El dilema de política económica que planteó desde sus orígenes la Curva Phillips fue que a partir de cierto nivel de producción
agregada la reducción de la tasa de desempleo, inducida por la fuerte expansión de la economía, comienza a generar alzas en
los salarios reales y en la tasa de inflación. Surge entonces la necesidad de utilizar la política monetaria para lograr que
aumenten las tasas de interés a corto plazo, se torne más caro el crédito y se logre a encausar la economía hacia una ruta
de crecimiento más moderado, que sea compatible con una tasa inflacionaria que no sea amenazante para los mercados de crédito.
A juzgar por las tendencias más recientes de expansión económica del país es muy probable que China pronto tenga que empezar
a controlar el impacto que sus significativas medidas de estímulo puedan tener sobre la inflación, ya que todo indica que
el plan fiscal está consiguiendo su objetivo de mantener el crecimiento económico a un nivel alto en medio de una recesión
global.
Los gobiernos del mundo entero han estado inyectando liquidez en sus economías, comenzando por la propia China. En tiempos
recientes, ese torrente de efectivo a nivel global ha encendido las alarmas de los inversionistas sobre la inflación y la
deuda fiscal. Estados Unidos y otros países se han visto obligados a diseñar planes para retirar gradualmente sus enormes
inyecciones de liquidez una vez que las medidas de estímulo hayan logrado plenamente su objetivo.
Las autoridades chinas, sin embargo, no han soltado prenda sobre cómo pondrán fin a la era expansionista, pese a que el
país tiene el mejor desempeño entre las principales economías del mundo. Basta señalar que El Banco Mundial revisó al alza
su proyección de crecimiento para China este año de 6.5% a 7.2%, aludiendo al efecto acelerador del plan de estímulo.
Según algunos parámetros, el crédito en China está más disponible que en Estados Unidos, donde la Reserva Federal le ha
brindado un apoyo inusitado a los mercados privados. Entre enero y mayo, por ejemplo, el M2, un indicador de la masa monetaria
que circula en la economía, subió 9% en Estados Unidos frente a igual lapso de 2008. En China, el alza de la medida equivalente
supera el 25%.
Los métodos de China para inyectar liquidez a la economía son muy diferentes a los del resto de los principales mercados.
Sus bancos, la mayoría de los cuales está en manos del Estado, casi triplicaron sus préstamos en el primer trimestre respecto
a igual período del año previo. Los bancos centrales en Estados Unidos., Europa y Japón, en cambio, no controlan en forma
directa la disponibilidad de crédito y, en su lugar, han optado por reducir las tasas de interés a niveles ínfimos y comprar
valores para inyectar liquidez y estimular a los bancos para que hagan más fácil el acceso al crédito a las personas y las
empresas.
En teoría, China podría pisar el freno con tan sólo reestablecer los estrictos límites sobre la disponibilidad del crédito
que impuso en el pasado, aunque las autoridades no han dado indicios de que están dispuestas a hacerlo.
Si los créditos bancarios aprobados por el gobierno y las ventas de bonos de empresas se suman al plan de estímulo fiscal,
China se encamina a inyectar cerca de seis billones (millones de millones) de yuanes adicionales a la economía este año, lo
que equivale a entre $732,000 millones y $878,000 millones y vendría a ser entre 15% y 18% del Producto Interno Bruto.
La inflación en China sigue estando por debajo de sus niveles de hace un año. Pero los precios de las materias primas
han subido este año. Al contabilizarla en forma desestacionalizada, la inflación china ha estado subiendo desde marzo. El
riesgo es que si China es la primera en recuperarse de la crisis global, también podría ser la primera en hacer frente a un
resurgimiento de la inflación. Es decir, China es la principal economía que tal vez enfrente el riesgo de mantener una política
excesivamente estimulante.
El fantasma de la Curva Phillips, el juguete de gran esplendor teórico y fuerte apoyo empírico que se inventó un ingeniero
y que luego tuvo que se explicado a cabalidad por varias generaciones de economistas, comienza a asolar al país de la Gran
Muralla.
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