Portal de Santos Negrón Díaz, Economista, negrondiaz@gmail.com, http://www.santosnegrondiaz.com

Home | Víctor Sánchez: Seis mitos para una quiebra | Santos Negrón Díaz: Minimización del riesgo | Santos Negrón Díaz: Viaje al corazón de Matos Paoli | Santos Negrón Díaz: La limitación del crédito contributivo de las compañias 936 y su impacto | Santos Negrón Díaz: Ensayos económicos de dos décadas: Volumen II | La economia de Puerto Rico: Realidad y perspectiva | Santos Negrón Díaz: Contabilidad macroeconómica de la dependencia | Santos Negrón Díaz: El Informe Trimestral del BGF: Realidad y perspectiva | Ignacio Ramonet: China, megapotencia financiera | Dr.Gerardo Navas: "Collateral Damage" | Santos Negrón Díaz: Reflexiones | Santos Negrón Díaz: El IVA: Realidad y Perspectiva | Santos Negrón Díaz: La popularidad de los economistas | Santos Negrón Díaz: La degradación crediticia como factor de riesgo | Santos Negrón Díaz: Naturaleza y alcance del IVA en Puerto Rico | Santos Negrón Díaz: Apuntes económicos en tiempos de zozobra (Libro) | Santos Negrón Díaz: Ensayos económicos de dos décadas: Volumen II | Santos Negrón Díaz: Tendencias económicas: 1997-98 (Libro) | Santos Negrón Diaz: Contabilidad macroeconómica de la dependencia | Francis Fukuyama: La revolución de la clase media | Santos Negròn Díaz: Mientras S&P toca la lira | María de los Ángeles Trigo: Retiro: La soga parte por lo más fino | Santos Negrón Díaz: La reforma del Sistema de Retiro: realidad y perspectiva | Santos Negrón Díaz: Entrevista en Claridad | Alfredo González: Contra del culto a las ideologías económicas | Prof. Argeo T. Quiñones Pérez: El fracaso del Plan Fortuño | Paul Krugman: La fuente de los errores de política económica | Luis A. Rodríguez Reyes: La debacle económica de Puerto Rico: el fin de la 936 | Invitación a visitar el blog de la economista y periodista Luisa García Pelatti: sincomillas.com | Paul Krugman: La salvación económica de Europa | Jesús Rodríguez: La fiebre del oro: Reportaje | Alfredo González: Repetición de una tragedia bancaria | Paul Krugman: La trampa del euro | Paul Krugman: El desarrollo de una economía verde | Alfredo González: La fabulosa tragedia financiera de Grecia | Prof. Argeo T. Quiñones Pérez: Elementos Fundamentales de una Estrategia para la Salida de la Crisis | Asociación de Economistas de Puerto Rico: Texto presentado en conferencia de prensa | Impacto multiplicador de los despidos de empleados públicos en Puerto Rico | El papel del economista ante el foro judicial | Impacto de las crisis económica sobre los movimientos migratorios | Paul Krugman: En torno a Milton Friedman | Augurios de Roubini | China y la Curva Phillips | La ruta de la deflación | La estrategia de la Reserva Federal | La larga marcha del renminbi | Nouriel Roubini: The Almighty Renminbi? | Pandemias y depresiones | Alfredo González: La función intermediadora de BGF | Las fusiones en la industria farmacéutica | La noche triste de Luis Fortuño | La economía de Puerto Rico:¿Recesión o depresión? | Perspectivas Económicas: 2003 a 2008 (Libro) | La boyancia de los recaudos de fuentes contributivas estatales en Puerto Rico | Retos al desarrollo económico de¨Puerto Rico (Ponencia) | El comienzo de la recesión | El valor de la educación superior (columna, marzo 2006) | Contexto socioeconómico de Puerto Rico (2003) | Guías de planificación estratégica en el sector público | La ciencia funesta (octubre 2005) | El riesgo de recesión en el país (columna, agosto de 2005) | El papel del gobierno en la economía (columna, junio 2005) | La reforma perpetua | Tres ensayos de enfoque microeconómico | Analyze de la littérature sur la situation de la société post-industrielle | Análisis de la literatura sobre la situación de la sociedad postindustrial | La economía de Puerto Rico bajo el Estado Libre Asociado | Resumen de una ponencia | Santos Negrón Díaz. | Guía de fuentes de información económica en Internet | Información personal | Mi experiencia profesional
Alfredo González: Repetición de una tragedia bancaria

Apreciamos esta excelente aportación del Prof. Alfredo González Martínez.

Repetición de una pesadilla bancaria

 

 

 

                                                                     Alfredo González Martínez*

 

             Se repite con creciente insistencia el rumor que a fines de abril se consumará la fusión de al menos tres bancos comerciales privados en Puerto Rico. De ocurrir, sería la culminación de una serie de eventos financieros con impactos noticiosos que, por su frecuencia y la diversidad de los bancos afectados, asumió carácter de un mal abarcador del  sistema bancario puertorriqueño desde mediados del 2008. A partir de 2005, se estuvo revelando, con mucho recato, incidencias esporádicas de uno y otro banco nativo con dificultades operacionales y violaciones a los reglamentos de autoridades federales referentes a la contabilización ilegales de transacciones, valoración impropia de activos y insuficiencia en los requerimientos de capital de varios bancos

       Basta recordar el caso incoado por el Securities and Exchange Commission contra  Doral Financial Corporation en el cual la empresa acordó pagar $ 25 millones, acusada de inflar sus estados financieros durante cinco años y facilitarle la colocación de $ 1,000 millones en deuda y acciones en los mercados financieros. Atrajeron también la atención de los medios de comunicación, en el 2006, los casos del First Bancorp por la orden conjunta de cese y desista emitida en su contra  por la Junta de la Reserva Federal y el Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) por transacciones hipotecarias disfrazadas como ventas reales, entre otros cargos,; y el de R-G Financial Corporation en que las mismas autoridades federales regulatorias le ordenan un cese y desista del modo de la valorar antirreglamentaria de sus activos.

       Antecede  estos litigios un deprimido entorno económico y financiero resultante de un estancamiento  en la industria de la construcción y el deterioro consecuente en el volumen y la calidad de los activos bancarios por el menoscabo en la rentabilidad de sus hipotecas. Se venían esfumando el caudal de los recursos bancarios originado por los depósitos de las empresas 936, surtidor abundante y de bajo costo de fondos usados por los bancos en su intermediación financiera en la economía de Puerto Rico desde 1976. A pesar de que estos fondos sólo representaban 25 por ciento en los depósitos de la banca comercial  nativa, su merma exigió que la gerencia explorara fuentes y estrategias sustitutivas como fueron los activos basados en hipotecas.

      Concurrente con el deterioro en la banca comercial en Puerto Rico, ocurría la formación de una burbuja especulativa en torno al precio de la viviendas en los Estados Unidos y el fenómeno asociado de una infiltración en el sistema financiero mundial de activos basados en hipotecas subvaluadas (subprime) originadas en la banca hipotecaria norteamericana.

     El abarrotamiento de los mercados internacionales de fondos procedentes de los superávits de la balanza de pagos de China, la globalización y virtualización de las transacciones en los mercados financieros  y el enraizamiento de la ideología fundamentalista del mercado en las administraciones gubernamentales sucesivas a Ronald Reagan propician un ambiente de “exuberancia irracional” al riesgo. Esta última tendencia afloja legal y administrativamente los procesos de regulación financiera de las autoridades federales para detectar fallas casuísticas y sistémicas que fueron gradualmente infectando el mercado financiero norteamericano y el mundial.

         Todo tiende a indicar que la situación bancaria en Puerto Rico se contagió, en parte, con el ambiente externo descrito y domesticamente por el surgimiento de una versión nativa de la subvaloración y la titulización (securitization) de hipotecas convencionales originadas localmente.

        Lo que en el 2006 eran casos esporádicos, a fines de 2008 tomaron carácter y magnitud de brote amplio de contaminación con activos tóxicos en el sistema bancario en Puerto Rico. La infección generalizada alcanzó los niveles corporativos de bancos considerados, hasta el momento, inmunes a las vicisitudes de la  liquidez de sus activos y su rentabilidad. Reconocida la situación por sus ejecutivos principales, los banqueros gestionaron el salvamento de TARP como en el caso del Banco Popular que se le asistió en el 2008  con $ 935 millones; el First Bancorp, en 2009, con $  400 millones; y el R&G Mortgage Corporation con $ 57 millones, en 2009, de acuerdo a los récords del programa federal.

       Como resultado del brote contagioso manifiesto en bancos que controlaban  de cerca de la mitad  de los activos bancarios en Puerto Rico, comenzaron insistentes recomendaciones en círculos influyentes de la necesidad de una indefinida consolidación (sic) o fusión de algunos bancos como medida sanitaria del sistema. Los medios a nivel mundial proclaman  desde marzo de 2010 que el FDIC está buscando compradores para  W Holding (matriz del Westernbank), R&G Financial Corp y Eurobancshares (Eurobanco). Se especulaba que los posibles compradores pudieran ser el Oriental Financial Group, Bank of Nova Scotia. Doral y el Banco Popular con asistencia del FDIC. Se descartaban por una y otra razón entre aquellas entidades operantes en PR, el Banco Santander, el BBVA,  y el Citigroup. Se rumoraba también de la participación de alguna entidad de afuera, el Wells Fargo.

      A medida que nos acercamos al fin de abril, se suceden vertiginosamente noticias  en el sombrío horizonte bancario boricua como es la renuncia a la presidencia del WesternBank, de Frank Stypes; la notificación de NASDQ a la corporación dueña de Eurobanco de su incumplimiento con las condiciones para continuar registrado en dicho mercado; y la violación a lo convenido con S.E.C. en su orden de cesa y desista; así como   su infructuosa búsqueda de capital adicional.

      El anticipado desenlace tomaría la forma de una intervención reglamentaria de rescate (bail out) que F.D.I.C. denomina técnicamente  “de comprar y asumir control” de una entidad bancaria que asegura sus depósitos con dicha entidad. Es la culminación de un proceso largo de investigación de las operaciones del banco, diseño de opciones a ejecutarse y evaluación de sus posibles compradores. En el caso particular de Puerto Rico, estas funciones se realizan en conjunto con la Oficina del Comisionado de Instituciones Financiera y con el Federal Reserve Board.

            En los casos ordinarios el FDIC  vende el banco mediante una subasta entre licitadores residentes en el mismo estado cualificados para que éstos asuman  la obligación de todos  sus depósitos vigentes y sus activos valiosos. El FDIC adquiere los préstamos malos. [Ver Irvine Sprague, Bailout, página 26]

           Existen variantes al proceso ordinario aplicable en circunstancias especiales:

           1. Dividir la venta del banco en cuestión entre dos comparadores.

           2. Vender el banco a intereses extranjeros o de fuera del estado

           3. Vender sin subasta y con asistencia del FDIC

           4. Venta aplazada  una vez FDIC  le inyecte fondos para rehabilitación financiera

 

         La situación actual de incertidumbre en la banca comercial en Puerto Rico es parecida a la acontecida el viernes 31de marzo de 1978.  El FDIC ejecutó es día la venta del Banco de Crédito y Ahorro Ponceño por $ 36.1 millones, repartiendo su propiedad entre el Banco Popular al que le correspondió $ 400 millones del total de $ 600 millones en depósitos y 36 sucursales; y al Banco de Santander, 14 del total de 50 sucursales y $ 200 millones  de los depósitos. De acuerdo a la prensa, la clausura fue adjudicada a la insolvencia esencialmente causada por la otorgación impropia de préstamos de parte de la Junta de Directores a sus miembros,  sin suficiente colateral, y al punto que un grupo de cinco debía el 81 por ciento de la cartera.

      Aunque el cierre del segundo banco de importancia y con 85 años de experiencia exitosa causó gran alarma el día del anuncio, la transición ocurrió durante un fin de semana. El lunes se reabrieron las operaciones de sus sucursales en toda la Isla sin mayor novedad para sus depositantes, empleados y clientes. Para los dueños y la más alta gerencia comenzaban las investigaciones y litigios sobre la adjudicación de responsabilidades.

        El asunto fue el inicio de una transformación de la fisonomía de la banca comercial en Puerto Rico hacia una mayor presencia de entidades españolas.

       El cierre envolvió un sólo banco en el que se mantenía un doce por ciento de los depósitos del sistema bancario en Puerto Rico en 1977. Su impacto se contuvo sin que tuviera alcance insular. Igualmente, las causas de la insolvencia fueron fijadas en una administración bancaria impropia o ilegal de los accionistas principales del mismo banco.

      El incidente del Banco Crédito y Ahorro sucede tres años después al inicio de una de las recesiones más severas en Puerto Rico, del efecto de un grave estancamiento de la actividad de la construcción  y de las pérdidas cuantiosas durante tres años en seis de los  nueve bancos nativos (inclusive el intervenido) examinados en Economic Study of Puerto Rico del U.S. Department of Commerce(1979). Las pérdidas del Banco Ahorro y Crédito en 1976 y 1977 constituyeron en promedio un 61 por ciento del total perdido por los seis bancos estudiados.  Desde 1975, se inicio una ola de adquisiciones de bancos de menor tamaño afectados por la crisis en la construcción y el deterioro consiguiente en sus carteras de préstamos. Esas adquisiciones fueron financiadas por grandes bancos españoles y los dos canadienses que operaban en Puerto Rico.

       Concluye el redactor del referido estudio que a pesar de la contribución del deprimido ambiente económico y financiero insular a la bancarrota del Banco Crédito y Ahorro, fue su pésima administración el determinante principal de su cierre.

         Debido al tiempo más extenso, a la magnitud relativa de los bancos transferidos y a la disponibilidad de licitadores cualificados, el FDIC pudo procesar por vía ordinaria estos casos. Por en contrario, la importancia de infracciones ocurridas en el Banco Crédito y Ahorro y por estar envueltos los dos bancos de mayor calibre y dispersión geográfica, la transacción fue más complicada. Irvine H. Sprague, pasado presidente del FDIC y encargado del cierre y fusión asistida, comenta en su libro Bail out (1986,2000) que este  caso le representó a él y a sus equipos de especialistas  una  análisis de pesadilla extendido por varios años. A esa fecha, el caso fue el tercero más importante en los anales de la Corporación.

          El caso del Banco Crédito y Ahorro Ponceño y la actual intervención de rescate del FDIC y la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras implica dos categorías de repercusiones que deben analizarse con mayor profundidad: su impacto macroeconómico y  su efecto en estructura y eficaz funcionamiento del sistema bancario resultante. El primer impacto se refiere a las repercusiones directas de eventos reorganizativos en la industria bancaria en términos de su generación de empleo, producción e ingreso nacional. Usualmente, los acuerdos de fusión, consolidación o liquidación incluyen disposiciones para evitar despidos o cambios significativos en compensaciones salariales a la mayoría de los empleados. Sin embargo, a largo plazo, puede reducirse la escala de operación mediante la eliminación de sucursales o consolidación de divisiones corporativas que pudieran implicar reducción en empleo, ingreso y producción en la industria.

      Un análisis del desenlace del  evento actual, su comparación con la experiencia pasada y las lecciones derivadas debe esperar para una próxima entrega de esta crónica anunciada.

 

 

                                                                               25 de abril de 2010.

 

 *  El autor es catedrático jubilado del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez.

 

    



Enter supporting content here