EL IVA: REALIDAD Y PERSPECTIVA
Por Santos Negrón Díaz
Especial para Claridad
En mis cursos de
Economía, tanto al nivel subgraduado como graduado, que variaron desde el nivel
introductorio hasta seminarios a nivel graduado sobre temas especializados,
siempre les hablaba a los estudiantes, en la discusión inicial sobre la
metododología de investigación, del
triángulo del proceso de análisis económico, que consiste de tres ángulos que
debe interactuar entre sí: la teoría, la investigación empírica y la implantación
de la política económica.
La teoría es la fase más
libre y creativa, donde la lógica del discurso requiere clara y precisa
cohesión, buena semántica y en ocasiones rigurosas argumentos matemáticos. La
investigación econométrica y estadística (puede ser también histórica) requiere
establecer un claro vínculo entre la teoría y la realidad empírica, se decir,
la base de datos que permite demostrar la validez de la teoría. La implantación
es la fase que por general asociamos con el sector público (ejecutivo,
legislativo y judicial) pero también incluye la toma de decisiones y la
implantación de estrategias de los negocios privados de diverso tamaño y de las
instituciones sin fines de lucro.
En el caso de marras (la
propuesta reforma contributiva basada en el IVA) la teoría vino de tres fuentes
básicas: el estudio de la firma KPMG, la experiencia histórica internacional
con el IVA y planteamientos de diversa naturaleza al nivel local, entre los
cuales se destaca la aportación del Dr. Elías Gutiérrez, que venía defendiendo
desde hace mucho tiempo el reemplazo de un fracasado del IVU por un IVA de
nuevo corte.
La investigación tuvo su
fundamento empírico en el estudio de KPMG, que por desgracia se mantuvo
inaccesible por mucho tiempo, creando dudas y suspicacias sobre sus contenidos
y la validez empírica de la investigación que llevó a cabo para llegar a la
conclusión de que el IVA de 16% (con peso sustancial en la captación de ingresos
por vía consumo y acentuada reducción de las contribuciones sobre ingresos de
los individuos, las familias y los negocios) era la mejor alternativa para
lidiar con la crisis fiscal y enmendar de una vez y por todas las fallas del
sistema contributivo de Puerto Rico. Una vez que se conocieron más a fondo la
estructura conceptual y los contenidos del estudio del KPMG, se desató una ola
de actividad investigativa de múltiples organizaciones que, con diversos grados
de rigor y calidad técnica y en preparación para las vistas en la Cámara de
Representantes, estuvieron mayormente orientadas a refutar las conclusiones del
estudio y alertar sobre la consecuencias negativas del IVA sobre la actividad
económica en general–PNB real, empleo total, desempleo y la inflación–y sobre
la estructura de costos y ganancias de los negocios. Aún la organizaciones que
apoyaron el IVA en principio, como la AEPR, lo hicieron con serias dudas sobre la
conveniencia del mismo en la coyuntura crítica que vive la país, lo
intempestivo del cambio y la vaga definición de los métodos para combatir la inevitable
regresividad del nuevo sistema.
La fase implantación
comenzó con la redacción de un proyecto de ley, basado esencialmente en los
contenidos del estudio de KPMG, cuya magnitud, grado de complejidad y escasez
de tiempo para evaluarlo y modificarlo en los cuerpos legislativos asombro a
todo el mundo. Simultáneamente, la Oficina del Gobernador y el Departamento de
Hacienda le dieron paso a una campaña de publicidad orientada educar a la
ciudadanía sobre las bondades del IVA y de los cambios fundamentales propuestos
para el sistema contributivo, aún cuando los perfiles esenciales del mismo aún
estaban por discutirse y aprobarse en los cuerpos legislativos para luego pasar
a la firma del Gobernador.
Así la vorágine u
hojarasca alcanzó proporciones e intensidad nunca vistas: férrea oposición de
amplios sectores de la ciudadanía, apoyos tímidos y esporádicos de algunos
analistas, marchas en contra, anuncios de rechazo en los periódicos, comidilla
en todos los círculos de país, contrapuestas de diversas instituciones–CCPA,
Cámara de Comercio, Asociación de Industriales y el CNE, entre otras–y hasta
libretos cómicos en la radio y la televisión, aprovechado la importancia del
asunto, al grado casi obsesivo de preocupación del país respecto a las
consecuencias del cambio propuesto.
De súbito, como lupa que
concentra los rayos del sol en un sólo punto, todo los planteamientos,
discursos, piezas de propaganda, teorías o planteamientos–sistemáticos o
improvisados-, diatribas y estertores llegarán esta semana a la Cámara de Representantes
que tendrá convertir un camello de tres jorobas, seis patas y dos cabezas en un
grácil corcel que satisfaga, en mayor o menor grado , a todas las partes en
pugna y que sea lo suficientemente claro y coherente tanto en la protección del
interés recaudador del Estado (que quiere suficiencia y solvencia en los
recaudos y mayor equidad en la distribución de la carga contributiva) y del
interés de las familias, los negocios y la instituciones sin fines de lucro que
reclaman diversos grados de protección del costo de implantación, las
consecuencias inflacionarios y el incremento en precios y costos de operación
que se asocian con el IVA.
De la Cámara el proyecto
pasará al Senado, donde predominan las preocupaciones sobre el uso que se le
dará al dinero adicional que se recaude y la necesidad de reducir en forma
drástica los gastos del gobierno para conjurar el déficit presupuestario
gigantesco que sigue arrastrando el Gobierno Central.
De surgir diferencias
sustanciales, el proyecto de ley tendrá que ir a un proceso de reconcilación
entre ambos cuerpos que genere la versión final que irá a la firma del
Gobernador. Queda abierta la posibilidad de que éste lo vete si no está
satisfecho con el mismo por no cumplir cablamente con los objetivos y metas que
se trazó el poder ejecutiuvo.
A todo esto, aún siguen
si conocerse los resultados de una pieza central de investigación que está
realizando una empresa (la conducción del cual está a cargo de la distinguida
colega Dra. María Enchautegui) sobre el procedimiento para corregir la
regresividad del IVU.
No debe extrañarle a
nadie que todo el país haya sido arrastrado por la vorágine de discusión de
este asunto, que se parece cada vez más a las guerras civiles de Colombia que
genialmente describe en sus obras Gabriel García Márquez. donde a partir de
cierto momento nadie sabía realmente por qué causa estaban combatiendo.
La combinatoria de cosas
que pueden ocurrir con el IVA y la reforma contributiva en general es muy compleja.
Va desde cambios en la tasa
básica del 16%, el uso de tasas
variables, la exención de determinados productos y servicios, especialmente de
los servicios médicos privadosy la educación privada y el calendario de las
fases de implantación.
Sin duda, dada la
intensidad y amplitud de la oposición al IVA , durante el proceso deliberativo
de la Cámara y el Senado habrá acciones de cabildeo de toda naturaleza, protestas
masivas, y un
clima de tensión que mantendrá al páis en vilo.
Los asuntos de política
económica son a veces divisorios, polémicos, especialmente cuando impactan
significativamente la vida y pecunio de los ciudadanos. Lo importante es que
este proceso mantengamos la cordura y que se respete el resultado que surja de
la discusiones parlamentarias. Al fin y al cabo, como dijo Sir Winston
Churchill, la democracia es el peor de los sistemas políticos, con excepción de
los demás. Nuestra democracia es limitada, carente de gran parte de los poderes
fundamentales que se necesitan para ejercer a plenitud la soberanía, pero es la
que tenemos y ante todo es la que tendrá que enderezar este entuerto y
proveerle a la ciudadanía un sistema contributivo justo, balanceado y
equitativo que contribuya a reactivar la economía y sustentar el desarrollo
económico futuro del país.