La inflación anual en Estados Unidos descendió aún más durante el mes pasado, luego que los precios al consumidor
registraran su caída anual más pronunciada en casi 60 años.
Sin embargo, un ligero ascenso mensual en los precios respaldó la noción cada vez más generalizada en la Reserva
Federal de que el riesgo de deflación ha disminuido. Al mismo tiempo, existen pocas señales de un aumento en las presiones
inflacionarias.
Sobre una base mensual, el índice de precios al consumidor aumentó un 0.1% en mayo, tras no registrar cambios
en abril.
El índice medular -que excluye los componentes de alimentos y energía- subió un 0.1% el mes pasado, tras aumentar
un 0.3% en abril.
Los economistas en Wall Street esperaban un incremento del 0.3% en el índice general y del 0.1% en el básico.
Si las cifras no son redondeadas, el IPC general subió un 0,096% el mes pasado, mientras que el medular ascendió
un 0,145%.
Sobre una base interanual, los precios al consumidor disminuyeron un 1,3%, el mayor descenso en un período de
12 meses desde abril de 1950. La lectura fue muy inferior a la tasa anual del 2% que la mayoría de los funcionarios de la
Reserva Federal considera consistente con el mandato doble del banco central de mantener la estabilidad en los precios y maximizar
el empleo.
Por su parte, el índice medular registró un ascenso interanual del 1,8%, lo que se ajusta mejor a la meta de
la Reserva Federal.
Los precios de la energía subieron un 0.2% frente al mes previo, pero cayeron un 27.3% en los últimos 12 meses.
Los precios de la gasolina crecieron un 3.1% el mes pasado.
Los precios de los alimentos descendieron un 0.2% en el mes.
En tanto, los precios del transporte registraron un incremento mensual del 0.8%. Las tarifas de las aerolíneas
descendieron un 1.5%, pero los precios de los vehículos nuevos aumentaron un 0.5%.
El componente de la vivienda, que representa cerca del 40% del índice general, cayó un 0.1%.