,352.1

1,806.8

525.5

948.3

5,632.7

2001

2,259.1

1,735.1

509.0

900.7

5,403.9

2002

2,450.0

1,733.9

486.3

1,002.6

5,672.8

2003

2,766.9

1,798.8

505.4

1,159.3

6,230.4

2004

2,720.9

1,840.6

535.4

1,181.7

6,278.6

2005

2,885.9

1,883.3

557.3

1,272.5

6,599.0

2006

3,092.0

1,898.3

552.0

1,128,9

6,671.2

TCAP 1996 a 2003

7.0%

4.7%

4.7%

2.7%

4.9%

TCAP 2004 a 2006

6.6%

0.4%

1.5%

-0.6%

3.1%

 

 

 

 

        El total recaudo por vía de las cuatro fuentes principales, como por ciento de los recaudos totales bajó de 90.85% en 1996 a 88.03% en 2003, con ligeras variaciones en los años intermedios, pero declinó de 86.72% en 2004 a 84.04% en 2006. (Véase la Tabla 3).

 

 

Tabla 3

 

FUENTES PRINCIPALES COMO POR CIENTO DEL TOTAL DE RECAUDOS DE FCE

 

 

AÑO FISCAL

TOTAL  FUENTES PRINCIPALES

TODAS  DE RECAUDOS DE FCE

(Millones de $)

TASA DE PARTICIPACIÓN,%

1996

4,433.7

4,880.4

90.85

1997

4,746.2

5,203.0

91.22

1998

4,943.7

5,515.4

89.63

1999

5,472.3

6,215.0

88.05

2000

5,632.7

6,548.3

86.02

2001

5,403.9

6,418.7

84.19

2002

5,672.8

6,607.0

85.86

2003

6,230.4

7,077.5

88.03

2004

6,278.6

7,240.0

86.72

2005

6,599.0

7,560.3

87.28

2006

6,671.2

7,937.8

84.04

 

 

        Como por ciento del producto nacional  bruto, los recaudos totales  mostraron una tendencia declinante durante ambos periodos, llegando a ser 14.0% en 2006, en comparación con 14.91% en 2003 y 16.08 en 1996.

       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tabla 4

 

TOTAL DE RECAUDOS DE FCE COMO POR CIENTO DEL PRODUCTO NACIONAL BRUTO

 

AÑO FISCAL

TOTAL DE RECAUDOS DE FCE

(Millones de $)

PRODUCTO NACIONAL BRUTO

(Millones de $)

TASA DE PARTICIPACION,%

1996

4,880.4

30,357.0

16.08

1997

5,203.0

32,347.7

16.09

1998

5,515.4

35,110.7

15.71

1999

6,215.0

38,281.2

16.24

2000

6,548.3

41,418.6

15.81

2001

6,418.7

44,046.6

14.57

2002

6,607.0

45,071.3

14.66

2003

7,077.5

47,479.4

14.91

2004

7,240.0

50,708.7

14.28

2005

7,560.3

53,600.9

14.10

2006

7,937.8

56,688.4

14.00

 

 

 

        La pérdida de boyancia de los recaudos por concepto  contribuciones de corporaciones y sociedades se comenzó a observar durante los años de lento crecimiento económicos a principios de la década pasada. La tasa se recuperó un poco en 2003 (cuando su valor fue de 0.70) pero corrió por debajo de 0.50 de 2004 a 2006, cerrando con apenas 0.14 en ese último año. (Véase Tabla 5).

        La boyancia del arbitrio general de 5%, mostró cierto grado de estabilidad, aunque por debajo de 1, de 2003 a 2005, pero colapsó a -0.17 en 2006. (Véase la Tabla 5). En el caso de los otros arbitrios, como cabría esperar dado que incluyen los arbitrios relacionados con los productos de petróleo, la tasa de boyancia tuvo variaciones abruptas durante todo el periodo y cerró una tasa de -1.96 en 2006, mayormente debido a una abrupta reducción de los arbitrios relacionados con la venta de vehículos de motor.

 

Tabla 5

 

 

TASAS DE BOYANCIA DE LOS PRINCIPALES FUENTES DE RECAUDO DEL GOBIERNO EN PUERTO RICO: 1996 A 2006

 

 

AÑO FISCAL

CONTRIBUCIÓN SOBRE INGRESOS DE INDIVIDUOS

CONTRIBUCIÓN DE CORPORACIONES Y SOCIEDADES

ARBITRIO GENERAL DEL 5%

OTROS ARBITRIOS

1996

1.24

0.45

0.50

0.84

1997

1.04

1.09

1.92

0.77

1998

1.29

0.71

0.57

-1.33

1999

1.19

0.98

1.22

1.51

2000

0.59

0.83

0.12

-0.81

2001

-0.62

-0.63

-0.49

-0.79

2002

3.63

-0.03

-1.92

4.86

2003

2.42

0.70

0.74

2.93

2004

-0.24

0.34

0.87

0.28

2005

1.06

0.41

0.72

1.35

2006

1.24

0.14

-0.17

-1.96

 

 

 

        Como por ciento del producto bruto, los recaudos por concepto de contribuciones sobre ingresos de individuos  se mantuvieron consistentemente por encima del umbral del 5% de 1996 a 2006, abriendo con 5.63% y cerrando con 5.45%, una pérdida de 0.18 puntos porcentuales, pero los otros tres componentes principales tuvieron bajas de 1.16, 0.34 y 1.17 puntos porcentuales, respectivamente, durante ese periodo. (Véase la Tabla 6).

 

 

       

Tabla 6

 

 

TASAS DE PARTICIPACIÓN  DE LOS PRINCIPALES FUENTES DE RECAUDO EN EL PRODUCTO NACIONAL BRUTO: 1996 A 2006

Por ciento

 

 

AÑO FISCAL

CONTRIBUCIÓN SOBRE INGRESOS DE INDIVIDUOS

CONTRIBUCIÓN DE CORPORACIONES Y SOCIEDADES

ARBITRIO GENERAL DEL 5%

OTROS ARBITRIOS

1996

5.63

4.51

1.31

3.16

1997

5.64

4.53

1.38

3.12

1998

5.77

4.43

1.33

2.54

1999

5.86

4.42

1.36

2.65

2000

5.68

4.36

1.27

2.29

2001

5.13

3.94

1.16

2.04

2002

5.44

3.85

1.08

2.22

2003

5.83

3.79

1.06

2.44

2004

5.87

3.63

1.06

2.33

2005

5.38

3.51

1.04

2.37

2006

5.45

3.35

0.97

1.99

 

Observaciones generales

 

          Las tendencias históricas analizadas en la sección anterior nos permiten hacer varias observaciones puntuales que, en la coyuntura actual, hay que tomar en cuenta a la hora de darle seguimiento a los resultados de la nueva estructura contributiva y hacer comparaciones con la estructura previa:

 

1.    Desde 1996, con excepción de 2001, cuando la economía se hallaba en recesión, los recaudos de FCE han estado en ascenso, pero la boyancia de éstos se ha debitado gradualmente, especialmente durante los tres últimos años fiscales, cuando ha estado por debajo de 1.

 

2.    Como por ciento del producto nacional bruto a precios corrientes, los recaudos de FCE han mostrado una tendencia predominantemente descendente a largo plazo, que desembocó en un mínimo de 14.0% en 2006.

 

3.    La razón principal de la pérdida de boyancia de los recaudos de FCE han sido el lento crecimiento de las aportaciones de las corporaciones y sociedades, el arbitrio general del 5% y los otros arbitrios.

 

4.    En la medida que la falta de boyancia del arbitrio general del 5% augura un problema similar en lo que respecta a los recaudos del IVU al nivel estatal, el sistema contributivo no parece estar encaminado a recuperar su boyancia respecto al avance de la economía en general.

 

5.    En el periodo de recesión en que se encuentra la economía de Puerto Rico en la actualidad, la base de datos que hemos nos sugiere que en año fiscal en curso crecerán muy poco o disminuirán los recaudos de FCE, se reducirá aún más la tasa de boyancia del sistema contributivo, y el IVU, aunque supere en volumen la aportación del saliente arbitrio general del 5%, sólo ofrecerá un alivio parcial al problema de deterioro de la base de ingresos del Gobierno Central.

 

6.    En la agenda de futuro de Puerto Rico habrá que evaluar la pérdida de boyancia del sistema contributivo en general, colocando especial atención en los componentes que más responsabilidad comparten en la generación de esa tendencia: las aportaciones de las corporaciones y sociedades y los arbitrios de diversa naturaleza.

 

7.    Aunque es demasiado prematuro para evaluar su impacto, la trayectoria del IVU a nivel estatal tendrá que ser evaluada con sumo rigor, ya que su probable volatilidad y sospechada falta de boyancia pueden significar serios problemas para la estabilidad de las finanzas del Estado Libre Asociado si se prolonga la actual recesión.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias

 

Cao García, Ramón, Impuestos en Puerto Rico: Treinta años de experiencias y estudios, San Juan, Puerto Rico 2004

 

Junta de Planificación, Apéndice Estadístico del Informe Económico al Gobernador 2006, Obtenido de la página en Internet de esa agencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA NOCHE TRISTE DE LUIS FORTUÑO

 

3 de marzo de 2009

 

          En la noche del 30 de junio de 1520, recordada por los mexicanos como la noche triste, miles de guerreros mexicas insurrectos masacraron las tropas de Hernán Cortés en la antigua Tenochtitlan, hoy Ciudad México. Éste logró salvarse, aunque perdió dos dedos en la batalla. La leyenda describe la pena que sintió Cortés esa noche al ver diezmado su ejército y destruidas sus esperanzas de lograr la conquista  de la ciudad por una vía más pacífica.

        Mañana martes 3 de marzo, según se perfilan las circunstancias, parece encaminada a convertirse no sólo en la noche triste de Luis Fortuño, quien apenas todavía está explorando los laberintos del Palacio del Santa Catalina, sino la noche más triste en la historia de la administración pública de Puerto Rico.

        Las especulaciones en torno a las medidas específicas que anunciara el Gobernador en su mensaje especial, todas las cuales se anticipa que sean catalogadas por los historiadores como draconianas, han alcanzado niveles inauditos y han elevado la tensión del país a una altura pocas veces vista.

        A grandes rasgos, las rutas que seguirá la comunicación del Gobernador hacen recordar el título de una de las más famosas novelas de Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada.

        He aquí algunas acciones que se consideran altamente probables, aunque no haya certeza total sobre la magnitud de las mismas:

  • Drástica reducción del gasto público durante el año fiscal en curso y en igual o mayor magnitud en el año fiscal 2010 y prolongación la austeridad en el gasto durante todo el cuatrienio. De hecho ya están en vigor dos órdenes ejecutivas. La primera reduce en 10% el gasto en las agencias públicas; la segunda restringe el uso de celulares y de la flota de vehículos del Gobierno Central.
  • Moratoria en gran parte de los convenios colectivos.
  • Reducción de la jornada de trabajo de los servidores públicos.
  • Despidos masivos de empleados públicos, que, en el peor de los casos podrían llegar a 40,000 y en el caso más benévolo no será menos de 10,000.
  • La lista de empleados a ser despedidos es encabezada por aquéllos que fueron contratados durante el periodo de veda electoral, que se extendió del 30 de junio al 31 de diciembre del año pasado.
  • Una sobretasa que habrá de ser pagada por lo contribuyentes con ingreso bruto ajustado mayor de $100,000.
  • Un aumento en los impuestos sobre la propiedad inmueble.

Del lado positivo, discutirá la forma en que Puerto Rico se puede beneficiar del Plan de Reconstrucción Económica del Presidente Obama , que augura fondos montantes a cerca de $5,000 millones para programas y proyectos locales y de un llamado Plan de Estímulo Criollo, cuya volumen de inversión se coloca en $500 millones.

Sin duda, será una noche triste en que los defensores de la acciones que anunciará el Gobernador identificaran al Gobernador saliente como el responsable por el cúmulo de errores de política fiscal que llevaron el Gobierno Central y a algunas corporaciones públicas al borde del desastre, mientras que los opositores de las acciones hablarán del marcado sesgo neoliberal de las medidas, que harán que la carga más pesada en la batalla fiscal la reciban los empleados públicos.

En el trasfondo del asunto hay varias realidades  que tal vez pase desapercibidas para la mayoría de los observadores, pero no para mí que por varios años (de 1989  1995) laboré como Director de la Oficina de Estudios Económicos del Banco Gubernamental de Fomento.

En primer lugar, desde varias décadas ha pendido sobre la cabeza de la economía una espada de Damocles: el duro hecho de que buena parte del éxito que la jurisdicción de Puerto Rico han tenido ha tenido en colocación de sus bonos en el mercado de Estados Unidos es la garantía de que el pago del servicio de nuestra deuda tiene prioridad sobre cualquier otra obligación del Estado Libre Asociado. Lo que por décadas fue una ventaja competitiva, se convierte ahora en una amenaza para la seguridad de empleo de miles de trabajadores del sector, cuyas oportunidades de desarrollo económico serán sacrificadas en aras de la mejoría del perfil fiscal del Gobierno Central.

En segundo lugar, los efectos prolongados de la eliminación en 1996 del principal instrumento de desarrollo económico que tenía Puerto Rico: la Sección 936 del Código de Rentas Internas federal. Aún si de admite que ésta estaba condenada a desaparecer tarde o temprano, tenemos que admitir que, aparte de la intensa activación de la obra pública durante el segundo periodo de gobernación del Dr.Pedró Rosselló, que se prolongó durante los últimos dos años de la incumbencia de Sila María Calderón, no hemos logrado contrapesar efectivamente esa gran pérdida, ya que nuestro modelo económico, para bien o para mal, descansaba totalmente (podríamos decir, absurdamente) en dicho estatuto. Con cerca de 50,000 menos en la manufactura, una reducción de la obra pública debido, por un lado, a la incapacidad para acudir al mercado en búsqueda de fondos para la inversión, y por otro lado al bloqueo  de los planes de acción económico de la Administración Acevedo Vilá por parte de la Legislatura durante el cuatrienio pasado, las dramáticas alzas en los costos energéticos hasta hace muy poco y la recesión en Estados Unidos y a escala mundial, la economía de Puerto Rico estaba condenada a un declive acentuado, sin disponer de mecanismos correctivos para detener el deterioro de todos sus sectores productivos.

En tercer lugar, el efecto acumulado de muchos años de debilitamiento de la boyancia de nuestro sistema contributivo. Año tras año, los economistas del patio (y en forma más explícita y dura, los analistas de las casas evaluadoras del crédito) hemos venido señalando el creciente desfase entre el modesto crecimiento de la economía en general y el exiguo avance de los recaudos del Fondo General. Cuando la economía cayó en recesión a principios de 2006, los recaudos comenzaron a caer en forma precipitada. Las medidas de austeridad que tomó la Administración Acevedo Vilá fueron bienintencionadas, pero llegaron muy tarde y fueron insuficientes para detener el terrible avance del déficit fiscal del Gobierno Central.

          Así, pues, el mensaje de Luis Fortuño será la culminación de más de una década de frustraciones económicas y desvaríos que han dejado a las finanzas públicas en un estado desastroso, han colocado el crédito de Puerto Rico al borde del abismo y han generado la más grave recesión de la economía desde la época de la Gran Depresión.

        La analogía de la noche triste nos lleva a una observación final: los guerreros aztecas se rebelaron porque fueron atacados por los soldados españoles, al mando de los cuales estuvo Pedro de Alvarado, quienes no podían contener el deseo de apropiarse de los tesoros de la ciudad, por lo cual dieron al traste con la estrategia más diplomática que había diseñado Cortés.

        Moraleja: las drásticas acciones que anunciará el gobernador Luis Fortuño sacudirán las bases de la sociedad puertorriqueña, generarán una gigantesca ola de protestas e inducirán una poderosa alianza de las fuerzas de oposición, encabezada por los sindicatos del sector público, para combatir lo que vendrá a ser un sistema de ajuste muy parecido a los que el Fondo Monetario Internacional le impone a los países miembros en dificultad económica.

        Luis Muñoz Marín solía decir que los puertorriqueños deberíamos, para acordarnos de las terribles penurias económicas y sociales que sufrimos en el pasado, despertarnos por la mañana a los acordes de la más famosa canción de Rafael Hernández: Lamento Borincano.

        Por cierto, las más conmovedoras líneas de esa canción la recordaremos muchos puertorriqueños esta noche:

¿Qué será de Borinquen, mi Dios querido,

qué será de mis hijos y de mi hogar?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

         

EL ORIGEN DE LA BURBUJA

 

 

En el discurso que pronunció en la Convención Nacional Demócrata de 1996, el Presidente Bill Clinton usó una frase cuyas consecuencias futuras ni él ni nadie hubiera podido calcular en ese momento: “Esta noche yo propongo un nuevo recorte contributivo para los dueños de hogares que dice que cada familia trabajadora de clase media en este país, si vende su casa, no tendrá que pagar un impuesto sobre la ganancia de capital jamás, nunca jamás.”

 

       Se trató de una estrategia de campaña dirigida a contrarrestar las ofertas de grandes rebajas contributivas que su contrincante republicano, el senador Bob Dole, había hecho en un discurso pronunciado en Chicago en 5 de agosto de ese año, que incluían una reducción de base amplia en los impuestos de ganancias de capital.

 

       En vista de que el equipo de analistas económicos de Hill Clinton, dirigidos por Robert E. Rubin, no le gustaba la idea de convertir al Presidente, que había logrado con grandes esfuerzos reducir el déficit presupuestario del Gobierno Federal, en un imitador de las propuestas agresivas, fiscalmente riesgosas de Dole, optaron por apoyar la eliminación de las impuestos sobre ganancias de capital en la mayoría de las ventas de casas como una concesión mínima para garantizar la competitividad en el plano económico de la candidatura de Bill Clinton

 

       Las bases conceptuales de la propuesta parecían razonables. Para obtener una exención, el impuesto vigente obligaba a los dueños de casas a mantener un expediente de todas las renovaciones por muchos años, en vista de que el costo de las renovaciones podía ser deducido de sus ganancias tributables. Aún renovaciones en casas previas a veces eran elegibles, en la medida en que las familias habían diferido el impuesto en el pasado al comprar una nueva casa tan valiosa como la casa anterior. La dificultad para mantener un expediente preciso de esas renovaciones constituía una restricción a la capacidad de familias para beneficiarse de la exención. Por otro lado, las familias podían evitar el impuesto bajo una exención de un sola vez, para ganancias de hasta $125,000, pero sólo si eran mayores de 55 años.

 

       A la luz de estas restricciones, no es extraño que el impuesto generara muy pocos ingresos para el fisco federal y que fuera un blanco fácil en cualquier intento de eliminar legislación obsoleta, onerosa para el consumidor y poco productiva para el fisco federal.

 

       Ahora bien, a medida que los economistas y los analistas de finanzas se adentran en la explicaciones de los orígenes y causas de la crisis crediticia que se inició a mediados de 2007, se agravó en el otoño del año pasado y en la actualidad se considera la peor crisis no sólo crediticia sino económica y financiera que ha afrontado Estados Unidos desde la Gran Depresión, la Ley de Alivio Contributivo de 1997, que incluyó la provisión que anunció BIll Clinton en su discurso de 1996, se ha convertido en uno de los principales sospechosos del desastre.

 

       En términos específicos, dicha ley incluyó una cláusula que exime a la mayoría de las ventas de casas del pago de ganancias de capital. Los primeros $500,000 en ganancias provenientes de la venta de cualquier vivienda están exentos de impuestos para una pareja casada, siempre y cuando la hayan vivido por al menos dos de los cinco años previos, mientras que para los solteros los primeros $250,000 son exentos.

 

       No debe extrañarle a nadie que el efecto de la ley fuera inflar el mercado de bienes raíces, al atraer cantidades masivas de dinero a un mercado que ofrecía grandes posibilidades de ganancias mayormente exentas de pagos al fisco federal.

 

       De por sí, el cambio en la ley no propició la burbuja en el mercado vivienda. Otros factores tal vez mucho más poderosos aportaron al proceso: el relajamiento de la políticas crediticias de los bancos, la falla del sistema reglamentario que no se percató a tiempo de la catástrofe en ciernes, una acentuada baja en las tasas de interés hipotecario y la expectativa dominante de que el alza en los precios de la viviendas seguiría por tiempo indefinido. No obstante, la ley tuvo un impacto acelerador, al permitir que la venta de casas y el proceso especulativo llevaran a sustanciales ganancias libres de tributación en un mercado fuera de control.

 

       En la medida que favoreció marcada y desproporcionalmente el mercado de bienes raíces, la nueva ley indujo a muchas familias a pensar que las viviendas eran no tanto un sitio para vivir sino una inversión sumamente lucrativa. En conjunción con otros subsidios que ya existían, particularmente la deducción contributiva por el pago de intereses hipotecarios, la ley le dio el motivo tanto a las familias como a los especuladores para comprar más bienes raíces, mientras que la laxitud de los requisitos prestatarios y la bajas tasas de interés le ofrecieron a los compradores la capacidad adquisitiva para hacer sus compras.

 

       Por pura lógica económica, los fondos se movieron hacia un mercado que ofrecía altos niveles de ganancia y mayores beneficios contributivos.

        In my beggining is my end dice el primer verso de un famoso poema de T.S. Eliot. Una ley aprobada con miras a corregir una falla del mercado puede haber sido el detonante de una crisis que se ha extendido al orbe económico mundial y constituye en este momento la principal fuente de preocupación de todos los países del planeta.

 

            

 

 

 

 

 

 

 

               

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ESPERANZA TENTATIVA

 

        Don Isidro Barea, barbero del barrio Bosque de San Germán a principios de la década de 1950 e ídolo intelectual de mi infancia, quien me transmitió buena parte de su sabiduría y me inició en el juego de las damas españolas, solía repetir una frase que siempre me pareció enigmática, pero que a la larga la vida se encargó de demostrarme su absoluta validez: De la esperanza vive el cautivo.

        Pienso en esa pieza del refranero español cuando veo que los periódicos norteamericanos, particularmente The Wall Street Journal, ya cansados de transmitir noticias cada vez más alarmantes acerca de la cruenta recesión que vive la economía de Estados Unidos desde fines de 2007, saltan de la alegría al observar unas tímidas señales de repunte económico en días recientes.

        Examinemos esa delicada evidencia:

  • En febrero el gasto de los consumidores tuvo un alza marginal de 0.2%, luego de un avance de 1.0% en enero.
  • El Índice del Modo de Sentir del Consumidor (Consumer Sentiment Index), que prepara la Universidad de Michigan, mostró un leve repunte en febrero.
  • El Índice de Gerentes de Compra, aunque sigue por debajo del umbral de 50, lo que indica que la manufactura está en recesión, tuvo pequeñas alzas enero y febrero, colocándose en ese último mes al nivel de 35.8.
  • Las ventas al detalle registraron tenues incrementos en enero y febrero.
  • Las reclamaciones iniciales por concepto de desempleo, que alcanzaron un máximo reciente de 650,000 en la semana que terminó el 14 de marzo, ya comenzaron a desacelerar, tal vez presagiando que ya la economía toco fondo y se halla en transición hacia una lenta recuperación.
  • El Promedio Industrial Dow Jones rebotó en cerca de 20% la semana pasada, luego de una precipitada y prolongada caída.
  • Las solicitudes de hipotecas para comprar viviendas nuevas y existentes crecieron en 32% la semana pasada, sin duda bajo el estímulo de un crédito contributivo de $8,000 que ofrece el Programa de Estímulo Económico de la Administración Obama y el Congreso y por los esfuerzos de la Reserva Federal orientados a bajar las tasas interés hipotecario.

Ninguna de esas señales de por sí es suficientemente fuerte para remover la angustia colectiva que vive el pueblo norteamericano, pero la acumulación de una masa crítica de noticias alentadoras provenientes de los indicadores mensuales básicos, en conjunción con la reducción de los precios energéticos y las vigorosas acciones económicas y financieras del Gobierno Federal y de la Reserva Federal, pueden dar el anhelado paso de la cantidad a la calidad.

Cautiva de la irresponsabilidad de las grandes empresas bancarias y de seguros, hundida en dos guerras que devoran gigantescas cantidades de fondos, desorienta por una administración vacilante y despistada durante la era de George W. Bush, la economía de Estados Unidos, bajo el liderato preclaro y el optimismo cauteloso del Presidente Barack Obama, avanza no hacia una era de progreso y expansión acelerada, sino hacia un proceso de penosa y gradual recuperación durante el cual se seguirá observando un alto nivel en la tasa de desempleo, quizás ligeramente superior al 10%, aún cuando el producto interno bruto comience a mostrar alzas en el recorrido de 2% a 3%.

Sin duda, una economía con señales mixtas es preferible a una en que todos los indicadores van en picada. Lo importante es que comienzan a proliferar las luces al final del túnel.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA ECONOMÍA DE PUERTO RICO: ¿RECESIÓN O DEPRESIÓN?

 

        A principios de esta semana el Presidente de la Junta de Planificación, Héctor Morales Vargas, sin duda abrumado por la gran cantidad de señales económicas que se observan en la primera mitad del presente año fiscal y por hecho de que la recesión económica de Puerto Rico ya se ha prolongado por tres años, se apresuró a decir que ya se pasó a una fase que podría llamarse un estado de depresión.

       A todas luces la situación es grave, pero no es prudente darle la categoría de depresión en esta etapa aunque sin duda, si persiste el declive sistemático y acentuado de la economía en general y de todos sus sectores en particular, tarde o temprano se cruzará la línea que divide la recesión de la depresión.

       La depresión es una caída radical, es decir, profunda y prolongada, en la actividad económica que se caracteriza por una fuerte contracción en la producción, subutilización crónica de la capacidad industrial, aumento significativo en el desempleo total y en la tasa de desempleo, acentuada reducción de los volúmenes de inversión y una pérdida considerable de la capacidad para generar exportaciones y para sufragar las importaciones.

       Tal vez el juicio del Presidente de la Junta de Planificación, al menos por el momento, es una extrapolación o pronóstico a base de los indicadores más recientes más que un diagnóstico de la situación actual. No obstante, debemos reconocer que la ominosa palabra depresión se asoma en el horizonte cuando la situación recesionaria se agrava y prolonga más de lo normal y las autoridades gubernamentales, que son las llamadas a conjurar la crisis, fallan en su función estabilizadora.        

El cuadro de indicadores mensuales de la economía de Puerto Rico que publica el Banco Gubernamental de Fomento en su página en Internet, nos ofrece la posibilidad de tomar el pulso de nuestro orden productivo, sin bien existe un alto grado de disparidad en lo que respecta a la fechas de referencia de la información. En la medida en que usamos el año fiscal como marco de referencia histórica, conviene recordar que el rezago de los datos con respecto al mes en que se redacta el análisis varía desde un mínimo de un mes, en el caso de la producción y ventas de cemento,  hasta un máximo de tres meses, en el caso de los indicadores de turismo. De todos modos, se analizan los datos más recientes de cada variable bajo análisis, para completar el perfil de la actuación de la economía a medida que avanza el año fiscal.

 

Durante los primeros seis meses del año fiscal en 2009 (julio a diciembre de 2008),  a juzgar por la conducta de los principales indicadores mensuales, examinados uno a uno, la economía de Puerto Rico, se hallaba en recesión, sin que se observaran  signos de recuperación significativos en ningún sector de la economía

Examinemos la actuación de los principales indicadores mensuales en comparación con los primeros seis meses del año fiscal 2008:

El empleo total promedio, medido por la Encuesta de Viviendas, ajustado por estacionalidad, disminuyó  en 1.4%.  La tasa de participación, sin ajustar por estacionalidad, se redujo de 45.20% a 44.6. %, pero aún así,  la tasa de desempleo, con el debido ajuste estacional, subió  de 11.3% a 12.4% y el desempleo total, ajustado por estacionalidad, aumentó de 155,600 a 170,100, un alza de 9.3 %. 

Sin ajustar por estacionalidad, la tasa de empleo promedio (el empleo total como por ciento de la población civil de 16 años y más) fue de 39.1%, 0.9 puntos porcentuales menos que en igual periodo del año precedente.

El empleo asalariado no agrícola promedio, medido por la Encuesta de Establecimientos, fue de 995,600, que vino a ser una baja de 3.1%. Se registraron contracciones de empleo en todos los sectores económicos, menos en la construcción. Las reducciones fueron: comercio (5.9%), gobierno (0.6%), transportación (5.3%), información (4.0%), finanzas, seguros y bienes raíces (4.5%), servicios (4.0%) y manufactura (4.8%). En cambio, hubo un alza de 1.5% en el empleo en la construcción. Se perdieron 1,800 empleos en el sector público y 30,200 en el sector privado, para un total de 31,900 empleos menos.

El empleo manufacturero, medido por la Encuesta de Establecimientos, tuvo un promedio de 100,500, el más bajo desde tiempos inmemoriales (basta recordar que hace diez años el empleo promedio del sector rondaba el nivel de 151,400), en comparación con 105,600  en iguales meses del año fiscal anterior, una baja, como ya se indicó, de 4.8%. El empleo de las industrias de bienes duraderos disminuyó en 7.0%, mientras que en el caso de las industrias de bienes no duraderos la baja fue aún menos acentuada: de 3.9%. En términos absolutos, las primeras tuvieron una disminución de 1,800 empleos, mientras que en las segundas la pérdida fue de 2,400 empleos, para un total de 5,100 empleos menos.

 

Hasta noviembre, la actividad promocional de la Compañía  de Fomento Industrial mostró un marcado deterioro con respecto a igual periodo de año anterior: bajas de 51.3% en el número de proyectos, de 72.9% en el empleo comprometido, de 73.4% en la nómina comprometida y de 52.3% en la inversión comprometida. Hasta ese mes se habían promovido 19 proyectos, con empleo  comprometido montante a 791 y una inversión comprometida de $80.5 millones.

Hasta octubre, el registro total en hoteles de turismo había disminuido en 0.4%, debido básicamente a una baja de 0.7% en el registro de no residentes. De igual modo, el registro en hoteles de turismo disminuyó en ese periodo en 0.2% en comparación con iguales meses del año precedente, como secuela de una baja de 0.6% en el registro de no residentes. La tasa de ocupación en hoteles de turismo disminuyó a 65.2%, en comparación con 68.6% en el periodo anterior.

Hasta noviembre, las exportaciones totalizaron $25,833 millones, una baja de 1.3%, mientras que las importaciones sumaron a $19,015 millones, un disminución de 6.9%. En consecuencia, el saldo comercial acumulado aumentó en 13.6% a $8,122 millones. Es notable el hecho de que durante el periodo las importaciones procedentes de Estados Unidos disminuyeron en 14.7%.

Hasta noviembre, los ingresos netos del Fondo General disminuyeron en 4.6%, al alcanzar un nivel de $3,961.0 millones. Los recaudos por concepto de arbitrios, el componente contributivo más coincidente con el ciclo económico, disminuyeron durante el periodo en 2.0%, pero hay que recordar que la entrada del impuesto sobre ventas y uso en noviembre de 2006 desplazó el importante componente del arbitrio general del 5%. De julio a diciembre de 2008, los recaudos por concepto del IVU al nivel estatal que pasaron al Fondo General montaron a $368.7 millones, una baja de 7.1%  o $28.3 millones respecto a igual periodo del año anterior. Además del impacto de la recesión, hay que tomar en cuenta que durante algunos días de septiembre hubo una moratoria (intempestiva y pésimamente administrada) en el pago del IVU por motivo del paso de un huracán cerca de Puerto Rico. La más importante baja en el área de arbitrios se observó en aquellos relacionados con vehículos de motor, que sufrieron una caída de 8.6%. Las contribuciones de individuos tuvieron una baja de 5.5% que fue contrapesada por un alza de 0.3% en las contribuciones de corporaciones.

El consumo de energía eléctrica  disminuyó en 5.5%.  En el caso del componente industrial se observó una baja mucho más acentuada: 10.2%. El consumo del comercio tuvo una disminución de 1.8%, mientras que el del sector residencial tuvo una contracción de 7.8%.
          Hasta diciembre, los indicadores de la construcción disminuyeron acentuadamente. Por un lado, la producción doméstica de cemento se redujo en 17.4% y las ventas totales de cemento tuvieron un baja de 19.6%, y por otro lado, hasta octubre, el número de los permisos de construcción disminuyó en 4.8% y  el valor de los mismos se contrajo en 24.2%.

Los datos correspondientes a enero de 2009 colocan la producción doméstica de cemento 17.3% por debajo de igual mes del año anterior, mientras que las ventas de cemento corrieron 21.2% por debajo de enero de 2008.

       La evolución general de la economía en el primer semestre del año fiscal 2009 estuvo acompañada por una preocupante aceleración de los precios al consumidor, que crecieron en 7.9%, según medido por el nuevo Índice de Precios al Consumidor con base en diciembre de 2006. Los componentes que más avance mostraron fueron los  de alimentos y bebidas (18.0%) y vivienda (12.7%). Como era de esperarse, dado el colapso reciente de los precios del petróleo y la gasolina, el componente de transportación tuvo un retroceso de 4.4% en ese periodo.

 

En suma, a las alturas de diciembre de 2008, a juzgar por los cambios en los principales indicadores económicos mensuales, sin dejar de reconocer las discrepancias cronológicas de los datos, que no permiten una evaluación simultánea, es decir, sobre la misma base histórica o periodo de referencia, la economía de Puerto Rico se hallaba en un indiscutible patrón recesionario, pero a todas luces las caídas de los principales indicadores económicos no justifican la aseveración de que ya la economía de halla en depresión. Predominan abrumadoramente las señales negativas, entre ellas algunas muy preocupantes como la disminución del empleo agregado y, en mayor o menor grado, del empleo en casi todos los sectores económicos, la lentitud del turismo, la pérdida de dinamismo de los indicadores de la industria de la construcción, la persistencia de un alto de desempleo y la reducción de la tasa de empleo, la aceleración del proceso inflacionario y el debilitamiento de los recaudos del Gobierno.

Recuerdo con mucho respeto la prédica del excelente lingüista puertorriqueño Eliezer Narváez en sentido de que debemos perder el respeto excesivo a las palabras y pronunciarlas con el rigor y dureza que requieran las circunstancias, pero no podemos olvidar que detrás de cada una de ellas, particularmente cuando se trata de juicios científicos, hay una realidad objetiva que debe guardar correspondencia con el uso que se hace de la palabra.

En el contexto presente la palabra depresión invoca una realidad que aún no existe objetivamente, pero hay que reconocer que alude a un orden de cosas de que no está muy lejos si persisten las tendencias recientes de los indicadores económicos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA ENCRUCIJADA DE LUIS FORTUÑO

 

      

       Una de las más famosas frases de Yogi Berra dice: When you get a fork in the road, take it. Los historiadores que se han dedicado a investigar las enigmáticas y ocasionalmente geniales frases de ese inmortal del béisbol ahora alegan que él le dijo eso a unas personas que iban a visitarlo, ya que a partir de cierto punto el camino hacia su casa se bifurcaba en dos direcciones, cualquiera de las cuales, a la larga, desembocaba en la calle en que él vivía.

        Al enfrentarse a la encrucijada que le plantearon los resultados  iniciales del informe del Consejo Asesor de Reconstrucción Económica y Fiscal (CAREF), el Gobernador Electo Luis Fortuño tomó la primera decisión acertada de su administración: le pidió a los integrantes del Comité que consulten a otros sectores antes de tomar decisiones finales sobre las recomendaciones para sortear la crisis fiscal que afronta el Gobierno Central y la prolongada, dispersa y profunda crisis económica que sufre el país.

        La realidad es que, en este caso, la lógica de Berra hubiera conducido al desastre, ya que la aceptación sin más de las recomendaciones iniciales del Comité hubiera conducido a la primera crisis política del nuevo incumbente aún antes de haber puesto un pie en Fortaleza.

        Aunque reconocemos que la lista preliminar que publica el periódico El Nuevo Día en su edición del 20 de diciembre no es expresión directa del CAREF, un vistazo inicial a la misma puede dar base para explicar la reacción cautelosa del Gobernador Electo:

  • Aumento temporal del IVU. Para la mayoría de los puertorriqueños, el IVU ha sido una de las peores decisiones de política económica en la historia del país. Contribuyó a acelerar la inflación, deprimió los gastos de los consumidores, le complicó la vida a los comerciantes, debido a su regresividad redistribuyó la carga contributiva hacia las personas de menos ingresos, y para colmo se quedó corto en lo que respecta al volumen de recaudos debido las complejidades de su implantación.
  • Congelación parcial en las ayuda a los municipios. La mayoría de los municipios de Puerto Rico están afrontando graves problemas debido al debilitamiento de sus recaudos como consecuencia de la recesión económica general y de la reducción de la actividad manufacturera en sus jurisdicciones. Las dos organizaciones de alcaldes merecen que su voz se oiga, que se les ofrezca la oportunidad de evaluar las consecuencias, sin duda devastadoras, que tendría semejante propuesta.
  • Incremento de los impuestos vinculados al alcohol, la gasolina, artículos de lujo, como joyas. De estos tres componentes, el primero y el tercero se presentan como los sospechosos habituales, por lo cual no habrá muchas personas que se opongan a los mismos, pero la baja en el precio de la gasolina, como resultado de precipitada baja del precio del petróleo a nivel mundial, es uno de los pocos alivios que han tenido el pueblo consumidor, los negocios y el propio gobierno en meses recientes. Luego de sufrir precios inauditamente altos, equivalentes a confiscaciones atroces del ingreso de todos los actores económicos, proponer un alza en el impuesto a la gasolina será tan impopular como recomendar que se elimine el Día de las Madres.
  • Reducción del presupuesto de la Universidad de Puerto Rico e incremento del costo por crédito. Desde tiempos inmemoriales la formula de financiamiento de la Universidad de Puerto Rico está en la mirilla de los reformadores de la política fiscal del Estado Libre Asociado. No es la primera vez que surge la idea de recortar dicho apoyo y obligar al sistema universitario público a financiar sus operaciones académicas, investigativas y administrativas mediante el incremento del costo por crédito. No obstante, tanto la administración universitaria como los representantes de la comunidad académica—estudiantes, profesores, investigadores científicos y docentes, empleados exentos no docentes,  trabajadores de mantenimiento y limpieza y las organizaciones que representan a cada uno de estos grupos—merecen ser oídos cuando se trate de evaluar las severas consecuencias de esta medida.
  • Reducción de la aportación que hace el gobierno al plan médico de los empleados. Con esta propuesta se le haría un flaco  servicio se le haría a los esfuerzos por aumentar la productividad de los empleados públicos, uno de cuyos pilares en la calidad y accesibilidad de los servicios médicos que éstos reciben. Cientos de miles de empleados del gobierno formarán un frente unido contra esta recomendación, no importa cuán tenue se presente, y constituirá una fuente de incomodidad y discordia para la nueva administración.
  • Recortes en los presupuestos de la Reforma de Salud y del Departamento de Educación. Aquí habrá que hilar fino, pues se trata de una medida que podría perjudicar severamente a dos pilares de la competitividad del país: la calidad, variedad y accesibilidad de los servicios de salud y educación para el pueblo. Son dos áreas en las cuales la estrechez presupuestaria y la condición financiera se hallan en su peor momento en la historia, de manera que los recortes sólo contribuirán a agravar las penas y empeorar la ya deteriorada estructura de servicios de dos vitales campos del servicio público.
  • Reducción de la jornada del empleado público. Esta sería una medida desmoralizante y antipática, que será interpretada por los empleados públicos no sólo como un atentado contra su estabilidad económica sino como un insulto a la dignidad del servicio que éstos prestan. No debe subestimarse el impacto que está medida tendría sobre la productividad de los empleados y sobre la calidad, prontitud y extensión de los servicios que el gobierno le presta a la ciudadanía.
  • Eliminar el pago de horas extra al empleado público. A todas luces esta medida tendría iguales o peores implicaciones que la anterior.
  • Reducción de los días feriados en el gobierno. Esta propuesta luce viable a primera vista, pero habría que evaluar cuidadosamente cuáles y cuantos días se eliminan y darle prioridad en la retención a aquellas efemérides que son más significativas para la preservación de la cultura y los valores de Puerto Rico.
  • Eliminar la liquidación de vacaciones a empleados públicos. A todas luces esta es una propuesta descabellada y seguramente anticonstitucional, que atentaría contra los derechos  adquiridos de los trabajadores y violaría los más elementales principios de normas razonables del trabajo.
  • Negociar con las uniones para posponer aumentos salariales. Es probable que las uniones de empleados de las corporaciones públicas, a quienes parece estar dirigida esta propuesta, estén en el ánimo de dialogar sobre este asunto, pero seguramente pondrán como condición que la medida se extienda a toda las estructura ejecutiva del gobierno y que los legisladores y los altos funcionarios de Rama Judicial compartan el sacrificio.

No hay duda de que el CAREF cumplió a tiempo con la encomienda (algunos dirían misión imposible) que le dio el Gobernador Electo, pero no hay que ser un experto en asuntos económicos y fiscales para percatase de que (al menos tal como las está informando El Nuevo Día) sus recomendaciones o insinuaciones de acción  tienen un fuerte sesgo contra los empleados del sector público y no aluden a otras dimensiones en que se podría reestructurar la base de recaudos del gobierno, tales como impuestos más altos a las ganancias de las empresas manufactureras norteamericanas y europeas así como a los bancos e instituciones financieras de diversos tipo, impuestos a la riqueza, especialmente a los dueños de terrenos que se dejan baldíos para propósitos especulativos, la revisión de los impuestos a viviendas y estructuras comerciales, industriales y de oficinas de alto valor y la extensión del IVU a toda la gama de servicios profesionales.

A corto plazo, tal parece que la idea de pedir prestado a los bonistas del patio, por vía del Banco Gubernamental de Fomento, una cantidad cercana a los $800 millones para resolver el grave problema de liquidez que afronta el Gobierno Central es una idea que prosperará y tendrá acogida en la comunidad financiera local, ávida de que mejore el ambiente institucional y el clima de negocios.

De igual modo, la vigilancia de las medidas de reactivación y reestructuración económica que tomara la Administración Obama, las cuales pueden beneficiar sustancialmente a Puerto Rico y la anunciada estrategia de fomentar las alianzas público privadas para el desarrollo de la obra pública local lucen a primera parte como opciones válidas y poco controvertibles para la Administración Fortuño.

En fin de cuenta, la realidad es que, por lo pronto, la tarea más dura, más álgida, recae en los 14 miembros del CAREF, que se verán en la obligación y responsabilidad de auscultar la opinión de los diversos sectores de la comunidad puertorriqueña sobre un conjunto de medidas esencialmente draconianas.

Ahora bien, la largo plazo, será la Administración Fortuño la tenga la responsabilidad final de poner en vigor el conjunto de medidas económicas y fiscales más doloroso, más álgido desde que Puerto Rico inició su fase de modernización económica y social  a fines de los 1940.

Ante todo el apreciado amigo Luis Fortuño de actuar tomando en cuenta la cautela que aconseja la frase que Berra pronunció cuando los Yankees de Nueva York perdieron la serie Mundial en 1960:

We made to many wrong mistakes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TIEMPOS DE ZOZOBRA

 

 

Al buen amigo Benny Frankie Cerezo, eterno vigilante

de la realidad económica, social y política de Puerto Rico

 

 

La Economía, la disciplina que el gran historiador escocés Thomas Carlyle llamo la ciencia funesta se ha puesto de moda en los últimos meses a escala global, no tanto por la certeza de sus explicaciones y hallazgos acerca de la recesión en curso, sino por el hecho de que nadie quiere ofrecer opiniones casuales o al vuelo en la hora en que la convulsión magnánima del proceso productivo y del orden financiero ordena que sean los expertos los que hablen con contundencia.

 

Lamentablemente los economistas somos llamados a opinar luego de que se han tomado todas las decisiones fundamentales, se han cometido toda suerte de errores y horrores y sólo resta hacer la autopsia al cadáver del orden económico.

 

Alguien dijo en una ocasión que los historiadores son unos soldados armados de palabras que, después de las batallas, bajan de las montañas de disparar contra los heridos y los muertos. Semejante símil parece describir la situación actual de los economistas en muchos países del mundo: bajamos del mundo académico, de las trincheras de los centros de investigación, del mundo de las elucidaciones teóricas para analizar las causas de desastre: las políticas prestatarias irresponsables de los bancos, el despilfarro de los fondos públicos y el mal manejo de la deuda pública, los patrones de gastos irracionales de los consumidores, el endeudamiento excesivo de los negocios y de las familias, la expansión excesiva de la actividad comercial y de construcción de viviendas y edificios comerciales en un periodo de identificada desaceleración económica y otras no menos importantes.

 

Ante tal cuadro, los economistas disparamos a mansalva nuestros juicios críticos, amonestamos a todo el mundo, torturamos a los confusos y equivocados con una buena dosis de comparaciones históricas y expresamos nuestro asombro ante el hecho de que a nadie se lo ocurrió consultarnos antes de pasar leyes tan malas, trazar políticas públicas tan equivocadas y correr riesgos tan inauditos en tan variadas industrias.

 

Los autores del desastre oyen con paciencia supina las increpaciones de los economistas, prometen no volver a incurrir en semejantes disparates, pero, en baja voz, tararean los viejos cantos que relatan sus teorías en uso, es decir, aquello que ellos creen que es correcto en todo lugar y circunstancia y que escapa a lo consideran el sermón aburrido y repetitivo de los profesionales de la ciencia funesta.

 

Los economistas prometemos evaluar más a fondo las causas de la hecatombe, nos comprometemos a revisar los fundamentos teóricos equivocados que pudieron haber contribuido a la confusión general, e iniciamos estudios econométricos de gran profundidad que presentaremos en jornadas de discusión técnica a las cuales sólo asistirán los iniciados en la materia.

 

A la larga, luego de un sufrimiento inaudito de la población, víctima de un largo periodo de desempleo y drástica reducción de la calidad de vida, una mezcla del proceso de selección natural del mercado y de alguna que otra política acertada de los gobiernos, siguiendo una lógica que se asemeja más a la secuela del incendio en el bosque que a la planificación estratégica racional, lleva a la economía de la recuperación gradual a un auge sin precedentes de la economía. En la nueva fase de optimismo los economistas todavía no hemos terminado nuestras profundas investigaciones sobre la recesión o depresión anterior, los gobiernos aún no han diseñado ni puesto en vigor las políticas integrales de recuperación económica que inspiraron los malos tiempos, y las personas de negocios regresan a sus prácticas habituales que, según ellas, las llevaron al éxito en otra época.

 

En la nueva fase de recuperación los economistas comienzan a dar cuenta de los peligros inherentes a la mala planificación de las actividades productivas y de los errores de política pública y de estrategia de negocios que se están cometiendo. No obstante, como somos considerados profetas del desastre, predicadores perpetuos de la catástrofe, nadie nos hace caso. Tenemos que esperar a que las cosas se pongan malas para que volvamos a ser oídos, pero entonces será tarde porque las decisiones fundamentales ya se han tomado, se han cometido toda suerte de errores y horrores y sólo resta hacer la autopsia al cadáver del orden económico.

 

Federico Nietzsche vivió fascinado con el mito del eterno retorno. Los economistas estamos condenados a ver ese mito convertido en una inevitable y dura realidad.

 

 

 



[1]     Nos referimos al costo de adquisición de las refinerías (refiner acquisition cost) del petróleo crudo importado.

[2]       Edición del 3 de enero de 2005.

[3]       La tasa que rige los préstamos de un día para otro (overnight) entre los bancos miembros del Sistema de la Reserva Federal.

[4]       Western Texas Intermediate.

[5]       El Índice J.P. Morgan, que mide la fortaleza del dólar en comparación con 16 de las monedas de los principales países que tienen comercio exterior con Estados Unidos, han tenido una tendencia esencialmente descendente desde agosto de 2003 y se halla en la actualidad (principios de diciembre de 2004) ligeramente por debajo de 95, en comparación con niveles superiores a 100 a principios de 2003.

[6]       Generalmente se reconoce que debido a un problema de relativa obsolescencia de la canasta de bienes y servicios que se usa para medir el Índice de Precios al Consumidor, la inflación está sobrestimada en Puerto Rico.

[7]       La ecuación de regresión es Precio de la gasolina = 0.315 +0.045*Precio del petróleo, con un coeficiente de determinación, o R cuadrado, de 66.3 por ciento.

[8]     Transportation Energy Data Book, Edición 23, 2003, Cap.10.

[9]       Banco Gubernamental de Fomento, Puerto Rico’s Economic Outlook, Presentación en Power Point, Mayo de 2002, 31 págs.

[10]    Ver Gráficas 1 y 2: Participación del Sector de la Gasolina en Puerto Rico por Marca, años 2002-2003. Ver también Anejo 1: Participación del Mercado por Marca en Puerto Rico, año 2001.

 

[11]     Los valores de las ventas de gasolina fueron estimados por Developers & Planners a base de información procedente de diversas fuentes.

[12]    Meyer, David W. y Jeffrey H. Fischer, The Economics of Price Zones and Territorial Restrictions in Gasoline Markets, Marzo de 2004, 39 págs. Los puntos de vista que se presentan en este trabajo son los de los autores y no necesariamente los de la Comisión de Comercio Federal.

 



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