Al
cierre del año fiscal 1997, a juzgar por la conducta de los principales
indicadores mensuales, examinados uno a uno, la economía de Puerto Rico, se
hallaba en expansión, si bien se comenzaba a observar cierta debilidad en el
sector de la manufactura.
Con
respecto al año fiscal precedente se observaron los siguientes cambios en el
año fiscal 1997:
·
El empleo total, medido por la Encuesta
de Establecimientos, aumentó en 3.3%,
mientras que el desempleo total se redujo en 3.2%. A pesar de que la tasa de participación
aumentó de
47.2% a 47.9%, la tasa de desempleo
se redujo de 13.8% a 13.1%.
·
El empleo total, que
ascendió a 1,128,600, constituyó un máximo histórico.
·
El empleo asalariado no agrícola,
medido por la Encuesta de Establecimientos, aumentó en 2.8%. Se registraron
alzas en empleo en todos los sectores económicos, excepto en la manufactura. Al
igual que en caso del empleo total, el empleo asalariado no agrícola alcanzó un
máximo histórico: 971,700.
·
El empleo manufacturero, medido por la
Encuesta de Viviendas, disminuyó en 1.4%. Tuvo un promedio de 151,700, en
comparación con 153,900 en el año fiscal anterior. El
empleo de las industrias de bienes duraderos aumentó en 2.3%, pero esto
no fue suficiente para
contrarrestar la baja de 3.6% que se observó en el empleo de las industrias de bienes
no duraderos. En términos
absolutos, las primeras tuvieron un aumento neto de 1,300 empleos, mientras que
las segundas tuvieron una pérdida neta de 3,500 empleos. De ahí que la pérdida
neta del sector fuera del orden de 2,200 empleos.
·
El registro total en hoteles de turismo aumentó en 4.0%,
impulsado
básicamente por un incremento de 6.2% en el registro de no residentes. De igual
modo, el registro en hoteles de turismo
aumentó en 4.2%, debido esencialmente a un alza de 6.6% en el registro de no
residentes. Es significativo el hecho de que la tasa de ocupación en hoteles de
turismo aumentó en 0.8 puntos porcentuales (de 72.4% a 73.2%).
·
El consumo de energía eléctrica
aumentó en 1.2 por ciento, si bien en el caso del sector industrial se observó
una baja de 1.6%.
·
Los indicadores de la
construcción crecieron en forma acentuada. Por un lado, la producción de cemento
aumentó en 5.3% y las ventas de cemento avanzaron a una tasa de 7.2%, y por otro
lado, el número y el valor de los permisos de construcción—ambos indicadores
adelantados del sector---, crecieron en 3.5% y 19.0%, respectivamente.
·
Durante los primeros once
meses del año fiscal 1997, las exportaciones
aumentaron en 3.9%, mientras que las
importaciones crecieron a un ritmo mucho más acelerado: 11.5%. En
particular, las exportaciones a Estados
Unidos crecieron en 4.7%.
·
Los ingresos netos del Fondo General
aumentaron en 6.7%, al alcanzar un nivel de $5,600.5 millones.
·
La expansión general de la
economía estuvo acompañada por una ligera aceleración de los precios al consumidor,
que crecieron en 5.4%, en comparación
con 5.1% en el año anterior. El componente que más avance mostró fue el de alimentos
y bebidas (10.1%).
En
suma, al finalizar el AF 1997, a juzgar por los cambios en los principales
indicadores económicos mensuales, la economía de Puerto Rico se hallaba en
expansión, aunque ya se empezaban a observar cierto grado de debilidad en el sector
manufacturero. Es muy prematuro atribuir esta reciente tendencia de la
manufactura a la pérdida de la Sección 936 y/o al poco progreso que se ha
logrado en el mejoramiento de la Sección 30A, dos factores que tiene el efecto
de reducir las expectativas de ganancia de las operaciones manufactureras en la
Isla, pero en cualquier análisis que se haga al respecto estos factores son sin
duda los primeros que habría que tomar en cuenta.
§§§
Proyecciones a corto y mediano plazo de
la economía de Estados Unidos
La
Encuesta de Pronosticadores Profesionales que lleva a cabo el Banco de la
Reserva Federal de Filadelfia anticipa que en el año natural 1997 el Producto Bruto
Interno real de Estados
Unidos crecerá en 3.4%, mientras que la
inflación al nivel del consumidor será del orden del 2.3% y la tasa de
desempleo tendrá un promedio de 5.0%. En 1998, se espera que el crecimiento del
PBI real sea algo menor—2.5%--, la tasa de inflación sea algo mayor—2.8%--,
pero la tasa de desempleo se mantendrá al mismo nivel.
En
lo que respecta a las tasas de interés
, los pronosticadores esperan que la tasa de las Notas del Tesoro a 3 meses
tendrán promedios de 5.1% en 1997 y 5.2% en 1998, mientras que la tasa de los
Bonos del Tesoro a 10 años tendrá un promedio de 6.5% en 1997 y de 6.4% en
1998.
El
riesgo de que se observe un trimestre en que el PBI real disminuya se coloca al
nivel de apenas 11.0% en el cuarto trimestre de este año, pero aumenta a 23.0%
en lo que se refiere al segundo trimestre de 1998.
En
respuesta a una pregunta respecto a las razones por las cuales la inflación
sigue a un nivel sorprendentemente bajo, los pronosticadores señalaron que la
razón más importante es que la competencia extranjera está evitando que las
firmas domésticas aumenten los precios. Otros factores que se citan son la
fortaleza del dólar (que abarata el costo de las importaciones) y la moderación
del crecimiento de la oferta monetaria
Perspectiva de la Reserva Federal
Según
se anticipaba, en la reunión que celebró la Reserva Federal el 30 de septiembre
no se tomó acción alguna sobre las tasas de interés a corto plazo. No obstante,
muchos economistas siguen pensando que antes de que termine el presente año se
tomará la decisión de aumentar la tasa de fondos federales en 25 puntos bases,
lo cual constituiría un alza relativamente pequeña, pero de gran importancia
psicológica, ya que daría a entender que la Reserva Federal no ha desmontado su
estricta vigilancia de la relación entre el crecimiento económico, la situación
del mercado laboral y los
precios al nivel del productor y del consumidor.
Conviene
recordar que a raíz del aumento de 25 puntos bases que la Reserva Federal hizo
en marzo de este año, Alan Greenspan defendió la acción, que fue considerada
como prematura e innecesaria por muchos economistas y analistas financieros,
con un comentario que aún parece tener vigencia: ¨I viewed our small increase
in the federal funds rate on March 25 as taken not so much as a consequence of
a change in the most probable forecast of moderate growth and low inflation for
later this year and next, but rather to address the probability that being
wrong had materially increased¨. Sin duda, los
riesgos de equivocarse con respecto al crecimiento económico que se observará
en 1998—es decir, calcular una tasa de crecimiento menor de la que se observe
históricamente—pueden aumentar en el último trimestre de este año, ya que se
están registrando claras señales de presión en el mercado laboral, dificultades
de reclutamiento y escasez de personal, señales que podrían llevar a alzas en
los salarios y, a la larga, en los precios al por mayor y al detal. Se trata,
por supuesto, de desarrollos incipientes, que aún no se han reflejado en los
índices de precios, pero que no dejan de ser preocupantes.
Así,
pues, la estrategia más sabia es seguir observando cuidadosamente los
indicadores mensuales de empleo, inflación y costos laborales ya que la
conducta de éstos influirá significativamente en la decisión de aumentar o no
las tasas de interés a corto plazo que hasta ahora ha venido posponiendo la
Reserva Federal.
Tendencias recientes del Índice
de Actividad Económica de la Junta de
Planificación
El Índice de
Actividad Económica de la Junta de
Planificación,
un indicador coincidente compuesto, que
consiste en trece series históricas, tuvo una baja de 0.1% en el año fiscal
1997, en comparación con crecimientos de 1.7% en 1996 y 2.6% en 1995. El
promedio del indicador en 1997 fue de 161.3, en contraste con 161.4 en 1996 y
158.7 en 1995. A juzgar por la trayectoria de la tasa de cambio del IAE,
durante el pasado año fiscal la economía pasó por un periodo de debilidad o
relativo estancamiento de julio de 1996 a abril de 1997, pero tuvo un fuerte
repunte en mayo y junio de 1997. Tal vez el hecho de que el IAE contenga tres
indicadores de la manufactura explica que la trayectoria del mismo haya
comenzado a trazar un cuadro algo distinto al que se obtiene cuando se analiza
la situación de la economía desde la perspectiva de indicadores económicos
individuales, tal como se hizo en el primer artículo de esta edición.
ÍNDICE
DE ACTIVIDAD ECONÓMICA
AÑOS
FISCALES 1996 Y 1997
|
DE
JULIO DE 1996 A JUNIO
DE 1997
|
DE
JULIO DE 1995 A JUNIO
DE 1996
|
POR
CIENTO DE CAMBIO
|
IAE
|
161.3
|
161.4
|
-0.1
|
Empleo
total
|
1,128,417
|
1,092,369
|
3.3
|
Empleo
en la manufactura
|
151,764
|
153,852
|
-1.4
|
Nómina
en la manufactura
|
1,318,625
|
1,370,970
|
-3.8
|
Horas
trabajadas en la
manufactura
|
57,223
|
59,188
|
-3.3
|
Comercio
Exterior, neto
|
1,738,534
|
2,747,205
|
-36.7
|
Registro
en hoteles de
turismo
|
1,257,210
|
1,207,707
|
4.1
|
Ventas
al detal
|
8,252.700
|
8,306,230
|
-0.6
|
Arbitrios
|
956,863
|
929,540
|
2.9
|
Producción
de energía
eléctrica
|
19,134
|
18,892
|
1.3
|
Consumo
de energía
eléctrica
|
10,187
|
10,053
|
1.3
|
Valor
de las nuevas
unidades de vivienda
|
384,128
|
370,992
|
3.5
|
Producción
de cemento
|
37,099,182
|
35,230,850
|
5.3
|
Nuevos
registros de
vehículos de motor
|
180,843
|
160,135
|
12.9
|
Fuente:
Negociado
de Estadísticas, Área de Planificación
Económica y Social, Junta de Planificación,
27 de agosto de 1997.
§§§
Proyecciones de corto y largo plazo de
la economía de Puerto Rico
La
reciente publicación del Informe
Económico al Gobernador 1996 hace posible la presentación del cuadro
oficial de proyecciones económicas a corto plazo. De igual modo, la publicación
Proyecciones Económicas a Largo Plazo
ofrece un horizonte de pronóstico que se extiende hasta el año 2000.
La
Junta de Planificación estima que el producto bruto real creció 2.8% en el año
fiscal 1997 y que avanzará a una tasa de 2.6% en 1998.
A
precios constantes la Junta de Planificación espera los siguientes cambios en
otras variables macroeconómicas:
|
1997
|
1998
|
Gastos
de consumo
personal
|
3.9%
|
3.9%
|
Ingreso
personal
|
4.6%
|
3.4%
|
Inversión
interna bruta
de capital fijo
|
9.1%
|
6.8%
|
Para
el año 2000 la Junta de Planificación pronostica que el crecimiento del
producto bruto real sea del orden del 2.9% y seguirá observándose la tendencia
a que la inversión de capital fijo crezca a una tasa algo más alta que la
economía en general.
Principales instrumentos de
búsqueda en Internet
Sin
duda, la creciente popularidad de la Internet es el desarrollo individual más
importante en la historia de la industria de computadoras desde que IBM
introdujo la computadora personal en 1981. En tan solo unos pocos años se ha
convertido en el depósito más grande de información digital en línea en el
mundo. Se estima que ya para el año 2000 la red mundial tendrá no menos de 500
millones de usuarios.
El
uso creciente de la Internet por parte de investigadores y gerentes ha sido
estimulado por una gran variedad de factores, entre ellos la facilidad de
operación de los sistemas de búsqueda disponibles; la velocidad de expansión,
el bajo costo y el fácil y rápido acceso a la información que existe en la red
mundial; y la conversión de Internet en una base de transacciones económicas de
toda naturaleza.
En
la economía globalizada de la actualidad, la información y el conocimiento
tienen que fluir más rápido para que las decisiones se puedan hacer tomando en
cuenta tal inteligencia en los procesos de planificación y gerencia. A estos
efectos, la Internet constituye un recurso inigualable.
Las principales
herramientas de investigación en Internet son las siguientes:
·
Altavista
·
Infoseek
·
Lycos
·
WebCrawler y Metacrawler
·
Yahoo
Cada uno de estos sistemas de búsqueda se
accesa con el prefijo http://www y
el sufijo com. Así Altavista,
reconocido como el mejor y más completo de los sistemas de búsqueda se accesa
mediante la siguiente dirección electrónica:
http://www.altavista.com.
No
importa cuál sea el sistema de búsqueda que se use, una gran riqueza de materiales
pertinentes y a veces inesperados
se descubre durante el proceso de búsqueda. Sólo la experiencia que se genera
mediante una multiplicidad de
búsquedas puede ofrecer una idea concreta de la efectividad de la Internet como
instrumento de investigación y análisis.
Alan Greenspan: Testimonio ante el
Congreso
A
principios del mes pasado, el Presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan,
presentó testimonio ante el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes.
Apartándose un poco de su estilo elíptico y en ocasiones enigmático, Greenspan
hizo la clara advertencia de que
los buenos tiempos de que disfruta la economía en la actualidad podrían
terminar si emergen presiones inflacionarias, por lo cual urgió al Congreso a
generar superávits presupuestarios que ayuden a amortiguar el impacto de la
desaceleración en la economía.
A
juicio del Presidente de la Reserva Federal, los fuertes aumentos en el empleo
agregado, que han empujado la tasa de desempleo a un nivel inusitadamente bajo,
pueden que no duren mucho, ya que tarde o temprano el aprieto en los mercados
laborales (exceso de demanda sobre oferta) dará paso a presiones
inflacionarias.
Aunque
no en forma directa, Greenspan dio a entender que si la economía no desacelera
por su propia cuenta, la Reserva Federal está preparada para actuar, lo que
equivale a decir: a aumentar la tasa de fondos federales en la magnitud que sea
justa y precisa para disipar las presiones inflacionarias causadas por las
alzas en los salarios y jornales.
De
igual modo, Greenspan le sugirió al Comité de Presupuesto de la Cámara que
sería prudente aspirar a lograr superávits presupuestarios en vez de
simplemente un presupuesto balanceado ya para el año 2002. Según las
proyecciones del Congreso, el déficit para 1997 estaba supuesto a reducirse a
$23 billones, pero bajo el pacto de presupuesto balanceado que se acordó
recientemente entre el Presidente Clinton y el Congreso, el déficit subirá de
nuevo en 1998 y luego comenzará a bajar en 1999 hasta llegar a cero en el año
2002. Greenspan comentó estas proyecciones en el pintoresco estilo que le ha ganado tanta fama: ¨I wonder whether
there is enough funding slack to accommodate contingencies, or the inevitable
new, but as yet unidentified, spending programs¨.
§§§
El Premio Nobel de Economía de 1997:
Homenaje al Modelo Black-Scholes
Dos
prominentes economistas del mercado de valores ganaron el Premio Nobel de
Economía de 1997 en lo que a todas luces constituyó un homenaje al modelo o fórmula
Black-Scholes, un complejo pero manejable método que se usa para determinar si
los contratos de opciones están valorados apropiadamente y que ha sido, junto a
la tecnología informática, un elemento clave en el exitoso desarrollo de los
mercados globales de derivados (¨derivatives¨)
durante la pasada década.
Los
derivados son instrumentos financieros cuyo valor está basado (se deriva de) un
activo subyacente, índice u otra inversión y se dividen en cinco categorías:
contratos de futuros, forwards, opciones,
swaps (intercambios de flujos de
efectivo futuros) e híbridos o sintéticos, es decir, combinaciones de los
cuatro anteriores.
El
uso de los derivados es un forma común de redistribuir los riesgos de hacer
negocios. Por ejemplo, los agricultores usan derivados cuando venden sus
cosechas en el mercado de futuros aún antes de que la siembra haya sido
terminada. Al asegurarse un precio, se protegen si el precio baja, aunque, por
supuesto, pierden la oportunidad de tener ganancias inesperadas si el precio
aumenta. De igual modo, los comerciantes en granos, las firmas de repostería y
otros productores compran contratos de futuros en el mercado de granos para
protegerse del probable impacto de un alza en el precio de las cosechas.
Los
economistas galardonados fueron Robert Merton, de Harvard University, y Myron
Scholes de Stanford University.
Lo
que se conoce como el Black-Scholes
options pricing model fue desarrollado por Fischer Black y Myron
Scholes. La fórmula matemática, que fue publicada por primera vez en 1973, el
mismo año en que abrió sus puertas Chicago Board Options Exchange (CBOE),
contiene factores como la volatilidad del rendimiento de los bonos, los niveles
de tasas de interés, la relación entre el precio subyacente de la acción y el
precio de la opción, y el tiempo que resta hasta la expiración de la opción.
Robert
Merton, hijo del famoso sociólogo Robert K. Merton y discípulo de Paul
Samuelson, se inventó una forma alternativa de derivar la fórmula y expandió su
uso en múltiples direcciones.
En
vista de que la Academia Sueca no concede premios póstumos,
ésta dio a entender que el premio le hubiese correspondido con igual
mérito a Fischer Black, quien murió en 1995, víctima del cáncer.
Se
trata, a todas luces, de un caso excepcional en que un modelo
económico-matemático, de factura esencialmente teórica, se transforma por vía
de la programación electrónica en un instrumento para hacer cálculos
instantáneos y precisos del valor de las opciones, lo cual contribuyó a
aumentar el mercado de opciones y de derivados en general y redujo
sustancialmente el costo de transacciones de instrumentos de futuros de todo
tipo.
En
suma, el Premio Nobel de Economía de 1997 fue, esencialmente, un homenaje a la
fórmula Black-Scholes y en no menor grado al éxito mundial del mercado de
derivados.
Nuevos incentivos para la conservación
de bosques
en Puerto Rico
En
vista de que el grueso de los bosques de Puerto Rico están en terrenos de
propiedad privada[1], el desarrollo de incentivos para que los propietarios de éstos no
sólo cumplan con la reglamentación ambiental vigente sino que adopten medidas
que contribuyan a conservar el valor de económico y la calidad
ecológica de los bosques debe ser una política pública de alta prioridad.
El
problema que se plantea en este caso es que las externalidades positivas que
genera la conservación de los bosques—mejora de la calidad del aire y del agua,
reducción de la erosión y de la sedimentación de las represas, protección de
la fauna y la flora del país y
otras—no tienen un correspondiente flujo de ingresos para los dueños de los
bosques. Por otro lado, éstos afrontan el costo de oportunidad que significa el
hecho de que si tales terrenos se vendieran o alquilaran para propósitos
agrícolas, comerciales o industriales, se podría generar una corriente de
ingresos significativa.
Se
trata de una falla de mercado, la cual hay que corregir por medio de mecanismos
diferentes a la interacción entre la demanda y la oferta en el libre mercado.
En la medida en que los beneficios de la conservación sean tangibles y
mensurables—es decir, se conviertan una corriente de beneficios
monetarios—aumenta la probabilidad de que los dueños de los bosques perciban
que la corriente de beneficios futuros de la conservación tiene un valor
presente mayor que los costos de oportunidad que implica el sacrificio de otras
alternativas de uso y manejo de los terrenos.
Un
repaso de la literatura sobre los incentivos económicos para la conservación
forestal nos permite apreciar que existen mecanismos prácticos y viables para
corregir esa falla.
A
modo de ejemplo, se pueden enumerar los
siguientes:
·
Los acuerdos de desarrollo
de biotecnología, que son esencialmente pactos
entre empresas farmacéuticas y países en desarrollo para compartir los
recursos genéticos y las ganancias que se pueden obtener del desarrollo de
nuevos productos[2]. En este caso, los bosques sirven de base para la obtención de
muestras biológicas para la investigación farmacológica. A cambio de dichas
muestras, que son recolectadas e identificadas taxonómicamente en el país de
origen, las empresas proveen fondos, pagos por muestras y regalías en el caso
de productos que alcancen la etapa de comercialización. Así, un consorcio del
gobierno, empresas privadas, universidades y dueños de bosques de Puerto Rico
podría entrar en un acuerdo de esta naturaleza que llevaría a la obtención de
ingresos que podrían ser asignados a los participantes de acuerdo con la
aportación económica que haya hecho cada cual. En pacto de esta naturaleza
existe en la actualidad entre el Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa
Rica y Merck Co.[3]
·
La promoción del
ecoturismo es otro uso no destructivo de los bosques que tiene potencial para
generar ingresos significativos para los dueños de bosques. Por supuesto, esto
requiere el desarrollo de estaciones biológicas, centros de investigación
y sistemas de transportación que le den
acceso a los visitantes a áreas en que se pueda apreciar la biodiversidad de
Puerto Rico. Al igual que en
caso de los acuerdos de desarrollo de biotecnología, Costa Rica ofrece un
excelente ejemplo del fomento del ecoturismo en el Área de Conservación
Guanacaste.[4]
·
Luego de la
correspondiente evaluación y tasación de la riqueza forestal, la Legislatura
podría extender créditos contributivos y deducciones para promover que los
dueños de los bosques lleven a cabo actividades de conservación, entre ellas la
prevención de fuegos, la siembra de árboles y el desarrollo de santuarios para
especies en peligro de extinción.
·
Otras acciones
contributivas podrían ser las siguientes: reducciones en las contribuciones de
propiedad y créditos contributivos por inversión en maquinaria y equipo para
dueños que emprendan acciones de conservación, y la eliminación de las
contribuciones sobre ganancias de capital que éstos obtengan de dichas
iniciativas.
·
La creación de un fondo
para la conservación de los bosques, cuya naturaleza y estructura de
distribución se definiría ya sea por legislación o mediante una orden ejecutiva
del Gobernador, que se nutra de aportaciones de proponentes de proyectos cuyo
desarrollo implique algún tipo de daño ambiental. En este caso, y cuando la
ocasión lo amerite, en vez de mitigar el impacto mediante la restauración de
terrenos aledaños al proyecto, el proponente aportaría al fondo una cantidad de
dinero que guarde proporción con el daño causado por el proyecto.
·
En caso de que
determinados proyectos de infraestructura requieran la expropiación de terrenos
forestales, los dueños éstos deben ser compensados por el valor de mercado de
los terrenos, al mismo tiempo que una cantidad determinada de la transacción
debe guardar relación con el valor ecológico, no reflejado en el mercado de
terrenos, y debe ser aportada al fondo propuesto.
·
La asignación de un
presupuesto apropiado para las actividades de Ciencia y Tecnología que se
orienten a uso de especies vegetales y animales que predominan en los hábitats
forestales tendría el efecto derivado de aumentar los ingresos de los dueños de
bosques, cuando éstos permitan que sus terrenos sean usados como áreas de
experimentación e investigación científica.
·
La adopción de bosques por
parte de empresas privadas de gran solvencia económica, las cuales pueden
ayudar a sufragar los gastos de mantenimiento y conservación en que incurren
los dueños de los terrenos forestales. Las empresas podrían recibir créditos
contributivos por sus aportaciones a estas iniciativas.
En
la medida en que las externalidades positivas que generan las actividades de
conservación y desarrollo de bosques en Puerto Rico sean retribuidas por un
flujo adecuado de ingreso y se logre más eficiencia en la asignación y uso de
los recursos forestales, el sistema ecológico de la Isla—un bien público cuyo
valor y calidad es deseable maximizar—mejorará sustancialmente.
§§§
Reglamentación ambiental y
competitividad: los términos de un debate
Introducción
En
la literatura sobre los aspectos económicos de los recursos naturales y el
ambiente predominaba hasta hace poco la noción de que la reglamentación
ambiental conlleva costos significativos, reduce el crecimiento de la
productividad y, por lo tanto, restringe la capacidad de las firmas nacionales
para competir en los mercados internacionales.
Según
tal línea de argumentación, la pérdida de competitividad se refleja en la
reducción de las exportaciones y el
aumento en las importaciones, e induce la fuga de empresas nacionales
hacia países en vías de desarrollo, en los cuales la reglamentación ambiental
es más laxa.
En
otras palabras, existe un intercambio fijo e inherente entre la protección
ambiental y la producción económica: para lograr la primera es inevitable el
deterioro de la segunda.
No
obstante, a principios de esta década, un grupo de analistas lanzó un reto a la
teoría vigente al postular que la reglamentación ambiental puede tener un
impacto favorable en la competitividad nacional. En la medida en que las firmas
privadas y la economía como un todo, bajo la obligación de cumplir con normas
más estrictas, se tornan más eficientes en el uso de los recursos
(especialmente de los recursos naturales y de la energía), se enriquece la
productividad de los recursos y de las firmas nacionales, y por ende el país
como un todo mejora su capacidad para competir al nivel internacional.
En
este breve ensayo, se describe el perfil general del debate en torno a la
relación entre la reglamentación ambiental y la competitividad, con ánimo de
sentar las bases para un análisis futuro del tema a la la luz de la experiencia
particular de Puerto Rico.
La evidencia empírica
La
prueba de fuego para una teoría es la confrontación con los hechos empíricos.
Una teoría o hipótesis no sometida a prueba puede sobrevivir en la sabiduría
convencional o paradigma científico vigente por mucho tiempo, siempre y cuando
guarde correspondencia lógica con las teorías ya sometidas al escrutinio de los
datos, pero tarde o temprano tiene que responder al reto de la realidad,
particularmente cuando sus bases mismas son desafiadas por hipótesis
alternativas.
La
realidad es que los exponentes de la teoría de intercambio entre la
reglamentación ambiental y la competitividad nunca lograron presentar evidencia
sólida de que la reglamentación ambiental tiene un efecto adverso significativo
sobre la competitividad.
En
un resumen de la literatura empírica sobre el tema que se publicó en Journal of Economic
Literature[5], se llegó a las siguiente conclusión al respecto:
“
Si bien los costos a largo plazo de la reglamentación ambiental pueden ser
significativos, incluyendo efectos adversos sobre la productividad, los
estudios que han intentado medir los efectos de la reglamentación ambiental
sobre las exportaciones netas, los flujos internacionales de mercancías y las
decisiones de localización de plantas han producido estimados que son ya sea
muy pequeños, estadísticamente no significativos o no lo suficientemente
robustos para verificar las especificaciones de los modelos”.[6]
Hay
razones para pensar que aún queda mucho por hacer en esta investigación. Es
necesario superar las limitaciones cuantitativas y cualititativas de los datos,
aumentar la proporción de las compañías que informan sobre sus operaciones a
las agencias reguladoras y reconciliar las acentuadas diferencias
internacionales respecto al alcance de las normas de protección ambiental.
De
igual modo, es posible que, no empece a
las discrepancias en reglamentación entre los países industrializados y
los países en desarrollo, las firmas multinacionales prefieran establecer
operaciones de alta eficiencia en cualquier sitio en que se establezcan, con
miras a mantener una imagen de excelencia y de compatibilidad con las plantas
establecidas en los países industrializados, al mismo tiempo que las firmas de
los países en desarrollo prefieran establecer criterios más estrictos que los
requeridos en el país en cuestión, con la idea de mejorar su potencial de
exportación y evitar los costos de cumplir con reglas que se puedan trazar en
el futuro.
Así,
la conjunción de las dos tendencias anteriores podría explicar la ausencia de
evidencia contundente sobre la fuga de empresas hacia países con reglas
ambientales menos estrictas.
La hipótesis de Porter
La
implacable máxima de Aristóteles, en el sentido de que la naturaleza odia el
vacío, obró para que a principios de esta década un grupo de analistas,
encabezado por Michael Porter, adelantara la hipótesis alternativa de que la
reglamentación mas bien estimula el crecimiento económico y la competitividad.
Los
argumentos centrales de esta nueva hipótesis son los siguientes:
1. En
la medida en que las compañías operan en el mundo real, sujetas a una intensa
competencia, se ven obligadas a buscar soluciones innovadoras a los nuevos
problemas que plantean los competidores, los clientes y las agencias
reguladoras.
2. Si
las normas ambientales se diseñan apropiadamente, como ha ocurrido en algunos
países altamente industrializados, éstas pueden inducir el desarrollo de
innovaciones que reduzcan los costos de producción. Se trata de innovaciones
que lleven a usar los recursos más
productivamente-desde las materias primas hasta la fuerza laboral y la
energía-, lo cual puede generar ahorros que sobrepasen con creces los costos de
implantar las normas ambientales.
3. A
la larga, no sólo se logra una mejora en la calidad del ambiente, sino que
disminuyen los costos de producción, aumenta la calidad de los productos y se
fortalece la competitividad global de las empresas y del país en general.
Desafortunadamente,
hasta ahora la evidencia empírica citada por los partidarios de la hipótesis
alternativa es predominantemente anecdótica. Se alude a tecnologías diversas
como los convertidores catalíticos, las técnicas de cultivo de la industria de
flores danesa, y a la relación directa entre el aumento en los costos de
cumplir con la reglamentación ambiental y el aumento en las patentes de
tecnologías orientadas a ese propósito.
El
único caso que se conoce de un estudio emprendido para corroborar la tesis de
Porter no logró demostrar una relación de causa y efecto entre la
reglamentación y el desempeño económico, aunque presentó evidencia de que hay
una asociación moderada, y consistentemente positiva, entre el ambientalismo y
el crecimiento económico, y de que la búsqueda de la calidad ambiental no es un
obstáculo para el crecimiento y el desarrollo económicos.[7]
Implicaciones del debate
Independientemente
de cuál de las dos hipótesis en conflicto logre desarrollar las mejores
evidencias empíricas en el futuro, el debate sobre este tema ha ayudado a mirar
desde un ángulo más benévolo e imaginativo la función de reglamentación
ambiental dentro del contexto de una estrategia amplia para promover la
competitividad nacional.
Se
pueden enunciar varios postulados que podrían ser apoyados sin mucha vacilación
por los partidarios ambas hipótesis en conflicto:
1. La
reglamentación debe ser estricta, pero al mismo tiempo debe estimular el
desarrollo de soluciones creativas, obtenidas mediante la investigación y la
experimentación con nuevas tecnologías.
2. Las
exigencias de calidad ambiental (reducción de emisiones, control de ruido,
tratamiento de desperdicios sólidos, etc.) deben orientarse a la prevención,
dar flexibilidad en lo que respecta a las tecnologías para cumplir con ellas y
establecer fechas de cumplimiento realistas, amoldadas a la capacidad de
financiamiento de las empresas.
3. Los
grupos ambientalistas deben ser integrados a los esfuerzos para definir los
fundamentos de la competitividad nacional, de manera que no sólo contribuyan al
diseño de reglas ambientales correctas, sino que ayuden en los esfuerzos de
comunicarle al público en general la importancia de una política ambiental
innovadora y dinámica.
4. Es
imperativo desmontar el clima de tensión y antagonismo que suele caracterizar
las relaciones entre los reguladores gubernamentales, las empresas productivas
y los grupos ambientalistas, y reemplazarlo por un red de mutuo apoyo en la
cual el principio de la ventaja competitiva nacional sea la meta que oriente
las decisiones y acciones de dichos tres componentes.
Comentario final
Como
bien señala Michael Porter[8], el nuevo paradigma de la economía global, que afirma que las
naciones y compañías más competitivas no son aquellas que tienen acceso a los
insumos productivos más baratos sino las que emplean las tecnologías y métodos
más avanzados en el aprovechamiento de sus insumos, ha traído a una misma escena
el mejoramiento ambiental y la competitividad.
En
la coyuntura histórica en que se encuentra Puerto Rico en la actualidad, cuando
las circunstancias externas obligan a una evaluación del futuro de cada uno de
los aspectos de la capacidad competitiva de la Isla (la educación, la
infraestructura, el sistema contributivo, las base tecnológica y el orden
social), el estudio de la relación entre la evolución y estructura actual de la
reglamentación ambiental ( en sus dos dimensiones: federal y estatal) y el
desempeño de la economía, especialmente del sector manufacturero, se torna
imperativo.
Sin
duda, del análisis cuidadoso del debate de la ecología vs. la economía, cuyos
perfiles generales se han reseñado en este trabajo, pueden surgir guías muy
valiosas para evaluar las formas en que Puerto Rico pueda lograr un desarrollo
económico sustentable, es decir, que armonice el avance de la producción y el
empleo agregados con la protección ambiental, en un marco en que se fortalezca
la competitividad internacional de la Isla.
§§§
La economía de Puerto Rico en el primer
trimestre del año fiscal 1998
En
el primer trimestre del año fiscal 1998, a juzgar por la conducta de los
principales indicadores mensuales, la economía de Puerto Rico dio muestras de
hallarse todavía en una fase de expansión, si bien se observó una baja mayor de
lo esperado en el empleo al nivel de los establecimientos.
De
lado positivo, se observaron aumentos en el empleo total (medido por la
Encuesta de Viviendas), los registros en hoteles de turismo, el consumo de
energía eléctrica, el número y el valor de los permisos de construcción, la
producción y las ventas de cemento, las exportaciones y la importaciones y los
ingresos netos del Fondo General. A esto hay que añadirle una baja en la tasa
de desempleo y un aumento en las promociones de la Administración de Fomento
Económico.
En
cambio, disminuyó el empleo asalariado no agrícola (que es medido por la
Encuesta de Establecimientos) y dentro de éste, hubo bajas en tres renglones:
manufactura; gobierno; y transportación, comunicaciones y utilidades públicas.
Más
específicamente, en el primer trimestre del año fiscal 1998 se observaron los
siguientes cambios con respecto al mismo periodo del año fiscal previo:
·
El empleo total aumentó 3.2% y la tasa de
desempleo bajó en 0.3 puntos porcentuales a 13.3%.
·
Los registros en hoteles de turismo
(en este caso solo se incluyen los meses de julio y agosto) aumentaron 12.9%,
debido esencialmente a un alza de 28.0% en los registros de no residentes,
mientras que la tasa de ocupación subió 1.2 puntos porcentuales a 73.1%.
·
Alentado por las altas
temperaturas que se registraron en el trimestre, el consumo de energía eléctrica
aumentó 10.2%, con los siguientes
aumentos por sector: residencial, 12.9%, comercial, 10.9% e industrial, 5.9%.
·
El número de permisos de construcción
aumentó 13.4% y valor de los mismos se elevó en 3.8%. La mayor expansión en el
valor de estos permisos, que se considera un indicador adelantado, fue en el
renglón de permisos comerciales.
·
La producción de cemento
creció 15.1%, lo que estuvo acompañado por un alza de 7.0% en las ventas.
·
Las exportaciones aumentaron a una robusta
tasa de 22.8%. Tanto las exportaciones hacia Estados Unidos como hacia países
extranjeros mostraron alzas sustanciales.
·
Las importaciones avanzaron 14.1%.
·
Los ingresos netos al Fondo General
subieron 6.0%, impulsados por aumentos de 14.8% en las contribuciones
corporativas y de 12.8% en las contribuciones de individuos. En buena medida,
una disminución de 6.2 en las recaudaciones por concepto de arbitrios evitó que
el alza en los ingresos netos del Fondo General fuera mayor.
·
Las promociones de Fomento dieron señales
de activación: hubo alzas en el número de proyectos, los empleos comprometidos
y la nómina comprometida, si bien la inversión comprometida disminuyó. Más importante
aún: el número de cierres de
fábricas sólo fue 9, en comparación con 19 en el mismo periodo del año fiscal
previo. Asimismo, se perdieron sólo 77 empleos, en comparación con 389 hace un
año.
·
A contrapelo con el alza
en el empleo total, el empleo asalariado
no agrícola disminuyó en 2.4% (una baja de 23,200 en términos absolutos),
registrándose contracciones en la manufactura (0.8%), el gobierno (8.8%), y la
transportación, et. al. (3.1%).
·
Dentro de la manufactura,
hubo bajas en empleo en todas las industrias, excepto en las de instrumentos
científicos y de metales.
·
Los desarrollos anteriores
se dieron en un contexto en que la inflación
al nivel del consumidor siguió el avance lento pero firme que ha venido
mostrando por varios trimestres: creció 5.8%, en comparación con 5.1% hace un
año. En renglón de alimentos y bebidas subió 11.7%, colocándose en el
preocupante renglón de los dos dígitos.
En
suma, el primer trimestre del año fiscal 1998 siguió mostrando un cuadro
económico auspicioso, pero la pocas variables que mostraron tendencia negativa
son de tan alta importancia estratégica que inducen a adoptar una actitud de
cautela ante la evolución a corto plazo de nuestra actividad productiva en
general.
§§§
El asalto de Paul Krugman al concepto de
competitividad internacional
En
el número correspondiente a marzo-abril de 1994 de la revista Foreign Affairs,
Paul Krugman, Profesor
de Economía de Stanford y analista de fama mundial, publicó un artículo titulado
¨Competitiveness: A Dangerous Obsesion¨ [9]
que generó una cantidad tan grande de críticas que se necesitarían varios
volúmenes gruesos para contener las mismas.
Krugman
desafió la tesis de que la competencia económica tipo suma-cero (unos ganan lo
que otros pierden) entre naciones reemplazó la Guerra Fría como la lucha
definitoria de nuestra era.
En
lo esencial, Krugman argumentó que la naciones en realidad no compiten entre sí
y que no existe evidencia empírica de peso para concluir que la competencia
proveniente de las economías en desarrollo haya contribuido significativamente
a agravar los problemas de los países altamente industrializados. Por lo tanto,
fundar la política económica de éstos últimos en tales supuestos erróneos es
potencialmente peligroso.
De
igual modo, Krugman la emprende contra políticos de Estados Unidos que
supuestamente usaron el concepto de competitividad para justificar todo tipo de
acciones de política pública, desde las sanciones de comercio hasta la reforma
del sistema de salud, y criticó severamente a los académicos que adoptaron ese
concepto para apoyar otros fines, tales como la elevación de las tasa de ahorro
e inversión y el diseño de planes estratégicos a escala nacional.
Ya
en un plano más hiriente, Krugman cuestionó lo que él llamó la ¨aritmética
descuidada¨ de la vasta
literatura sobre la competitividad, es decir, aseveraciones que suenan como
pronunciamientos cuantitativos acerca cantidades mensurables, pero los autores
no presentan los datos correspondientes y no se dan cuenta de que los propios
números contradicen sus aseveraciones.
Los
escritos que Krugman usa para ilustrar su hipótesis acerca de la aritmética
descuidada fueron redactados por algunos de los más prominentes economistas de
Estados Unidos, entre ellos Lester Thurow y Robert Reich .
La conclusión de Krugman no puede ser más contundente: ¨ competitiveness is a meaningless word when applied to national
economies. And the obsession with competitiveness is both wrong and dangerous¨.
Las
reacciones al artículo de Krugman fueron numerosas y casi instantáneas. En la
propia revista Foreign Affairs, se
publicaron las respuestas de varios distinguidos economistas, seguidas por un
comentario de Krugman sobre dichas respuestas.
Examinemos
los puntos principales de dichas respuestas, ya que en este espacio sólo
podemos reflejar una fracción de la polémica que suscitó el artículo de
Krugman:
·
Clyde V. Prestowitz, Jr.,
Presidente del Instituto de Estrategia Económica y Director General del Consejo
Económico de la Cuenca del Pacífico, señala que Krugman implica que la
desaceleración de la productividad en Estados Unidos se debe esencialmente a
factores domésticos, pero falla en reconocer que tal cosa ocurre justo cuando
las importaciones del país están creciendo aceleradamente e industrias
completas como la de productos electrónicos para los consumidores sufrían el
embate de la competencia extranjera. De hecho, indica este analista, es irónico
el hecho de que uno de los primeros trabajos significativos de Krugman fue un
estudio de la competencia en la industria de aviones, en el cual probó
matemáticamente la eficacia potencial del comercio exterior estratégicamente
regulado.
·
Lester Thurow, el autor de
Head to Head, indica que Krugman
falla en dar cuenta de la gran importancia que él le asigna en sus obras a los
factores domésticos—inversión en planta y equipo, investigación y desarrollo,
calidad de los recursos humanos y de la infraestructura, eficacia de la
gerencia gubernamental—como determinantes de la productividad, al mismo tiempo
que objeta el intento de Krugman de subestimar el peso que tiene el comercio
internacional en la productividad de Estados Unidos.
Según Thurow, ¨
If the domestic economy is to suceed in moving to higher levels of productivity
and income, it must first compete successfully in the global economy¨.
·
Rudolph Scharping,
Presidente del Partido Social Demócrata de Alemania, comparte la tesis central
de Krugman—en el sentido de que el nivel de prosperidad de las economías
nacionales depende más de la productividad al nivel doméstico que de la
competitividad internacional de sus empresas—pero advierte sobre la importancia
de que el comercio internacional se rija por reglas que restrinjan la
competencia desleal en lo que respecta a divisas, sistemas contributivos,
políticas de intervención industrial, y criterios de calidad ambiental.
·
Stephen Cohen, Profesor de
la Universidad de California, Berkeley, se reafirma en el concepto de que la
competitividad no está definida por una cifra o indicador en particular, sino
que es la reconsideración de una amplia variedad de indicadores, ninguno de los
cuales de por sí da cuenta de totalidad del mensaje, pero que en conjunto
enfocan en forma legítima en qué medida compara la actuación de la economía nacional
con la de otros países.
En
respuesta a los planteamientos de estos críticos, Krugman reafirma su
convicción de que los estudios sobre las políticas de estrategia comercial
internacional no logran identificar claramente cuáles industrias deben recibir
promoción estratégica y de que los esfuerzos los rendimientos de políticas de
promoción estratégica del comercio exterior es posible que sean muy modestos.
En
el fondo, tal vez este debate tan intenso, cuyos perfiles esenciales hemos
tratado de reflejar en esta breve nota, sea más bien el resultado del estilo
mordaz e hiriente que uso Krugman en su artículo inicial, que de los contenidos
teóricos o empíricos de la polémica. Después de todo a nadie se le escapa que
el fortalecimiento de la base productiva doméstica es esencialmente el producto
de la imaginación, intensidad de propósito y capacidad de ejecución de las
empresas, los trabajadores y el gobierno nacionales, pero, de igual modo, hay
muy pocas personas que subestimen la importancia de examinar con sumo cuidado
la evolución de la economía global y de responder con prontitud a los retos y
oportunidades que se presentan en la misma. No por ello se debe subestimar el
llamado al rigor conceptual y empírico que hace Krugman, máxime cuando se trata
de asuntos en los cuales los países ponen en juego su futuro económico.
Los pequeños negocios y la política
económica*
En
la Mesa Redonda de economistas y personas de negocios que convocó recientemente
El Nuevo Día, surgió el tema de la
situación y las perspectivas de los pequeños negocios en Puerto Rico. Uno de
los aspectos que se discutió fue la aparentemente indiferencia de los
economistas de la Isla respecto a este tema.
Hay
algo de verdad en ese señalamiento. Por un lado, los economistas raras veces
participan en los esfuerzos que hacen los pequeños negocios para fomentar
medidas legislativas y políticas económicas que favorezcan los intereses del
subsector. Por otro lado, nuestra literatura económica –al menos la más
visible—pocas veces alude a la evolución de los pequeños negocios y, por lo
general, ignora o no recalca lo suficiente la significativa aportación que
hacen éstos a la producción, el empleo y el ingreso agregados del país.
Me
imagino que muchos colegas se sentirán animados a citar diversas instancias que
redimen a los economistas de tan penoso reproche. Por mi parte, creo que es una
observación hasta cierto punto correcta y me aventuro a especular sobre sus
causas y las formas en que se puede despejar tal impresión.
Tal
vez la raíz del problema está en la excesiva importancia que los economistas le
atribuimos a las políticas macroeconómicas—aquellas que tienen que ver con los
volúmenes agregados de producción, empleo y precios y con la política fiscal y
monetaria del gobierno—y la percepción menos acentuada que tenemos sobre los
impactos macroeconómicos de dichas políticas.
Examinemos
algunos ejemplos.
·
La política monetaria
restrictiva, que se usa para mantener la inflación bajo control mediante alzas
en las tasas de interés cuando se aceleran los precios, en ciertas ocasiones le
impone terribles estragos a los pequeños negocios y a las familias, que ven
cómo se secan sus fuentes de crédito y se limitan sus posibilidades de
sobrevivencia económica sin disponer de armas apropiadas para sortear la
situación.
·
Una política orientada a
incrementar el empleo mediante la atracción de megatiendas (para citar un
ejemplo más directamente vinculado con la realidad de Puerto Rico) redistribuye
la demanda a expensas de los pequeños comerciantes de los centros de los
pueblos y de las áreas periféricas de las ciudades, quienes no disponen de
recursos suficientes para contrarrestar no sólo los mecanismos de publicidad y
mercadeo de las grandes cadenas de distribución comercial, sino también los
bajos precios que éstas pueden fijar a
base de sus economías de escala y de su poder de compra en los mercados de
productos manufacturados.
·
Los grandes proyectos de
infraestructura tienen significativos impactos positivos sobre los volúmenes de
empleo y producción, pero también generan diversas externalidades negativas,
especialmente desde el punto de vista ambiental, que perjudican a algunas comunidades
y
negocios.
Por
supuesto, no falta la ocasión en que algún economista aislado o una unidad de
análisis e investigación económica —usualmente de procedencia académica y sin
ataduras contractuales con estructuras de negocio o del gobierno que influyan
sobre su visión—que se preocupa por señalar que el balance neto de tales
políticas puede ser negativo, pero lamentablemente tanto en la estructura
industrial y financiera como en el gobierno la misión del economista consiste
más bien en defender o apoyar con su investigación las políticas económicas
dominantes. Por lo general, las personas y negocios que reciben el impacto
negativo de las acciones de política económica—se puede decir que con la
posible excepción de las uniones obreras más poderosas y de los asociaciones de
industriales, comerciantes y profesionales de servicios—carecen de los recursos
necesarios para reclutar economistas que ejerzan una función intelectual de
contrapeso, de evaluación crítica, de la política económica en vigor.
Aparte
de tales restricciones institucionales, existe una situación que refuerza este
sesgo: los recursos de información sobre los pequeños negocios—su realidad de
mercado, distribución geográfica, problemas de operación, dificultades
financieras, necesidad de recursos humanos, capacidad para exportar,
etc.-- y sobre la situación económica y
financiera de las familias son muy limitados. Por supuesto, están disponibles
el Censo de Población y los censos económicos, pero éstos son buenos puntos de
referencia histórica o ¨ benchmarks¨ que
por definición no pueden reflejar adecuadamente los cambios a corto plazo de
una economía dinámica, repleta de oportunidades y al mismo tiempo erizada de
retos y amenazas a los cuales hay que
responder con eficacia y celeridad.
Creo que el nudo gordiano al cual aludimos
se puede romper de tres
maneras.
En
primer lugar, las universidades del país deben reenfocar las actividades de sus
centros de investigación económica, social y financiera hacia los impactos
microeconómicos de la política económica, otorgando más peso a la situación
concreta no sólo de los pequeños y medianos negocios, sino también de las
comunidades urbanas y rurales, de los obreros perjudicados por el cambio
tecnológico y de las familias en general.
La formación de consorcios de instituciones federales, universidades y
empresas privadas para mejorar las prácticas gerenciales de los pequeños
negocios, que ya tiene una expresión concreta en Puerto Rico en una iniciativa
de la Administración de Pequeños Negocios federal y la Universidad
Interamericana[10], es
parte esencial de esta estrategia. En estos casos, lo importante es que predomine
la investigación científica,
objetiva, cuyos resultados no estén determinados por los intereses o la óptica
de quien financia la operación.
En
segundo lugar, creo que es imperativo que el gobierno de Puerto Rico adquiera
control de los censos económicos (agricultura, negocios, manufactura), con
miras a garantizar que éstos respondan a nuestros intereses específicos de
información, y se expanda la base de información y la frecuencia con que se
realizan los mismos. De igual modo, hay que
realizar el Estudio sobre Ingresos y Gastos de la Familias (cuya última
versión data del 1997) e introducir un
concepto parecido o igual al del Current
Population Survey, que tanto éxito ha alcanzado en Estados Unidos. Así, podríamos disponer información más al día y más detallada
sobre nuestro complejo tejido social y económico. Se trata de iniciativas que
son viables y se pueden apoyar en las excelentes y probadas metodologías que se
usan en Estados Unidos, amoldadas por supuesto a las situaciones específicas
que se presentan en Puerto Rico.
Por
último, es necesario que los economistas busquemos las formas de diseminar, tal
vez por vía de un banco de documentos que se pueda colocar en los sistemas
bibliotecarios del país o en Internet, la gran variedad de trabajos microeconómicos
que realizamos anualmente y que en la mayoría de los casos circulan en forma
muy restringida o simplemente se quedan en los archivos de las instituciones
que los han comisionado.
Atrapadas
en el anonimato, dispersas y difíciles de recuperar, las ideas y reflexiones de
los economistas de Puerto Rico sobre la situación de los pequeños negocios y
sobre muchos otros aspectos de nuestra estructura económica esperan por
analistas que las traigan a luz pública y ayuden a despejar la impresión de que
nuestra profesión no se preocupa por la realidad concreta, viva y cotidiana, de
los negocios y las familias.
§§§
La curva de aprendizaje
Al
igual que la curva de Phillips, la curva de aprendizaje (¨learning curve¨) es
una observación empírica que obligó a los economistas a desarrollar una teoría
que explicara la misma. Se trata de ciertos procesos de producción en los
cuales los costos promedio por unidad tienden a declinar con el tiempo a medida
que los factores de producción aprenden el proceso de producción y se tornan
más eficientes. El gran economista norteamericano Kenneth Arrow llamó a esta
relación ¨learning by doing¨[11].
Es decir, la curva describe cambios en productividad inducidos por la
experiencia humana. De ahí que también se le dé el nombre de curva de
experiencia.
Por
lo regular las curvas de aprendizaje son más acentuados en procesos de
producción que son intensivos en el uso de mano de obra.
Definida
en forma más estricta la curva de aprendizaje no es otra cosa que una curva de
costo promedio por unidad de producción que es función declinante del nivel de
producción acumulado.
Por
lo regular el efecto de aprendizaje es más palpable cuando comienza el proceso
de producción y disminuye a medida que pasa el tiempo. Así, procesos de
producción ya maduros muestran muy poco efecto de aprendizaje y llega el
momento en que la curva de aprendizaje se aplana.
En
la medida que se pueda estimar una relación matemática entre el producto total
y el costo por unidad, se puede pronosticar los costos por unidad.
Los
estudios econométricos demuestran que la curva de aprendizaje no es una línea
recta, sino que el costo por unidad es una función exponencial declinante de la
producción acumulada. Así, la curva de aprendizaje puede expresarse como una
función exponencial que toma la forma de:
donde de CPU
es el costo por unidad, Q representa
el nivel de producción acumulada, a
representa el costo de la primera unidad producida, b (típicamente un número
negativo) indica la tasa a que declina el
CPU a medida que aumenta Q en el
tiempo y U es lo que en econometría se conoce como el término de error o de
disturbio.
La
anterior función se puede convertir en un lineal mediante una transformación
logarítmica, esto es:
log
CPU = log a + b log Q + log U
Si
se dispone de información histórica sobre la relación entre el costo por unidad
y el volumen acumulado de producción se puede hacer un análisis de regresión
para estimar los parámetros a y b.
En
el Apéndice Estadístico se presenta un ejemplo obtenido de un texto de Economía
Gerencial que ayuda a entender el proceso de estimación de la curva de
aprendizaje.
CÁLCULO
DE LOS PARÁMETROS DE REGRESIÓN
DE
LA CURVA DE APRENDIZAJE*
Fecha de observación
|
Costo por unidad, $
(CPU)
|
Volumen de producción
acumulada, miles
(Q)
|
Log CPU
|
log Q
|
30
de septiembre
|
9.00
|
150
|
0.9545
|
2.1761
|
15
de diciembre
|
7.20
|
275
|
0.8573
|
2.4393
|
1ro.
de marzo
|
6.50
|
350
|
0.8129
|
2.5441
|
15
de mayo
|
5.85
|
500
|
0.7672
|
2.6990
|
|
|
|
|
|
|
Y
|
X
|
XY
|
X^2
|
|
0.9545
|
2.1761
|
2.0764
|
4.7354
|
|
0.8573
|
2.4393
|
2.0912
|
5.9502
|
|
0.8129
|
2.5441
|
2.0681
|
6.4724
|
|
0.7672
|
2.6990
|
2.0707
|
7.2846
|
SX
= 9.8585 SY = 8.3064 S XY = 8.3064
Y PROMEDIO= S Y/n = 3.3916/4 = 0.8479
X PROMEDIO = SX/n = 9.8585/4 = 2.4646
B
= nSXY-S XY/nSX^2-*(SY)^2
= 4(8.3064) -(9.8585)(3.3916)/4(24.4426)-(9.8585)^2=-0.3627
a
= Y PROMEDIO-B(X PROMEDIO)= 0.8479-(-0.3627)2.4646=1.7418
ANTILOG 1.7418 = 55.18
R^2 = 0.99
Entonces:
CPU
= 55.18Q-0.3627
Para
pronosticar el costo por unidad a un volumen de producción 1,000 unidades,
sustituimos
Q= 1,000 en la ecuación:
CPU=
55.18 (1000-0.3627) = 4.50
Es
decir, podemos esperar que el CPU baje a
$4.50 tan pronto el volumen de producción alcance un nivel de 1,000
unidades.
§§§
Proyecciones a corto plazo de la
economía de Estados Unidos
La
Encuesta de Pronosticadores Profesionales que desarrolla desde junio de 1990 el
Banco de la Reserva de Filadelfia era realizada antes por la Asociación
Estadística de Estados Unidos y el Negociado Nacional de Investigación
Económica. Se trata de una encuesta trimestral de alto prestigio cuyos
resultados influyen significativamente en el mercado de valores y en las
expectativas de los hombres de negocios de Estados Unidos.
En
el ejercicio de proyección correspondiente al cuarto trimestre de 1997, cuyos
resultados fueron dados a la publicidad el 24 de noviembre, se estimó que el
producto bruto interno (PBI) real creció 2.7% en el cuarto trimestre, lo que
implicaría un alza de 3.7% para el año natural 1997 como un todo. El
crecimiento del PBI real desacelerará durante los próximos cuatro trimestres,
de 2.5% en el presente trimestre (primero de 1998) a 2.2% en el cuarto
trimestre. Así, se espera que el alza de PBI real en 1998 sea del orden del
2.6%.
Se
anticipa que la tasa de desempleo crezca apenas en una décima de punto
porcentual durante el presente año natural (de 4.8% en el primer trimestre a
4.9% en el cuarto trimestre), mientras que la inflación al nivel del consumidor
avanzará de 2.5% a 2.6% en igual periodo.
En
lo que respecta al Índice de Producción Industrial, se pronostica que éste
crecerá de 122.8 en el cuarto trimestre de 1997 a 126.0 en el cuarto trimestre
de 1998, un alza de 2.6%, que sería ligeramente más alta que la anticipada para
el PBI real (2.3%) en igual periodo.
La
probabilidad promedio que los participantes de la encuesta le asignan al evento
de que haya un descenso en el PBI real
en el año natural 1998 es muy baja, pero aumenta de 10% en el presente
trimestre a 19 % en el cuarto trimestre.
En
suma, esta encuesta anticipa que durante el año natural 1998 la economía de
Estados Unidos seguirá avanzando a una tasa moderada (si se toma en cuenta que
el avance promedio a largo plazo es del orden del 3.0%), en un contexto de
inflación controlada y desempleo relativamente bajo.
A
todas luces, se trata de un escenario en que no será necesaria una acción
restrictiva de la Reserva Federal para prevenir la aceleración del proceso
inflacionario.
§§§
Schumpeter y su teoría del desarrollo
del capitalismo
Tal
vez una de las mayores contradicciones en la historia del pensamiento
económico—disciplina que los departamentos de Economía de Estados Unidos y
Puerto Rico han cometido el grave error de
colocar en un segundo plano (se considera una electiva) cuando no la han
abandonado del todo-- es que los dos
expositores más destacados del campo—Carlos Marx y Joseph Schumpeter—son
precisamente los pensadores que menos reconocimiento reciben de parte del
pensamiento económico dominante en los países avanzados. En efecto, lo que se
conoce como la síntesis
postkeynesiana, es decir, el pensamiento económico que, en mayor o menor grado,
parte de Marshall y Keynes y constituye la interpretación teórica principal de
(y genera la investigación empírica más activa en torno al) capitalismo tardío
o postcapitalismo,[12] se caracteriza por la debilidad de su perspectiva histórica, no sólo
en cuanto a la evolución de la economía,
sino también en lo que atañe a la historia del análisis económico como
tal.
Más
contradictorio aún es el hecho de que tanto Marx como Schumpeter hayan sido los
máximos intérpretes de la evolución histórica del capitalismo clásico y del
paso de éste al capitalismo industrial.
En
el caso de Schumpeter, se puede señalar que su pensamiento fue esencialmente un
análisis del desarrollo y transformación del capitalismo en su fase industrial.
Su teoría se centró en el sugestivo y
paradójico concepto de la destrucción creativa, que lo llevó a la insólita
conclusión de que la propia creatividad y el éxito del capitalismo habrían de
causar su desvanecimiento. [13]
Según
Schumpeter, la creatividad del capitalismo se demuestra a plenitud en el papel
que éste jugó en la aceleración de la industrialización y el desarrollo
económico a escala planetaria. De acuerdo con Schumpeter, el desarrollo
económico consiste en innovaciones revolucionarias en los recursos y la
tecnología de producción, comandadas por empresarios atrevidos y arriesgados y
financiadas por banqueros de no menor visión y audacia.
Contrario
a Marx[14], Schumpeter creía que éxito en el pasado del capitalismo no estaba
opacado por la inestabilidad económica, las tendencias hacia la concentración
monopolística y la desigualdad creciente. Antes bien, Schumpeter interpretó el
desarrollo capitalista como un proceso cíclico, definido por la introducción y
absorción de innovaciones. Los periodos de auge económico son inducidos por
innovaciones que, cuando agotan su potencial, dan paso a periodos de recesión
que son interrumpidos por nuevas innovaciones en el uso de los recursos, en las
técnicas de producción y en la naturaleza y alcance de los productos.
Para
Schumpeter, tanto los monopolios como los oligopolios son de duración
temporera, no estructuras inamovibles, que son barridas por la perpetua ola de
la destrucción creativa: nuevos productos y procesos, cambios en la fuentes de
abastecimiento de materia prima, transformaciones súbitas del mercado. Para él,
la competencia a base de la innovación es más importante que la competencia a
base del precio.
La
desigualdad que tanto preocupaba a Marx ( hasta al punto de verla, junto a las
crisis periódicas cada vez mayores, como la causa de la destrucción del
capitalismo) Schumpeter la veía como el precio que la sociedad capitalista debe
pagar por la creatividad y visión dinámica de los empresarios innovadores. En
más de una ocasión, Schumpeter alude al abaratamiento de productos (a base de
las economías de escala) que induce la producción monopolística en algunos
contextos, algo que no se podría lograr en mercados competitivos.
No
obstante, a pesar de su defensa aparentemente a ultranza del capitalismo,
Schumpeter concluyó en su gran obra Capitalism,
Socialism and Democracy que el capitalismo no podía sobrevivir. El propio
proceso de creatividad económica estaba abocado a destruir las bases
institucionales e ideológicas del capitalismo, es decir, lo que Marx llamó la
superestructura del sistema.
Schumpeter
aludió a varios procesos cuya acción simultánea habría de debilitar el sistema
capitalista: la obsolencia de la función empresarial (el desplazamiento de los
empresarios por burócratas corporativos con menor capacidad para la
innovación), la destrucción de la estructura protectora que ofrecían las clases
e instituciones dirigentes
pre-capitalistas (la aristocracia, que manejada con estilo los asuntos del
estado), la destrucción del marco institucional de los mercados libres (debido
al incremento en la reglamentación y la forja de un marco legal que propendía a
estrangular las iniciativas empresariales) y, finalmente, la creciente
hostilidad de la clase trabajadora unionada y del estado, que formarían una
tenaza que habría de cohibir el desarrollo de los magnates industriales, dando
paso al algún tipo de sistema económico dirigido.
Schumpeter
predijo que el sucesor del capitalismo sería, en esencia, una variedad de
socialismo, en el cual el estado habría de jugar un papel decisivo tanto en el
manejo de la política macroeconómica como en la dirección y administración del
proceso productivo en general.
Después
de la batalla todos somos generales. Nos percatamos ahora de cuán desatinados
fueron algunas de las predicciones del gran economista austriaco, pero cuando
examinamos con cuidado algunas de las orientaciones de la sociedad
postindustrial a escala global vemos como se asoman algunos de los temas
fundamentales de Schumpeter: el resurgir del neoliberalismo como reacción ante
la regulación excesiva del estado; el derrumbe de los controles oligopolistas
en los países industrializados de Occidente debido a avance de la competencia
de las empresas globales; la continua e incesante revolución en la tecnología
de producción, en los productos de consumo, en los materiales de producción, en
los sistemas de gerencia, en suma, en la totalidad del orden económico.
No
sería extraño que aumente en años venideros el interés por la obra de
Schumpeter a medida que el pensamiento económico dominante falla en explicar
los elementos dinámicos de las economías de mercado en la fase de globalización
de los productos, los procesos y los sistemas de innovación tecnológica.
§§§
Estrategias para obtener apoyo en la
gestión cultural*
A Edwin Reyes,
excelente poeta e incansable promotor
de la cultura puertorriqueña.
A
pesar de que la producción y el consumo de la cultura han sido elementos
centrales de la actividad humana desde tiempos inmemoriales, solo recientemente
los economistas han desarrollado trabajos teóricos y/o de investigación serios
y sistemáticos en
un campo que ha sido denominado la economía de la cultura.
Cabe
destacar dos aportaciones fundamentales que iniciaron esa disciplina. En 1959,
el famoso economista norteamericano John
Kenneth Galbraith, en un ensayo que apareció en el libro The Liberal Hour (1960),
analizó la situación económica del artista
y el potencial del buen diseño para promover las exportaciones de los productos
manufacturados en Estados Unidos. Un poco después, en 1963, el destacado
economista inglés Lionel Robbins estudió el papel del estado en el apoyo de las
artes y en el financiamiento de museos y galerías.
Más
recientemente, William J. Baumol y William Bowden, en un libro titulado Performing
Arts-The Economic Dilemma ,
publicado en 1966, sometieron a una rama de la actividad cultural a un riguroso
escrutinio teórico y empírico y mostraron la medida en que la disciplina
económica puede iluminar el estudio de la gestión cultural.
Desde
entonces la literatura de la economía de la cultura ha crecido
vertiginosamente, al punto que ya hay revistas especializadas en el campo y
abundantes tesis de maestría y doctorado que discuten las múltiples fases del
tema.
Una
de las preocupaciones básicas de los economistas que han incursionado en este
relativamente nuevo y fascinante campo ha sido la política pública respecto a
la cultura , es decir, el intento de definir la justificación filosófica y los
principios guías para el apoyo gubernamental a las artes y a la gestión
cultural en su sentido más amplio.
En
todos los países del mundo, en mayor o menor grado, los gobiernos apoyan la
gestión cultural mediante una gran variedad de instrumentos de política
pública, lo que incluye: subsidios a compañías (teatrales, musicales ,
literarias, etc. ) e individuos ; la provisión directa de bienes y servicios
artísticos por vía de empresas de propiedad estatal; concesiones o créditos
contributivos a individuos y corporaciones que hacen donaciones a los gestores
de la cultura ; exenciones contributivas a artistas y organizaciones
culturales; medidas de protección del mercado de producción cultural local,
tales como exigencias de contenido local (contratación de artistas residentes
en el país) en los espectáculos musicales y teatrales; apoyo a instituciones
que se dedican a la educación artística ; y legislación que se vincula con la
protección de los intereses económicos de los gestores de la cultura.
Si
bien la enumeración anterior parece formidable a primera vista , la realidad es
que en casi todos los países de estructura capitalista , donde predomina la
producción privada y la propiedad privada de los medios de producción, la
proporción del gasto público que se dedica a la promoción de la cultura es baja
con respecto al total de los gastos públicos y mucho menor cuando se compara
con el nivel del producto bruto
doméstico.
Se
calcula que en Estados Unidos las artes (teatro , música, opera, danza, artes
visuales, artesanía , literatura , artes populares y comunales) dan cuenta de
poco menos del uno por ciento del producto bruto doméstico, sólo emplean a un
poco más del uno por ciento de la fuerza trabajadora y reciben cerca de medio
punto porcentual del gasto público.
Así,
el producto bruto de la gestión cultural en Estados Unidos, definida en forma
algo limitada, montaría a cerca de $46.2 billones , y el número de personas que
trabajan en la misma llegaría al nivel de 1.5 millones.
En
el caso de Puerto Rico, según el Censo de Población de 1990, hay un total de
6,992 personas que identificaron como su
principal fuente de ingreso alguna forma de gestión cultural , lo que va desde
autores, músicos y bailarines hasta pintores, escultores y artesanos , que
vendría a ser el 0.6 por ciento total de 1,174,676 personas cuya ocupación fue
clasificada por dicho censo.
Desafortunadamente,
no se dispone de datos respecto al valor económico de la producción cultural en
la Isla , pero si fuera igual a la participación de los artistas en la fuerza
trabajadora, sería del orden de $140 a $150 millones.
Si
la definición se amplía un poco y se incluye lo que se conoce como las
industrias o negocios culturales ( el cine , la radio, y la televisión y las
casas publicadoras) el valor del producto doméstico de la producción cultural
en Estados Unidos llegaría a ser no menos de $128 billones a precios de 1987 o
el 2.5 por ciento del producto bruto doméstico real en el año natural 1993.
Si
tal proporción rigiera también en la Isla, el valor económico de nuestra
producción cultural podría estar en el recorrido de $500 a $600 millones, a
precios corrientes, un poco menos que el valor del ingreso bruto agrícola.
Tal
vez una buena medida del potencial de expansión que tiene la producción
cultural en la Isla es el hecho que el renglón de gastos en recreación, que es
parte de los gastos de consumo personal agregados, montó en el año fiscal 1994
a $2,271.9 millones, el 8.9 por ciento
del total de gastos de consumo. En la medida en que la participación de los
productos culturales en dicho total vaya en incremento no sólo se mejora la
dimensión cultural del país, sino que se crean efectos multiplicadores que
generan incentivos para la expansión futura de la gestión cultural en general.
A
la luz de las anteriores consideraciones, podemos bosquejar algunas estrategias
para obtener apoyo a la gestión cultural :
·
Reforzando la idea de que
es apropiado y necesario que el gobierno fortalezca la vida cultural del país.
Existe amplia evidencia de que los votantes apoyan la participación del
gobierno en esta área y raras veces se oyen voces que señalen que se trata de
una forma de despilfarro de fondos, como
ocurre con otros tipos de gasto público. Tanto los ejecutivos del gobierno como
los legisladores son los objetivos primarios de estrategias de persuasión sobre
la importancia de sostener y/o incrementar el dinero asignado a programas que
apoyan la gestión cultural.
·
En la medida que los
recursos lo permitan, es necesario promover estudios de costo-beneficio de los
programas que reciben alguna ayuda del gobierno
( por vía de cualquiera de los instrumentos enumerados arriba ), para
darle al sector público la oportunidad de defender tales partidas de gasto en
los ejercicios de preparación del presupuesto. En este caso es necesario
sumarle a los beneficios económicos explícitos, los beneficios de carácter
social o cultural mediante la imputación de valores que reflejen el beneficio
real de las actividades culturales, ya que los componentes intangibles de estas
actividades exigen que se aprecien desde un ángulo distinto y tomando en cuenta
aspectos de carácter predominantemente cualitativo. En el contexto actual, en
el cual predomina una justificada (y a veces obsesionante preocupación) por los
efectos destructivos del crimen, la gestión cultural se debe considerar como
una forma positiva, socialmente integradora, de reducir el oneroso costo
económico y social de la actividad delictiva.
·
Otra forma de demostrar la
necesidad de apoyo del gobierno a la gestión cultural es analizando lo que en
economía se conoce como la falla del mercado, es decir, la incapacidad de que
las actividades culturales , en muchos casos inevitablemente orientadas a
minorías, logren la viabilidad económica que permita compensar a los artistas y
los promotores de las mismas con salarios o ganancias que realmente reflejen el
valor o costo de oportunidad del trabajo realizado. En este caso, la ayuda del
gobierno se puede concebir como una corrección a la falla del mercado, y por
tanto, como una manera de garantizar que una actividad socialmente necesaria se
logre desarrollar.
·
En lo que respecta al
fortalecimiento del lado de la demanda , la ayuda más estratégica que puede
recibir la gestión cultural procede de los colegios y universidades, en los
cuales se forjan los valores, actitudes y gustos que van a influir en los patrones
de consumo de las personas, es decir, en lo que técnicamente se conoce en
economía como el ciclo vital del consumo. En la medida en que las instituciones
universitarias desarrollen un balance adecuado entre la cultura técnica y las
humanidades, y orienten sus metas hacia la formación integral del estudiante ,
se acumulan conocimientos y experiencias que inducen a la persona a orientar
una proporción mayor de su consumo hacia los productos culturales. Hay ejemplos
concretos que se podrían discutir como lo son el firme apoyo que recibe del
público el Festival Casals, la alta demanda de la producción gráfica de
artistas como Homar y Tufiño y la inmensa popularidad de las novelas de autores
latinoamericanos como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa e Isabel
Allende. No menos importante, es la aportación que pueden hacer las
universidades a la investigación de los aspectos macro y microeconómicos de las
industrias de la cultura. Pienso en la contribución que podrían hacer las
escuelas graduadas de Administración de Empresas al desarrollo de técnicas
gerenciales y de mercadeo eficaces que
ayuden al fomento de empresas culturales. De igual modo, las tesis de maestría
y doctorado de las escuelas de economía y de administración de empresas pueden
ser un excelente vehículo para canalizar gran parte de la inversión en
conocimiento que es necesaria en el campo de la economía de la cultura.
·
Un derivado de la anterior
afirmación es la interesante realidad de que algunas obras de arte pueden tener
rendimientos sobre la inversión mayores que las acciones los bonos y otros instrumentos
financieros.
La persona que compre una obra de arte podría tener un doble beneficio: la
satisfacción intelectual o estética de disfrutar de la posesión y contemplación
de la obra y el beneficio económico de un activo que se sube de valor
continuamente. Después de todo, el espíritu artístico o intelectual y el lucro
no necesariamente están reñidos y en
muchas ocasiones conviven sin contradicción alguna.
·
Es necesario persuadir a
las agencias del gobierno que llevan a cabo investigación económica, tales como
la Junta de Planificación , el
Departamento del Trabajo y Recursos Humanos y el Departamento de Desarrollo
Económico, para que presten más atención a las industrias culturales , es decir,
que desarrollen bancos de datos y lleven a cabo encuestas que permitan evaluar
con más precisión la aportación de la gestión cultural a la economía.
·
Como medida práctica
inmediata, sugiero que se convoque en Puerto Rico a un conjunto de gestores de
la cultura con el fin de evaluar las ventajas y desventajas, aciertos y
desaciertos de la estructura ( en sus fases pública y privada ) que apoya la
gestión cultural en la actualidad y sugerir tácticas y estrategias alternativas
para lograr que el gobierno aumente su
apoyo a la cultura y que los actores económicos (los consumidores , las
firmas, las empresas
sin fines de lucro ) aumenten la demanda de los productos de la cultura.
·
En
suma, contrario a la percepción generalizada de que los economistas no tienen
gran cosa que decir acerca de la gestión cultural, la conclusión que emerge
de la breve
descripción que he hecho del campo de acción de la economía de la cultura es
que esta iniciativa intelectual es lo que
el gran pensador austriaco Joseph Schumpeter llamaba “un mar sin cartas de
navegación¨ es decir, un territorio poco explorado que espera por economistas
que estén dispuestos a expandir su perspectiva teórica y sus esfuerzos de
análisis e investigación empírica.
Solo
me resta reiterar que la lucha por sostener los valores trascendentales del
arte , la espiritualidad y la cultura en general es una tendencia mundial tan
válida como el afán de aumentar la competitividad industrial o de incrementar
la integración global de las economías. Para lograr una sociedad madura y
coherente, es necesario reconciliar los intereses económicos, lograr un
crecimiento y desarrollo económico sustentables (es decir, compatibles con el
ambiente natural y con la base cultural ) y hacer una gerencia apropiada de la
creciente complejidad social.
Creo
firmemente que la economía de la cultura merece una oportunidad de desarrollo y
que a los que se aventuren en este campo les espera un verdadero universo de
satisfacciones intelectuales.
§§§
El futuro de la economía global: escenarios
pintados con cautela*
Introducción
Vamos
a dedicar la mañana y la hora del almuerzo de hoy a uno de ejercicios más
fascinantes y riesgosos que realiza la humanidad: la predicción del futuro.
Si
ominosa es la tarea de pronosticar el futuro, más aún lo es la subtarea de
pronosticar el futuro de la economía. Si a eso le añadimos que se trata de la
economía de Puerto Rico, salta a la vista que nos hallamos en un territorio
minado, de alto riesgo, en el cual la cautela es aconsejable.
Por
fortuna, en la división de trabajo que hicimos el Dr. Juan Lara y yo, a mi me
correspondió la tarea aparentemente
liviana de ofrecer un panorama general de las perspectivas de la economía
global. El Dr. Lara se aventurará en el mar sin cartas de navegación que parece
ser el futuro de la economía de Puerto Rico.
Invitación a no abandonar la
cautela
Antes
de entrar al tema que me ocupa, me arriesgo a consumir parte del escaso tiempo
de que dispongo a invitarlos a que no abandonen el escepticismo, la cautela,
ante los pronósticos—sean de corto, mediano o largo plazo—de los economistas.
Victor
Navasky, en un genial artículo que sirvió de epílogo a la edición especial de The New York Times Magazine[15]
dedicada al pronóstico de las realidades económicos, sociales, culturales, políticas
y tecnológicas que se observarán en el mundo en los próximos cien años, citó
varios pronósticos fallidos que vale la
pena recordar.
A
mi juicio, los más interesantes de ellos son los siguientes:
·
El famoso economista y
econometrista Irving Fisher, dijo en 1929 ¨los precios de las acciones han
alcanzado lo que parece ser un nivel permanentemente alto¨. Semanas después
estalló la Gran Depresión.
·
Se alega que el mariscal
Paul von Hindenburg, Presidente de Alemania, dijo en una ocasión que Hitler era
un tipo raro que nunca habría de ser Canciller de Alemania y que a lo más alto
que podía aspirar era a ser el Jefe un Departamento de Correos.
·
David Reisman, un
distinguido sociólogo de Harvard, declaró en 1967 que si algo iba a permanecer
más o menos estático a fines de siglo era el papel de la mujer en la sociedad.
·
Según una leyenda, el
Presidente del Banco de Ahorros de Michigan le aconsejó al abogado de Henry
Ford que no invirtiera en Ford Motors Company debido a que ¨el caballo vino
para quedarse, mientras que el automóvil es solo una novedad, una moda
pasajera¨.
Habiendo
realizado lo que los analistas financieros llaman el ¨due diligence¨ en cuanto
a la validez de los pronósticos económicos y no económicos, procedo a delinear
y examinar, a grandes rasgos, el
desarrollo futuro de lo que parecen ser las fuerzas que están dando forma a la
economía global. Por razones de tiempo y de estrategia analítica, concentró mi
atención en aquellas que tienen algún significado para la economía de Puerto
Rico y procuro que el escenario analizado sea el más probable, a juzgar por las
evidencias que se presentan en la actualidad.
·
Crecimiento en la economía global más alto que en el subconjunto
de
las economías altamente industrializadas
Impulsada
por los avances económicos en China y otros países asiáticos, por la
recuperación de varias economías en desarrollo—Argentina, Brasil Chile—y por el
éxito relativo de varios países en transición, la economía global está
creciendo a tasas en el recorrido de 5.0-5.5%. En buena medida, los mercados
emergentes están creando condiciones que favorecen la expansión de las
exportaciones de los países altamente industrializados, que, con Estados Unidos
a la cabeza, avanzan hacia una etapa de crecimiento económico firme y
sostenido.
·
Expansión no inflacionaria de la economía de Estados Unidos
Para
estupor de los economistas y sorpresa de los altos oficiales de la Reserva
Federal, la economía de Estados Unidos sigue en proceso de expansión sin que se
observen señales claras de reactivación de la inflación. Algunos economistas ya
han empezado a hablar de un nuevo paradigma, mientras que otros apuntan hacia
errores conceptuales y empíricos en el esquema de interpretación neokeynasiano
que no permiten apreciar el nuevo cuadro de realidades. Más específicamente:
aunque los pronósticos hablan de tasas de crecimientos del PBI real en el
recorrido de 2.0%-2.4% en un horizonte de tiempo que va del presente al año
2000, existe la suspicacia de que tales pronósticos podrían fallar en caso de
que la Reserva Federal no se vea inducida a usar una política demasiado
restrictiva que, debido a un mal cálculo de sus efectos, induzca una recesión.
Así, los economistas que afirman que el crecimiento económico se acercará cada
vez a la tendencia de largo plazo (3% anual) y la sobrepasará son cada día más
numerosos.
·
Reducción a largo plazo de los precios del petróleo
Las
nuevas tecnologías de exploración y búsqueda de petróleo han llevado a una
reducción de los costos de producción de petróleo y han creado la posibilidad
de que, si la demanda a nivel mundial entra a una etapa de crecimiento menos
acentuado y no se agrava el conflicto político en el Medio Oriente, el precio
del barril del petróleo se mantenga por debajo de los $20 e inclusive decline.
Conviene recordar que las dos recesiones que ha sufrido la Isla en su historia
económica reciente fueron producto de precios del petróleo excesivamente altos
que indujeron recesiones en Estados Unidos y a nivel global.
·
Recuperación de los mercados financieros de Asia
En
buena medida, la crisis en los mercados asiáticos más que una señal de
debilidad económica es un grave problema causado por el inaudito éxito, el auge
económico sin precedentes que se ha observado en la región. Se trata de graves
errores que se cometieron en la actividad prestataria y en el manejo de las
políticas de estabilización de divisas, pero el fundamento de dichas economías
es lo suficientemente fuerte como para que una acción estabilizadora comandada
por Estados Unidos y Japón, por vía del Fondo Monetario Internacional, lleve a
que los inversionistas recuperen la confianza en el futuro, indudablemente
promisor, de las economías asiáticas en general.
·
Reajuste de los salarios reales en Estados Unidos
En
un artículo que se publicó en el número de Business
Week correspondiente a la primera semana de septiembre de este año se
discute uno de los temas más importantes pero al mismo tiempo menos reconocidos
de la economía de Estados Unidos: los salarios promedio, aún después de un auge
económico prolongado, cuando se ajustan por la inflación, permanecen por debajo
del máximo que alcanzaron en 1973. De ahí que los ingresos familiares,
ajustados por inflación, sólo han recuperado la mitad de las pérdidas que
tuvieron en la recesión de 1989. Dados la fortaleza de la expansión económica y
el concomitante aumento en la demanda de mano de obra, junto con el alza en el
salario mínimo, cabe esperar que los recientes avances en el salario real se
conviertan en una tendencia dominante. En Puerto Rico, debemos estar
apercibidos de que en Estados Unidos habrá un reajuste hacia arriba de la
compensación a los empleados, lo que tarde o temprano ejercerá una influencia
significativa sobre la estructura salarial de la Isla. Si queremos retener a
nuestros recursos humanos altamente diestros, tendremos que movernos en esa
misma dirección
·
Creciente necesidad de desarrollar políticas de coordinación
macroeconómica a nivel mundial
Si
algo quedó en claro en la Vigesimotercera Cumbre Anual de los principales
países industrializados que se celebró a mediados de este año es la efectividad
que han tenido las políticas de coordinación macroeconómica, al menos entre los
países que participaron en dicha actividad. Reducciones en los déficits
presupuestarios gubernamentales, bajas tasas de interés, progreso en la lucha
contra el desempleo, y crecimiento moderado pero firme son han convertido, en
mayor o menor, en características comunes en el grupo de países altamente
industrializados. En buena medida, el rigor que se sufre en la Isla como
consecuencia del imperativo que tiene Estados Unidos de cumplir con estos
acuerdos de carácter mundial—reducción en los programas de bienestar social,
presión para aumentar los recaudos federales (una de cuyas víctimas fue nada
menos que la Sección 936) --hay que entenderlo a la luz de una óptica que
trasciende los interés macroeconómicos de Estados Unidos y que tiene efectos
favorables como el mantenimiento de tasas de interés relativamente bajas. No
hay la menor duda de que la fortaleza de la actividad de construcción en Puerto
Rico se debe, en gran medida, al bajo costo de los fondos, a bajas tasas de
interés comercial e hipotecarias, que le provee una excelente oportunidad al
gobierno para desarrollar aceleradamente su programa de infraestructura, hacen
viables los proyectos de expansión de la capacidad productiva de las empresas
privadas y mantienen a un nivel alto al demanda de viviendas.
·
Culminación del proceso de integración económica y monetaria
en Europa
Finalmente,
no debemos olvidar que el sueño de Jean Monet no está muy lejos de realizarse:
una Europa integrada desde el punto de vista económico, con una moneda común y
un banco central, como preámbulo a una posible unión política en el futuro. No
importa cuán intensos sean los conflictos de visión y estrategia que se
observan en la actualidad, la Unión Europea parece marchar firmemente hacia un
futuro en que constituirá no sólo una gigantesca estructura económica que
desafié el poder productivo de Estados Unidos, sino también una poderosa maquinaria
política que ejercerá un fuerte poder de gravedad en el mundo, del cual ni aún
Puerto Rico, a pesar de sus firmes relaciones jurídico-políticas y económicas
con Estados Unidos, podrá escapar.
En
suma, vivimos en el mundo lo que Pedro Henríquez Ureña, el gran hispanista
dominicano, el más grande discípulo de Hostos, llamó días alcióneos, momentos
de esplendor tal vez fugaz que todos
debemos gozar a plenitud. En vista de que los puertorriqueños, por el momento,
no somos fundamentalmente actores sino espectadores en la vorágine de cambios
que se suceden en la economía global, nuestra mejor opción, sin duda, es
mantenernos alertas, examinar cómo podemos aprovechar las oportunidades y
afrontar los retos que se nos presentan como colectividad social y económica.
En este sentido, nos podemos preparar para un día en el futuro en que nuestra
voz se pueda oír con más fuerza, en que nuestros días alcióneos sean producto
de nuestro propio esfuerzo.
§§§
Proyecciones de la economía de Estados
Unidos: La Encuesta Livingston
La
Encuesta Livingston es la más antigua de su clase en Estados Unidos. Comenzó en
1946 bajo la dirección del famoso columnista Joseph A. Livingston. Resume los
pronósticos de 55 economistas de la industria, la banca, el gobierno y la
academia. En la actualidad, es publicada por el Banco de la Reserva Federal de
Filadelfia en junio y diciembre.
En
la versión de diciembre de 1997 la encuesta pronostica crecimiento continuado
en la economía de Estados Unidos. Luego de crecer 3.6% en 1997, se espera que
el producto bruto interno real aumente en 2.2 por ciento en 1998. En
correspondencia con el avance más lento de la producción total, se observará
desaceleración en la inversión de los negocios, la producción manufacturera y
la construcción de viviendas, así como un leve aumento en la tasa de desempleo,
menor crecimiento en las ganancias corporativas, y muy poco cambio en las tasas
de interés. La desaceleración del PBI real ocurrirá gradualmente: 2.9% en el
cuarto trimestre de 1997, 2.5% en la primera mitad de 1998 y 1.9% en la segunda
mitad de 1998.
Más sencillamente:
el crecimiento económico
continuará, pero a un paso más lento.
A
pesar de que la economía desacelerará en 1998, la inflación aumentará un poco. Se
espera que el Índice de Precios
al Consumidor crezca en 2.5% en 1998, en comparación con 2.2% en 1997. El
Índice de Precios al Productor aumentará en 1.6% en 1998 luego de una
sorpresiva y leve declinación en 1997.
El desempleo
aumentará lentamente. A medida que la economía desacelere, la tasa de desempleo aumentará,
alcanzando el nivel de 4.8% en junio y de 4.9% ya para diciembre de este año.
En
el Apéndice Estadístico se presenta el cuadro de pronósticos de esta encuesta
para el periodo de 1998-1999, tanto de las variables macroeconómicas básicas
como de algunos indicadores mensuales, las tasas de interés y el Índice S&P
500.
LA
ENCUESTA LIVINGSTON,
DICIEMBRE DE 1997
Promedio
anuales de los
valores pronosticados
INDICADORES
AL
NIVEL MACRO
|
1997
|
1998
|
1999
|
PBI
Real
(Billones
$, TAEAE)
|
7191.3
|
7367.6
|
7527.5
|
Inversión
Fija No Residencial
(Billones
$, TAEAE)
|
853.0
|
925.3
|
974.5
|
Ganancias
Corporativas luego de Impuestos
(Billones
$, TAEAE)
|
479.8
|
498.9
|
514.0
|
INDICADORES
A
CORTO PLAZO
|
|
|
|
Índice
de Producción Industrial
|
120.6
|
124.9
|
127.9
|
Inicios
de viviendas
(Millones
de unidades)
|
1.464
|
1.421
|
1.397
|
Índice
de Precios al Productor
|
132.0
|
133.5
|
135.8
|
Índice
de Precios al Consumidor
|
160.7
|
164.4
|
168.7
|
Tasa
de desempleo (%)
|
4.9
|
4.9
|
5.0
|
Salario
promedio semanal en la manufactura (Dólares)
|
552.69
|
575.68
|
595.1
|
Ventas
al detal (Billones $)
|
212.5
|
221.0
|
229.7
|
TASAS
DE INTERÉS Y PRECIOS DE LAS ACCIONES
|
JUNIO
1998
|
DICIEMBRE
1998
|
DICIEMBRE
1999
|
Tasa
preferencial (%)
|
8.6
|
8.6
|
8.3
|
Bono
del Tesoro a 30 años (%)
|
6.3
|
6.3
|
6.2
|
Nota
del Tesoro a 3 meses (%)
|
5.3
|
5.3
|
5.1
|
Indice S& P 500
|
982.5
|
993.8
|
1027.5
|
TAEAE: Tasa anual equivalente ajustada
por estacionalidad.
§§§
La teoría de los mercados contestables
La
teoría macroeconómica suele evolucionar muy lentamente, por lo cual a nadie le
debe sorprender que la teoría de los mercados contestables, desarrollada a
principios de la década de los 80 por W.J. Baumol, J.C. Panzer y R.D. Willig,
se considere un avance reciente.[16]
Basándose
en trabajos previos que señalaron que las barreras a la entrada son elementos
críticos que influyen sobre la fijación de precios en las empresas, estos
investigadores definieron un mercado contestable como aquel al cual puede
entrar una firma sin necesidad de incurrir en costos significativos. Este
potencial para la entrada de nuevos competidores impide que las firmas
existentes en el mercado generen ganancias superiores a las ganancias normales,
ya que si ello ocurre se atraerían nuevas firmas al mercado que competirían con
las firmas existentes y llevarían a que los precios cayeran por debajo de los
costos.
En
este sentido, la competencia pura y la competencia monopolística son mercados
contestables, pero también lo son algunos mercados monopolísticos y
oligopolísticos.
Si
no hay barreras significativas a la entrada pero el tamaño de la planta
escogido por las firmas en el mercado es relativamente grande para el mercado,
sólo hay cabida para una firma (monopolio natural) o para unas cuantas firmas
(oligopolio natural). No obstante, estos mercados monopólicos u oligopolísticos
son también contestables, ya que la amenaza de perder o ver reducida su
participación en el mercado debido a la entrada de nuevas firma obligará a las
firmas existentes a mantener los precios cerca de sus costos promedio.
Surgen
pues dos perspectivas antagónicas: la primera es la de las firmas existentes,
que tratan de prevenir la entrada de nuevas empresas; la segunda, la de las
empresas que aspiran a entrar, que pugnan por superar las barreras que puedan
existir en el mercado.
Por
lo regular las firmas existentes en el mercado contestable tienden a usar lo
que se conoce como el precio límite, es decir, la práctica de fijar un precio
por debajo del precio de maximización de ganancias con miras a desalentar la
entrada de nuevas firmas.
Para la firma entrante cuyo objetivo es la maximización de ganancias a corto
plazo, el precio límite es el precio más alto que se puede fijar sin permitir
que la firma entrante logre obtener ganancias normales. Si la firma que aspira
a entrar al mercado adopta una visión de largo plazo y está preparada a
afrontar pérdidas inicialmente, ya que pronostica ganancias a más largo plazo,
el precio límite es el precio más alto que se puede fijar sin permitir que el
valor presente de las ganancias esperadas por la firma entrante sean positivas.
En
vista de que la estrategia de precio límite puede ser riesgosa para las firmas
establecidas, ya que las obliga a incurrir en costos de oportunidad altos,
éstas se ven inducidas a recurrir a acciones positivas tales como la innovación
tecnológica y a la reducción de costos vía programas de reingeniería,
reestructuración o rediseño del proceso de producción, con miras a mantener un
margen de ganancia aceptable aun cuando se vean obligadas a disminuir los precios
para disuadir a las firmas entrantes.
Por
el contrario, las firmas entrantes no sólo tienen que explorar la posibilidad
de desarrollar métodos de gerencia y tecnología de producción que sean más
eficientes que los que usan las firmas establecidas, sino que también deben
hacer campaña para que el gobierno reduzca la reglamentación excesiva de la
industria (que suele favorecer a las firmas establecidas), buscar alianzas con
grupos de consumidores y firmas que favorecen que se desmonte el poder
monopólico u oligopolio de las firmas establecidas, utilizar canales no convencionales
de
mercadeo y desarrollar alianzas estratégicas con firmas extranjeras para lograr
contrarrestar las barreras de precio o de competitividad tecnológica que hayan
desarrollado las firmas establecidas.
En
suma, el mercado contestable implica una compleja batalla de estrategias en la
cual la vulnerabilidad de las firmas existentes en el mercado contestable, que
se debe a la ausencia de barreras significativas a la entrada de nuevas firmas,
se traduce en beneficios para los consumidores (precios más bajos), aun cuando
haya cierto grado de concentración en el mercado, ya que el reto de los firmas
entrantes obliga a que los precios se mantengan competitivos, es decir, muy
cercanos a los costos de producción promedio que afrontan las empresas.
El espectro de la deflación: ¿impresión
pasajera o seria amenaza
estructural?
Un
espectro recorre los mercados financieros y bursátiles de Estados Unidos: el
espectro de la deflación. Todos los poderes del país comienzan a forjar una
alianza para hacer un exorcismo de este espectro.
Parodiamos
por supuesto el famoso primer párrafo del hoy casi olvidado Manifiesto del Partido
Comunista, la
pieza maestra que Carlos Marx y Federico Engels publicaron en Londres en 1848.
Examinemos
al menos tres expresiones en torno a este tema que demuestran cuán importante
es éste para el futuro de la economía de Estados Unidos.
En
primer lugar, un comentario que hizo Alan Greenspan, Presidente de la Reserva
Federal, en la Asamblea Anual de la Asociación de Economistas de Estados
Unidos, que se celebró a principios de este año en Chicago. Greenspan trajo a
la primera línea de discusión este tema, que para la mayoría de los
observadores parece una reliquia del pasado.
Aunque
Greenspan no señaló en forma directa que la deflación es un riesgo a corto
plazo para la economía, advirtió que ¨ tanto la inflación acelerada o variable
como la deflación pueden llevar a un estado de miedo e incertidumbre que se
asocia con aumentos significativos en los premios por el riesgo e
insuficiencias en la actividad económica.
Ante todo, expresó preocupación
por las consecuencias de reducciones rápidas y súbitas en los precios de los
activos—especialmente de las acciones y de los bienes raíces—que podrían ser
altamente perjudiciales para la economía en general.
En
lo esencial, Greenspan se limitó a hacer un llamado a la reflexión con respecto
al sentido y alcance de la deflación, pero el simple hecho de que él es un
oficial de tan alto nivel, reconocido como uno de los más profundos conocedores
de la realidad económica y financiera de Estados Unidos, elevó la discusión
sobre las señales de deflación que se observan en Estados Unidos a la categoría
de asunto nacional de gran importancia estratégica.
En
segundo lugar, la revista Business Week,
en su edición del 19 de enero de 1998, publicó un artículo bajo el título
de ¨ The Zero-Inflation Economy ¨ en el cual se celebra la buena noticia que es
la inflación baja, pero se identifican los riesgos de la deflación,
especialmente cuando es de la variedad de la cual habla Greenspan (bajas en los
precios de los activos tales como las acciones y los bienes raíces).
El
artículo de BW indica que las compañías que más riesgo corren en un periodo
deflacionario son las que producen mercancías básicas
(¨commodities¨), particularmente las
compañías petroleras. De igual modo se señala que las reducciones en precio ya
han hecho mella en los productores de acero, cobre y algodón En cambio, la baja
en los precios del acero ha beneficiado a la industria automovilística,
mientras que la industria textil ha aprovechado la oportunidad que le brinda la
reducción en los precios del algodón.
Para
los consumidores, apunta BW, la situación no puede ser más halagadora ya están
bajando los precios de una gran variedad de artículos, desde automóviles hasta
computadoras y en algunos renglones, como las bebidas refrescantes, hay una
verdadera guerra de precios entre los suplidores. La reducción de precios se
hace patente también en la provisión de servicios de toda índole.
En
tercer lugar, Paul Krugman, en un artículo titulado ¨Don´t Worry About
Inflation?¨, que se publicó en la revista Fortune
(2 de febrero del 1998) aborda el tema con su característico sarcasmo. Para él,
la preocupación por la deflación es exagerada y se basa en situaciones
temporeras producidas esencialmente por el alza en el valor del dólar y por la
crisis financiera asiática. Ante todo, señala Krugman, lo menos que nos debe
preocupar es la deflación ya que combatir la misma sólo requiere un mínimo
esfuerzo, que se reduce a alzas selectivas en la oferta monetaria para
estimular la demanda y ejercer presión sobre la estructura de precios de los
bienes y servicios.
La
respuesta a la pregunta que da pie a
esta digresión-- ¿Es la deflación sólo una impresión pasajera o se trata en
realidad de una seria amenaza estructural?-- parece estar en un terreno
intermedio entre las vagas pero graves
insinuaciones de Greenspan (que son complementadas con diversos hallazgos
fácticos de BW) y la actitud liviana y juguetona de Krugman.
La
experiencia histórica parece favorecer la tesis de que la deflación es un
fenómeno pasajero, pero la trayectoria desacelerada de los índices de
inflación, en medio de un avance moderado pero firme y prolongado de la
actividad económica, y las caídas de los precios de una gran variedad de bienes
y servicios, comienzan a acumularse como evidencias de que tal vez nos hallamos
en una nueva era en que la preocupación por la inflación dará paso a la
vigilancia de la deflación.
Sólo
el transcurso del tiempo y la evaluación de las acciones estratégicas de la
Reserva Federal en el manejo la política
monetaria—que en su momento podría estar orientada a combatir los efectos
nocivos de la deflación—podrán determinar si la deflación es un espectro aterrador
que hay que conjurar a como de
lugar o una inocua impresión pasajera que puede despejarse con una manipulación
simple de la oferta monetaria.
Cuba: La economía bifurcada*
Daría
todas las especulaciones de los marxistas modernos sobre la dialéctica, el
lenguaje, la estructura o la praxis entre los lacandones, por un análisis
concreto de las relaciones sociales de producción en la Unión Soviética o en
China.
...Octavio Paz, Corriente Alterna,
1967
Raras
veces tenemos la oportunidad de leer un análisis objetivo, basado en
información de primera mano y con explicaciones válidas desde el punto de vista
científico sobre la realidad económica de Cuba.
Desde
nuestra perspectiva, algo que parecía
ser un conjunto vacío lo vino a llenar
un artículo, traducido del inglés, que
publicó en la Revista de la Cepal
(Diciembre de 1995) el profesor Archibald R.M. Ritter, del Departamento de
Ciencias Económicas y de la Escuela de Estudios Internacionales, de la
Universidad de Carleton, ubicada en Ottawa, Canadá.
El
artículo se titula “La dualidad del tipo de cambio en la economía cubana de los
noventa”. Este título sugiere que
habremos de enfrentarnos a un complicado e inexpugnable ensayo sobre teoría
monetaria aplicada al contexto de la
economía cubana.
Todo
lo contrario: se trata de un trabajo, que sin sacrificar rigor, es sumamente
claro y sencillo. De hecho, es tan rico en contenido y tiene tal grado de
densidad analítica que lo mejor sería imprimirlo en su totalidad, de manera que
cada lector disfrute a plenitud de esta aportación.
No
obstante, por razones de espacio, nos vemos obligados a hacer una apretada
síntesis del artículo, con la esperanza de que al menos la esencia de la
discusión de Ritter sea conocida por los lectores de Tendencias Económicas.
Ritter
analiza la principal característica que se ha observado en la economía cubana
desde comienzos de la década de los 90: su bifurcación en un sector socialista
tradicional regido por el peso cubano, y un sector basado en el dólar y regido
por las reglas del mercado.
Esta
división se debe, según el autor, a los siguientes factores:
·
La rápida expansión del
turismo, de la participación extranjera en empresas mixtas y de las sociedades
anónimas.
·
Las políticas
macroeconómicas implantadas con anterioridad a 1994, que produjeron un enorme
déficit fiscal, un alza acentuada de la oferta monetaria, una aceleración de
los precios determinados por el mercado y, en consecuencia, una drástica
pérdida de valor de los antiguos pesos cubanos con respecto al dólar en los
mercados paralelos (a pesar de que la tasa oficial de cambio se mantuvo
constante).
·
La política cambiaria y la
política comercial del gobierno cubano dieron paso a una acentuada
discriminación en lo que atañe al acceso a las importaciones que redundo en
beneficio del sector orientado a la economía internacional, en particular de
las sociedades anónimas.
·
El aflojamiento, la falta de confianza y la contracción
de la
economía socialista tradicional.
A
juicio de Ritter, la bifurcación señalada influye notablemente en el desempeño
de la economía cubana y de la sociedad en general.
A
grandes rasgos, los impactos que discute el autor son los siguientes:
·
Ha causado una
redistribución del ingreso: debido al elevado valor del dólar en los mercados
paralelos, las personas con acceso a dólares logran ingresos más altos que los
de los integrantes de la economía socialista tradicional que ganan en pesos.
·
La diferencia en
remuneración atrae poderosamente los recursos, sobre todo los recursos humanos,
al sector orientado a la economía internacional, sin que se pueda argüir que
los ingresos que derivan los que tienen la capacidad de ganar dólares
corresponde al valor real (o productividad) de su aportación a la estructura
económica o social.
·
Tal brecha propicia una
búsqueda generalizada de lucro, puesto que se puede ganar mucho dinero mediante
la intermediación: la venta en un sector de la economía de bienes y servicios
adquiridos en el otro, aprovechando la diferencia entre los precios fijos y los
determinados por la acción del mercado, por una parte, y entre el tipo de
cambio oficial y el cambio en el mercado paralelo, por otra.
En
respuesta a los crecientes problemas que ha generado la bifurcación (entre
ellos la exacerbación de conductas sociales negativas), a partir de 1993 las
autoridades cubanas adoptaron varias políticas públicas con el propósito de
mitigar el problema:
·
La legalización de las
actividades independientes y la apertura de mercados de productos agrícolas,
industriales, artesanales y de servicios, han fortalecido la economía de
mercado, parcialmente vinculada al sector orientado a la economía
internacional.
·
A partir de 1994 la
política fiscal ha contribuido a desacelerar la bifurcación. Algunas medidas
adoptadas son la reducción de los subsidios a las empresas, alza de los precios
en la tiendas que operan con dólares, cobro de impuestos a los trabajadores por
cuenta propia y cobro de impuestos a ciudadanos que ganan en divisas.
Ahora
bien, según Ritter, para reunificar la economía
habría que llevar a cabo profundas reformas institucionales y cambios
significativos en la política económica.
Algunas
de las medidas que sugiere el autor son
las siguientes:
·
Seguir liberalizando la
pequeña y mediana empresa.
·
Legalizar el mercado de la
vivienda, continuar el desarrollo de las empresas cooperativas, y privatizar
pequeñas y medianas empresas, especialmente en la prestación de servicios y en
el comercio al detal.
De
esta manera, según Ritter, se podría ampliar la economía de mercado y se generarían
impactos macroeconómicos positivos, que contribuirían a la reducción del tipo
de cambio en el mercado negro y a la creación gradual de una estructura más
adecuada de incentivos económicos.
Sin
embargo, señala Ritter, lo más
importante es mantener la política macroeconómica vigente, que aspira a reducir
el déficit
fiscal y controlar la oferta monetaria, unida a las políticas cambiaria y
comercial encaminadas a hacer uniformes los tipos de cambio vigentes en el mercado
negro y el oficial. De
igual modo, habría que desregular los precios y transformar el sistema de
bienestar social, que en la actualidad otorga subsidios a toda la población,
mediante la regulación de los precios de los productos racionados. Así, se
podría generar un sistema de complementación del ingreso de las personas
realmente necesitadas.
Las
anteriores medidas estarían orientadas a aumentar y diversificar la producción
destinada al mercado interno y a la exportación, de manera que la recuperación
económica del país sea sostenible en el futuro.
Como
bien indica Ritter, la tarea de recuperación económica que afronta el gobierno
cubano es de proporciones gigantescas, dado que la situación actual se
caracteriza por un extremo deterioro de la infraestructura y de la base de
capital—instalaciones y maquinaria y equipo- del sector industrial, del sector
agrícola, y de la economía en general.
En
resumen, Ritter traza un cuadro realista, sumamente descriptivo de la coyuntura
actual de la economía cubana, y apunta a soluciones que parecen compatibles con
la necesidad de que Cuba, no importa cuál sea el futuro de su sistema político
y económico, logre alcanzar una posición
competitiva en la economía global.
La economía de Puerto Rico en la primera
mitad del año fiscal 1998
Durante
la primera mitad del año fiscal 1998 (julio a diciembre de 1997), a juzgar por
la conducta de los principales indicadores mensuales, examinados uno a uno, la
economía Puerto Rico mostró señales mixtas, cuyo balance neto sugiere que ésta
se halla en transición hacia una fase de crecimiento menos acentuado.
Con
respecto a los primeros seis meses del año fiscal precedente (1997) se
observaron los siguientes cambios en el periodo bajo análisis:
·
El empleo total, medido por la Encuesta
de Viviendas, que ascendió a 1,130,500,
aumentó en 0.7%, mientras que el
desempleo total, que ascendió a 179,500, aumentó en 8.0%. La tasa
de participación subió de 47.9% a 48.2.%, lo que unido al lento avance del
empleo, indujo un alza en la tasa de
desempleo de 12.9.% a 13.7%.
·
El empleo asalariado no agrícola,
medido por la Encuesta de Establecimientos, disminuyó en 2.4%, una pérdida neta
de 23,100 empleos. Se registraron bajas
en empleo en los sectores de manufactura (2.8%), gobierno (5.9%),
servicios (1.3%) y transportación, comunicaciones y utilidades públicas (5.0%).
En cambio, hubo alzas en construcción
(2.6%), finanzas, seguros y bienes raíces ( 1.8%) y en comercio (0.8%).
·
El empleo manufacturero, medido por la
Encuesta de Establecimientos, disminuyó en 2.8%, una pérdida neta de 4,200
empleos. Tuvo un promedio de 148,200, en comparación con 152,400 en el año
fiscal anterior. El empleo de las industrias
de bienes duraderos disminuyó en 0.8%, mientras que la baja del empleo de las industrias de bienes no
duraderos fue más acentuada: 4.1%. En términos absolutos, las primeras
tuvieron una reducción neta de 500 empleos, mientras que las segundas tuvieron
una pérdida neta de 3,800 empleos.
·
El registro total en hoteles de turismo aumentó en 6.8%,
impulsado
básicamente por un incremento de 16.4% en el registro de no residentes. De
igual modo, el registro en hoteles de
turismo aumentó en 7.9%, debido esencialmente a un alza de 17.9% en el
registro de no residentes. La tasa de ocupación en hoteles de turismo disminuyó
en 1.9 puntos porcentuales (de 69.8% a 67.9%).
·
El consumo de energía eléctrica
aumentó en 9.1%, lo que incluyó un alza de 5.6% en el consumo del sector
industrial.
·
Los indicadores de la
construcción crecieron en forma acentuada. Por un lado, la producción de cemento
aumentó en 11.7% y las ventas de cemento avanzaron a una tasa de 9.5%, y por
otro
lado, el número permisos de construcción--,
creció en 9.6%, si bien hubo una baja de 2.4% en el valor de éstos.
·
Durante los primeros cinco
meses del año fiscal 1998, las exportaciones
aumentaron en 36.3%, mientras que las
importaciones crecieron a un ritmo mucho menos acelerado: 11.7%. En
particular, las exportaciones a Estados
Unidos crecieron en 39.1%.
·
Los ingresos netos del Fondo General
aumentaron en 5.7%, al alcanzar un nivel de $2,551.7 millones.
·
La expansión de la
producción económica estuvo acompañada por una ligera aceleración de los precios
al consumidor, que
crecieron en 5.8%, en comparación con 5.4% en el año anterior. El componente
que más avance inflacionario mostró fue el de alimentos y bebidas (11.7%).
En
suma, a mediados el AF 1998, a juzgar por los cambios en los principales
indicadores económicos mensuales, la economía de Puerto Rico se hallaba en
expansión, aunque ya se empezaban a observar cierto grado de debilidad en el
mercado laboral, especialmente en el empleo del sector manufacturero. Es muy
prematuro atribuir esta reciente tendencia de la manufactura a la pérdida de la
Sección 936 y/o al poco progreso que se ha logrado en el mejoramiento de la Sección
30A, dos factores que tiene el efecto de reducir las expectativas de ganancia
de las operaciones manufactureras en la Isla, pero en cualquier análisis que se
haga al respecto estos factores son sin duda los primeros que habría que tomar
en cuenta.
§§§
El debate sobre NAIRU, la tasa de
desempleo que no acelera la
inflación
NAIRU no
es nombre de una princesa del antiguo Egipto ni mucho menos de un nuevo modelo
de automóvil japonés, sino las siglas en inglés de uno de los conceptos más
debatidos y, al mismo tiempo, más elusivos y misteriosos de la macroeconomía
contemporánea.
Lo que se conoce como la tasa de
desempleo que no acelera la inflación( ¨non- accelerating inflation rate of
unemployment¨ o NAIRU) no es otra cosa que lo que Milton Friedman llamó la tasa
natural de desempleo: la tasa de desempleo que sería necesario existiera en el
mercado de empleo para que la inflación se mantuviera constante.
En
el caso particular de Estados Unidos el asunto se reduce a la contestación a la
siguiente pregunta: ¿ puede la economía crecer más de 2.5% al año y la tasa de
desempleo moverse por debajo del umbral del 5% sin causar un incremento en la
inflación?.
Esta
pregunta se ha convertido en uno de los asuntos más polémicos en los círculos
de economistas de Estados Unidos.
Hasta
hace poco la tesis que predominaba era que el crecimiento potencial a largo
plazo de la economía de Estados Unidos es cerca de 2.5% al año y que la tasa
natural de desempleo se mueve en el recorrido de 5.5-6.0%. Si la tasa de
desempleo observada cae por debajo de la tasa de desempleo natural y el
crecimiento del producto bruto interno (PBI) real crece por encima de su
potencial a largo plazo, la inflación comienza a crecer a medida que surgen
cuellos de botella en la producción, aumenta la presión sobre la capacidad
productiva y se incrementa la demanda de mano de obra. Esto se traduce en alzas
en los costos de producción, las tasa de interés, los salarios y, a la larga,
en los índices de precios tanto al nivel de los productores como de los
consumidores.
De
acuerdo con esa tesis, la inflación debió haberse acelerado a partir de
mediados de 1996, cuando la tasa de desempleo se colocó por debajo del umbral
del 5.5% y ha seguido declinando gradualmente, pero la realidad es que desde
entonces la inflación ha mostrado más bien un patrón desacelerativo, según se
observa en la siguiente tabla:
INFLACIÓN
Y TASA DE DESEMPLEO
EUA:
II T 96 A IV T 97
Periodo
|
IPC
(año a año)
%
|
Tasa de desempleo
promedio,
%
|
II T 96
|
2.8
|
5.4
|
III T 96
|
3.3
|
5.3
|
IV T 96
|
3.2
|
5.3
|
IT 97
|
5.7
|
5.2
|
IIT 97
|
2.4
|
4.8
|
III T 97
|
1.9
|
4.9
|
IV T 97
|
1.9
|
4.7
|
Examinemos
brevemente algunas de las explicaciones que han ofrecido prominentes economistas
norteamericanos a
esta aparente contradicción entre la teoría o paradigma dominante y la realidad
histórica:
Robert
Gordon, autor de uno de los más apreciados textos de Macroeconomía que existen
en la actualidad, señala que la reciente reducción de la inflación se debe a lo
que él llama una ¨sacudida positiva del lado de la oferta¨ producida por dos
fuerzas básicas: una marcada desaceleración de los precios del cuidado médico y
una acelerada disminución de los precios de las computadoras. Estas dos fuerzas
han restado casi un punto porcentual a la inflación, lo que ha evitado la aceleración
de la misma.[17]
Alan
Blinder, profesor de Princeton, piensa que la declinación de la inflación se
debe más bien a que los trabajadores están tan traumatizados por las acciones
gerenciales de reducción de la mano de obra, reducción del tamaño de la empresa
y contratación externa de recursos, así como por el desvanecimiento del poder
de la uniones, que no están demandando alzas salariales.[18]
George
Akerlof, William Dickens y George Perry llevaron a cabo una investigación
econométrica en la cual concluyeron que, en el largo plazo, deja de operar la
regla de intercambio o ¨trade’off ¨
entre la inflación y el desempleo.[19]
Gregory
Mankiw alega que durante los últimos dos años, el mercado internacional de
divisas ha provisto un beneficio substancial, muy parecido a la baja de los
precios del petróleo en el periodo de 1987: el alza del valor del dólar, que ha
inducido una presión descendente en los precios de las importaciones y en los
bienes producidos al nivel doméstico que compiten con las importaciones. En la
medida que los salario responden a los precios al nivel del consumidor, los
costos laborales han crecido muy poco.[20]
Robert Eisner propone un replanteamiento del
modelo convencional del NAIRU que sugiere que el efecto del desempleo en la
inflación es diferente cuando el desempleo es bajo a cuando es alto. Por debajo
del NAIRU, las reducciones en el desempleo pueden reducir la inflación[21] y aún cuando cuando la
aumentaran sería en una cantidad mínima, lo que impediría la aceleración
permanente de la inflación.[22]
Como ocurrió en la caso de la curva Phillips,
la literatura sobre NAIRU ya comienza a alcanzar proporciones ciclópeas y a
generar polémicas intelectuales inagotables que sólo la experiencia futura de
la economía de Estados Unidos y otros países altamente industrializados podrá
resolver.
La venta de la Telefónica: realidad
y perspectiva*
Introducción
Agradezco
a los profesores Jaime Bofill, Jaime Benson y Jaime del Valle y a la Asociación
de Estudiantes de Economía del Recinto de Río Piedras la gentil invitación que
me hacen para discutir con ustedes y con tan distinguido grupo de panelistas lo
que sin duda es el asunto de política pública más candente en la actualidad en
Puerto Rico.
A
mediados de abril de este año, cuando la discusión sobre la venta de la
Telefónica aún no había adquirido el perfil de obsesión nacional que tiene
ahora, escribí una columna en el periódico El
Nuevo Día en la cual señalé que las tres tareas de más alta prioridad que
afrontaba el Comité de Privatización del Gobierno eran evaluar la experiencia
del anterior intento de venta en 1990, examinar las consecuencias de las nuevas
leyes de telecomunicaciones en Puerto Rico y Estados Unidos—que supuestamente
abren el mercado a la competencia—y reflexionar sobre el grave daño que le
había infligido a la imagen de la Telefónica la crisis de los contratos con la
compañía All Systems.
Mi
planteamiento central fue en el sentido de que los grados de riesgo político
para el partido de gobierno y de riesgo económico, financiero y ante todo moral
para el pueblo de Puerto Rico eran demasiado altos como para acelerar el
proceso de venta sin llevar a cabo un ejercicio de reflexión de esa naturaleza.
En
primer lugar, señalé en aquella ocasión, la experiencia de 1990 demostró, más
allá de toda duda, que la identificación del pueblo de Puerto Rico con los
logros de la Compañía Telefónica es mucho más profunda y mucho más intensa de
lo que se podría imaginar. No se trata simplemente de una expresión de los
intereses laborales de los empleados de la Télefónica o de la solidaridad de la
gran mayoría de los empleados del sector público con éstos. Es, más bien, la
firme convicción, enraizada en la base del pueblo, de que esta organización es
la expresión viva, concreta, de un logro histórico de nuestro país, que
contrapesa moralmente gran parte de las supuestas (y a veces reales)
ineficiencias del sector público y
demuestra que no es absolutamente necesario que un servicio básico esté en
manos de la empresa privada para que sea exitoso.
De
igual modo, apunté que, en mi carácter de Director de la Oficina de Análisis y
Estudios Económicos del Banco Gubernamental, me correspondió la responsabilidad
de acudir a una gran variedad de foros para explicar los motivos y el alcance
del intento de venta de 1990, en cuales pude percibir que el apoyo a la acción
de venta era virtualmente inexistente.
Tal
experiencia fue para mí tan traumática como la que tuvo San Pablo en el camino
de Damasco: me percaté, por un lado, de los enormes logros alcanzados por la gerencia
de la Telefónica en el proceso de planificación estratégica y modernización
tecnológica del sistema de comunicaciones de la Isla, y por otro lado, pude
apreciar que la administración
incumbente no sólo incurrió en fallas graves en el proceso de educación a la
comunidad en lo que atañe al concepto de privatización, sino que la propia
selección del principal activo a privatizarse para nutrir los fondos para el
desarrollo de la educación y de infraestructura lució mecánica y caprichosa[23], carente de fuerza y convicción, y divorciada de la percepción del
pueblo en cuanto al papel de la Telefónica en el futuro económico del país.
Finalmente,
postulé que el argumento de que hay que vender la Telefónica porque ésta no
puede afrontar la competencia que se avecina no sólo es rústico y apresurado,
sino que va a contrapelo tanto de la experiencia de ganancias y con el aumento
en eficiencia que la Telefónica ha mostrado en años recientes, por lo cual
extrapolar la situación vigente al futuro, sin haber analizado con rigor cuán
real es el reto de la competencia, era una innecesaria concesión del argumento
que no podía ser aceptada como válida hasta tanto se hubiera hecho un estudio a
fondo de asunto.
Demás
está decirles que mi artículo no ejerció efecto alguno sobre las estrategias
del Comité de Privatización, que procedió con su encomienda con más celeridad
de lo que yo había pronosticado, pero si tuvo efectos personales negativos para
mí, los cuales no quiero discutir en esta instancia ya que, como dicen los maromeros
del circo cuando sufren accidentes, son ¨gajes del oficio¨ , riesgos que nos
corremos todos aquellos que creemos en algo que dijo la gran pensadora alemana
Rosa Luxemburgo hace muchos años: ¨La libertad
es para el que piensa distinto¨.
Mi posición actual
Como
me imagino que le ha ocurrido a todos ustedes, mi interés por la polémica en
torno a esta acción privatizadora me ha obligado a mirar con más detenimiento
el tema. Las investigaciones que he realizado recientemente me han llevado a
afianzar mi convicción de que la venta de la Telefónica no sólo es un error en
la coyuntura actual, sino que es una decisión estratégicamente incorrecta
cuando se evalúa prospectivamente, ya que priva a la Isla de aprovechar un
cúmulo de oportunidades de expansión de servicios en el futuro que beneficiarán
significativamente tanto a la Telefónica como a los totalidad de la economía de
la Isla. Más aún: luego de pensar más a fondo sobre el valor real de los
activos de la Telefónica y del nivel del flujo de ganancias que se puede
obtener de los mismos, creo que la venta no se va a concretar debido a que la
diferencia o brecha entre el precio que exigirá el Gobierno (si actúa de
acuerdo con el potencial real de ingreso futuro) y el precio que estará
dispuesto a pagar el postor más alto será tan grande que no podrá ser cerrada a
menos que la parte gubernamental ceda hasta el nivel del remate o que la firma
interesada en comprar quiera correrse el riesgo de comprar a un precio que se
aproxime a su valor real, un negocio que tiene un ¨poison pill¨ inaceptable: la
oposición masiva y solidaria de los empleados de la Telefónica y del pueblo de
Puerto Rico. En otras palabras, el intento de venta va, pero la compra no se
realizará, a menos que los funcionarios del gobierno estén dispuestos a
afrontar el grave costo moral que implique vender este activo a un precio que
la abrumadora mayoría del país considere ínfimo, para no decir ridículo o que
la confianza de alguna empresa interesada en la venta vaya más allá de los
límites de lo real.
Las nuevas evidencias
A
parte de que considero que la venta de la Telefónica atenta contra una profunda
convicción patriótica del pueblo de Puerto Rico, los argumentos que he ido
acumulando en mi reflexión me hacen pensar que la racionalidad económica y
social guarda una correlación positiva y alta con dicha convicción moral. Me
explico:
·
Una encuesta realizada
recientemente por el El Nuevo Día reveló
que dos terceras partes de los ciudadanos se oponen a la venta de la
Telefónica.
·
Desde febrero de 1996,
cuando la nueva ley de comunicaciones le dio libertad a las compañías
telefónicas locales y de larga distancia a competir abiertamente por la demanda
existente, los grandes eventos de industria de telecomunicaciones han sido las
fusiones y las adquisiciones, al punto que han aumentado seriamente las
preocupaciones sobre el carácter monopolístico de muchas de esas acciones.
·
La exposición de motivos
del P. de la C. 927, que autoriza el proceso de negociación de compraventa de
los bienes de Autoridad de Teléfonos de Puerto Rico, sólo alude a la apertura
del mercado de telecomunicaciones como razón para la venta, no explica en forma
clara y explícita los usos que se le dará a ingreso obtenido de ésta, y el
cuerpo de la legislación no alude a los derechos adquiridos de los trabajadores
(se limita a indicar que el comprador reconocerá las uniones que la fecha de la
venta representan a los empleados unionados, y asumirá los convenios colectivos
en vigor) ni expresa preocupación alguna por el probable aumento tarifario que
sufriremos los actuales clientes de la Telefónica.
·
No se ha hecho una
valoración económica de los activos—tanto tangibles como intangibles
(incluyendo el potencial de explotación de las franquicias de televisión por
cable y las enormes posibilidades de servicio
a usuarios locales e internacionales por vía de Internet) de la
Telefónica, la cual podría elevar el valor real de la compañía a nivel no menor
de los $6 billones.
Las
comparaciones con países de América Latina, muy bien documentadas por el
reconocido economista venezolano Alexis Sierralta en una ponencia que presentó
en la Legislatura de Puerto Rico[24], demuestran que las
privatizaciones de las empresas telefónicas en la región se dieron en
escenarios totalmente opuestos al que tenemos en la Isla: pérdidas
significativas, exceso de mano de obra, tecnología rezagada, estancamiento del
crecimiento de las líneas de acceso, ausencia de renovación de la
infraestructura telefónica y baja capitalización. Ante semejante cuadro,
nuestra compañía luce como un modelo de gestión pública a imitar, no como una
candidata para la privatización.
Finalmente, me parece sumamente importante
un señalamiento que hace el
Dr. Ramón J. Cao García en un artículo que aparece en el volumen Estrategias para
el Desarrollo,
publicado recientemente por la Cámara de Comercio de Puerto Rico[25]: ¨La experiencia indica que es
usual que la venta de empresas estatales ocurra a precios subvaluados. Ello
explica una pérdida para el patrimonio del estado, así como una redistribución social
del ingreso, al beneficiar al comprador inicial¨. Como ya indiqué, me temo
que esta observación general es una máxima implacable que operará en Puerto
Rico con todo su rigor.
Conclusión
En
suma, a la luz de las consideraciones anteriores me pronunció en contra de la
venta de la Compañía Telefónica, tanto por razones morales como económicas, y
me atrevo a pronosticar que, no empece a los enormes esfuerzos de los oficiales
del gobierno y del equipo de asesores económicos, legales y financieros proveniente
del sector privado que trabaja sin descanso para lograr esta privatización,
todo este afán desembocará en un fracaso similar al que se observó a principios
de esta década. No creo que haya una persona
que en las condiciones que imperan en este momento en Puerto
Rico—incertidumbre política debido a la probable celebración de una consulta
plebiscitaria en 1998, zozobra económica inducida por la eliminación de la
Sección 936 y el poco progreso en la mejoría de la Sección 30A, feroz oposición
a las estrategias de privatización que impulsa la Administración Rosselló—crea
que esta sea la mejor ocasión, el escenario óptimo, para poner a la venta el
principal activo con cuenta el país, máxime cuando toda la evidencia demuestra
que tal acción es un error estratégico craso.
La búsqueda de la calidad de vida ante
los cambios económicos*
¨Totalitarian solutions may
well survive the fall of totalitarian regimes in the form of strong temptations
which will come up whenever it seems impossible to alleviate political, social,
or economic misery in a manner worthy of man.¨ Hannah
Arendt, The
Origins of Totalitarianism
Agradezco
en todo lo que vale la invitación que me hizo mi buen amigo el Dr. Manuel
Torres Márquez a participar en esta magna actividad.
Una
vez más Manuel me asigna una tarea que me saca de mis preocupaciones
habituales, entre las cuales predomina la observación sistemática de las
tendencias a corto y largo plazo de la economías de Estados Unidos y Puerto
Rico, y me induce a mirar más allá de las rígidas fronteras de lo que Thomas
Carlyle llamó ¨la ciencia del desaliento¨.
La
última vez que recibí una encomienda de Manuel tuve que refugiarme por casi dos
meses en mi casa, leer una veintena de libros y redactar un informe que publicó
en marzo del año pasado [1996] el Capítulo Puertorriqueño del Club de Roma bajo
el intimidante título de Análisis de la
literatura sobre la situación de la sociedad postindustrial.[26]
Por
fortuna, en esta ocasión la tarea es algo más liviana y sin duda mucho menos
dependiente de la literatura existente sobre el asunto.
De
hecho, tras una rápida búsqueda de trabajos sobre el tema en la Internet,
Compuserve y en el sistema PROQUEST—tres maravillas de la era cibernética que
facilitan grandemente el trabajo de los investigadores contemporáneos—me dio la
impresión de que los enfoques sobre la vinculación entre la calidad de vida y
el cambio económico son tan poco abundantes en dichos espacios cibernéticos
como los osos polares en la selva amazónica. En cambio, fluyeron ante mis ávidos
ojos incitantes invitaciones a unirme a clubes, asociaciones y grupos diversos
que fomentan la calidad de vida mediante artes culinarias, retiros de
meditación, técnicas de respiración
yoga, el budismo trascendental, comunidades utópicas como las que proponían
Owen y Fourier y otras no menos exóticas tentaciones.
No
obstante, al explorar otras fuentes
bibliográficas, no tarde mucho en encontrar un formidable mamotreto de cerca de
500 páginas de denso e intrincado análisis económico y social titulado The Quality
of Life,[27] editado por Martha C. Nussbaum y Amarya Sen y preparado para el
Instituto Mundial para la Economía del Desarrollo de la Universidad de las
Naciones Unidas.
Así,
de un sólo golpe pasé de la escasez a la abundancia y sentí de nuevo la zozobra
que me acosó en las fases iniciales del proyecto sobre la sociedad
postindustrial. Una lectura somera de los principales trabajos que aparecen en
dicho libro me hizo descubrir (o más bien recordar) que el tema de la calidad
de vida tiene vinculaciones estrechas y sumamente complejas con la teoría
económica y con las investigaciones acerca del desarrollo y el crecimiento
económicos. La teoría del bienestar, el análisis de la distribución de la
riqueza y el ingreso, los estudios sobre la condición económica de la mujer, el
análisis del impacto social de la política fiscal y monetaria son sólo algunas
de las campos específicos de la economía que han aportado y aún tiene mucho que
añadir al tema aludido.
Como
el personaje de la obra de Moliere, que un día descubrió que hablaba en prosa,
me di cuenta de que la calidad de vida es un tema implícito en todas las
grandes obras de la economía, desde Aristóteles (no resto mérito a Adam Smith,
pero al igual que Schumpeter creo que el pensamiento económico comenzó con los
griegos) hasta las obras recientes de autores contemporáneos como Paul Krugman
y Lester Thurow.
Ya
en el umbral de la interesante literatura especializada en el tema que el libro
editado por Nussbaum y Sen abrió ante mis ojos, y ante la imposibilidad de
decirle a Manuel que la tarea que me había asignado era demasiado onerosa (no
estoy dispuesto a manchar la buena imagen que él y buena parte de la alta
gerencia de la Universidad Interamericana tienen de mi disposición al trabajo
intelectual) se me ocurrió que mi mejor estrategia consistía en anclarme en el
ensayo del libro The Quality of Life que
más correspondencia guardara con mis orientaciones y experiencias como
economista y que, a la vez, me permitiera hacer una reflexión ¨a grosso modo¨
sobre el tema de la calidad de vida en Puerto Rico.
La elección recayó en el ensayo ¨Descriptions of
Inequality: The Swedish Approach to Welfare Research¨, redactado por Robert
Erikson.
El
uso que hago de este interesante ensayo es calculadamente oportunista. Mi limito
a reflexionar brevemente sobre el grado de avance que, a mi juicio, hemos
logrado alcanzar en años recientes (digamos desde principios de la presente
década, para hablar de un periodo políticamente neutral) en cada uno de los
componentes o áreas de cambio ecónómico y social que se utilizan en Suecia para
desarrollar un índice de nivel o de calidad de vida.
Antes
de que se me olvide, sugiero que exploremos la posibilidad de desarrollar un
índice similar en Puerto Rico, ya que creo que, con un mínimo de investigación
estadística y una buena dosis de imaginación teórica, podríamos aprovechar las
bases de información existentes para computar el índice y estudiar las
interrelaciones entre sus componentes.
En
aras de la brevedad, me restrinjo a señalar los perfiles cualitativos de los
procesos de cambio económico, y esquivo deliberadamente la dimensión
estadística o cuantitativa de las tendencias que discuto, pero les puedo
asegurar que la base de información que existe en Puerto Rico me permitiría
apoyar con evidencia empírica buena parte de los juicios que trazo en esta
ponencia.
Una
pregunta sencilla que nos podemos hacer en lo que respecta a cada uno de estos
componentes es parecida a la que se usa en la determinación de los Indices de
Confianza del Consumidor en Estados Unidos: ¿En términos generales, estamos en
la actualidad mejor, igual o peor que a principios de esta década luego de los
cambios de naturaleza económica que se han registrado en el periodo?
Me
refiero a los siguientes elementos:
1. Salud y
acceso al cuidado médico.
Desde
el inicio nos percatamos que hemos entrado en aguas profundas. La Reforma de
Salud impulsada por la Administración Rosselló en uno de los cambios económicos
y sociales más abarcadores, más complejos y más riesgosos desde el punto de
vista financiero que jamás se haya emprendido en la Isla. Algunos politólogos
calculan que el lance de la reforma de salud y la famosa ¨tarjetita de
Rosselló¨ fué el factor decisivo en los últimos comisios electorales. Ya se han
comenzado a hacer evaluaciones sobre el impacto económico y administrativo de
este cambio, cuyo éxito o fracaso será crucial en los esfuerzos por mejorar la
calidad de vida en Puerto Rico. Basta pensar en la magnitud del problema del
SIDA y en el reto que representa el acentuado aumento de la población de
envejecientes en Puerto Rico, para no hablar de los problemas de salud mental y
desintoxicación de usuarios de drogas, para concluir que el espiral de costos
ascendentes del cuidado médico colocará una enorme presión en la base
financiera de la Reforma de Salud.
Contestación: Tal vez mejor, pero
está por verse si se logra implantar la Reforma de Salud
sin menoscabo de la calidad y la variedad de los servicios de salud.
2. Empleo
y condiciones de trabajo
Las
estadísticas de empleo que produce el Departamento del Trabajo y Recursos
Humanos (las cuales, de paso, han estado sujetas a un intenso bombadeo de
críticas respecto a su veracidad y consistencia) señalan que el empleo ha
estado creciendo a un ritmo acelerado durante los últimos tres años, luego de
un comienzo lento a principios de la década.
No obstante aún se observa un alto grado de desempleo y predomina la
incertidumbre respecto al futuro de los empleos manufactureros a raíz de la
eliminación de la Sección 936. De igual forma, están amenazados muchos empleos
en los sectores de gobierno, servicios y construcción debido al alza en el
salario mínimo, cambio que por supuesto
debemos admitir que le hace justicia a los empleados que habían afrontado el
deterioro progresivo del poder adquisitivo de sus ingresos. Las políticas de
reducción de personal y sustitución de mano de obra por maquinaria y equipo de
muchas corporaciones y los afanes de privatización del Gobierno se suman a la
amenazas contra los empleos existentes. En general, las condiciones de trabajo
y el marco de beneficios marginales han mejorado sustancialmente, pero el
espectro de la incertidumbre recorre toda la estructura del empleo en la Isla.
Contestación: Mejor, pero algo preocupados.
3. Recursos
económicos
Tanto
la riqueza (económica y humana) como el ingreso de una apreciable proporción de
los residentes de la Isla han aumentado a paso firme en años recientes, si bien
aún persiste un significativo grado de polaridad en la distribución de ambos
elementos. El país disfruta de una ingreso per
capita que, aunque es marcadamente inferior al promedio de Estados Unidos,
es mayor que el de la mayoría de los países en desarrollo. Existe preocupación
acerca del impacto que una cadena de cambios recientes—la eliminación de la
Sección 936 y del crédito por ingreso pasivo, la implantación del nuevo salario
mínimo, la expansión de la economía mexicana bajo el TLC, la nueva política de
bienestar social en Estados Unidos, y la creciente competencia en la atracción
de nueva inversión que ofrecen los países en desarrollo y algunos de los países
del Sureste de Asia y de Europa—pueda interrumpir la expansión económica en
Puerto Rico y dar paso a una fase de fuga de empresas y estancamiento o
recesión que anule parte del avance que se ha logrado en este renglón.
Contestacíon: Mejor, pero bastante preocupados
por las tendencias futuras.
4. Educación
y destrezas
Pocos
países superan a Puerto Rico en lo que atañe a la inversión en recursos
humanos. Tanto la población estudiantil secundaria como universitaria son altas
como proporción
de la población total y absorben una porción extremadamente grande de los
recursos de la sociedad. No se trata sólo de los gastos del Gobierno en todas
las fases del proceso educativo, sino de la cuantiosa inversión que las
familias hacen en la educación privada de sus hijos y en el financiamiento de
carreras universitarias en Puerto Rico y en el exterior, particularmente en
Estados Unidos. La generosa disponibilidad de becas y ayudas federales explica
gran parte pero no todo el auge de la educación superior en la Isla. No
obstante, existe consenso en cuanto a la necesidad de mejorar la calidad y la
variedad de la educación privada y pública y de sintonizar los productos de
proceso con las nuevas realidades y exigencias competitivas de la economía
global. Contestacion: Algo mejor, pero se
necesitan reformas
sustanciales en el sistema educativo.
5. Familia
e integración social
No
creo que sea necesario tener una formación científica en el campo de la sociología
para percatarse de que existe un grave deterioro en el tejido social de Puerto
Rico. Se ha debilitado gravemente la estructura de la familia y el proceso de
desintegración social avanza a pasos agigantados. La polarización social, la
fragmentación del espacio urbano, la alta incidencia de la violencia doméstica,
el auge de las áreas de privilegio o exclusión social (el llamado ¨acceso
controlado¨) y la lucha de clases contenida, que toma la forma de mutuo
desprecio entre los grupos sociales de diferente nivel económico y cultural,
contribuyen al deterioro de la cohesión social y representan un reto formibable
para el estado y las instituciones no gubernamentales, que luchan por mantener
un grado mínimo de organización y de cordura cívica. Contestación: Peor,
con pocas esperanzas de progreso a corto plazo.
6. Vivienda
Un
lector incauto de las ediciones dominicales de los periódicos, donde suelen
publicarse los anuncios de los constructores de hogares, podría llegar a la
conclusión que el problema de la vivienda en la Isla está en vías de
resolverse. Abundan los proyectos privados, tanto de casas terreras como
condominios, pero la demanda efectiva de éstos es sólo una fracción de la
demanda potencial que existe en la Isla. Si en Puerto Rico existiera un indice
de viabilidad económica de la vivienda, éste indicaría que el grueso de las
familias puertorriqueñas no pueden afrontar el costo de una vivienda de
condiciones mínimas o básicas y que existe un grave divorcio entre la oferta
existente y la capacidad de financiamiento de la familia puertorriqueña
promedio. Contestación: Igual o peor en el
caso de las familias de
medianos y bajos ingresos. Mucho mejor en lo que atañe a las familias de
ingresos altos: mayor de calidad de construccíon y mejor diseño y funcionalidad
de las estructuras.
7. Seguridad
de la vida y la propiedad
Me
imagino que la mayoría de ustedes habrá pensado en la misma contestación al
oírme pronunciar este indicador. El mes pasado los políticos debatían
intensamente respecto al grado de progreso que Puerto Rico ha tenido
recientemente en la lucha contra el crimen, imitando a viejas polémicas
escolásticas sobre cuantos ángeles caben en la cabeza de un alfiler, pero a
ninguno de ellos se le hubiese ocurrido negar el terrible alcance, el enorme
costo humano, social y económico, de la actividad criminal en Puerto Rico. Las
estadísticas que se pueden citar son
aterradoras, pero más amenazante aún es la crisis de expectativas, el sentido
de desorientación y repulsa moral, que sufre la mayoría de los puertorriqueños
ante esta realidad. En la medida en que el auge de la actividad criminal contra
las personas y los derechos de propiedad es función directa de la acelerada
conversión de la Isla en un centro de consumo y, en mayor grado de acarreo y
distribucción de drogas, no se puede concebir un cambio económico (después de
todo se trata de un mercado ilegal altamente estructurado y cruelmente
eficiente) que haya reducido la calidad de vida en la Isla en una mayor
proporción que éste. Contestación: La que
ustedes se imaginaron.
8. Recreación
y cultura
La
recreación, la cultura y los deportes disfrutan de un auge sin precedentes en
Puerto Rico. Se ha expandido a un ritmo vertiginoso la infraestructura de
comunicaciones y telecomuniciones, la cubierta de televisión por cable es
variada e impresionante, se han multiplicado y mejorado sustancialmente las
facilidades deportivas, se observa una vigorosa expansión de la infraestructura
hotelera y Puerto Rico aspira a ser la sede de los Juegos Olímpicos en el 2004.
De igual modo, proliferan las actividades culturales, se han inaugurado
modernas facilidades para las artes en muchos municipios y la vida intelectual
del país se ha enriquecido notablemente. Tal vez los más escépticos o exigentes
aspiren a que Puerto Rico alcance los niveles de calidad de la recreación y de
la vida cultural que tiene ciudades globales como Nueva York, Londres o París,
pero en términos relativos el progreso en estos renglones es innegable.
Contestación: Mejor, con una agenda de avance
que aún es sustancial.
9. Recursos
políticos
A
pesar de la obsesión o monomanía que tenemos los puertorriqueños con el tema
del status jurídico-político del país
y de la gran pasión con acudimos a las urnas, la realidad es que desde 1952 no
han habido cambio significativo en esta importante dimensión de nuestra
realidad. La abrumadora victoria que obtuvo el mes pasado el partido de
gobierno en las elecciones generales alentará sin duda a Administración
Rosselló a celebrar un plebiscito en 1998, con miras a otorgarle al movimiento
estadista una base de apoyo que, aunque sea marginalmente mayoritaria,
fortalezca una petición política de estadidad para la Isla. Se trata de un
proceso sumamente extraño, ya que hace apenas unos años el electorado voto a favor
del Estado Libre Asociado con algunas mejoras, pero la administración
incumbente hizo caso omiso del resultado de dicha consulta. Contestación: Igual. Hay unanimidad en cuanto a
que la estructura juridico-política de la Isla se ha tornado obsoleta, pero
insuficiencia de apoyo político—tanto al nivel local como en Estados
Unidos—para realizar cambios.
Como
ustedes pueden apreciar la búsqueda de la calidad de vida ante los cambios
económicos se desarrolla en Puerto Rico en un contexto sumamante cambiante,
extremadamente complejo y contradictorio en sus propias bases. En el seno de
una sociedad que en muchos aspectos se halla en la etapa postindustrial, que
posee una avanzada infraestructura económica, una formidable base de recursos
humanos, experiencia única y probada capacidad para el desarrollo de la
producción manufacturera y el turismo y centros académicos de excelencia,
conviven con igual fuerza la virulencia criminal, la corrupción y canibalismo
político, la confusión de metas políticas, la desintegración de la cohesión
social, la desarticulación del espacio
urbano, la destrucción a mansalva de los hábitats naturales y el desorden en el
manejo de desperdicios sólidos y tóxicos y, ante todo, la ausencia de planificación
integral y la incertidumbre con respecto al futuro de la sociedad
puertorriqueña como un todo.
En
suma, no empece a los logros que la sociedad puertorriqueña ha alcanzado en
algunas dimensiones del concepto de calidad de vida, el balance neto de todos
los indicadores tiende a favorecer la tesis de que la calidad de vida no sólo
se ha empeorado desde comienzos de la presente década sino que amenaza con
agravarse a medida que avanzamos hacia el Nuevo Milenio, a menos que se diseñen
e implanten medidas de corrección y saneamiento que no sólo aludan al corto
plazo, sino que respondan a una visión integral del país y tomen en cuenta el
futuro de la Isla en el contexto de la cambiante realidad social y económica
global.
Sólo
me resta decir, que actividades como ésta, que nos obligan a reflexionar sobre
nuestras propias realidades al mismo tiempo que nos permiten aprender de las
experiencias y perspectivas de otros países y nos confirman que la importancia
de la discusión interdesciplinaria de estos temas, engrandecen la aportación de
las universidades a la solución de los problemas a escala regional, nacional y
global.
La
Universidad Interamericana, fiel a su tradición de excelencia académica,
demuestra con esta actividad de deliberación y discusión abierta, la verdad que
contiene una famosa frase de nuestro Eugenio María de Hostos: ¨La
palabra hablada es la más efectiva porque es la que está más cerca de la
acción¨.
§§§
¿Por qué fracasan los pequeños negocios?
En
estos tiempos en que el espectro de las quiebras personales recorre implacablemente
la geografía económica de Puerto Rico y amenaza con extenderse al mundo de los
negocios, conviene reflexionar un poco sobre las razones que inducen la
quiebras del sector más vulnerable de la economía privada: los pequeños
negocios.
A
estos efectos, Michael Gerber, fundador y Principal Oficial Ejecutivo (CEO) de
Gerber Business Development Corporation, autor del libro The E-Myth: Why Most Small
Business Don´t Work and What to Do About It,
desarrolló, a base de las investigaciones de mercado de su firma, una lista
de diez razones por las cuales fracasan los pequeños negocios. Bien vale la
pena repasar esa lista, ya que nos puede ayudar a entender mejor algunos de las
dificultades que están afrontando los pequeños negocios en la Isla y a afinar
la investigación futura sobre este vital componente de nuestra estructura
económica.
Las
razones que identificó Gerber fueron las siguientes:
1.
Ausencia de sistemas
gerenciales. La mayoría de los empresarios no tiene una forma sistemática de
generar información o determinar qué aspectos de su negocio están fallando. De
igual modo, muchos de ellos no hacen las gestiones apropiadas para convertir
los datos en información útil.
2.
Falta de visión y
propósitos por parte de los dueños de la empresa. Los empresario necesitan
vislumbrar sus negocios como un medio para lograr un fin.
3.
Falta de planificación y
revisión financiera. La mayoría de los dueños de negocios se concentran en la
generación de ingresos cuando deberían preocuparse más por la edificación de
una sólida base financiera.
4.
Dependencia excesiva en
individuos específicos en el desarrollo de los negocios. Un empresario que
recluta empleados o acude a subcontratistas tiende a buscar personas que se
especializan en áreas sobre las cuales él sabe muy poco o no tiene tiempo para
aprender. El método correcto, según Gerber, es que el empresario aprenda el
proceso y luego adiestre a los empleados en cuanto a cómo desarrollarlo en la
firma.
5.
Pobre segmentación del
mercado, débil estrategia de mercadeo. La mayoría de los empresarios, alega
Gerber, no saben quenes son sus clientes. Factores tales como la edad de los
clientes, la localización geográfica de éstos, y el tamaño de las familias
pueden tener un impacto en lo que los clientes compran y en cómo lo compran.
6.
Falla en comunicar o en
establecer las metas del negocio. Muchos hombres de negocios, indica Gerber, ni
siquiera definen las metas del negocio en sus propias mentes, y mucho menos se
las comunican eficazmente a otras personas.
7.
La competencia o la falta
de conocimiento del mercado. En muchas ocasiones los hombres de negocio están
tan involucrados en las tareas diarias de correr sus negocios que en lo menos
que piensan es en las acciones de la competencia.
8.
Capitalización inadecuada
e insuficiencia de fondos. Si bien este factor suele ser el primero que se
señala como causa del fracaso de los negocios, es en realidad, según Gerber,
más bien un síntoma de otros problemas subyacentes en la empresa.
9.
Ausencia de control de
calidad. Los hombres de negocios necesitan establecer y evaluar procesos
mediante los cuales puedan obtener mejores resultados y servir mejor a sus
clientes.
10. Los dueños del negocio se concentran
en el aspecto técnico de trabajo,
pero descuidan la perspectiva estratégica. Es decir, trabajan en su negocio,
pero no toman en cuentan la perspectiva general de la industria en que éste
opera.
Sería
interesante desarrollar una investigación de las causas de las quiebras de los
pequeños y medianos negocios en la Isla. Tal vez los resultados de la misma
sean muy parecidos a los que obtuvo Gerber en Estados Unidos, pero podríamos
identificar variantes y aspectos específicos, dentro de la razones arriba
enumeradas, que harían más efectiva una política pública (hoy practicamente
inexistente) para apoyar a los pequeños negocios en dificultades y reforzarían
los esfuerzos del Centro Unido de Detallistas, la Cámara de Comercio, la
Asociación de Industriales, el Centro de Desarrollo de Pequeños Negocios y
otras organizaciones privadas sin fines
de lucro que luchan por mejorar el clima de negocios en la Isla.
La estrategia de reducción de costos
a largo plazo: una opción para la
empresa
A la memoria de Gladys Crescioni
En
la primavera de 1992, los profesores Michael D. Shields, de San Diego State
University, y S. Mark Young, de la Universidad de Colorado, publicaron un
artículo en la revista Cost Management que
constituye un verdadero clásico de la planificación corporativa y de la
economía gerencial contemporáneas. El título del artículo es: Effective Long-Term
Cost Reduction: A
Strategic Perspective.
Se
trata de un vigoroso argumento a favor de la tesis de que la reducción efectiva
de costos a largo plazo es una actividad continua que debe ser no sólo una
prioridad estratégica, sino parte integral de la cultura interna de la empresa.
El
enfoque propuesto por los autores contrasta con los sistemas tradicionales de
reducción de costos, que colocan el peso en acciones expeditas de reducción en
los costos a corto plazo, en respuesta a crisis inmediatas. Los métodos tradicionales
de reducción de costos son el despido de personal en las épocas de descenso de
las ventas, la fuga hacia jurisdicciones en las cuales los salarios son más
bajos, las fusiones con otras empresas (para crear economías de escala y
eliminar recursos redundantes) y la diversificación o expansión más allá de las
áreas de competencia medulares de la empresa.
La
estrategia de reducción de costos a largo plazo que promulgan Shields y Young
se presenta como parte de una estrategia competitiva que integra las
estrategias de gerencia de los recursos humanos y tecnológicos para proveer un
acercamiento coordinado, de base amplia y a largo plazo para reducir los costos
de la empresa.
Dicha
estrategia contrasta con conceptos que en la actualidad aún siguen siendo
dominantes, entre los cuales los más conocidos son los siguientes:
reingeniería, reestructuración, reposicionamiento, empequeñecimiento (downsizing),
y atrincheramiento (retrenchment). Estas son las puntas de
lanza de programas que, en lo esencial, están orientados a mejorar la
competitividad[28] de la empresa a base de la reducción de costos a corto plazo.
Ahora
bien, a juicio de Shields y Young al menos hasta principios de esta década no
se habían desarrollado evidencias empíricas claras y consistentes de que tales
programas fueran exitosos. Podríamos añadir: en los últimos años ha aumentado
la preocupación acerca del probable impacto macroeconómico negativo de los
programas de reducción de costos, a saber, aumento en la duración del
desempleo, aumento de la tasa de desempleo de las personas de altos ingresos,
crecimiento económico relativamente lento, actitud cautelosa de los
consumidores y alta sensitividad a los cambios en precio e incertidumbre
generalizada en las filas corporativas, tanto al nivel gerencial como técnico.
A
luz de las dudas que ha suscitado las estrategias tradicionales de reducción de
costos, conviene examinar en detalle la propuesta de Shields y Young.
Según
éstos, el logro de la ventaja competitiva por medio de la reducción de costos a
largo plazo es función del desarrollo de una cultura de continuo mejoramiento
de la calidad del producto, sistemática reducción del tiempo de trabajo y
efectiva reducción del costo de producción por medio de la innovación.
La
reducción de costos a largo plazo se logra con mayor eficacia por medio de un
proceso continuo de aprendizaje acerca de competencias medulares, el cual la
empresa debe desarrollar y poner en práctica a mayor velocidad que sus
competidores, y mediante el fortalecimiento de las relaciones de trabajo con
empleados comprometidos a largo plazo con la empresa, que sean innovadores,
posean múltiples destrezas y a los cuales se les remunere con salarios
superiores al promedio de la industria.
Shields
y Young proponen el desarrollo de una cultura de conciencia respecto a los
costos que afronta la empresa y sugieren ocho maneras para desarrollarla:
1.
La alta gerencia debe
demostrar diariamente a los empleados la importancia de reducir los costos para
el éxito de la empresa.
2.
Reclutar los empleados con
mejores credenciales, que puedan desarrollar productos y actividades de alta
calidad.
3.
Otorgarle a los empleados
poder y participación en el proceso decisionario y desarrollar grupos de
trabajo autónomos, que desempeñen múltiples funciones.
4.
Aumentar los niveles de
educación, adiestramiento y readiestramiento de los empleados, para elevar los
niveles de destreza, el grado de compromiso y la capacidad para la innovación
de éstos.
5.
Motivar a los empleados
para que rompan con los paradigmas vigentes y desarrollen nuevas formas de
hacer las cosas.
6.
Promover las comunicación
horizontal, hacer más sencillas las reglas, las políticas gerenciales y los
procedimientos de la empresa e implantar sistemas de retroalimentación (feedback)
efectivos.
7.
Vincular la compensación a
los empleados con la reducción de costos, es decir, premiar los aumentos en
productividad y eficiencia, alentar el logro de metas y estimular a los
empleados a que reduzcan los niveles de costo de años anteriores.
8.
Proveerle a los empleados
información acerca de los costos de los competidores, así como parámetros de
actuación que demuestren cuán productivos son ellos en comparación con los empleados
de las empresas competidoras.
En
la coyuntura actual de Puerto Rico, en la cual los cambios súbitos en las
circunstancias externas e internas inducen
las empresas tomar decisiones
precipitadas, basadas en cálculos de corto plazo, la conveniencia de diseñar e
implantar una estrategia de reducción de costos a largo plazo adquiere una
importancia estrategia indiscutible y única.
Resumen del informe del
GAO
Introducción
En
respuesta a una petición del Representante Don Young, Presidente del Comité de
Recursos, y del Representante Elton Gallegly, Presidente del Subcomité de
Asuntos de Indígenas Americanos e Insulares, ambos de la Cámara de
Representantes de Estados Unidos, GAO (General Accounting Office) preparó un
estudio titulado Analysis of Certain
Potential Effects of Extending Federal Income Taxation to Puerto Rico, el
cual se dio a luz pública el 15 de agosto de 1996.
El
estudio presenta información acerca de
algunas de las consecuencias potenciales de extender las provisiones respecto a
la contribución sobre ingresos del Código de Rentas Internas federal a los
residentes del Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico.
En
términos más específicos, el objetivo del informe del GAO es ofrecer estimados
de los siguientes aspectos:
1.
La cantidad de
contribución federal sobre ingresos que los individuos residentes en Puerto
Rico pagarían si fueran tratados de la misma manera que los residentes de los
50 estados; la cantidad de crédito contributivo por ingreso devengado (CCID)
que recibirían los residentes de la Isla; el por ciento de contribuyentes que
tendrían cargas contributivas federales positivas; y el por ciento que
recibiría el CCID.
2.
La medida en que el
Gobierno de Puerto Rico tendría que reducir su propia estructura de
contribución sobre ingresos si fuera a mantener la cantidad de contribución
sobre ingresos combinada (federal y del ELA) de los individuos al mismo nivel
que predominaba antes de la simulada plena imposición de las contribuciones
federales.
3.
Cómo la cantidad de
contribución sobre ingresos que paga el contribuyente promedio en Puerto Rico
compara con la cantidad de contribuciones sobre ingresos federales, estatales y
locales combinadas pagadas por los residentes en los 50 estados y el Distrito
de Columbia.
4.
La cantidad de ingreso que
el Tesoro de Estados Unidos podría obtener mediante la eliminación de la
Sección 936 (“possesions tax credit”).
Los
estimados relacionados con las cargas contributivas federales y el CCID se
basan en las características demográficas y de ingreso de los residentes de
Puerto Rico en 1992. Los resultados del informe se derivan del análisis de
planillas de contribución sobre ingresos individuales, correspondientes al año
contributivo 1992, que fueron obtenidas del Departamento de Hacienda del ELA.
No se hace ningún intento de ajustar estos estimados para reflejar cambios en
la economía de Puerto Rico, cambios en la conducta de los contribuyentes
individuales, o diferentes tasas de rendimiento de planillas que puedan
resultar de la imposición de contribuciones sobre ingreso federales.
GAO
reconoce que la discusión de las implicaciones de extender las contribuciones federales
a la Isla se puede examinar en el contexto del debate más amplio acerca del status,
pero advierte que el asunto más amplio respecto a los
beneficios y obligaciones de la estadidad o la independencia vis-a-vis el ELA
está fuera del alcance del informe.
Los
resultados del análisis realizado por GAO fueron los siguientes:
1.
Si las características de
la población de contribuyentes de Puerto Rico fueran en 1995 las mismas que en
1992, la carga contributiva neta agregada luego de sustraer el CCID hubiese
sido cerca de $49 millones bajo las
reglas contributivas vigentes en Estados Unidos a fines de 1995.
2.
En ausencia del CCID, la
carga contributiva agregada hubiese sido cerca de $623 millones, pero los
contribuyentes puertorriqueños hubiesen sido elegibles a un total de $574
millones en forma de CCID.
3.
Cerca de 59 por ciento de
los contribuyentes de Puerto Rico que llenaron planillas de contribución sobre
ingresos de individuos hubiesen obtenido alguna cantidad de CCID.
4.
El CCID promedio de los
contribuyentes elegibles hubiese sido aproximadamente $1,494, con una mediana
de cerca de $1,623.
5.
Más de la mitad de los
contribuyentes hubiesen recibido transferencias netas del Gobierno Federal
debido a que su CCID hubiese sido mayor que su carga contributiva sobre
ingresos antes de descontar el CCID.
6.
Cerca de 41 por ciento de
los contribuyentes de la Isla hubiesen afrontado cargas contributivas positivas
al nivel federal incluyendo el CCID.
7.
Bajo las reglas
contributivas federales, es probable que algunos residentes de la Isla que no
rindieron planilla en 1992 hubiesen tenido un incentivo para rendir la planilla
federal al ser elegibles a reembolso por motivo del CCID. La cantidad potencial
involucrada en este ejercicio especulativo asciende a $64 millones.
8.
Con el CCID adicional, ascendente a $64 millones,
que pudo haber sido reclamado por personas que en ausencia de la contribución
sobre ingresos federal no hubiesen rendido planilla, el estimado de CCID
recibido por los contribuyentes de la Isla se hubiese elevado a $638 millones.
Este CCID adicional sería suficiente para eliminar los $49 millones de carga
contributiva federal neta que existiría para la población que cumpla con el
requisito legal de rendir su planilla.
9.
Para el año contributivo
1992, los contribuyentes de Puerto Rico pagaron cerca de $1,030 millones en
forma de contribuciones sobre ingresos individuales. Si la puesta en vigor de
la estructura contributiva federal hubiese resultado en una carga contributiva
adicional de $49 millones (luego de sustraer el CCID), y si el Gobierno del ELA
hubiese tomado la decisión de mantener constante la cantidad de contribución
sobre ingreso combinada (federal y del ELA), éste se hubiese visto obligado a
reducir su propias recaudaciones en cerca de 5 por ciento.
10. La cantidad per capita de contribución sobre ingresos de individuos
de Puerto Rico fue menor que las contribuciones sobre ingresos al nivel estatal
y local en la mayoría de los estados y en el Distrito de Columbia. Sin embargo,
la contribución sobre ingresos de Puerto Rico como por ciento del ingreso
personal total fue más alta que las contribuciones sobre ingresos estatales y
locales de cualquier estado y del Distrito de Columbia.
11. Ahora bien, en vista de que los
residentes de Puerto Rico pagaron sólo
cerca de $4.4 millones de contribución sobre ingresos federal en 1992, la
contribución sobre ingresos combinada (federal y del ELA) fue menor, en dólares
per capita o como por ciento del
ingreso personal, que la
contribución sobre ingresos combinada (federal, estatal y local) de cualquier
estado y del Distrito de Columbia.
12. Más específicamente, en Puerto
Rico, la contribución sobre ingresos
combinada per capita fue cerca de
$342, y la contribución como por
ciento del ingreso personal fue cerca de 5.3 por ciento. En Mississippi, que
tuvo la contribución sobre ingresos más baja en Estados Unidos, la contribución
per capita fue de cerca de $1,147
y la contribución como
por ciento del ingreso personal fue cerca de 8.2 por ciento.
13. En suma, GAO estima que si la
estructura contributiva federal se
extendiera plenamente a Puerto Rico, y el Gobierno del ELA no ajustara su
propia estructura contributiva, la
contribución sobre ingresos combinada per
capita hubiese ascendido a $355,
equivalente a cerca de 5.5 por ciento del ingreso personal.
14. Finalmente, señala el informe
del GAO, los estimados más recientes del
Joint Committee on Taxation indican
que el gasto contributivo federal (ingreso dejado de recibir) por motivo de la
Sección 936 sería $3.4 billones en 1996, y crecerá hasta $4.4 billones en el
año 2000. {Por supuesto, esta información ya no es pertinente, dada la
eliminación de dicha seccíon del Código de Rentas Internas federal.}
Implicaciones del informe de
GAO
No
hay que ser economista o experto en asuntos contributivos para percatarse de
que el informe preparado por GAO es un ejercicio contabilístico de limitado
valor analítico, esencialmente especulativo
e hipotético y sumamente rudimentario tanto en la metodología como en el
contenido y alcance de los resultados obtenidos.
No
obstante, el simple hecho de que provenga de GAO, cuya sola mención evoca una
mística de autoridad en algunos sectores
de nuestra comunidad intelectual lo convierten en una referencia obligada
dentro del contexto del debate sobre el status
político de Puerto Rico.
A
nuestro juicio, los siguientes resultados del estudio podrían considerarse
favorables a la posición que defiende el Partido Popular Democrático:
1.
En la actualidad, en
Puerto Rico se pagan menos contribuciones sobre ingresos de individuos (tomadas
en forma combinada) per capita ($342)
que en cualquier estado o en el
Distrito de Columbia. Nuestra carga contributiva combinada per capita es tan solo 29.8
por ciento de la que corresponde a Mississippi ($1,147), el estado con menor responsabilidad
contributiva per capita, y el 8.9 por
ciento de la carga de Connecticut ($3,857), el estado con mayor responsabilidad
en ese particular.
2.
Al juzgar lo anterior, se
debe tomar en cuenta que ello ocurre aun cuando la existencia de la autonomía fiscal
de Puerto Rico implica que la Isla tiene que depender más de las contribuciones
sobre ingreso como fuente de fondos para financiar las operaciones del gobierno
y el desarrollo de parte de la obra pública que la mayoría de las
jurisdicciones de Estados Unidos, algunas de las cuales no imponen
contribuciones sobre ingresos (South Dakota, Florida y otras). La diferencia
específica que hace que en la Isla la contribución per capita sea tan baja es
la ausencia del requisito de pagar contribuciones al nivel federal.
3.
Uno de los hallazgos
secundarios del informe es que las personas de altos ingresos de la Isla
afrontarían aumentos sustanciales en sus tasas marginales de contribución sobre
ingresos si estuvieran sujetas a la estructura contributiva federal, lo cual
los colocaría a niveles de pago contributivo mucho mayores que personas de
ingreso similar que residen en los 50 estados y en el Distrito de Columbia. A
menos que el Gobierno del ELA ajuste sus tasas, algunos individuos podrían
estar sujetos a tasas marginales de contribución sobre ingresos superiores al
70 por ciento. {Esta aseveración, aparentemente insólita se cita en la página
13 del informe.}
4.
A todas luces, la severa
carga contributiva que le correspondería asumir a las familias de alto ingreso en
Puerto Rico, convierte al correlato de la plena imposición de contribuciones
federales (la estadidad federada) en una amenaza seria a los mejores intereses
económicos y financieros de éstas.
5.
Como se ha señalado en
múltiples ocasiones, la imposición de la estructura contributiva federal (lo
mismo se podría decir de la estadidad) obligaría a la reducción de la base
contributiva de la Isla, para evitar que las personas de altos ingresos
afronten una carga contributiva onerosa. Tal reducción conllevaría la contraccíon
de servicios y la pérdida de empleos en el sector público.
6.
La imposición de
estructura contributiva federal obligaría a un amplio componente de los
contribuyentes de Puerto Rico--41 por
ciento—a pagar contribuciones sobre ingreso positivas.
7.
El CCID es parte de la
política asistencialista norteamericana y está sujeto por tanto a recortes
significativos o inclusive a la eliminación, por lo cual no le ofrece garantía
alguna de permanencia a las personas que se benefician del mismo.
En cambio, el Partido Nuevo Progresista
podría sacarle provecho a las siguientes implicaciones del informe de GAO:
1.
La plena imposición de las
contribuciones sobre ingresos federales en la Isla (y su correlato político, la
estadidad) implicaría un incremento neto de sólo $49 millones en el pago de
contribuciones federales para Puerto Rico, ya que habría que el restarle un
CID de $574 milones (que con
indudable austicia se bautizó en la
última campaña plebiscitaria como “el bono de la estadidad”) a la carga
estimada de $623 millones.
2.
Gran parte de los
contribuyentes de la Isla que están en los grupos de ingreso bruto ajustado
anual desde $0 a 2,999 hasta $15,000 a $ 24,999, unos 384,208 de un total de
651,201 o el 59 por ciento, serían elegibles a algún nivel de CCID.
3.
Se podría argumentar,
pues, que la imposición de la estructura contributiva federal (o más
concretamente la estadidad) sería
favorable a las personas (familias) de bajo y mediano ingreso, con la salvedad,
por supuesto, de que para recibir el CCID las personas tendrían que estar
empleadas y rendir planillas.
4. La
imposición de la estructura contributiva federal ayudaría a reducir
la evasión contributiva en la Isla, que algunos calculan que consiste en no
menos del 15% de los contribuyentes potenciales.
Comentario final
Tal
vez el hecho de que el informe del GAO sea un arma de doble filo explica la
poca atención de parte de los proponentes de las dos tendencias políticas
dominantes en Puerto Rico. No obstante, no es aventurado pronosticar que la
probable celebración de un plebiscito en la Isla a mediados de este año, ya sea
bajo el auspicio del Congreso y de carácter criollo,
reavivará el interés por este extraño ejercicio estadístico del GAO.
§§§
La educación de adultos en la sociedad
postindustrial*
La
globalización de las actividades económicas y la internacionalización de la
producción, el comercio, la banca y la tecnología son las tendencias dominantes
en la economía mundial.
La
velocidad, amplitud e intensidad del cambio que se observa a escala global
obliga a todos los países a diseñar e implantar políticas de desarrollo
económico claras y explícitas y a actuar con premura en lo que respecta al
fortalecimiento de los componentes básicos de la competividad: el desarrollo de destrezas
de la población,
el acceso a la nueva tecnología, la disponibilidad de capital productivo y el
mejoramiento del clima regulatorio y contributivo.
Dada
la importancia estratégica del conocimiento en la nueva estructura económica
mundial, la reforma del sistema educativo en todas sus fases—desde la escuela
elemental hasta el nivel universitario—y de los procesos de adiestramiento
técnico-vocacional constituyen imperativos para el logro o sostenimiento de la
competitividad.
Las
comparaciones internacionales demuestran que los páises que han alcanzado más
desarrollo educativo y que han reestructurado con mayor eficacia las formas de
diseminar y ampliar el conocimiento y aplicarlo a la toma de decisiones, la
producción de bienes y servicios y la generación de nuevo conocimiento son los
que más capacidad competitiva y mayor éxito económico y social han alcanzado en
la creciente y dinámica economía global.[29]
La
educación de adultos es un componente esencial en la estrategia para aumentar
las capacidades intelectuales, vocacionales y técnicas de la población y
fortalecer la educación cívica, cultural y comunitaria en general.
Tres
factores básicos obligan a reevaluar la educación de adultos dentro del
contexto de la nueva economía global: los cambios demográficos, los cambios económicos
y la transformación de la tecnología.
El
aumento de la edad mediana de la población y el incremento en la participación
relativa de la población adulta en la población como un todo aumentan la
demanda de la educación de adultos. En el caso de Puerto Rico, basta señalar la
participación relativa del componente de
población adulta (25 años y más) se estima que aumentará de 55.4% en 1990 a
58.8% en el año 2000.[30]
El
cambio de una economía basada en la manufactura a una economía basada en los
servicios ha producido una drástico ajuste en el mercado de empleo y ha
influido significativamente sobre el tipo de adiestramiento que necesitan los
adultos para competir efectivamente en dicho mercado.
Finalmente,
el cambio tecnológico, el acelerado desarrollo de la industrias basadas en el
conocimiento y la diseminación de información han obligado a reorientar la
educación de adultos, ya que en esta nueva etapa las destrezas de manejo de las
computadoras se tornan obsoletas con gran rapidez, lo cual exige una renovación
continua de las destrezas básicas. De hecho, el avance tecnológico acelerado
tiene como implicación que el proceso de aprendizaje es una tarea que dura toda
la vida, lo cual refuerza aún más la importancia de la educacion de adultos.
Ante
estas realidades, que se observan en Puerto Rico con tanta intensidad como en
cualquier otro país que haya entrado a la etapa postindustrial del desarrollo
económico, el Nuevo Modelo de Desarrollo Económico de Puerto Rico, presentado
por el Gobernador Pedro Rosselló en 1994, adoptó—entre otras—una estrategia de
desarrollo de recursos humanos
¨encaminada a proveer a los sectores económicos con una fuerza
trabajadora capacitada y con la habilidad de adaptarse a cambios frecuentes en
la tecnología y en los requerimientos ocupacionales¨.[31]
A
luz de estas consideraciones, es
necesario analizar la estructura actual de la educación de adultos en
Puerto Rico, incluyendo aquella que es provista por el Departamento de
Educación y la que imparten las universidades y colegios de la Isla así como la
empresa privada por vía de adiestramiento y readiestramiento de personal, con
miras a identificar las estrategias que podrían ayudar a que la misma responda
en forma específica y directa a los cambios que se avecinan tanto en la
estructura económica y social de la Isla como en la relación económica de
Puerto Rico con Estados Unidos, los países del Caribe y América Latina y la
economía global.
Es
imperativo enfocar la atención en el desarrollo de una nueva visión de la
educación de adultos que tome en cuenta aspectos esenciales como los
siguientes:
·
Educación de la población
adulta para que pueda entender, interpretar, evaluar y adoptar los
conocimientos necesarios para afrontar los cambios económicos y sociales que
están ocurriendo en la economía global, así como en Estados Unidos y Puerto
Rico.
·
Fomento de la destrezas de
pensamiento a análisis simbólico—que Robert Reich define como abstracción,
pensamiento sistémico, experimentación y colaboración.[32]
·
Fortalecimiento del papel
del Departamento de Educación en lo que respecta a la diseminación y
concientización de los diferentes sectores de la sociedad civil y del gobierno
en cuanto a los cambios sociales y económicos que se avecinan y a la función
que cada uno de ellos tiene dentro del esquema integral de la educación de
adultos, tomando en cuenta los probables impactos de esos cambios en el futuro
desarrollo económico y social de la Isla.
·
Superación no sólo del
problema de iliteracia tradicional (analfabetismo absoluto y analfabertismo
funcional), sino de las diversos tipos de iliteracia que la rápida evolución
científica y tecnológica y la globalización económica acentúan cada vez más:
iliteracia en el uso de computadoras, en materia de geografía, en el
entendimiento del inglés, y en el dominio de las matemáticas y del conocimiento
científico básico.
·
Tendencias generales de la
educación de adultos en las universidades y colegios así como en las empresas
privadas en Puerto Rico.
En el desarrollo de este proyecto se podría
utilizar la siguiente metodología:
·
Identificar un Comité de
Apoyo, compuesto por personas relacionadas con los programas de adultos del
Departamento de Educación, que le ofrecerá apoyo logístico y asesoramiento a
los investigadores.
·
Examinar la literatura
existente la aportación de la educación de adultos al desarrollo económico de
Puerto Rico.
·
Hacer entrevistas a
oficiales de alto rango del Departamento de Educación, incluyendo aquellas que
tienen responsabilidad directa en la administración de los programas de educación
de adultos.
·
Constituir grupos focales
para discutir la situación actual y perspectivas de la educación de adultos en
Puerto Rico.
El
documento resultante consistirá en los siguientes elementos:
·
Un análisis de las
tendencias en la educación de adultos en los paises industrializados.
·
Una descripción de los
programas de adultos del Departamento de Educación y análisis de la estructura
y tendencias de la matrícula del Programa de Adultos.
·
Una discusión general de
la educación de adultos que desarrollan las universidades y colegios, la
empresa privada y las entidades sin fines de lucro de Puerto Rico.
·
Un resumen de los
consensos de opinión logrados en las entrevistas con oficiales de alto rango
del Departamento de Educación, en las discusiones con el Grupo de Apoyo y en
los trabajos der los grupos focales en
lo que atañe a la posible evolución futura de la educación de adultos y la identificación
de estrategias para incrementar
la efectividad de los programas existentes y crear nuevos programas a la luz de
los cambios que se anticipan en la economía global.
§§§
Planificación estratégica e información
económica en Puerto Rico*
Introducción
Un
principio fundamental de la planificación estratégica es que las empresas
productoras deben analizar cuidadosamente los cambios en el entorno y evaluar
el impacto que los desarrollos económicos, sociales, regulatorios y fiscales
puedan tener tanto en su cuadro de ingresos y gastos y en sus operaciones a
corto plazo como en su evolución futura a mediano y largo plazo.
De
esta manera, las empresas pueden aprovechar las oportunidades y esquivar o
aminorar los riesgos que implica la producción en un marco dinámico y
cambiante, en el cual la incertidumbre es la orden del día y es, por tanto,
urgente obtener información precisa y disponible con rapidez no sólo sobre la
situación interna de la empresas---ventas, costos de operación, rendimiento de
los activos de capital, etc.—sino también sobre las transformaciones que se
observan en el ambiente externo.
Una
pieza central en el análisis del ambiente externo es el estudio de las
tendencias a corto, mediano y largo plazo de la economía y el desarrollo de
proyecciones sobre el perfil futuro de la economía como un todo, así como del
sector económico y de la industria específica en que se desempeña la empresa.
En
términos más técnicos, hace falta información sobre diversos elementos como los
siguientes: la trayectoria macroeconómica del país (examinada a base de
agregados económicos como el producto bruto, el empleo y la inflación); la
producción, el empleo y la productividad por sector económico y por industria;
la situación económica de las diversas regiones del país; la conducta a corto,
mediano y largo plazo de diversos indicadores mensuales, tomados
individualmente o combinados para producir índices; el crecimiento económico
del comercio mundial; las variaciones en la composición demográfica, que
influyen significativamente sobre la demanda en el mercado; la evolución de la
economía global y las oportunidades de exportación que se presentan a escala
mundial.
Afortunadamente,
a pesar de las frecuentes quejas y críticas que los economistas y otros
científicos sociales expresan verbalmente o en sus escritos, en Puerto Rico
disponemos de un vasto y complejo sistema estadístico que, cuando se usa
correctamente y se conocen sus fallas y limitaciones, puede ser muy útil en los
ejercicios de planificación estratégica y en el análisis de las posibilidades
de desarrollo futuro de los pequeños negocios y de las empresas productoras en general.
A
continuación se presenta una descripción, a grandes rasgos, de las principales
fuentes de información de que disponemos en la Isla.
Datos macroeconómicos
Sin
duda, la mejor fuente de datos macroeconómicos que existe en la Isla es la
Junta de Planificación, que produce anualmente el principal documento de
referencia sobre la conducta agregada de la economía de Puerto Rico: El Informe Económico
al Gobernador, el
más reciente de los cuales tiene como referencia el año fiscal 1996.
Además
de los valiosos contenidos analíticos que se presentan en cada edición de este
informe—que incluyen análisis de las tendencias y proyecciones de la economías
de Puerto Rico y Estados Unidos, y de diversos sectores de nuestro orden
productivo, así como temas especiales de interés general—se provee un Apéndice
Estadístico en el cual aparecen las series históricas de toda la estructura de
cuentas nacionales de Puerto Rico—producto bruto, producto bruto interno,
ingreso neto, ingreso personal—, la producción y el empleo por sector
económico, la actividad de comercio exterior de la Isla—exportaciones,
importaciones y balance neto—,las estadísticas demográficas y del grupo
trabajador (empleo, desempleo y tasa de participación y empleo por sector
económico) y la evolución de la deuda pública del país.
Indice de Actividad
Económica
Para
el seguimiento a corto plazo de la economía, el índice o indicador compuesto
más importante que se prepara en Puerto Rico es el Indice de Actividad
Ecónómica, que es también producto de la Junta de Planificación.
Las series que componen este índice son las
siguientes: empleo total, empleo en la manufactura, nómina en la manufactura,
horas trabajadas en la manufactura, comercio exterior (neto), registro en
hoteles de turismo, ventas al detal, arbitrios, producción de energía
eléctrica, consumo de energía eléctrica, valor de las nuevas unidades de
vivienda, producción de cemento y nuevos registros de vehículos de motor.
Este
índice compuesto es lo que se conoce como un indicador coincidente, ya que
describe la situación en que se encuentra la economía en un momento dado. Los
cambios en el mismo ayudan a identificar las variaciones de la economía como un
todo, por cual sirve para determinar el patrón cíclico, es decir, a evaluar si
la economía se encuentra en su fase de expansión o si estamos pasando por una
recesión o por un periodo de relativo estancamiento.
La
Junta de Planficación publica mensualmente este vital indicador, el cual
prepara el Negociado de Estadísticas de dicha institución.
Datos mensuales diversos
En
Puerto Rico se la da seguimiento a varios cientos de indicadores mensuales, que
están disponibles en los bancos de datos de la Junta de Planificación y que son
producidos tanto por esa agencia como por otras instituciones públicas del país
como el Departamento del Trabajo, la Administración de Fomento Comercial, el
Comisionado de Instituciones Financieras, el Departamento de Agricultura, la
Compañía de Turismo, el Departamento de Hacienda, la Administración de Fomento
Económico, la Autoridad de Energía Eléctrica, la Autoridad de Puertos y otras.
Para
propósitos de seguimiento a corto plazo, se concentra la atención en un
conjunto de indicadores mensuales seleccionados, que se consideran los más
representativos de la actividad económica a la cual aluden, a saber:
·
Mercado de trabajo: población civil no
institucional, fuerza trabajadora, empleo, desempleo y tasa de participación, y
empleo y desempleo por sector económico.
·
Empleo en la manufactura:
Industrias de bienes duraderos y no duraderos.
·
Empleo asalariado no
agrícola por sector económico
·
Promociones de la Administración de Fomento Económico: Número de proyectos; empleo,
nomina e inversión comprometidos; apertura y cierre de plantas, y empleos
perdidos por motivo de cierres.
·
Registro en hoteles de turismo:
demanda de los residentes y de los no residentes.
·
Indice de Precios al Consumidor:
General y por categoría o renglón de
gasto (ropa y accesorios, cuidado médico, etc.).
·
Consumo y producción de energía eléctrica: residencial, comercial, industrias y otra.
·
Construcción: número y valor de los
permisos de construcción, número y valor de las ventas de viviendas, producción
y consumo de cemento.
·
Comercio exterior: exportaciones,
importaciones y balance neto y desglose por páis de destino u origen.
·
Transportación de carga
aérea y marítima
·
Activos, depósitos,
inversiones, pasivos y cctividad prestataria de los bancos comerciales
·
Ingresos netos del Fondo General:
contribuciones de corporaciones e individuos, arbitrios, licencias y otras fuentes.
Fuentes censales
Los
Censos Económicos, el Censo de
Agricultura y el Censo de Población, realizados por el Departamento de Comercio
federal, constituyen una fuente de datos fundamentales sobre las familias y las
empresas en Puerto Rico y son de gran utilidad para el análisis de situación
económica por regiones, por municipio, e inclusive al nivel de mercado o áreas
geográficas específicas.
Los
Censos Económicos son los siguientes: Comercio al por mayor, comercio al detal
e industrias de servicios seleccionados; Manufactura; Industrias de la
Construcción.
Tanto
la Junta de Planificación como el Programa de Centros de datos Censales tiene a
la disposición de los usuarios toda la estructura de los datos censales de la
Isla y ofrecen, en caso de que no aparezcan en la publicaciones escritas o
disponibles en disco compacto, el servicio de tabulaciones especiales de
acuerdo con la necesidad del cliente.
Conclusión
El
uso de la base estadística existente en Puerto Rico en el proceso de toma de
decisiones al nivel de la empresa es un imperativo ineludible en la dinámica y
cambiante economía de la Isla, que a su vez está insertada en una economía
global en cual los cambios son vertiginosos y difíciles de pronosticar. En este
contexto, es alentador el hecho de que la Isla posee un sistema estadístico que
refleja muy apropiadamente la evolución y estructura de la economía local y
permite desarrollar análisis y proyecciones confiables sobre la trayectoria
general, sectorial y por industria.
Por
supuesto, no se puede subestimar el grado de dificultad que involucra el
adiestramiento del personal de la empresa en el uso y manejo de una base
estadística tan amplia y compleja, pero se trata sin duda de una tarea a la
cual hay que asignarle una alta prioridad y cuyo rendimiento, en términos de
eficiencia y productividad incrementadas, puede ser muy alto.
§§§
Notas sobre libros y artículos
publicados recientemente
Becker,
Gary S., “ Let the Marketplace Judge Microsoft”, Business Week, 6 de
abril de 1998, pág. 20.
El
juicio antimonopolístico del Gobierno de Estados Unidos contra la compañía
Microsoft ha generado una intensa polémica y constituye una excelente
oportunidad para examinar una gran variedad de asuntos económicos y de política
pública relacionados con el ejercicio del poder monopolístico en las industrias
de alta tecnología.
Gary
S. Becker, ganador del Premio Nobel de Economía en 1992, y profesor de la
Universidad de Chicago adopta una posición que, a primera vista, parece audaz,
riesgosa, pero es un claro reflejo de la filosofía pro-mercado, de corte
esencialmente neoliberal, que propulsa el autor.
Más
específicamente, Becker propone que, en vez aumentar la intervención del
gobierno en la supervisión de la industria de computadoras, programación y
redes de información, se debe dejar que la competencia interfirmas lleve a que
los competidores de Microsoft desarrollen tecnologías superiores que desafíen
los productos de la firma dominante en los mercados. Esta sería una mejor
protección para los consumidores, es decir, una mejor garantía de precios más
bajos, que la costosa y poca efectiva intervención de los burócratas federales
en el asunto.
Becker
afirma que en las industrias de alta tecnología, que se caracterizan por el
cambio acelerado, las posiciones monopólicas suelen ser temporeras, ya que los
competidores logran encontrar formas de desarrollar mejores tecnologías que
superen las que usan los productores dominantes. A estos efectos, el autor nos
recuerda las experiencias históricas de IBM en el mercado de computadoras
y de ATT en el campo de la telefonía.
El
asunto bajo discusión es arduo y espinoso, por la cual la perspectiva
historicista que defiende Becker es un buen ejemplo de cómo la visión dinámica
de los debates económicos nos puede ayudar a salir de las aparentes encerronas
en que usualmente caen los gobiernos cuando se aferran a visiones estáticas del
proceso económico.
¨¨¨
Abby
Joseph Cohen, “Plowing Ahead: Our “supertanker” economy is hard to knock off
course”, Bloomberg Personal, Marzo de 1998, págs. 37-41
La
autora de este artículo es Gerente (Managing
Director) y Co-Presidente del Comité de Política de Inversiones de la firma
Goldman Sachs y una prestigiosa estratega y analista financiera.
En
este artículo la autora sale a combatir un lugar común que ella considera
erróneo, a saber, que los invesionistas responden demasiado rápido a la
información que reciben.
Según
la autora, la realidad es todo lo contrario: las grandes oportunidades (y
riesgos) de inversión de esta década se desarrollaron debido a que los
inversionistas reaccionaron con lentitud a grandes cambios.
A
juicio de ella, el mejor ejemplo de que dichas reacciones han sido lentas es el
paso lánguido con que los inversionistas han respondido a las avances que ha
logrado la economía norteamericana desde 1990. Ahora se reconoce que ha
mejorado la fortaleza competitiva, y que
las políticas económicas del gobierno y las decisiones de los consumidores y
los negocios son más razonables, pero por muchos años predominó el escepticismo
respecto a la durabilidad de estos desarrollos.
Según
la autora, los cambios económicos de la decada actual se pueden dividir en dos
categorías: el nuevo ambiente inflacionario y el cambio en la composición de
la producción de Estados Unidos.
La
inflación moderada ha generado una actitud más cuatelosa en los consumidores,
que han aprendido a esperar por las reducciones en precio, y han inducido a las
empresas a introducir sistemas de manejo de inventarios mucho más precisos y a
vigilar cuidadosamente los costos, conscientes de que los consumidores no
toleran alzas muy acentuadas en los precios de los bienes y servicios. Los efectos
del ambiente de baja inflación han
sido alzas en las tasas de ahorro y márgenes más altos de ganancias
corporativas. Así, la economía ha crecido, pero a un paso más lento de lo
habitual. La expansión ha sido lenta, pero duradera.
El
cambio en la composición de la producción ha sido de bienes y servicios con
bajo valor añadido que compiten en el mercado mundial sólo a base de precios, a
bienes y servicios de alto valor añadido: equipos de cómputos, servicios
altamente especializados—incluyendo la programación de computadoras--,
publicaciones y servicios financieros.
De
igual modo, la autora identifica varios tendencias que ella considera que no
han sido adecuadamente apreciadas por los inversionistas:
·
Estados Unidos es el más
grande importador y, al mismo tiempo, el más grande exportador del mundo, aún
cuando el comercio exterior es menos del 13% del PBI de país.
·
Las compañías norteamericanas
generan los más altos rendimientos promedio sobre el capital invertido.
·
El empleo total y la
compensación promedio están creciendo acentuadamente en Estados Unidos.
·
La calidad de la
contabilidad corporativa ha aumentado en años recientes.
·
Las compañías
norteamericanas están acostumbradas a un ambiente de estricta regulación, lo
cual las ha llevado a evitar muchos de los excesos financieros que se han visto
en Asia.
·
Estados Unidos está
disfrutando de una política económica balanceada, tanto en lo fiscal como en
lo monetario.
En
suma, concluye la autora, los cambios estructurales logrados en Estados Unidos
durante años recientes no pueden ignorarse y constituyen una fuerte base para
el crecimiento económico estable y sostenido durante los años venideros.
¨¨¨
Feldstein,
Martin, “EMU and International Conflict”, Foreign Affairs,
Noviembre-Diciembre de 1997, págs. 60-73
El
autor de este ensayo es Profesor de Economía en Harvard, Presidente del
Negociado Nacional de Análisis Económico y uno de los teóricos económicos más
prominentes de Estados Unidos.
Felstein
afronta con plena franqueza un tema que, a pesar de su gran importancia, raras
veces se discute a fondo en el medio intelectual norteamericano: las
implicaciones económicas y políticas de los esfuerzos de integración económica
y monetaria en Europa.
Según
el autor, el sueño de Jean Monet de que la integración europea habría de
eliminar los conflictos en el Viejo Continente puede haber sido una ilusión.
Por un lado, existen amplias diferencia en el ruedo europeo: Francia y otros
países no comparten la fijación de Alemania sobre una moneda única y mucho
menos la visión hegemónica de dicho país. Por otro lado, no es difícil
pronosticar que un banco central europeo, encargado de coordinar los asuntos del
euro, no podría responder a los problemas de desempleo que afrontan algunos
países al nivel doméstico, mientras que la unión política podría remover
presiones competitivas dentro de Europa orientadas a la reforma estructural, lo
que daría paso a actitudes proteccionistas y a conflictos de comercio exterior
con Estados Unidos.
Ante
todo, Feldstein muestra su preocupación ante la posibilidad de que la
integración europea lleve al desarrollo de un poder militar independiente que
se convierta en una fuerza estabilizadora de la paz mundial, pero que al mismo
tiempo busque alianzas y equilibrios a nivel global que contradigan parcial o
totalmente las políticas que Estados Unidos considere correctas.
Tal
vez la óptica de Feldstein luce algo pesimista, pero se trata de un intento
realista de analizar las implicaciones de un escenario que hasta ahora los
analistas norteamericanos han considerado muy poco probable.
¨¨¨
Bryan,
Michael F., “ On the Origin and Evolution of the Word Inflation”,
Economic
Commentary, Banco de la Reserva de Cleveland, 15 de octubre de 1997
Tal
vez una de las señales más claras de que la ciencia económica ha alcanzado un
nivel de rigor conceptual mayor que el
de otras disciplinas sociales es la constante preocupación de los economistas
por la semántica, es decir, por la significación de las palabras.
En
este artículo el autor se da a la tarea de investigar el significado de la
palabra inflación, que sin duda es la
estrella más refulgente en el cielo económico.
Como
se sabe, la inflación se usa en la actualidad como sinónimo de ¨aumento en
precio¨, pero el autor explora una definición diferente y más específica de la
inflación: un aumento en el nivel general de precios causado por un desbalance
entre la cantidad de dinero y las necesidades del comercio. Esta inflación sólo
puede tener un origen: el banco central. Es esta última definición la que
impulsa los planteamientos de los que abogan por una política antiinflacionaria
por parte de la Reserva Federal, y la que más estrechamente corresponde con el
sentido original de la palabra inflación.
El
autor discute el origen y usos de la palabra inflación y argumenta que su
definición fue una víctima de la batalla teórica con respecto a la conexión
entre el crecimiento de la cantidad de dinero y el índice general de precios.
Lo
que una vez fue una palabra que describía una causa monetaria, ahora describe
un resultado de precios. Este desplazamiento semántico ha complicado, según el
autor, la posición de los antiinflacionistas.
Como
una condición de la oferta monetaria, la inflación tiene un origen—el banco
central o más generalmente, las autoridades monetarias—y una solución—una tasa
de crecimiento de la oferta monetaria menos expansionista.
Pero
como una condición del nivel de precios, que puede haberse originado de una
variedad de cosas (incluyendo una depreciación del dólar, costos de mano de
obra crecientes, condiciones climáticas, etc.), las soluciones a—y la prudencia
de eliminar—la inflación son muchos menos claras.
A
juicio del autor, cuando se enfoca desde la perspectiva del significado
original de la palabra inflación, el
objetivo de llevar la inflación a cero quiere decir evitar que los cambios en
la oferta monetaria induzcan aumentos en el índice general de precios, lo cual
constituye una meta más viable, más realista, que la meta global de reducir la
inflación a cero cuando entran otros elementos como los costos de la mano de
obra, los impactos de los cambios en los precios del petróleo y otros factores
no monetarios.
¨¨¨
Dr. Elías R. Gutiérrez, En la trampa: Una
alternativa a la economía de la dependencia, la polarización y la marginación,
Escuela Graduada de Planificación, Mayo de 1997, 45 págs.
Este
es un cuaderno de la revista Plerus
publicado en mayo de este año, con prólogo del Dr. Rafael Irizarry, quien hasta
hace poco fuera el Director de la Escuela Graduada de Planificación, es la
aportación más reciente del Dr. Eliás Gutiérrez al análisis de la realidad
económica y social de Puerto Rico.
Se
trata de un ensayo en el cual se presentan varias tesis que no sólo constituyen
diagnósticos de la realidad actual de Puerto Rico, sino que dan paso a la
discusión de posibles soluciones a los problemas planteados. La pertinencia de
la discusión en algunos de los casos rebasa nuestras fronteras y se enuncia
como una realidad que afrontan todos los países en la era postindustrial.
Los
principales planteamientos del autor son los siguientes:
·
En medio de la riqueza, el
esplendor y el desarrollo tecnológico de
la sociedad postindustrial, en algunas de las principales ciudades de Estados
Unidos existe una subclase atrapada en un círculo vicioso de desempleo,
dependencia de las ayudas del estado, violencia, marginación económica,
desintegración familiar y severa restricción de oportunidades de desarrollo
humano. Con ciertas variantes, la realidad económica y social de Puerto Rico
comienza a reflejar una situación similar a la que afrontan dichas
ciudades.
·
La variable crítica que en
cierto modo sintetiza la crisis social antes descrita es el número de
nacimientos vivos bajo peso, especialmente entre madres adolescentes y
solteras. El incremento de esta variable no sólo es resultado de la crisis
social vigente, sino que al mismo tiempo, por sus consecuencias sociales,
económicas y psicológicas, contribuye a perpetuar y a agravar dicha crisis.
·
La estrategia nacional más
efectiva para lidiar con la crisis social no es la tradicional estrategia
distributiva, que coloca el peso de la solución en la capacidad del estado para
inducir la redistribución de
ingresos y restringe el ahorro, la
inversión y el incentivo a las actividades productivas, sino la estrategia
productiva, que fomenta el trabajo, el ahorro, la inversión y la productividad
en la estructura económica como un todo y reduce el papel del sector público en
la transformación social.
·
El papel central en la
superación de la crisis social debe ser desempeñado por las organizaciones sin
fines de lucro (¨el tercer sector¨), que con al apoyo logístico del sector
público y del sector privado pueden convertirse en elementos claves en los mercados
que ofrecen
bienes y servicios públicos—educación, salud, recreación, desarrollo cultural,
etc.— y en el puntal que quiebre la peligrosa hegemonía que ejerce del sector
criminal en las comunidades rezagadas.
·
Las estrategias de
acción del tercer sector han de
orientarse a la reducción de la tasa de nacimientos bajo peso, que es
precisamente el indicador clave de la crisis y cuya contracción sería un
reflejo claro y objetivo de la efectividad de los programas diseñados para
combatir la pobreza, mejorar la calidad de vida y ampliar las oportunidades de
desarrollo humano y social de las familias que viven en las comunidades en
rezago.
·
La salida de la trampa
requiere también la reestructuración, modernización y descentralización del
sector público y el fomento de la productividad en todas las dimensiones del
orden económico: mejoramiento de la infraestructura, reforma del sistema
educativo, fomento del ahorro y la inversión y estímulo a la participación de
las personas en el mercado de trabajo.
Esta
publicación está disponible en Cronopios (antes The Bookstore) en el Viejo San
Juan y en otras librerías de la Zona Metropolitana a un costo de $6.00.
¨¨¨
Cámara de Comercio de Puerto Rico, Estrategias
para el desarrollo: Competitividad, Productividad y Eficiencia, San Juan,
1997, 203 págs.
Este
volumen consiste en un conjunto de ensayos redactados por un grupo de
economistas que fueron convocados por la Cámara de Comercio para constituir el
Comité de Estrategias para el Desarrollo Económico de Puerto Rico. La encomienda
del grupo, que trabajó bajo la
coordinación del Sr. Manuel Garrido, Gerente Principal de Deloitte &
Touche, fue examinar y diseñar diversas estrategias para el desarrollo
económico de Puerto Rico a la luz de las nuevas realidades de la economía
global y tomando en cuenta la nueva situación creada por la pérdida de la
Sección 936.
El
Dr. Ramón Cao, además de redactar la introducción y dos de los ensayos del
libro, fue el Editor de Contenido del mismo.
Los
temas que se analizan en la publicación son los siguientes:
·
Dra. Heidi Calero,
Competitividad: Marco conceptual para Puerto Rico
·
Sr. Santos Negrón Díaz,
Productividad y desarrollo económico en Puerto Rico
·
Prof. José J. Villamil,
Tecnología y Desarrollo y Apertura y desarrollo: Comercio internacional e
integración global
·
Sr. Héctor Ledesma,
Posición de la Cámara de Comercio sobre Comercio Exterior
·
Dr. Ramón Cao, Nuevas
avenidas en las oportunidades de empleo en la economía global y Privatización:
Retos y oportunidades para Puerto Rico
·
Dr. Manuel A. Morales,
Educación, competitividad y desarrollo económico
·
Dr. Héctor López Pumarejo,
Desarrollo empresarial en Puerto Rico: Trayectoria hacia el futuro
·
Dr. William Lockwood, Promoción de los mercados de capital
como
propulsores de la inversión
·
Srs. Manuel Garrido y
Edgardo Bigas Valladares, Resumen y
conclusiones
·
Lic. Héctor Reichard, Jr.,
Estrategias para el desarrollo: comentarios y proyecciones.
A
todas luces, la reseña de un libro de tanta magnitud y complejidad requeriría
mucho más espacio del disponible en esta revista, pero no es aventurado decir
que se trata de un esfuerzo encomiable que merece el apoyo de las personas e
instituciones que se dedican a estudiar la situación actual y el futuro de la
economía de Puerto Rico desde una perspectiva seria, objetiva y
científica.
El
libro estará muy pronto disponible en diversas librerías locales a un costo de
$24.95. De igual modo se puede adquirir en la Oficina de Publicaciones de la
CCPR, cuya dirección postal es: P.O. Box 9024033, San Juan, PR 00902-4033.
¨¨¨
Foreign
Affairs, 75th.
Anniversary Issue: The World Ahead, Septiembre-Octubre de 1997. Número especial de esta excelente revista.
Este
número de Foreign Affairs es lectura
obligatoria para todos aquellos que se interesan por el futuro de la política,
la economía, la comunicaciones y la cultura examinadas desde una perspectiva
global. Los autores de los ensayos no sólo son asiduos colaboradores de la
revista, sino todos ellos son figuras intelectuales de talla mundial, entre
ellos, para mencionar sólo los más conocidos en nuestro contexto, Arthur
Schlesinger, Jr., historiador y ex-Ayudante Especial del Presidente Kennedy;
Samuel P. Huntington, autor del famoso ensayo The
Clash of Civilizations;
Paul Krugman, profesor de Economía de MIT y autor de algunos de los libros más
polémicos sobre la realidad económica actual, el último de los cuales es Pop Internationalism;
y Peter Drucker,
autor del libro Post-Capitalist Society
y uno de los máximos exponentes del
pensamiento gerencial contemporáneo.
Basta
enumerar a vuelo de pájaro algunos de los temas que se discuten en este volumen
para apreciar el incalculable valor del mismo: el futuro de la democracia, la
capacidad productiva del capitalismo, el estado y la cuestión social, el orden
transgubernamental y los retos internacionales del siglo XXI, la economía
global y la nación-estado, el propósito nacional de los Estados Unidos, la
revolución cibernética y el futuro de la diplomacia.
La
disertación de Arthur Schlesinger sobre el futuro de la democracia, el artículo
de Samuel P. Huntington sobre la erosión de los intereses nacionales de Estados
Unidos y el trabajo de Peter F. Drucker sobre la relación entre la economía
global y la nación-estado ofrecen claves y pistas teóricas e históricas muy
útiles para entender los angustiosos dilemas a los cuales se enfrentan los
países desarrollados y en vías de desarrollo en la actualidad, y sirven de
marco de referencia para analizar los decisiones de política económica y los
retos de reestructuración política a
los cuales se enfrenta la sociedad puertorriqueña hoy en día.
Este
número de Foreign Affairs se puede
adquirir en diversas librerías de San Juan a un costo de $7.95. La subscripción
anual a esta revista bimensual cuesta $22.00.
Harvard Busines Review, 75 Years, Septiembre-Octubre de 1997.
En
ocasión de celebrar su septuagésimo- quinto aniversario, HBR
invitó a cinco de los más prestigiosos pensadores de la realidad mundial de los
negocios a comentar sobre los retos a que enfrentarán los ejecutivos y que ya
están tomando forma a medida que nos movemos hacia el nuevo siglo. Los
invitados fueron: Peter F. Drucker, Esther Dyson, Charles Handy, Paul Saffo
y Peter M. Senge y sus trabajos se
publicaron en una sección especial de la revista bajo el título de Looking
Ahead: Implications of the Present. Cada uno de ellos escribió un breve
ensayo. Los retos que éstos identifican no sólo son de carácter técnico sino
que tambíen aluden a dimensiones culturales diversas: la organizaciones como
centros de cultivo del conocimiento; el papel del criterio propio y la
intuición en el proceso decisionario; la visibilidad de las corporaciones; y
los métodos para mantener la habilidad de adquirir conocimientos.
Por
supuesto el resto del número correspondiente a septiembre-octubre de 1997
cumple con las habituales exigencias de calidad, claridad y excelente
ilustración gráfica a que nos tiene acostumbrados esta revista. Cabe destacar
el excelente ensayo que Lester C. Thurow le dedica al tema del desarrollo de un
nuevo sistema de derechos ded propiedad intelectual y un interesante artículo
de Marco Iansiti y Alan MacCormak sobre el desarrollo de productos en la
Internet.
Este
número especial de HBR tiene un
precio de $15.00 y se consigue en las principales librerías de San Juan. La
subscripción anual a la revista cuesta $85.00.
Weizsacker,
Ernst , Amory B. Lovins y L. Hunter Lovins, Factor Four: Doubling Wealth,
Halving Resource Use, The New Report of the Club of Rome, Earthscan Publications
Ltd., Londres, 1997.
El
reclamo de los autores de este libro no puede ser más ambicioso: ofrecer una
solución a los problemas planteados en el libro clásico del Club de Roma: Los límites
del crecimiento. La
solución consiste en usar los recursos más eficientemente, en formas que ya son
viables y en ocasiones no a mayor costo, sino con ganancias.
El
libro contiene una rica variedad de ejemplos de cómo revolucionar la
productividad en el uso de la energía, la obtención de nuevos materiales, el
diseño de sistemas de irrigación, las comunicaciones, la transportación, en
fin, en toda la gama
del proceso económico.
Se explica en cada caso cómo los mercados
puede ser organizados o reorganizados y los sistemas contributivos reorientados
para eliminar incentivos distorsionantes y premiar la eficiencia, de manera que
crezca la riqueza sin que aumente el uso de los recursos.
Los
autores argumentan que sus soluciones llevarán a aumentos en las ganancias,
disminución en la contaminación y el desperdicio y a una mejoría de la calidad
de vida en general.
El
Capítulo Puertorriqueño del Club de Roma está distribuyendo entre sus miembros
un número limitado de copias de este libro a un costo de $27.00. Se puede
adquirir directamente de la casa editora por vía de la Internet. La dirección
electrónica de ésta es: earthinfo@earthscan.co.uk.
¨¨¨
David
Altig, Terry Fitzgerald y Peter Rupert,
¨Okun´s Law Revised: Should We Worry about Low Unemployment¨, en Economic
Commentary, Federal Reserve bank of Cleveland
Desde
hace mucho tiempo los economistas han postulado la conexión negativa entre la
tasa de desempleo y el crecimiento del producto nacional bruto—lo que se conoce
como la Ley de Okun—como una de las relaciones más consistentes en el análisis
macroeconómico. La idea es que cuando la economía está en expansión, el
desempleo baja, y esta condición apretada en el mercado laboral (la demanda de
mano de obra excede la oferta de ésta) lleva a la generación de presiones
inflacionarias.
Los
autores de este ensayo revisan la conexión entre la utilización de los recursos
laborales y la correlación crecimiento-tasa de desempleo que resume la Ley de
Okun. A juicio de éstos, reconociendo la inestabilidad en la relación entre el
crecimiento del PBI y los cambios en la tasa de desempleo se puede ayudar a
entender cómo Estados Unidos se halla en la feliz circunstancia de una economía
que opera con una tasa de desempleo baja (y en declinación), crecimiento
robusto e inflación estable.
En
vista de que la evidencia empírica indica que la relación entre el crecimiento
del PBI real y la tasa de desempleo no es estable ni predecible con certeza ni
a corto ni a largo plazo, las reducciones recientes de la tasa de desempleo no
son necesariamente señales de que habrá de reactivarse la inflación, sino que
tal vez estamos observando un desplazamiento fundamental en el nivel del PBI
potencial y la transición hacia una nueva versión de la Ley de Okun, que
estaría asociada con una tasa de crecimiento del PBI permanentemente más alta.
Los autores concluyen: ¨The uncertainty about qhich
of these alternatives is true raises serious questions abour the usefulness of
Okun´s-law-type relationships when conducting monetary policy in real times¨.
La pregunta que se deben estar haciendo los
lectores es: ¿ Llegará este mensaje a los oídos de Alan Greenspan, quien
después de todo cabe esperar que lea la literatura técnica que producen los
bancos regionales de la Reserva Federal.
La
subscripción a la excelente literatura económica que produce el Banco de la Reserva
de Cleveland es gratis. Se puede solicitar a la siguiente dirección postal:
Federal
Reserve Bank of Cleveland
Research
Department
P.O. Box 6387
Cleveland, OH 44101.
Edward
Kerschner, Converging Technologies: Investing in the Information Age for the New
Millenium, PaineWebber, 1997
El
Principal Estratega de Inversiones de PaineWebber preparó este informe especial
que se resume en forma magistral en la publicación Investment Intelligence, en
el número correspondiente a octubre de
1997.
Kerschner
explica que en la era actual la información—en vez de los recursos naturales,
la mano de obra o el capital—es el recurso económico básico. En sus propias palabras:
¨The relentless advance of semiconductor technology, the emergence of an
installed PC base in the office and the home, and the shift to inter-networking
have laid the groundwork for the move to an Informastion Age in which it is the
creation, distribution and manipulation of information that is the central
wealth-creating activity¨.
Las
tecnologías convergentes que discute el autor del informe son las siguientes:
·
El movimiento hacia la
digitalización. La tecnología digital hace posible la conversión de textos,
sonidos, gráficas e imágenes móviles en mensajes codificados que pueden ser
combinados, almacenados, manipulados y transmitidos rápida y eficientemente y
en grandes volúmenes por vía de redes sin pérdida de calidad. El resultado es
que las industrias de computadoras, telecomunicaciones, cable, teléfono,
entretenimientos vía satélite están convergiendo hacia un mercado único.
·
La computadora personal
será el invento central, de propósitos múltiples, que usarán los consumidores y
será tan común en el hogar como lo es el teléfono en la actualidad.
·
La Internet será el medio
fundamental. Información, entretenimiento y comercio vía Internet : estas son
las tres áreas en que el autor anticipa que habrá amplias oportunidades de
inversión.
·
Las compañias que están
construyendo los elementos fundamentales de la Internet—sean telefónicas, de
cable o aún productoras de electricidad—son las que ofrecen mayores
oportunidades para los inversionistas.
PaineWebber
envía a sus clientes, libre de costo, la revista mensual en la cual apareció el
excelente resumen del informe de Kerschner.
¨¨¨
Gregory P. Hopper, ¨What Determines the
Exchange Rate: Economic Factors od Market Sentiment?¨, en Business Review,
Banco de la Reserva de Filadelfia, Septiembre-Octubre de 1997, páginas 17-29
¿Influyen
los factores económicos sobre las tasa de cambio monetario? ¿O más bien ocurre que
el estado de ánimo o modo de sentir del mercado (¨market sentiment¨) juega un
papel más importante? ¿Se pueden predecir las variaciones a corto plazo de las
tasas de cambio monetario?
El
autor de este interesante artículo llega a una conclusión que parece humillante
para los economistas, pero que no puede ser más realista y franca: los modelos
económicos al igual que las cantidades económicas no son muy útiles en la
explicación de la historia de las tasa de cambio monetario ni en el pronóstico
de éstas.
Este
hecho tiene importantes implicaciones para los participantes en el mercado
internacional de divisas.
Según
el autor, es común encontrar economistas especializados en el mercado mundial
de divisas que alegan que han desarrollado modelos o sistemas de análisis
estadístico que permiten pronosticar con certeza las variaciones a corto plazo
del valor de las divisas. No obstante la precisión de tales modelos suele ser
derrotada por el más ingenuo de los modelos: aquel que dice que la tasa de
cambio de mañana sera igual a la de hoy, es decir, el famoso modelo: Xt = Xt-1
que tanto se discute, como cruel alternativa a los esfuerzos teóricos de los
economistas, en los libros de econometría.
Ahora
bien, señala el autor, en la medida en que estos pronósticos dan cuenta del
estado de ánimo del mercado o de una promesa autorealizada, pueden ser útiles.
Lamentablemente, es difícil juzgar cuándo ese es el caso. Esta dificultad es
acentuada por la imposibilidad de observar las expectativas del mercado.
No
obstante, el autor reconoce que la situación es un poco mejor cuando de trata
de medir y pronosticar la volatilidad y las correlaciones de las tasas de
cambio monetario. En este caso, se ha desarrollado lo que se conoce como el
modelo GARCH—siglas que aluden a algo casi imposible de traducir al español: Generalized
Autoregressive Conditional Heteroskedasticity—que se usa
para calcular el precio de derivados, evalúa el riesgo de carteras de divisas,
y establece la asignación de las divisas en dichas carteras
Este
artículo se puede encontrar en al Internet en la siguiente dirección
electrónica:
http://www.phill.frb.org/econ/br/
brso97gh.pdf.
¨¨¨
McAndrews,
James J., ¨ Networks and payment Systems¨, en Business Review, Federal
Reserve Bank of Philadelphia, Noviembre-Diciembre de 1997, págs. 15-25
Las
redes juegan un papel fundamental en la producción y consumo de una gran
variedad de bienes y servicios, entre ellos la transportación, las
telecomunicaciones y el sistema bancario.
El
autor de este ensayo discute algunos de los asuntos básicos que surgen cuando
se examinan las redes desde el punto de vista económico, a saber, la
compatibilidad y el establecimiento de normas y criterios de calidad entre
proveedores, el papel de una base instalada de facilidades de red, y el acceso
a dichas facilidades.
De
igual modo, discute asuntos básicos de economía tales como las políticas de
fijación de precios, la tendencia hacia la concentración monopolística en el
mercado de redes, y la introducción y adopción de tecnologías alternativas.
A
todas luces, indica el autor, la economía de las redes es cada día más
importante debido al avance de la industria de comunicaciones y de las
industrias de producción de computadoras y de programación para éstas, y al
extenso dominio de los cajeros automáticos y los sistemas de pago y de
transferencia de dinero por vía electrónica.
McAndrews
analiza algunos asuntos del sistema de pagos y demuestra que la formulación de
la política económica para regular los mercadoss de redes requiere que los
aspectos económicos de éstos sean entendidos con claridad.
Este
artículo, pionero en el análisis económico de redes, está disponible en la
siguiente dirección electrónica (Internet):
http://www.phil.frb.org/econ/br/brnd97jm.pdf.
¨¨¨
Krugman,
Paul, “ The Myth of Asia’s Miracle”, en Pop
Internationalism, The MIT Press, Cambridge, Massachussetts, 1996, pags. 167-187
A
la luz de la preocupante crisis financiera por la cual están atravesando un
buen número de países asiáticos, que
amenaza convertirse en una crisis económica generalizada, nada puede ser
más oportuno que una segunda
lectura de este famoso ensayo de Paul Krugman, que se publicó por primera vez
en la revista Foreign Affairs
(Diciembre de 1994, págs. 62-78).
Como
sugiere el título del artículo, Krugman salió a combatir lo que el llama el
mito de que en los países asiáticos—especialmente en Singapur, Japón y China—se
produjo un milagro económico, una verdadera revolución en los procesos
productivos que llevó a tasas más aceleradas de crecimiento económico, fundado
en un sistema superior al de los países industrializados de Occidente.
Cuando
se examina más fondo la transformación de los ¨tigres asiáticos¨, afirma
Krugman, lo que se encuentra como explicación al acelerado crecimiento que se
ha observado en muchos de ellos es el mismo factor que explicó la portentosa
alza de la Unión Soviética en los años 50: la movilización masiva de
recursos—crecimiento en empleo, mejoramiento de la calidad del proceso
educativo y en el acervo de capital físico--, un proceso que a la larga está
abocado a amoldarse a la ley de rendimientos decrecientes. El crecimiento
impulsado por los insumos, señala Krugman, es inevitablemente limitado.
Krugman
discute específicamente los casos de Singapur, Japón y China y llega en cada
uno de ellos a la misma conclusión: no hubo tal cosa como un milagro, sino el
resultado lógico de la movilización de recursos, la postergación de la
gratificación inmediata (en aras de la ahorro y de la inversión en el futuro de
la economía) y un proceso de retorno (tarde o temprano) a tasas de crecimiento
más moderadas o inclusive al crecimiento lento, como ha ocurrido en Japón desde
1991.
A
juicio de Krugman, el éxito de los países asiáticos se debe póliticas
estratégicas de desarrollo industrial y de expansión de la exportaciones cuyos
beneficios no necesariamente se han traducido un tasa de crecimiento
impresionante en la efciencia de las economías de la región.
Tal
vez la crisis actual es el resultado de una falla monumental no tanto de los
sistemas productivos de los países asiáticos, que no dejan de asombrarnos con
su calidad y su continua capacidad de innovación, sino en las instituciones
bancarias, en la cultura crediticia y en las políticas económicas, sociales que
sirven de marco para que el crecimiento de la producción se traduzca en un
desarrollo económico sostenible a largo plazo.
¨¨¨
Thurow,
Lester, The Future of Capitalism: How Today´s Economic Forces Shape
Tomorrow´s World, Penguin Books, 1996, 385 págs. $13.95
Este
es el libro más reciente del autor, quien es profesor de MIT y hasta hace poco
fue Decano de la prestigiosa Sloan School of Management de esa misma
institución docente.
Varios
de los libros anteriores de Thurow—The
Zero-Sum Society (1980), The
Zero-Sum Solution (1985) y Head to
Head (1992)—se convirtieron en ¨best sellers¨ a nivel mundial y tal parece
que esta nueva creación va por el mismo
camino.
Thurow
discute los cambios dramáticos que se observan hoy en día en el mundo, entre
ellos:
·
El colapso del comunismo
ha dejado a los países capitalistas avanzados con la ominosa tarea de
reconstruir las economías de los países que una vez formaron el Bloque
Socialista.
·
El advenimiento de los
negocios fundados en la tecnología avanzada ha cambiado la fórmula de
producción de la mano de obra al poder de la mente.
·
Los cambios demográficos
han creado conflictos entre jóvenes y viejos, y entre nativos e inmigrantes.
·
Por primera vez, la
economía global significa que los productos pueden ser fabricados virtualmente
en cualquier sitio y vendidos en cualquier parte.
·
Ninguna nación ha emergido
como el líder indiscutible, prominente, que se encargue de establecer el marco
de paz económica y equidad a escala
global.
En
sus conclusiones con respecto al futuro del capitalismo, el autor pronostica
que este sistema no tendrá una implosión como la que sufrió el comunismo, pero
corre el riesgo del
estancamiento secular. En una era de dependencia creciente en el capital humano
y en industrias fundadas en el poder del conocimiento—señala Thurow—las industrias
que ganan aprenderán a jugar un nuevo juego con nuevas reglas que requieren
nuevas estrategias.
La
paradoja que identifica Thurow respecto al futuro del capitalismo es muy
interesante: la tecnología y la
ideología están sacudiendo las bases del capitalismo del Siglo XXI. La
tecnología está haciendo a las destrezas y el conocimiento las únicas fuentes
de ventajas estratégicas sostenibles. Apoyada por los medios electrónicos, la
ideología se está moviendo hacia una forma radical de maximización a corto
plazo del consumo individual precisamente en el momento en que el éxito
económico va a depender de la voluntad y
de la habilidad de hacer inversiones de largo plazo en destrezas, educación,
conocimiento e infraestructura. Así pues, en el momento en que se halla sin
competidores el capitalismo tiene que hacer una profunda metamorfosis para
conciliar la tecnología y la ideología, para diseñar un sistema que haga
armónicos el corto y el largo plazo, el disfrute de los avances de la
tecnología con las decisiones racionales que permitan un desarrollo económico
sustentable a largo plazo.
¨¨¨
Koretz,
Gene, “ The Puzzle of Low Inflation”, Business Week, 22 de diciembre de
1997, pág. 26
Se trata de una nota que
presenta el autor en su sección Economic
Trends.
La
convergencia o simultaneidad del bajo desempleo, el crecimiento económico
saludable y la inflación controlada que ha caracterizado a la economía de
Estados Unidos en años recientes ha generado gran interés tanto desde el punto
de visto téorico como empírico.
El
autor cita un estudio que realizaron recientemente Cara S. Lown y Robert W.
Rich, economistas del Banco de la Reserva de Nueva York, que apoya la tesis de
que el fenómeno se debe a factores de tipo transitorio. En este caso, usando un
modelo econométrico que enfoca la atención en la inflación y el crecimiento
económico de 1965 a 1996, los economistas encontraron que la relación estrecha
entre los dos se rompió desde mediados de 1963, con la inflación moviéndose más
de dos puntos porcentuales por debajo del valor pronosticado. Una vez que se
añadieron los costos laborales unitarios (que han estado creciendo a una tasa
sorprendentemente baja) al modelo, desaparece el misterio de la inflación
rezagada.
En
vista de que la lentitud de los costos laborales unitarios reflejan ya sea poco
crecimiento en las compensaciones a la mano de obra y/o una productividad
creciente, los economistas examinaron el crecimiento de la compensación.
Hallaron que la lentitud inusual en los primeros años de la década de los 90
parece dar cuenta por completo de la divergencia entre el crecimiento económico
y la inflación, ya que la productividad no se aceleró durante este periodo.
El
análisis de estos economistas demuestra también que el crecimiento de la
compensación se ha acelerado recientemente, aproximándose a su ritmo de avance
tradicional en función de la trayectoria general de la economía. Así, la
aberración de los primeros años de la década—el desfase marcado entre el
crecimiento económico y la inflación—puede ser un fenomeno temporero y los
reclamos de que la economía ha entrado en una nueva era, en un nuevo paradigma,
vendrían a ser prematuros.
Krugman,
Paul, Peddling Prosperity: Economic Sense and Nonsense in the Age of
Diminished Expectations, W.W. Norton Company, New York, 1994, 292 págs.
Por
lo general, predomina la impresión de que las grandes ideas de la ciencia
económica se quedan en el mundo académico o en círculos cerrados de economistas
profesionales, sin que logren llegar a los centros de poder político y de forja
de la política económica.
En
este libro, tal vez el más ameno y más brillante que ha escrito este gran
economista norteamericano, se demuestra que tal percepción es errónea,
pero se describen las extrañas
peripecias que sufren las ideas económicas en su camino hacia los círculos de
poder.
Con
su habitual mordacidad, Krugman cuestiona las intenciones y la validez
científica de lo que él llama los ¨empresarios de la política economica¨,
quienes, contrario a la seriedad y rigor de los economistas académicos, ofrecen
soluciones fáciles a problemas difíciles y promueven políticas económicas
simplistas y de escaso valor empírico.
La
discusión comienza con el surgimiento del pensamiento económico conservador
como puntal contra el activismo fiscal de los keynesianos y neokeynesianos y
describe el ascenso al poder de dicho pensamiento, matizado por la influencia
de los economistas del lado de la oferta, durante el periodo de la
Administración Reagan.
Krugman
analiza cómo las políticas mecánicas y simplistas que se adoptaron en la era de
Reagan dejaron a Estados Unidos con un déficit presupuestario de más de $3
billones.
Según
Krugman, lo que parecía ser una esperanza de renovación en las primeras etapas
de la Administración Clinton, fue secuestrada en la vía al poder por el propio
Presidente y un grupo de analistas económicos que él denomina ¨los mercaderes
estratégicos¨, que generaron el concepto de la competencia tipo suma-cero y
que, en lo esencial, son víctimas de la misma falta de rigor científico que mostraron
los asesores de Reagan.
Se
trata de un libro ameno, brillante, que constituye un excelente preámbulo para
la colección de ensayos que el autor publicó recientemente bajo el título de Pop
Internationalism (MIT Press, 1996)
en la cual da remate a sus punzantes críticas a Thurow, Reich, D´Andrea-Tyson y
otros economistas que, de un modo u otro, han ejerecido influencia directa en
la política y estragegia económica de la Administración Clinton.
¨¨¨
Krugman,
Paul, Pop Internationalism, The MIT
Press, Cambridge, Massachusetts, 1996, 221 págs.
Los
“pop internationalists”—economistas y otros analistas y asesores que discuten
asuntos de comercio internacional en forma elocuente pero que no hacen uso
adecuado de la teoría económica y suelen ser poco rigurosos en el manejo de los
datos—son el blanco de ataque de esta colección de ensayos de Paul Krugman.
Se
trata esencialmente de ensayos orientados al público en general, en los cuales
se discuten términos e instrumentos de medición de la ciencia económica en un
lenguaje claro y accesible, con miras a demostrar, según la línea de
argumentación del autor, cómo los llamados ¨pop internationalists¨,
distorsionan y en ocasiones contradicen abiertamente los postulados básicos de
la teoría del comercio exterior.
Los
ensayos se agrupan de acuerdo con cuatro categorías temáticas: el concepto de
la competencia global tipo suma-cero; el mal uso de la teoría económica; las
realidades de las economías emergentes; y las relaciones entre la tecnología de
producción y la realidad social.
Con
sólo dos excepciones, los artículos de esta colección se publicaron
originalmente en revistas altamente prestigiosas como Foreign Affairs, Scientific
American, Harvard Business Review,
Science, American Economic Review y The
Wilson Quarterly.
El
primer grupo de ensayos refleja en toda su dimensión uno de los principales
reproches de Krugman a los ¨pop internationalists¨, a saber, que éstos exageran
los efectos que la competencia extranjera tiene en la economía de Estados
Unidos. El más conocido de estos artículos es el que se titula
¨Competitiveness: A Dangerous Obsession¨.
El
segundo grupo de ensayos discute lo que a juicio del autor son distorsiones de
la teoría económica. Se destaca en esta parte la reseña crítica que hizo el
autor del libro Who´s Bashing Whom?, una
aportación de Laura D´Andrea Tyson, principal asesora del Presidente Clinton,
al análisis de la política de comercio internacional relacionada con las
industrias de alta tecnología.
El
tercer grupo de ensayos enfoca la atención en lo que el autor considera ideas
erróneas acerca de la competencia proveniente de los países en desarrollo.
Los
últimos dos ensayos, los menos conocidos de la colección, giran en torno al
tema de la relación entre el avance tecnológico y la estructura social. Sin
duda, el más interesante de ellos es el que discute la localización de la
actividad económica en el contexto global. Como siempre, Krugman sale a
combatir un mito: el de la supuesta incapacidad de Estados Unidos para retener
las industrias dentro de sus fronteras.
No
hay la menor duda de que Krugman, cuyos méritos académicos y científicos son
indiscutibles, se ha convertido en un poderoso popularizador del análisis
económico. Ante todo, es impresionante su llamado al rigor conceptual y al uso atinado
de la información económica. Aunque a veces luzca arbitrario e irreverente,
Krugman es uno de los más amenos expositores de la ciencia económica, un
analista que conjuga en su proyección intelectual el rigor y la facilidad para
la explicación, por lo cual no es extraño el vibrante éxito de sus libros más
recientes.
Graja,
Christopher, “ Yield the Curve”, Bloomberg Personal, Diciembre de 1997,
págs. 21-22
Nada
más ajeno a la cultura intelectual de los economistas que la idea de que un
indicador individual (no compuesto como lo es el Índice de Indicadores Líderes)
puede servir para determinar no sólo si la economía va crecer o va a descender,
sino la magnitud del cambio.
No
obstante, el autor de este interesante ensayo alude a una relación empírica
sorprendentemente simple pero con demostrada capacidad predictiva: la que
existe entre la curva de rendimientos y el crecimiento de la economía.
Más
especificamente: la diferencia entre los rendimientos de los bonos del Tesoro a
10 años y las notas del Tesoro a 3 meses, que se conoce como la pendiente de la
curva de rendimientos, refleja la percepción del mercado de valores respecto al
estado de la economía y permite predecir el crecimiento del producto bruto
interno a base de la siguiente tabla:
DIFERENCIA
(Puntos
bases)
|
PBI
IMPLICADO
Crecimiento
anual
|
400
pb
|
5.2%
|
300
pb
|
3.9%
|
200
pb
|
2.5%
|
150
pb
|
1.8%
|
100
pb
|
1.1%
|
0
pb
|
-0.2%
|
-100
pb
|
-1.6%
|
-200
pb
|
-2.9%
|
La
lógica de la relación es la siguiente: cuando los inversionistas se sienten
optimistas, compran bonos, lo cual incrementa el precio de éstos y baja su tasa
de rendimiento. Cuando los inversionistas se sienten pesimistas, venden bonos,
lo cual disminuye el precios de éstos y aumenta su tasa de rendimiento. Por lo
regular, la curva tiene una pendiente positiva suave (algo más empinada en la
parte que alude a los instrumentos a largo plazo que en la que se refiere a los
instrumentos de corto plazo), debido a que en condiciones normales los
inversionistas requieren un poco más de rendimiento para compensar por el
riesgo adicional de sostener sus bonos por más tiempo. La anticipación de
crecimiento económico más acelerado, que alimenta el proceso inflacionario,
hace más empinada la curva de rendimiento, es decir, aumenta la diferencia
entre los rendimientos a largo y a corto plazo.
El grado de inclinación y la dirección de la
pendiente de la curva de rendimientos refleja pues la percepción de los
inversionistas de cuán rápida o lentamente está creciendo o se está contrayendo
la economía.
Se trata de una relación que tal vez los
economistas miran con escepticismo, pero que es apoyada firmemente por muchos
analistas financieros.
En la actualidad la diferencia es cerca de 60
puntos bases, lo cual apunta hacia un
crecimiento del PBI real de apenas 0.7%. La mayoría de los economistas espera
una desaceleración en el crecimiento económico en 1998, pero no creen que será
tan acentuada.
¨¨¨
Becker,
Gary S., ¨ Asia May Be Shaken But It´s No House of Cards¨, Business Week, 2 de
febrero de 1998, pág. 22
Esta
columna de Gary S. Becker, ganador del Premio Nobel de Economía de 1992 y
profesor de la Universidad de Chicago, es una lectura obligatoria para todos
aquellos que sienten honda preocupación por la crisis financiera asiática.
El
argumento principal de la misma no puede ser más acertado: tal vez la crisis
asiática sepultó el mito de la invulnerabilidad de las economías asiáticas a
los problemas que asedian a las economías industrializadas de Occidente (la
recesión, la inflación, el desempleo en masa, etc.), pero ello no da base para
pensar que el llamado milagro asiático carece de substancia y tarde o temprano
colapsará.
De
acuerdo con Becker, el éxito del capitalismo asiático se basó en una fórmula
que aún tiene validez: una fuerza trabajadora bien educada, esforzada y
altamente productiva, y una clase empresarial vigorosa que invierte en plantas
y equipo eficientes.
La
prosperidad en Asia ha estado acompañada por un nivel sustancial de libertad
económica en la forma de una economía predominantemente en manos de la empresa
privada y un gobierno relativamente pequeño pero eficiente que vela por los
contratos y promueve y desarrolla la infraestructura económica necesaria.
A
juicio de Becker, la falla de los países asiáticos estuvo en que las medidas de
libertad económica no fueron compatibles con las reglamentaciones onerosas y el
excesivo control gubernamental sobre el sector financiero. En países como
Indonesia, Malasia, Tailandia y Corea del Sur, los gobiernos le otorgaron
subsidios y otras formas de ayuda a companías y ayudaron a salir de problemas
financieros a muchas compañías.
Según
Becker, al apoyo gubernamental a las compañías en problemas ha hecho más severa
la crisis actual.
No
obstante, concluye Becker, casi todas las compañías en problemas siguen
teniendo futuros promisores, y sus fundamentos económicos sólidos ayudarán a
que las economías asiáticas superen sus problemas actuales. Ahora bien, indica
al autor, las perspectivas de estos países serían mejores si las compañías
privadas y el sistema financiero tuvieran que afrontar las consecuencias de sus
errores ( lo cual constituye una crítica a los esfuerzos de rescate que diseñó
el Fondo Monetario Internacional) y no descansaran tanto en el dinero de los
contribuyentes para rescatarlas de sus percances.