EL PAPEL DEL ECONOMISTA ANTE EL FORO JUDICIAL
Por Santos Negrón Díaz
Ponencia presentada en la Conferencia Anual del Ministerio Público,
auspiciada por el Departamento de Justicia y celebrada en el Hotel Caribe Hilton, el 29 de septiembre de 2005
EL PAPEL DEL ECONOMISTA ANTE EL FORO JUDICIAL
Por Santos Negrón Díaz
Introducción
Buenos tardes a todas y a todos.
Agradezco
al Departamento de Justicia la invitación que hace a participar en este magno evento. En particular debo darle las gracias
al licenciado José Díaz Tejera, Director de la Oficina de Asuntos Monopolísticos, y al colega economista Carlos Acevedo Ilarraza,
Director de la División de Asuntos Económicos de ésta, por haberme identificado como un recurso que puede aportar luz en el
desarrollo de uno de los temas de esta actividad.
La utilidad del análisis económico
La ciencia económica, a la
cual Thomas Carlyle, el gran historiador escosés, llamó la ciencia funesta,
en buena medida debido a los agoreros pronósticos de Robert Malthus y otros economistas clásicos de fines del siglo XVIII,
vive en perpetuo lucha por darle mayor rigor científico a sus teorías y mayor grado de realismo y valor práctico a sus diagnósticos
y recomendaciones.
El foro judicial le ofrece
sin duda al economista una excelente oportunidad para demostrar la utilidad práctica del análisis económico.
Una de mis mayores preocupaciones como profesor universitario
siempre fue borrar de la mente de los estudiantes la impresión errónea de que la economía es una ciencia abstracta, desvinculada
y distante de la realidad. De ahí que me esmerara en establecer los nexos inequívocos entre la teoría económica, la investigación
económica y la forja de la política publica. En muchas ocasiones usé mis experiencias como economista del gobierno, tanto
en la Junta de Planificación como en el Banco de Fomento, y como economista forense para demostrarle a los estudiantes que
aquellos teoremas, principios, formulas, curvas e intrincadas gráficas que tan lejos parecían estar del mundo concreto podían
servir para mejorar y ampliar la perspectiva del diseño, análisis e implantación de la política económica así como para ayudar
a resolver complicados litigios y adjudicar valores y compensaciones de todo tipo en el proceso judicial.
Sin duda la economía forense ha tenido un desarrollo vertiginoso
en años recientes. Se trata de la rama de la ciencia económica que estudia el papel del análisis económico y de los economistas
en la litigación, tanto en términos de métodos específicos de medición y cálculo que se usan para estimar los valores en disputa
en los casos judiciales como en términos del impacto que el uso de economistas expertos puede tener en el propio proceso de
litigación.
Basta examinar, a grandes rasgos, las principales áreas
en las cuales el economista puede brindar asesoramiento valioso en el foro judicial para percatarnos de cuán significativa
puede ser la aportación de éste en ese contexto:
· Análisis de lucro cesante
en casos de muerte o de incapacidad total o parcial y de menoscabo de ingreso en caso de menores. En algunas jurisdicciones
se hacen estimaciones de daños hedónicos, que no es otra cosa que la medición de un estimado del valor monetario de la pérdida
total o la reducción de la capacidad de los individuos para disfrutar de la vida.
· La evaluación y estimación
de daños, particularmente de ingresos perdidos por cierres, relacionados
con acciones que interrumpen la operación de los negocios o coartan la posibilidad de que éstos aprovechen oportunidades de
negocio tangibles e inmediatas o futuras.
· Casos de despido injustificado
que causa la interrupción del flujo de ingreso de las personas perjudicadas.
· Asesoramiento y desarrollo
de análisis y estimación en áreas tan variadas como los derechos de propiedad, la violación de contratos, los actos de negligencia,
las reclamaciones de daño económico a individuos u organizaciones y el impacto del crimen y la corrupción. Un componente importante
de esta variante es la estimación de daños al ambiente y a los recursos naturales causados por actos de negligencia de las
empresas productoras privadas o del sector público.
· Examen de las consecuencias
del uso indebido del poder monopolístico por parte de las empresas en determinados contextos de mercado. Puede tratarse por
supuesto de procesos en los cuales los economistas trabajan para clientes privados que procuran responder a señalamientos
de ejercicio del poder monopolístico por parte del estado.
· Determinación y cuantificación
de los daños que puedan implicar para las personas y los negocios las leyes y las determinaciones de política pública en campos
tan diversos como la salud, el ambiente, la actividad laboral, las finanzas, el comercio al por mayor y al detal, el comercio
internacional, la construcción, el turismo, las variaciones de la estructura contributiva y otros.
· Preparación de informes o
estudios que procuran demostrar la viabilidad o la necesidad y conveniencia
de negocios de diversa naturaleza. Esos trabajos se presentan en foros
administrativas en los cuales, en ciertas ocasiones, se también se discuten informes preparados por economistas que trabajan
para la parte que se opone al establecimiento de un nuevo negocio o a la expansión de negocios existentes.
· Finalmente, y reconociendo
que estoy muy lejos de ser exhaustivo, los economistas participan activamente en algo que está de moda en días recientes:
la evaluación del impacto sobre la riqueza y sobre los flujos de ingreso de las personas y negocios de los desastres naturales
como parte de las reclamaciones a seguros privados y a planes de compensación financiados por el estado.
La metodología del economista
Si bien la metodología de análisis y estimación que siguen el
economista en cada una las instancias indicadas puede tener muchas variaciones y matices, por lo general sigue un patrón que
consiste de los siguientes elementos:
· Examen de la jurisprudencia
del caso y de los términos y alcance de la acción judicial que lleva a la utilización de los servicios del economista como
perito, ya sea de la parte demandada o de la parte demandante.
· Determinación de los criterios
y normas vigentes en la jurisprudencia para evaluar y adjudicar valores en el caso, particularmente de los parámetros que
se consideran razonables o aceptables y que han servido de guía para resolver disputas y asignar valores en casos anteriores.
· Desarrollo de una teoría
que apoye o justifique la reclamación de daños y la exigencia de compensación si el economista trabaja para la parte demandante
o de un argumento que cuestione o refute la teoría presentada por la parte demandante si el economista trabaja para la parte
demandada.
· Recopilación de los datos
en informaciones fundamentales que son necesarios para evaluar con objetividad y rigor los bases del caso.
· Redacción de un informe pericial
que ilustre al tribunal sobre los fundamentos del caso y ofrezca una base para la justa adjudicación de los valores reclamados.
· Participación en deposiciones
y prestación de testimonio pericial en corte.
Conviene recordar que la participación
del economista no se limita a la fase del juicio ya que éste puede trabajar también con los abogados en la preparación o en
la evaluación de la demanda, en la fase de descubrimiento de pruebas—que involucra la producción de documentos, la recopilación
y análisis de datos, la estimación preliminar de daños y el diseño de preguntas a la oposición--, y en las sesiones de negociación
del caso, en las cuales se evalúan los términos y el alcance de los acuerdos que puedan dar por terminado el caso.
Por lo general, el economista interviene
en casos que requieren la preparación de modelos económicos, el desarrollo de simulaciones y pronósticos, ejercicios de análisis
estadístico y econométrico y evaluaciones de la condición actual y las perspectivas de la economía en general, de sectores
especificaos de ésta y de la situación actual y perfiles de futuro de firmas privadas, departamentos y agencias publicas,
uniones y organizaciones sin fines de lucro en un marco histórico determinado.
Por
supuesto, la descripción de los componentes analíticos de cada una de las líneas de acción antes indicados me tomaría mucho
mas tiempo del dispongo en esta ocasión, pero, a modo de ejemplo, voy a enumerar los que se usan en los casos de lucro cesante
ya sea por muerte o por incapacidad parcial o total. Esto incluye elementos tan variados como la diferentes dimensiones del
ingreso—ingresos históricos y futuros, beneficios marginales, pérdidas potenciales, incremento en la productividad,
crecimiento del poder adquisitivo real y la trayectoria de la inflación--, el análisis de la experiencia contributiva del
demandante, estimados de expectativa de vida y de expectativa de vida útil, gastos de consumo, potencial de crecimiento del
ingreso por ocupación, tasas de interés y descuento, influencia del nivel de educación en el perfil de ingreso de las personas,
variaciones de la inflación y del costo de vida, y diversas informaciones que describen la condición económica de las personas
tales como las beneficios de pensiones privadas o del gobierno, planes de seguro de vida, planes de salud, planes de ahorro,
seguros de sueldo y de accidentes y otros aspectos no menos importantes.
Los
cálculos de menoscabo de menores son aún más complicados ya que requieren heroicos supuestos acerca del potencial de ingresos
de los aquéllos a base de probabilidades relacionadas con el potencial de educación, la productividad en el futuro, la oportunidad
de desarrollo cognoscitivo que ofrece la estructura familiar y las oportunidades que brinda el contexto económico y social
vigente y lo que se estima que éste será en el futuro. En esta instancia, la imaginación y la creatividad del economista deben
alcanzar niveles inauditos pero los supuestos y estimados deben lucir como razonables aproximaciones a la realidad.
Aunque
los esquemas de análisis tienen elementos repetitivos, los perfiles personales y organizacionales son tan variados que el economista se encuentra en la necesidad de llevar a cabo una investigación estricta
de la base de datos de cada caso, con miras a generar un análisis que
corresponda con los parámetros específicos de la situación. En este sentido, la creatividad e imaginación del analista cuentan
a veces más que las rutinas de procedimiento ya diseñadas por la trayectoria de la jurisprudencia.
La ética del economista
Tal
vez en ningún otro marco de la acción del economista es tan importante la ética de trabajo, de ejecución técnica y profesional,
como en el foro judicial.
Por
un lado, el economista debe realizar el máximo de esfuerzo para adelantar la causa del cliente que lo contrata y responder
a plenitud a las exigencias del abogado o del equipo de abogados con el
cual trabaja. No obstante, tiene que tomar en cuenta que su papel correcto no es defender a toda costa el interés de su cliente,
sino ofrecer un análisis y una opinión pericial objetiva y científica, basada en la mejor información disponible, acerca de
los asuntos económicos que están ante la consideración de la corte.
Por
otro lado, el economista que se presenta en la corte como perito debe tomar en cuenta que sus planteamientos van a ser evaluados
por economistas y abogados de la parte oponente que los someterán a riguroso escrutinio ya sea en las deposiciones o en el
juicio como tal. En este sentido, la mejor salvaguarda contra situaciones psicológica y profesionalmente embarazosas para
el economista es la preparación de informes sólidos, que sean resultado de procesos de investigación serios y cuyos hallazgos
y conclusiones guarden clara correspondencia con los datos y las bases de información que los apoyan. Ante todo, debe evitarse
las extrapolaciones excesivas y la presentación de cálculos extremadamente especulativos que levanten dudas con respecto a
su verosimilitud o viabilidad histórica.
Es
razonable esperar que buena parte de las diferencias de criterio que muestren los economistas en un caso dado se deba a que
se hallan colocados en los extremos opuestos del litigio, pero conviene recordar que en muchas ocasiones éstos lleven al foro
judicial las polémicas teóricas y las diferencias de interpretación que suelen darse en la esfera académica, en la prensa
y en los variados contextos en que se debaten las ideas y conceptos económicas. Así, frente a un conjunto homogéneo de datos
dos economistas pueden diferir acentuadamente en cuanto a la interpretación y análisis de los mismos si parten de enfoques
teóricos dispares, aún cuando, en aras de la objetividad, tengan la intención de servirle bien al tribunal mediante el ejercicio
de la mayor objetividad científica en el análisis de un caso.
A estos
efectos, la Asociación Nacional de Economistas Forenses preparó una aseveración de principios éticos cuyos perfiles fundamentales
inducen al economista forense a seguir, entre otras, las siguientes reglas básicas:
· Evitar involucrarse en litigaciones
en que se haga representaciones inválidas de los datos o se alteren metodologías sin razones analíticas adecuadas.
· No aceptar honorarios asociados
con el tamaño de las adjudicaciones logradas en la corte o fuera de ésta.
· Usar metodologías de aceptación
general y datos económicos confiables.
· Ofrecer explicaciones claras
y detalladas de los cálculos numéricos de manera que la parte opuesta pueda evaluar los mismos a cabalidad.
· Los supuestos, fuentes de
información y métodos deben ser consistentes y verificables por las dos partes involucradas en el litigio.
· Mantenerse al tanto de los
desarrollos teóricos y los hallazgos empíricos de la ciencia económica y de la práctica de la economía forense en general.
La creatividad del economista forense
Desde mi punto de vista,
el mayor reto que afronta el economista en su desempeño en el foro judicial es la obtención de información confiable, consistente,
con suficiente profundidad histórica y adecuado detalle.
Por
un lado, los sistemas estadísticos vigentes tienen diversos grados de desarrollo y calidad. En el caso de Puerto Rico, disponemos
de un sistema estadístico respetable en términos generales, tanto en lo que respecta a los datos macroeconómicos como en cuento
a los indicadores económicos mensuales y la base de datos censales, pero que adolece de rezagos significativos en la preparación
y divulgación de los datos y de serias limitaciones en cuanto a la disponibilidad de datos al nivel regional y municipal.
De ahí que en muchas ocasiones, el economista se vea imposibilitado de
conseguir información específica, puntual y al día con respecto a aspectos significativos como la experiencia de ingresos
económicos por profesión, el movimiento real del proceso inflacionario, la actividad de ventas al detalle, los ingresos y
gastos de empresas en mercados específicos, la variedad y alcance del daño de la actividad económica al ambiente natural y
otras no menos importantes.
De igual modo, al levantar la base de datos específicos del
caso, el economista encuentra en ocasiones grandes dificultades para que el cliente, sea la parte
demandante o la parte demandada, le ofrezca información clara y precisa y de primera sobre los daños que se reclaman y la
evolución histórica y perfiles específicos de los mismos.
Por lo general, los economistas afrontan en muchas ocasiones
el dilema de tener que ofrecer opiniones fuertes y contundentes basadas en información insuficiente y datos con serias lagunas
históricas. En buena medida, el economista, para lograr realizar adecuadamente su trabajo se convierte en un arqueólogo de
los datos, haciendo una reconstrucción de la base informática como condición previa a la preparación de un informe que cumpla
a cabalidad con las normas éticas antes discutidas.
A modo de conclusión, me animo a afirmar que el papel del economista
en el foro judicial es altamente valioso y fundamental para el logro de evaluaciones y adjudicaciones justas. Nada puede honrar
más a un economista que sentir la satisfacción de aportar a la solución de grandes disputas de la cuales depende el bienestar
económico de personas y organizaciones que acuden al foro judicial a dirimir sus diferencias.
Muchas gracias.